Partida Rol por web

Ese hermano nos ayudó en el cementerio, Pesó Jarik. Pero llego justo cuando la muchedumbre ya se marchaba...

No era fácil para Jarik dejar de atar cabos. Pero después de la noche pasada no podía dejar de pensar también que tal vez estaba siendo demasiado perspicaz... Así que esta vez calló. Ishaya era  demasiado inteligente para no ir con cuidado después de sus palabras. Y si había pensado que era una buena opción empezar por él, pues así sería. Por si acaso, el estaría pendientpor si acaso veía algo que les pudiese indicar algún tipo de corrupción... Solo por si acaso...

El guerrero echó el cuerpo hacia atrás reclinando la silla un poco y, apunto de poner los pies en la mesa, se detuvo al escuchar las palabras de Ishaya. No le gustaba que le dijesen lo que debía hacer en cuestión de modales, no todo el mundo había sido educado de forma exquisita y en su caso... siempre estuvo más pendiente de saber defenderse con la armas que de que tenedor usar con el pescado. Agrió su rostro y se levantó dando un fuerte golpe en la mesa. Al apartar la mano el cuchillo con el que se hurgaba los dientes estaba clavado profundamente en la mesa. Cogió su sombrero y se lo enrroscó con fuerza. Miró a Ishaya y dijo:

Me voy fuera, tal vez me necesitéis más tarde, está claro que aquí molesto. Me encontraréis en las cuadras, es allí donde está mi lugar, con los animales, no?

Dio un giro militar de 180º y se fue cual vendaval en dirección a la entrada principal, necesitaba bajar los humos con un poco de aire o de ejercicio, como cuando era un chaval y no podía dormir y cortaba leña. 

Sabía que Ishaya tenía razón y le encantaba verle sulfurarse, pero esta vez no, delante de Kendra no. Había aportado ideas desde el principio, pero los cretinos y pedantes de sus colegas jamás le escuchaban, siempre se las ingeniaban para hacer las ideas de él suyas o bien usar otro plan más de acuerdo con lo que ellos habían pensado.

Arrogante cabrón

Pensó mientras se paraba un segundo a inspirar con fuerza el aire cargado de mala uva que se respiraba a su alrrededor.

Lyria se sorprendió, aunque no debería conociéndolo, la reacción de Sic, y se quedó en parte perpleja ante la visión del cuchillo clavado en la mesa y la marcha fulgurante de Sic. Instantes después reaccionó y comentó a sus hermanos todavía presentes:
- Voy a ver si consigo calmar un poco a nuestro fogoso rocín. - Se levantó de la mesa y comenzó a dirigirse en pos de Sic - Creo que todos necesitamos descanso y un poco de comprensión de vez en cuando.

Lyria salió de la casa en pos de Sic y empezó a seguirlo lo más rápido que le permitió su cansado cuerpo:

- Sic! - Lo llamó - Sic, espera por favor. Hablemos un momento.

Lyria continuaba la estela de crispación dejada por Sic. Aunque estaba cansada, también estaba dispuesta a aguantar estóicamente toda la furia del guerrero, su hermano.

- Todos necesitamos de comprensión. - Se repetía mentalmente esperando la retahíla del guerrero.

Gracias hermana, pero necesito estar un momento a solas.

Sicarius ni se giró, tenía la vista perdida en el horizonte. Se agachó y recogió unas piedras, empezó a lanzarlas mientras decía:

La muerte de Petros... no se, necesito estar más implicado en ésto... Necesito desahogarme...

Entonces se giró hacia su hermana y se tocó la puta del ala de su sombrero

vuelve dentro, allí eres más necesaria. Yo estaré bien, solo necesito descargarme de tanta tensión... discúlpame de mi comportamiento ante los demás.

Entonces se marchó en dirección al establo.

Lyria se quedó mirando muda a Sic mientras este se sinceraba con ella. Sin embargo no iba a irse tan fácilmente una vez habían dado un paso hacia una buena dirección. Lyria siguió a Sic en su camino al establo mientras se dirigía a él:

- Creo que te voy a acompañar igualmente Sic. Dentro no me necesitan, ya que tienen muy claro lo que van a hacer, y yo estaba pensando que seríamos más útiles e iríamos más rápido si nos dividiésemos para buscar información. - Lyria estaba intentando, de una forma casi descarada, reconducir la rabia de Sic hacia una meta de forma para conseguir dos objetivos a la vez: la implicación activa de Sic en la investigación de la muerte de Petros y la rapidez a la de obtener respuestas al dividir el grupo para abarcar más objetivos.

Lyria se plantó delante de Sic, con una gran sonrisa y el aspecto jovial típico de una niña:

- Si te parece, podemos ir a ver a Zolkar, el dueño de la posada. Era amigo de padre por lo que ha dicho Kendra, y de paso podemos tomar una copa, que nos sentará bien! - Acompañó la declaración con un guiño de ojo.

La mención de ir a ver a Zolkar estaba estudiada. Como había dicho, era amigo de Petros, hecho que haría que recibiera a la familia de este, aunque fuese figurada, de forma mucho más amistosa de la que pudiera hacerlo el padre Grimburrow, el alterador Gibs o cualquier otro escéptico y temeroso parroquiano de Ravengro. Este hecho contaba por los dos, ya que Lyria no tenía ningunas ganas de que la volvieran a tildar de bruja.

No solía pasar que Lyria se preocupase tanto por Sic, siempre habían mantenido una estrecha relación de amor-odio, polos opuestos, pero necesarios. Sicarius se secó el sudor de la frente levantando su sombrero y dejando ver sus cicatrices.

Está bien, me vendrá estupendo un trago. Y me vendrá bien algo de compañía para hablar de forma sutil con Zolkar, no quisiera meterme en un lio... solo me faltaría escuchar a Ishaya con sus "ya te lo dije".

Sicarius golpeó suavemente el hombro de la muchacha con su puño en señal de camaradería y se dispuso a ponerse en marcha.

Vamos hermanita, averiguemos algo interesante para darle en los dientes al todolosé...

A Lyria no le terminó de gustar las referencias, rayanas al desprecio, que profusaba Sic hacia su hermano Ishaya, pero decidió que no era el momento de comentarlas. Sabia que en el fondo no eran mas que la expresión de la frustación por la situación que se daba.

- Voy a avisar al resto para que sean conscientes. Espérame aquí, ahora vuelvo. - Lyria giró sobre sus talones y se dirigió de nuevo a la casa.

Lyria entró de nuevo en la casa viendo al resto del grupo y se dirigió a ellos:

- No voy a justificar a Sic. Ya lo conocéis. - Comenzó el pequeño discurso - Pero sí que haré el ejercicio empático de ponerme en su piel y como todos nosotros sufre los acontecimientos, aunque de distinta manera. Y creo que la mejor forma es reconducir su ira hacia objetivos más útiles para la situación.

Las palabras de Lyria estaban cargadas de pragmatismo en un momento todavía sentimental. Continuó hablando comunicándoles la propuesta que había pensado:

- Os iba a sugerir que nos dividiésemos, ..., si os parece bien. Vosotros iríais a hablar con el padre Grimburrow y yo me llevaría a Sic a visitar a Zolkar. La razón de ir a ver nosotros a Zolkar creo que está justificada. - Lyria prosiguió añadiendo su punto de vista a la propuesta que estaba realizando - Por una parte, evitaremos que Sic, en su estado, tenga que tratar con el padre Grimburrow. También evitaré tratar con el alterador Gibs o con cualquier otro escéptico parroquiano de Ravengro que no nos recibiría nada bien a cualquiera de los dos: al verdugo de la espada a dos manos - en clara referencia a Sic - y a la bruja. - En clara referencia a sí misma. - Creo que Zolkar es la mejor opción para nosotros, ya que era amigo de nuestro padre, y recibirá bien a la familia de este, aunque sea figurada. Y estaremos en un ambiente dónde Sic no ... - hizo una breve pausa para escoger la palabra adecuada - ... destacaría.

Lyria dejó que las palabras se asentasen en la mente de sus hermanos y volvió a añadir:

- Sé que no es la mejor manera, dividirnos, pero también soy consciente que no es el mejor momento para pelearnos. Tenemos que tranquilizarnos todos y centrarnos en terminar la investigación. - Lyria hizo otra pequeña pausa, y añadió con aire casi solemne - Se lo debemos a nuestro padre.

Los ánimos estaban muy caldeados. Pero Jarik sabía que sería algo pasajero. Cada vez que Sic perdía los papeles, tenía que ser alguien del grupo quien le sacase las castañas del fuego... pero ese era Sic... Parecía como si le costase aceptar su propia inteligencia. Como si solo mediante la bravuconería se sintiese bien, y justo cuando se le hacía un comentario(justificado o no) sobre eso, se molestase pensando que él también era inteligente, que si también tenía sentimientos...Bueno, era así, y si tenía que cambiar, lo haría cuando a él le pareciese bien. Estar cerca de Kendra no le había sentado demasiado bien. Estaba más gallito de lo normal. Tal vez sentía algo por nuestra hermana...

De todas maneras, la idea de Lyria no estaba mal del todo. No le gustaba separarse, teniendo en cuenta que tenían a una secta detrás de ellos , pero lo cierto es que con los ánimos de Sic, seria una locura acercarse  aGibbs o hablar con el Padre...

Bueno, Lyria, Aunque la idea de separarnos no me acaba de gustar, entiendo tu razonamiento y lo comparto. De todas formas, debemos recordar que solo seremos la mitad, así que el riesgo será el doble... Intentad no combatir. Huid si es necesario. Lo más lógico sería volver aquí en el momento que  acabemos, y así compartir lo que hemos averiguado.Si es necesario salir corriendo, también sería un buen lugar para contener el ataque, y esperar al resto. Os parece bien?

Jarik intentaba que todas las posibilidades estuviesen contempladas en su improvisado plan de actuación. Era importante que los demás tubieran presentes las implicaciones de ir por separado... y la soluciones más recomendables. ..

Erodel trató de reprimir un bostezo enorme, y como no lo consiguió, se tapó la boca con el dorso de la mano. Había terminado de desayunar, pero aun picoteaba algún pedazo de fruta, tratando de mantenerse minimamente ocupado para no caer de bruces encima de la mesa, roto por el sueño. La rancia reacción de Sic lo había despabilado un poco, pero su fatiga era grande todavía. Reprimió un desperezo que necesitaba, y habló a Lyria:

- De acuerdo, Jarik, Ishaya y yo iremos a ver al sacerdote local, y tu y el buey enfadado a la posada... - no pudo evitar imaginar la cólera de Sic en una posada, pero se abstuvo de comentarlo - ...pero..., vamos a dejar a nuestra anfitriona aqui sola, a merced de una posible turba campesina furiosa...? Dejó la pregunta al aire, intercambiando miradas con el enano, la bruja y el pistolero. Luego miró con detenimiento a Kendra, clavando sus ojos de jade en la hija del difunto sabio.

- Vendrás con alguno de nosotros Kendra? O prefieres quedarte aquí?

Kendra miró a sus amigos. Tenía unas ganas terribles de salir tras los asesinos de su padre, pero la mejor decisión era permanecer en la casa, pues estaba claro que por delante quedaban unos días duros, y tal vez necesitaran un buen lugar donde pasar la noche. Además, La joven deseaba vender la hacienda y así volver a Ardis.

- Creo que por el momentos será mejor que aguarde aquí, necesitaréis un lugar cómodo y preparado para que hagáis noche...- dejó entrever la muchacha.

Ishaya analizaba las propuestas de sus hermanos, no le convencía ninguna. La idea de separarse no era buena, es más, era muy mala. Además no era partidario de excluir a Sic en ninguno de los frentes que se abrieran, eso sería aún peor para el delicado sentido del honor del lenguaraz humano. Y dejar a Kendra allí sola, ni hablar...

No creo que separarse sea buena idea, después de la noche que hemos pasado no estamos en nuestras plenas facultades. Sic ha de comprender que en este mundo hay gente que le cortaría la lengua por la mitad de lo que dice, y que un poco de comedimiento no le vendría mal. Si quiere estar con los animales allá él, pero si quiere estar con las personas que se comporte como tal. Por otro lado, no pienso seguir debatiendo nuestros próximos movimientos hasta que no entre Sic. Sabéis que siempre quiero escuchar todas las ideas y propuestas, eso no va a cambiar ahora.... Y por nada en el mundo voy a dejar a Kendra sola en esta casa, si acordamos ir por separado también los haremos por turnos.

Comprendía la postura de Ishaya y sabía que era la opción más lógica, sin embargo esta vez no estaba de acuerdo con su hermano:

- Sé cómo es Sic, y no lo voy a exculpar de su comportamiento de estos dos días, ni lo voy a respaldar porque no comparto su forma de ser. Sin embargo sí sé que desde que llegamos a Ravengro estamos todos muy alterados por todos los acontecimientos, y mal que me pese en el alma decirlo, mi querido hermano Ishaya, no eres una excepción.

Apenas daba crédito a lo que estaba haciendo. Estaba recriminando a Ishaya? El pilar del grupo! Al hermano que era más parecido a ella y que compartía sus ambiciones de saber. Sin embargo, y aunque le costaba mantener en aquellos momentos la mirada con su hermana, continuó totalmente convencida de que era la mejor solución:

- No te has fijado que salvo el pequeño episodio con Jarik, has focalizado toda tu ira con él. Sé que tiene que cambiar sus modales, pero sino lo ha hecho en todo este tiempo, no lo hará en un día. Crees necesario forzar esta situación? – aunque las palabras pudiesen parecer duras, Lyria las acompañaba con una sincera calma en su voz – Sinceramente no creo que sea el mejor momento para forzarla – y acompañó sus palabras señalando el cuchillo que había clavado Sic en su arrebato de ira. – Por lo que he podido hablar con Sic, sé que está arrepentido, pero su orgullo no le permitirá volver hasta que sus humos se hayan bajado. Y aún así, su sentimiento de vergüenza será otro muro que no le permitirá volver. Y el hecho de forzarlo, o peor aún, ignorarlo y dejarlo de lado, no ayudará en nada.

Lyria mudó su expresión en una súplica:

- Ya he perdido a mi padre. No quiero perder a uno de mis hermanos.

Kendra volvió a ser testigo de la polémica desatada entre Ishaya y Sicarius, pero en esta ocasión, Lyria la joven cambiante, intercedía en pos del temperamental guerrero con palabras ciertamente cargadas de templanza y equilibrio. Todo sería mucho más complicado de lo que los Vengadores pudieran pensar en un principio. Tal vez, antes de enfrentarse al más mínimo peligro, debían superar sus asperezas...

- Yo no quiero ser un problema para mis hermanos... ¿Con quién debo ir Ishaya?- preguntó a la espera de que el líder decidiera. La carga impuesta al sacerdote era pesada... pesadísima. Él debía ser el puente de unión entre sus hermanos, la bandera de todo lo que Petros Lorrimor significó y exponer la importancia del grupo por encima de individualidades o comportamientos infantiles, pues ya hacía algunos años que había superado la quinta década de vida.

El chiquillo cambiaba su mirada de Ishaya a Lyria, cada vez que ellos hablaban. Sic, siempre era Sic, el centro de todo, hiciese lo que hiciese, siempre surgia su nombre. Y él era el niño? Era Erodel el más fragil? Había que discutir alguna vez por su culpa? Cambiaba él el curso de las cosas cuando hablaba? NO. Opinaba, si, alguna vez, así se lo había dicho Ishaya, que no se quedase al margen, pero NUNCA se interponía en la voluntad de los demás. Solo el buey cabezota se las arreglaba para que acabara todo con una discusión, aún sin tener nada que aportar. Si tuviese algo más de confianza con aquellos que lo acogieron sin más...pero debía permanecer al margen, dijese lo que dijese Ishaya. No discutiría, nunca lo había hecho, y menos con un alcornoque como Sicarius. Porque ese dia, el dia que se enzarzara con el, acabarían mal, muy mal, y una cosa era clara: uno de los dos MORIRÍA.

- Y bien? Nos dividimos? Salimos a darle una palmadita a Sic y nos vamos todos juntos... - aun antes de acabar la frase, Erodel calló de golpe. No le correspondia a el juzgar a nadie. El, menos que ninguno.

- Perdón... - masculló el niño, y cerró su boca, que a veces actuaba sola, como a veces lo hacía su mente.

Ir a visitar a un viejo amigo de Lorrimor no era precisamente la situación para descargar adrenalina, ira o lo que fuese que le oprimía en la boca del estomago a Sicarius, pero era mejor que ir en séquito de un lado a otro y sentirse la mula de carga o el perro de presa si las cosas se ponían feas. Esta nueva situación le brindaba la oportunidad de mostrar sus otras valías, después de todo el guerrero no era ni mucho menos estúpido y si bastante sensato.

Mientras esperaba a Lyria daba pequeños puntapiés a las piedras con las que se topaba en ese pequeño rincón de terreno, ansioso y preocupado, no le gustaba estar enfadado con ninguno de sus hermanos, en especial con Ishaya. El enano siempre había velado por su amistad y fraternidad, pero desde que tomó el mando de esta familia, las preocupaciones, la fe y sus conflictos internos de la índole que fuesen, estaban convirtiéndole en una persona demasiado inflexible, irascible, en alguien demasiado autoritario y excesivamente responsable. Parecía que el peso del mundo cargase sobre sus espaldas. Quizás debía delegar quebraderos de cabeza a los demás.

Sicarius quería a Ishaya, pero en este corral había demasiados gallos y él necesitaba sentirse uno más en esa lucha, aunque no deseara bajo ningún concepto ganarla.

Ishaya reflexionó sobre todo lo acaecido en los últimos días, más bien en las últimas horas. Se había enfrentado con sus hermanos por diferentes motivos. Jarik y sus dudas sobre el clero de Pharasma. Sic y sus modales. Lyria.... y su sabiduría, pragmatismo y templanza.

Su modo de actuar desde que habían llegado a Ravengro distaba mucho del Ishaya mediador, conciliador, dialogante y paciente de Ardis. La muerte de padre le había trastornado? Era un golpe duro, y a medida que descubrían más detalles se hacía cada vez más doloroso, pero tanto como para modificar su manera de afrontar las cosas?

Era cierto que era el primer ser querido que hacía el último viaje, sus padres no contaban pues no los conoció, pero llevaba años viviendo junto a la muerte, velando por el descanso eterno, preparándose para la lucha contra la no-muerte.... Su fe era firme y su determinación aún más, por que sufría tanto? Lorrimor ya estaba junto a Pharasma, y disfrutaba del reposo de los justos... Era el modo en que padre había traspasado lo que le inquietaba? Era aquella pléyade de necromantes y no-muertos, la Senda Susurrante, lo que ponía nervioso al clérigo enano?

Sus hermanos veían en él un guía espiritual, una suerte de líder que cohesionaba el grupo, un pilar donde sostenerse en momentos difíciles, un hermano mayor que aconsejaba, guiaba y, por encima de todo, quería.... Ahora sentía que no había sido capaz de ser todo aquello durante las últimas horas, había defraudado a sus hermanos. Y darse cuenta de aquella situación le golpeó el alma....le zarandeó el espíritu cual hoja de árbol mecida por el viento....la zozobra le invadió implacable, una sima oscura y lúgubre se abrió en su mente y amenazaba con tragárselo todo....

Entonces una luz se abrió paso entre tanta desesperanza, su nexo con Pharasma avanzó sobre la oscuridad...su fe le dió un asidero desde el que auparse fuera del pozo... Su enfermizo optimismo hizo el resto. No era momento de lamentaciones, el pasado lo era y el destino les esperaba.

Con un nuevo brillo en la mirada se levantó y se dirigió hacia el exterior de la casa con la intención de encontrar a Sic.

Aguardad un momento, por favor....

Y salió.

En cuanto salió buscó con la mirada a Sic. El humano era un maleducado, grosero y buscabregas.... pero era así y había que respetar su modo de ser. La esencia de Sic era aquella, y así había que quererlo, además de que Ishaya siempre había sido capaz tolerar sus desmedidos excesos.... De hecho, en ocasiones, esos exabruptos alejaban a los pesados y a los moscones que rondaban a Lyria....

Sic, entra con nosotros por favor. Debemos planificar la estrategia a seguir para averiguar que está pasando en este pueblo, y sobretodo saber quién mató a padre. Te pido perdón por mis duras palabras....

Ishaya alargó el brazo esperando que Sic estrechase su mano.... En su mirada sólo había determinación.