Partida Rol por web

Castillos de arena

Tinta tus sueños

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03/03/2016, 02:53
Nicole Nazar

—Ohhh... Eso suena genial. Casi hasta me arrepiento de haber renunciado a ello —respondo, con una sonrisa divertida—. Ted sólo sabe hacer cosas fritas. Huevos, bacon, patatas... Ayer hice una ensalada para cenar y creo que era la primera vez que él comía lechuga en meses.

Entonces hago una pausa y me quedo pensativa durante un par de segundos antes de continuar.

—Pero bueno, bien mirado quizá sea mejor que haya renunciado... Creo que necesito pensar un poco en todo lo que he visto hoy. 

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03/03/2016, 03:20
Austin Garret-Jolley

Camino junto a Nicole, escuchando sus palabras, y casi la compadezco por lo que cuenta. Las comidas que plantea están muy bien, pero si le espera eso dos semanas seguidas... Yo creo que empezaría a rodar antes de llegar a los diez días.

Sin embargo antes de que responda ella continúa hablando y la miro ladeando la cabeza: intrigado al principio, curioso después.

—Claro —enuncio aceptando aquella especie de plan extraño. Aún así trato de quitarle importancia bromeando—. Aunque yo creo que pensarías mejor con mis tupper, van a faltarte vitaminas —advierto antes de guardar un instante de silencio y mirarla de nuevo—. ¿Me contarás lo que pienses?

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03/03/2016, 12:25
Nicole Nazar

Sonrío con su broma y, cuando me pregunta, lo miro frunciendo levemente el ceño con curiosidad. No entiendo por qué iba a interesarle lo que piense, pero me encojo de hombros.

Bueno, no lo sé —respondo, sin estar segura de querer comprometerme a algo así—. Supongo que si quieres te lo puedo contar... Aunque no sé. No creo que sea muy interesante, la verdad. —Ladeo un poco la cabeza. —¿Por qué quieres saberlo?

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03/03/2016, 13:03
Austin Garret-Jolley

Las palabras de Nicole me arrancan una sonrisa genuina, levemente sorprendido porque pueda pensar que no es interesante. Le explicaría que todos los pensamientos de todo el mundo lo son, pero hasta yo sé que eso sería exagerar. Toda la gente clónica, por ejemplo, vale sólo por una persona en ese sentido.

—No te preocupes, no tienes que hacerlo si no quieres —respondo antes de recibir su pregunta y me encojo de hombros, como si la respuesta fuera evidente—. Bueno, son cosas que tienen que ver conmigo —le digo mientras salimos del instituto—. ¿Tú no querrías?

Y tras esa pregunta emito un suspiro, colocándome perpendicular a la puerta. En mi actitud se nota que pienso que ha llegado el momento de separarnos.

—Voy a irme ya —anuncio—. Quiero hablar con Rachel y con Chloe sobre lo de la galería, y pasarme por allí antes de las cinco —explico como si a esa hora tuviera algo concreto que hacer. Entonces formo una pequeña sonrisa—. Dios, Rachel me va a matar cuando se lo cuente —bromeo, aunque en mi forma de hablar se nota que no es así para nada. Lo más probable es que en que sonría con inevitabilidad, quiera hablar sobre por qué lo he hecho, y poco más.

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03/03/2016, 13:13
Nicole Nazar

—Sí, claro que querría —respondo, deteniendo ahí mi lengua que estaba a punto de explicarle por qué no es lo mismo. Asiento a su despedida y mis ojos buscan por la carretera el coche de Ted hasta encontrarlo unos metros más allá. 

—Ánimo —digo entonces, dedicándole una pequeña sonrisa—. Si necesitas algo, o prefieres que les llame yo, avísame —propongo, disponiéndome a marcharme—À bientôt, Austin.

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03/03/2016, 13:27
Austin Garret-Jolley

Hago un gesto cuando me da la razón, como si fuera lo evidente. Luego la veo buscar algo, y no tardo en ver de qué se trata.

Me encojo de hombros más tarde, cuando me da ánimos, y sonrío cuando se ofrece a ayudar en lo que sea.

—Qué mona —dijo mientras hago el gesto de atraparle la nariz con total naturalidad, como si su comentario me hubiera producido ternura. Después doy un paso atrás para marcharme, y asiento animado a sus últimas palabras—. Amianto para ti también —le deseo, aunque es evidente que no creo que sea eso lo que haya dicho.

Y tras esas palabras me doy la vuelta, poniéndome en camino.

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03/03/2016, 13:34
Austin Garret-Jolley

Paso el principio de esa tarde arreglando el desaguisado que yo mismo he creado. Al final parece que los de la galería más bien no sepan cómo tomárselo que otra cosa. Chloe se ha comprometido a pasarse también, y aunque ha valorado la opción de cederles algún cuadro o concretar algún tipo de evento como compensación, no estoy seguro de que sea necesario.

El resto de esa tarde lo paso en la universidad. Hoy es martes, lo que significa que tengo una cita.

Y al día siguiente, tras levantarme y trabajar un poco, salgo hacia el laboratorio de danza. Paso por el instituto y me detengo en el despacho de Nicole, donde dejo una mochila con tuppers para ella: dos de canelones de carne, tres de canelones de espinacas —suficiente para que pueda compartir con Ted y repetir— y dos de un guiso que he preparado el día anterior. Ya que parece que está en clase, le pido a su jefe que se los deje por ahí con una nota.

No iba a interrumpir tu clase, pero sí tu dieta.

Después me marcho, dispuesto a dedicar el resto del día a la danza salvo, como mucho, el rato que tengo que venir a dar clase.

No es hasta el día siguiente que doy señales de verdad. O, más bien, esa madrugada. Son las cuatro de la mañana cuando suena mi despertador y, aún desde la cama, cojo el teléfono y llamo a Nicole, insistiendo lo que haga falta hasta que me coge. Si no lo hiciera o tuviera el móvil apagado acabaría por levantarme y llamar a otra persona, pero si realmente descolgase tengo claro lo que diría.

—Prepara tu kit de secuestrada. En mi casa en una hora. Cap. —Y tras esas palabras y sin dar más explicaciones, colgaría el teléfono.

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03/03/2016, 13:50
Nicole Nazar

Los canelones de Austin habían sido un triunfo. Sobre todo porque a Ted no le gustan las espinacas, así que los más ricos terminaron siendo todos para mí. Al cocinero le envié un mensaje de texto:

Mi organismo te agradece infinito los tuppers 
Merci beaucoup 

Cuando el teléfono empieza a sonar estiro la mano todavía dormida y toqueteo la pantalla hasta que se calla. Así, suena varias veces, hasta que finalmente el sonido penetra mi sopor hasta llegar a mi consciencia y abro un ojo a medias para ver la pantalla. 

—Hmmmffmfmmfff —es más o menos el único sonido que mis cuerdas vocales consiguen emitir, aún con la boca cerrada.

Pero en cuanto escucho la voz de Austin mis ojos se abren enormes y en menos de un minuto ya estoy en pie. Kit de secuestro. ¿Qué coño querrá decir con eso? No tengo ni idea de qué puedo necesitar, así que tras varios segundos de ir de un lado a otro por la habitación, termino por decidir meter en una mochila lo mismo que había preparado él cuando no sabía a dónde le llevaría. Si él cogió esas cosas, por algo sería, ¿no?

Así que preparo un bañador blanco y azul que está muerto de risa en un cajón de la habitación de invitados y que debió pertenecer a alguna exnovia de Ted, mi chupa, una libreta y un bolígrafo, el libro que me dejó Austin y el que me regaló, un cd con un recopilatorio de canciones, que es el único que tengo a mano y ya de paso meto también un par de barritas energéticas y mi cepillo de dientes. Tras pensármelo un poco acabo metiendo el cargador del móvil, una toalla de esas de microfibra que le robo a Ted, la funda para la muñeca que me cosió Austin, un juego de ropa interior por si acabo perdiendo el que lleve puesto y un preservativo, porque con este chico nunca se sabe. Y finalmente, con una media sonrisa, me cuelo en el garaje de Ted y le cojo un saco de dormir de esos superplegables y lo engancho también.

Me ducho a toda velocidad y mientras me visto voy llamando a un taxi. Mataría por tomarme un café, pero no sé si entonces llegaría tarde, así que aparto esa idea. A Ted le dejo una nota:

Me he ido con Austin no sé a qué. Es una sorpresa. Supongo que volveré pronto, pero ya te avisaré. =*

Y con eso salgo a la calle, justo a tiempo para coger el taxi que acaba de parar en la puerta y una hora y un minuto después, estoy bajando de él en la calle de Austin. Miro alrededor y si no lo veo allí, abriré la puerta del portal empujando y tirando como le vi hacer a él y una vez en el quinto, usaré la llave del contador para entrar directamente en su piso.

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03/03/2016, 14:27
Austin Garret-Jolley

En cuanto termino la llamada decido que, ya dado el primer paso, puedo dormir cinco minutos más. Mi estómago bulle de expectación, pero no dejan de ser las cuatro de la madrugada. Así que pongo el despertador para las cinco menos cuarto, como debe ser, y dejo que mi cabeza se desplome sobre la almohada.

En realidad me cuesta volver a dormirme. Estoy impaciente y nervioso. Sin embargo sí permanezco en ese estado de duermevela a medio camino entre el suelo y la vigilia. Unas veces mis ojos se abren, y temo que se me haya pasado la hora, y otras se cierran como si aún tuvieran todo el tiempo del mundo.

Finalmente el despertador suena y me levanto casi de un salto, dispuesto a prepararme. Reviso la mochila que preparé ayer, me doy una ducha, y aunque me planteo esperar abajo la inspiración me asalta y me siento en la encimera a escribir. Cuando llegue Nicole ya llamará al telefonillo.

Sin embargo no llego a oír ese sonido. En lugar de eso escucho el de la llave en mi cerradura, y algo en mi cabeza hace clic, provocando un brillo en mis ojos sin igual.

—Buenos días —le digo en cuanto la veo, con una enorme sonrisa y expresión de expectación. Luego me bajo de la encimera y camino en su dirección, cogiendo la mochila de camino —. Creía que nunca ibas a usar esa llave —comento con familiaridad y evidente satisfacción: se nota que me gusta que lo haya hecho.

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03/03/2016, 17:10
Nicole Nazar

Buenos días —respondo, con los ojos brillantes de pura expectación y una sonrisa bailando en los labios. Entonces, ante sus palabras, miro la llave que tengo aún en la mano y pongo cara de circunstancias—. Es que pensé que a lo mejor era una prueba. Como dijiste directamente «en mi casa» y no estabas abajo... 

—Pero oye —continué, cambiando de tema—, ¿cuánto rato va a durar el secuestro? ¿Debería avisar al instituto de que no iré a trabajar? 

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03/03/2016, 17:10
Austin Garret-Jolley

—Y si lo fuera habrías sacado un sobresaliente —respondo encantado a sus palabras. Se puede notar en mí que la expectación que siento es, como mínimo, tan grande como la suya.

Después de eso ladeo un instante la cabeza con una media sonrisa.

—Bueno, no te voy a decir cuánto va a durar —le digo—, porque si no sería una mierda de secuestro. Pero sí, quizá lo suyo sería que fueses avisando —enuncio antes de que mi sonrisa se amplíe—. Además, quizá luego no puedas.

Luego la miro durante un instante, casi como si intentase leer sus pensamientos.

—¿Lista? —pregunto antes de abrir de nuevo la puerta.

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03/03/2016, 17:11
Nicole Nazar

—Siempre —respondo mientras voy sacando el móvil. Lo bueno es que con el asunto de la muñeca tengo excusa para no ir algún día y justo hoy sólo tenía tutoría e íbamos a estar viendo el final de la película, así que tampoco es tan importante.

Tras enviar un mensaje de aviso a la secretaría del instituto informando de que no podré ir por un imprevisto, sin dar más explicaciones, miro de nuevo hacia arriba y empiezo a trotar por las escaleras hacia abajo. 

Estoy al mismo tiempo muerta de sueño y de expectación y al llegar a la calle me arrebujo un poco en mi chupa y miro a Austin con ojos brillantes.

—¿Y ahora qué?

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03/03/2016, 17:11
Austin Garret-Jolley

Con una sonrisa tras su confirmación voy por las escaleras animado, bajando de dos en dos o de tres en tres. Una vez abajo me giro y la miro, casi como si esperase que ahora guiase ella.

—Ahora te llevaría en mi moto —le digo de un humor inmejorable—. Pero como ni tengo moto ni sé conducir, cogemos un taxi —afirmo señalando en la dirección de la parada más cercana.

—Si no has desayunado estás de suerte, porque tenemos el tiempo justo para parar en el sitio con los mejores gofres de la ciudad —enuncio cruzando con ella una mirada antes de soltar lo que podría ser una pista—. Y vas a necesitar energía.

Una vez en el taxi dedico una mirada a Nicole, consciente de que ahora ella podría usar lo que diga para averiguar cosas, pero una media sonrisa aparece en mi rostro. Lo tengo todo pensado. Tiendo al taxista un papel.

—Llévenos aquí —le digo haciendo un gesto para señalar la primera dirección—, pasando antes por el otro sitio, será sólo un momento.

Después hago un gesto hacia la mochila.

—¿Puedo ver qué traes?

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03/03/2016, 17:12
Nicole Nazar

—Oh, sí, por favor —respondo a lo del desayuno antes de añadir algo más, dramatizando exageradamente—. Necesito un café para poder ser una persona. 

Y ya en el taxi le ofrezco la mochila cuando la señala. 

—Claro. Aunque no llevo nada raro. Es sólo el kit de secuestro básico —explico, riendo divertida.

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03/03/2016, 17:58
Austin Garret-Jolley

Al escuchar su excesiva dramatización de la palabra necesito río con suavidad antes de encogerme de hombros.

—Pues si de verdad es una necesidad no te lo puedo negar —respondo—. Suena así como un Derecho Humano Universal, o algo, y esas cosas son importantes.

Después, ya en el taxi, la miro divertido cuando ella define de esa forma lo que lleva en la mochila y me decido a abrirla. Sin embargo antes echo un ojo al saco de dormir y asiento con la cabeza.

—Así me gusta, bien preparada —le digo con una mezcla de asombro y expectación, y preguntándome si lo ha traído sólo por lo dicho el otro día o porque de verdad contempla la posibilidad de necesitarlo—. Y no es ninguna broma, ¿eh? —digo después—. Estuve a punto de cambiar el plan por uno que implicaba noches fuera, así que bien —asiento antes de proceder a examinar el interior.

Poco a poco voy dejando sobre el asiento compartido, entre los dos, algunas de las cosas que encuentro. Al encontrar el bañador puede verse que asiento con una sonrisa, y cuando saco la libreta la abro para ojearla. Luego hago lo mismo con los libros, buscando alguna marca que indique hasta dónde ha llegado. Realmente no quiero ver cuánto ha leído, sino saciar la curiosidad repentina de saber si es de esas personas que usan marcapáginas, de las doblan las esquinas, o de las que simplemente recuerdan. Luego, al encontrarme el disco lo miro con detenimiento, buscando la lista de canciones. Paso bastante de las barritas energéticas y del cargador, pero la toalla, la ropa interior y el preservativo me sacan una sonrisa.

—Eh, Nickynic —la llamo con una media sonrisa—. Tú dirás lo que quieras, pero empiezo a pensar que sí quieres hacerme cosas malas —comento antes de continuar con mi búsqueda. Mientras tanto finjo una cara de lástima y niego con la cabeza—. Aunque se te han olvidado las esposas.

Al final saco también la funda del brazo y el cepillo de dientes y miro el último durante un instante.

—Y supongo que esto será para dejarlo en mi casa —bromeo antes de hacer un gesto hacia la funda—. ¿Qué tal? ¿Sirve de algo?

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03/03/2016, 18:14
Nicole Nazar

Me río un poco cuando alaba el saco de dormir, pero en cuanto empieza a sacar cosas yo me asomo por la ventana, intentando averiguar hacia dónde vamos a través de la ruta que va recorriendo el taxi. 

En la libreta sólo hay algunos problemas resueltos de los que luego suelo poner en clase y unos bocetos del despiece de algo que podría ser un puente levadizo. El libro prestado tiene un trozo de folio doblado como marcapáginas, casi al principio del libro, y en él hay copiados algunos versos que me han llamado la atención. Sin embargo, en el de Austin hay varios trozos marcados a lápiz o directamente subrayados y unas cuantas esquinas dobladas, en la parte superior y en la inferior. 

Cuando escucho su voz mis ojos abandonan el exterior para mirarlo con una sonrisa divertida por esa extraña forma de llamarme que se acaba de inventar. Sin embargo, al ver lo que señala, se me escapa una carcajada.

—Aprendo de la experiencia —es toda la explicación que doy al respecto, enarcando ambas cejas.

Y con su pregunta, recoloco mi posición un poco para hablar más cómodamente con él. 

—Va genial. Es muy cómodo... —Pongo los ojos en blanco por un instante, aunque sin perder la sonrisa que me acompaña desde que me desperté. —Bueno, todo lo cómodo que puede ser teniendo el brazo inútil, claro. Pero me encanta. Te agradezco muchísimo que perdieras el tiempo haciéndomelo. 

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03/03/2016, 18:33
Austin Garret-Jolley

Por la ruta que estamos siguiendo está claro que nos dirigimos al Este. Sin embargo aún es pronto para que ella pueda adivinar adónde. Presto atención a las partes marcadas de un libro y copiadas del otro, y me siento satisfecho con que de verdad parezca estar dedicándole un tiempo.

Cuando dice aquello de la experiencia simplemente la miro manteniendo la sonrisa, con un silencio elocuente que sólo pretende darle la razón. Y luego, cuando responde a mi pregunta, simplemente empiezo a meter las cosas de nuevo en su mochila.

—Pérdida de tiempo habría sido si no te hubiera servido —le digo con toda la razón del mundo—. Me alegro de que te vaya bien. Para cuando estés bien podemos patentarlo, o algo —propongo sin planteármelo realmente, sólo como una idea más que se pierde entre tantas.

Es entonces cuando el taxista detiene el vehículo y yo miro por la ventanilla. Tras plantearme las cosas un momento miro a Nicole y luego al conductor.

—Lo he pensado mejor, déjenos aquí —le pido antes de pagarle.

Una vez en la calle guío a mi amiga hacia una cafetería veinticuatro horas. A estas horas de la madrugada la clientela es escasa, pero el camarero está tan animado como siempre. Saludo a Glenn en cuanto entro con la puerta con una sonrisa y, tras acercarnos, le pido un gofre con nata y chocolate y una botella de agua y le presento a mi acompañante. Después dejo que Nicole pida lo suyo, y si se plantea siquiera pagar le explico que hoy es mi sorpresa, así que me toca a mí encargarme de esas cosas. Pido a Glenn que me lo anote en mi cuenta y guío a Nicole hacia una mesa.

—No había pensado en lo de comer en el taxi, así que mejor así —le digo—. Tampoco vamos mal de tiempo, así que sin problema.

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03/03/2016, 18:52
Nicole Nazar

Me encojo de hombros levemente a sus palabras para no explicarle que cualquier cosa que haga que no sea pintar cuadros de miles de dólares me va a parecer una pérdida de tiempo. Y cuando el taxi se detiene lo sigo hasta la cafetería. Saludo cordialmente a su amigo y me pido un café solo y un gofre como el de él. 

A pesar de que diga que no tenemos prisa, empiezo a engullir el desayuno a toda prisa. No porque tenga hambre, sino porque cuanto antes terminemos antes seguiremos el viaje y podré ver de qué va la sorpresa.

Ni siquiera se me ocurren otros temas que sacar, mi mente está llena de curiosidad hasta que me parece que va a rebosarme por las orejas y mi pierna empieza a moverse en un golpeteo continuo y constante, de pura impaciencia. 

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03/03/2016, 18:56
Austin Garret-Jolley

Ver engullir a Nicole de esa forma, además de sacarme una sonrisa, me hace plantearme dos cosas: si debería pedirle otro para cuando termine, y si le quedará algo de los tuppers de ayer. Yo mientras tanto voy comiendo, cómodo con el silencio, y al acabar la guío hacia fuera.

Un taxi y veinte minutos más tarde estamos llegando al muelle. Mi estado de ánimo ha mejorado más, aún cuando no lo creía posible, y lo miro todo con los ojos bien abiertos, como si ni yo mismo supiera adónde estamos yendo.

—Oh, oye —le digo entonces, como si acabase de acordarme de algo—. Como requisito físico ponían ser capaz de salir de una piscina sin ayuda de una escalera —informo—. Yo creo que tú puedes con una mano, ¿no? —pregunto con una sonrisa que deja claro que, aunque diga que no, seguiré pensando que sí.

Poco a poco voy encaminando nuestros pasos hacia un lugar que parece una escuela de cosas marítimas: windsurf, vela, esquí acuático...

—En realidad el plan iba a ser hacer una cosa ahora y otra por la tarde-noche —explico sin dejar de caminar, totalmente emocionado al acercarnos a la caseta roja y marrón—. Pero como lo de luego no podía ser con la muñeca así tendremos que venir otro día a eso —enuncio antes de mirarla a los ojos, a punto de decir al fin a qué hemos venido. Pronto se dará cuenta, y para eso prefiero hacerlo yo—. Así que espero que estés lista para nadar con tiburones.

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03/03/2016, 19:16
Nicole Nazar

Me miro el brazo vendado y me quedo pensando un instante si realmente podría salir de una piscina con una mano. Supongo que sí, aunque me costaría un poco, así que asiento con optimismo. Si luego no puedo seguro que me ayuda alguien. Y escucho que sigue hablando, pero mis ojos ya están buscando alguna pista. La caseta a la que parece que nos dirigimos me da un poco de reparo porque desde luego para surfear no estoy...

Y al escuchar finalmente lo que vamos a hacer el brillo de mis ojos aumenta, mis pupilas se dilatan una pizca y empiezo a sentir mi sangre agitándose bajo la piel. Joder. Tiburones. Eso sí que mola. La musiquilla esa de la peli viejuna me suena en la cabeza entonces y sonrío encantada con la idea. 

Pero entonces miro a Austin y frunzo el ceño de inmediato. Los tiburones pueden ser peligrosos, a veces muerden a la gente aunque esté todo controlado y te pueden dejar sin una mano. Mis ojos se fijan en sus manos y entonces no lo puedo evitar y mi boca ya está abriéndose antes de que mi cerebro pueda contenerla.

—Pero... Tú no deberías hacer algo tan peligroso —digo, buscando entonces su mirada—. ¿Y si te muerden una mano?