Partida Rol por web

-Creo que podriamos usar un señuelo, os explico: llenamos el cofre con alguna moneda de bronce o cobre para que suene y lo llevamos entre dos a plena vista, haciendo como que pesa y que vamos a entregarlo. Entre tanto mientras la atencion esta fija en los dos que lleven el cofre el resto elimina centinelas y, o elimina a los que este al descubierto o se infiltra.

Si da la casualidad de que vienen a comprobar el material antes de tener a los rehenes a la vista hay que eliminar sin sospechas o rápidamente a quienquiera que vaya a abrir el cofre, lo que me lleva a......¿tenemos algun veneno paralizante que cause alucinaciones?si no es asi..¿sabemos donde comprarlo o fabricarlo?-

- Yo no tengo droga o veneno parecido- respondió Tharas a Troty.

- De todas formas la idea me gusta. Que dos se acerquen a entregar el dinero y los demás mienrtas se infiltren en su guarida. Así dividiremos a su grupo y, lo que es más importante, los rehenes no sufrirán- razonó el elfo.

- Llenamos el cofre con todo tipo de monedas y encima dejamos las de oro y alguna joya- dijo mientras se quitaba la corona de ramas y hojas de oro de exquisita factura y os la mostraba-. Cuando hagamos el cambio vosotros ya estaréis en su guarida y les esperaréis a que lleguen... eso si se puede claro. Por eso digo lo de ir esta noche a ver dónde están y luego decidir.

-Me parece una estupenda idea, vayamos allá e investiguemos la zona, tu tendrás que guiarnos Tharas.-dijo el montaraz mientras salía a preparar su caballo. -Cuánto antes salgamos mejor, si llegamos pronto podremos esperar tranquilamente a que caiga la noche.

Kili sonríe mientras sopesa el martillo.

- Excelente manufactura. Enano sin duda. Me gusta la idea de darles su oro. Y después acerles pagar caras sus amenazas.

-Yo tengo cuatro ojos -sugirió la elfa- Es un buen plan, y Súrion es silencioso en la noche. Deberemos tener cuidado, si nos descubren la familia Grumm estará en apuros. ¿Creeis que es seguro que vayamos todos? Cuantos más seamos más probabilidades habrá de que nos encuentren.

- No es mala idea- dijo Tharas mirando a Laya-. No es necesario que vayamos todos. Pero creo que todos querremos ir a ver donde están ¿no?.

- Yo tengo que ir porque mi arma me dice donde está solo a mí- comenta poniendose en una parte de la sala-. El que quiera venir conmigo que se ponga en esta parte de la sala- dijo.

Yo voy-tras esto me coloco junto a tharas

- Si es para abrir craneos, yo voy.

-A mí me gustaría recuperar mi espada la verdad, de modo que yo también iré. Aunque se me ocurre que podríamos aproximarnos a la zona, y una vez en los alrededores separarnos en dos grupos, uno que intente llamar su atención, y otro que intente colarse dentro.

Tharas asintió. Luego miró a sus compañeros y les dijo.- Así que creo que al final vamos todos ¿no?

Tras comer algo que les sacó Rubb, todos cogísteis vuestros caballos y los llevásteis a la parte trasera como si quisiérais guardarlos en el establo. Una vez allí, salisteis en dirección sur durante un buen rato para luego girara hacia el sur-oeste, siguiendo los pasos de Tharas.

Cuando el día se agotaba y el sol parecía ocultarse por el horizonte, el elfo se paró y señaló un altozano que estaba a lo lejos al oeste.- Ahí están. Si queréis podemos esperar a que el sol se ponga definitivamente para que nuestros movimientos se enmascaren con la oscuridad.

Tras esperar un rato, todo se hizo muy oscuro. La luna y las estrellas hicieron su aparición en el cielo. Era el momento oportuno para acercaros.

El enano se ensució para evitar que cualquier brillo de su armas o armadura pudieran delatarle. Sus ojo reflejan la fría determinación del guerrero enano de acabar con esas sabandijas.

La elfa escrutó el terreno. Le preocupaba que les descubrieran. Por suerte, tenía a Súrion, casi imperceptible desde el suelo, volando por encima de ellos.

Espero que todo salga bien...

alla van

Os acercásteis sin que nadie supiera de vuestra presencia, teniendo cuidado de no pisar ramas secas ni hojas, ni mover el follaje para delatar vuestra posición. Pero solo habíais llegado hasta la primera línea de árboles. Desde ahí hasta la base del farallón donde empezaba la roxca que llebaba a lo alto, sonde se situaban vuestro enemigos, era otro tema.

En lo alto no parecía haber nada, por lo menos lo que alcanzabais a ver desde vuestra posición. Pero algo empezaba a despertar en la cabeza de Arthanatan ¿qué sería?

- No me atrevo a avanzar más ... el sigilo no es lo mío. Puedo descubrir nuestra posición. Tal vez debería avanzar el más sigiloso e informarnos de que esta viendo ... salvo que todo esto no sea más que una trampa.

-El más sigiloso de entre nosotros es Súrion, pero me preocupa que si ven al halcón sepan de mi presencia -susurró la elfa, consciente de que el más mínimo error les delataría.