Partida Rol por web

Más que un combate parecía un baile. El fantasma cambiaba de situación y la de sus adversarios a su antojo. Al final estaba resultando que el pequeño plan de Sicarius de atrapar en el pasillo a El Cercenador estaba explotándole en la cara como las pistolas a Jarik. Tras errar su golpe y recibir uno el guerrero quedó desorientado, sus fuerzas menguaban a una velocidad pasmosa y sus demasiadas heridas físicas y psíquicas no ayudaban. Se tambaleó y sacudió la cabeza para despejarse y al volver en si su enemigo había vuelto a mudar su localización. Sicarius corrió de nuevo a ocupar una posición ventajosa para él y Erzen en el combate buscando siempre el flanqueo de ambos aliados. Una vez en situación lanzó un terrible hachazo que debido a la ofuscación o el agotamiento quedó en nada. Y al chocar el arma contra el suelo el guerrero sintió que a pesar de empuñar la mejor de todas las armas jamás forjada y de poseer un gran talento y fortaleza para el combate su suerte estaba echada y que solo un milagro de mano de la mismísima Pharasma impediría que su cabeza formase parte de la colección del maldito Saetressle. Cerró los ojos, apretó la mandíbula y se resignó a recibir el golpe de gracia.

Angela, te he fallado. Padre, te fallado. Perdonadme si alguna vez os di la esperanza de justicia, pues no lo conseguiré.

Tras el fallo de Sic, el cual hizo oídos sordos a los consejos que espetaba Ishaya, Desther salió disparado tras la estela del guerrero. Justo cuando giró la esquina, se separó del robusto guerrero, intentando atrapar al malvado y grácil espectro en una táctica envolvente. Finalmente se detuvo en un rincón de la gran sala en la que moraba el Cercenador, y convocando nuevamente sus energías admonitoras de no muertos se dispuso a lanzar un nuevo orbe...

- ¡¡QUÉ SEA PHARASMA LA QUE TE CONDENE EN SU SIEMPRE TEMPLADO JUICIO, CRIATURA RUIN!!- pero nuevamente, el orbe fue esquivado con una finta grotesca por parte de esa marioneta siniestra que era Saetressle...

La acción se desplazaba vertiginosamente de un lado para otro. El saltarín enemigo se movía por toda la sala mientras Sic y Erzsen le iban a la zaga... La voz rotunda de Desther urgía a la Dama de las Tumbas para perturbar al Cercenador, Jarik lanzaba una y otra vez la pequeña hachuela que siempre volvía a su mano y Lyria agitaba una varita tratando de sanar a mocetón....

Ishaya podía hacer poco más que tratar de minimizar los daños del enemigo pero intentando no ponerse por enmedio de la lucha con tal de no convertirse en un estorbo más que en una ayuda... Caminó hasta la esquina y divisó la espalda de Erzsen.... Instintivamente alzo su mano y le tocó...

Que Pharasma guíe tus manos,hermano....

El pistolero notaba que era el cercenador el que les estaba arrastrando . Por unos instantes, Jarik pensó que ésta era la sala en la que habían tenido que combatir contra los esqueletos, pero luego cayó en la cuenta de que se hallaba en un error. Esperaba que no fuese una trampa y los arrastrase para que una horda criaturas acabase con ellos.

Con estos funestos pensamientos en la cabeza, Se posicionó nuevamente para tener linea de tiro clara contra el maldito no-muerto. Lanzó el hacha encantada hacia el enemigo. La trayectoria fue en esta ocasión ligeramente curva. Y el retorno del arma efectuó una parábola casi perfecta. Por el camino, parte de la esencia ectoplasmática del ser se vió arrancada de su cuerpo. Señal de que algo había hecho otra vez.

Demasiado lento, demasiado lento. -Murmuro para si el pistolero

El Cercenador silbaba y ellos danzaban a su son. Era así, sin ninguna duda, pero así tenía que ser. Sic y él no cejaban en ir tras sus pasos para tratar de acorralarlo y reducirlo con sus armas encantadas. Ya no había ninguna clase de tacica ni estrategia, todo se reducía a perseguirlo y acuchillarlo sin parar. Hasta que cayese el o ellos. De nuevo el guerrero y el conde emparedaron al espiritu con sus maniobras y se lanzaron al ataque. Las dagas de Erzsen volvieron a danzar como un borrón, y esta vez fue el arma bendita la que atravesó las raudas fintas del ser. El consiguiente estallido de energía sagrada fue como un balsamo para el niño noble, acompañado de la calida sensación de Ishaya al tocarlo con su bendita guia. La apatía y el desanimo habían dado paso al empeño ciego de acabar con aquel ser. De una vez por todas.

Lyria volvió a concentrarse, qué otra cosa podía hacer. Inició de nuevo la navegación mental por las vías arcanas del objeto. Cada vez le eran más familiares, aunque con cada intento, hacían lo imposible por ser más ininteligibles, ...., pero Lyria las empezaba a conocer .....

Volvió a abrir los ojos, y nuevamente liberó la energía del objeto hacia la posición de Sic ....

En esta ocasión, el golpe de Erzsen obtuvo el fruto que todas sus maniobras habían buscado, pero a pesar de descargar la energía mágica de la daga consagrada, el Cercenador continuaba bregando con completa impunidad, y una vez más su hacha se cebó con Sicarius.

Si no llega a ser por el conjuro que había liberado la varita de Serenrae que Lyria manipulaba a la ciega, a buen seguro que se encontraría en una situación mucho más crítica...

Las heridas de Saetressle comenzarón nuevamente a cerrarse, pero el hijo de herreros, no permitió que el camino recorrido se desandara con facilidad, pues su luminosa alabarda, impactó nuevamente contra el cuerpo del espectro.

El combate estaba lejos de acabar y ahora que Sic, su máximo exponente, había caído el asunto daba un nuevo giro a los acontecimientos poniendo a los Vengadores en posición precaria... más si era posible. Moverse hacia Sicarius era arriesgado y por ahora podría esperar sin sus cuidados... aunque no mucho...

Dio un paso por detrás de Desther para volver a poner su mano sobre el conde de Anactoria, en el aquel momento su principal valedor, y rogar a Pharasma que guiara su mano.

Loada sea Pharasma.... que guíe tu mano

Las circunstancias eran criticas. las armas casi no hacían daño al maldito espíritu más allá de la bendita daga de Erzsen la albarda de Desther. Si otro de sus hermanos cae, la situación se pondría realmente complicada. Su mente acaricia la posibilidad de coger el martillo del merodeador para ver como reacciona este ente. Pero el recuerdo del daño que causó a Ishaya le hace dudar. Y su puntería se resiente de esta indecisión. Su lanzamiento sale desviado ligeramente, a una pulgada del enemigo.

Maldita sea!!- Exclama en un arranque de indignación poco cmún en el frio pistolero

Sic cayó arrasado de cortes sanguinolentos, producto del hacha impía que el espiritu manejaba con macabro acierto. Erzsen quedó solo frente al Cercenador, y sintió congoja. Sin la presencia del recio guerrero distrayendo al ser mientras trataba de colar sus aceros en sus defensas se sintió perdido. Quizás ese fuera el motivo por el cual sus dagas bailaron inocentemente frente al traslucido no-muerto, sin siquiera ahondar en sus brillantes contornos ni un apice. Ni tan siquiera el serenador toque de ishaya le pudo quitar la desazón que lo invadia. Ahora, el joven conde estaba a merced del Cercenador...

La situación se ponía realmente cruda. Era un desgaste, aunque en los dos bandos, los Vengadores lo estaba sufriendo más. Sic calló, y una oleada de descorozonamiento invadió a Lyria. Se obligó a concentrarse, pero las imágenes quedaban grabadas en su mente, y estas terminaron por arruinar la concentración de la muchacha ....

La criatura no se retiró ni un ápice de los ataques proferidos por el joven conde, y reaccionó lanzando un nuevo golpe que en esta ocasión, recayó sobre Desther. El inquisidor, encajó el golpe sin chistar, mientras enarbolaba su alabarda para un nuevo ataque...

Desther descargó con saña su alabarda, pero en esta ocasión, su tajo no halló el objetivo esperado. El Cercenador, había previsto el ataque del inquisidor y pudo evitarlo con total facilidad, mientras se disponía a continuar su sangría...

Ishaya se impacientaba. Sus hermanos más efectivos en combate estaban dejando de serlo, quizá fruto del cansancio. Por ello, el sacerdote pharasmita decidió ser un poco más expeditivo. Avanzó hacia una posición mejor con la que disparar mientras iba preparando la ballesta enrunada. Cuando llegó al sitio levantó la ballesta y accionó el disparador... y el virote voló muy alejado del enemigo. Al menos ahora estaba cerca de Sic para auxiliarlo en cuanto pudiera.

La entrada del enano para acercarse al caído Sicarius , le da al pistolero un respiro. Si su hermano está allí , puede que aún les queda alguna oportunidad de acabar con la maldita prisión. Eleva la maravillosa hachuela y  la lanza hacia el ectoplasmático ser.

En esta ocasión , la perseverancia se ve recompensado con un acierto. Sabe que el daño que le hace es poco, pero su misión es ir dañando. Y se lo propone hacer hasta que le quede el último aliento. Si cae, caerá junto a su gente. Con un propósito y una meta clara.

Pero aún pueden vencer. Lo siente en los huesos y en la propia determinación de todos sus hermanos. Incluso en el desquiciado Sicarius... Pueden. Deben.

Ishaya se unía al combate con su ballesta enrunada, tal era la desesperación de aquella lucha. Sicarius seguía inerme, y Jarik acercaba posiciones, aun si atreverse a usar el martillo magico. Esta vez, Erzsen volcó toda su concentración en la daga sagrada, pues era consciente de que sus artimañas de salón con los cuchillos no valían contra este ser. Asi pues tiró a fondo con la curvada hoja, tratando de hundirla hasta el tuetano en aquella esencia traslucida del espiritu, y que el poder de Pharasma penetrase completamente. Y lo consiguió. La daga entró chisporroteando, toda la energía divina liberada. El niño conde rezó para sus adentros, con la esperanza de que aquella descarga dañase seriamente, o aun aniquilase al espiritu.

La daga consagrada procedente de lejanas tierras se hincó esta vez en la misma esencia del mal. Como de si de un estallido se tratara, la energía inundó abordó al no muerto mientras éste se debatía en un cúmulo de atroces quejidos y lamentos... ¿Era posible? ¿Tal vez cabía la psibilidad de que hubieran vencido al cercenador?

Varios haces de luz atravesaron al espectro desde su interior, como si un fajo de sables lo hubieran trinchado sin piedad. El mal se apagaba en aquella sala... Los Vengadores, una vez más habían superado la prueba que el destino y la maldita Harrowstone había colocado ante ellos.

Pero no debían bajar la guardia... Aunque un esbozo de sonrisa se dibujó en sus caras, sabían que deberían hacer frente a más peligros... Y puede que a estas alturas... fatales.

Lyria por fin respiró aliviada. El espíritu del cercenador se consumía en un espectáculo dantesco de gemidos y estertores, a buen seguro, las múltiples víctimas que en su vida, y quizá muerte, había cosechado, compartían dichos gritos, pero en este caso, de júbilo. Lyria terminó de recrearse en la contemplación del fin, aunque sólo fuese momentáneo, del tercero de los cinco espíritus. Era un aspecto de cierto modo sádico, pero que debido las circunstancias, Ishaya podía llegar a perdonarle.

Una vez hubo acabado el espectáculo, apareció de nuevo el lado pragmático de la muchacha de ojos dispares:

- Debemos continuar. Terminar de explorar las celdas, e incluso esta rejilla central, por si encontramos algún objeto de utilidad, y acto seguido ir a conversar con el espíritu de Verosiana, para que nos guíe dónde encontrar los dos espíritus de los reos ilustres de la prisión, y así poder acabar con el embrujo de la prisión.

Lyria se dispuso a liberar la energía de la varita, para ver si podía restaurar nuevamente su hermano Sicarius, pero se frenó en seco. Tomó conciencia de esa mala influencia que su pobre hermano estaba siendo objetivo, y plasmó si idea en voz alta:

- Aunque primero sería bueno que nos intentásemos deshacer de esta maldita hacha. No me gusta nada la mala influencia que realiza sobre Sic.