Partida Rol por web

El que Ellian encontrará un plato de comida escondido en muro secreto fue algo extraño, pero estamos en el castillo del mal imagino que todo puede pasar, el joven Robleverde obsequia el platillo a Richelle , derrepente el sonido de más seres no muertos levantándose se escucha detrás de nosotros, es tiempo de irse.
Seguí ayudando a la hechicera para poder pasar el obstáculo que se había formado, afortunadamente logramos pasarlo sin contratiempos, pero nuevamente Ellian parecía sentirse extraño y eso en lo personal me preocupaba demaciado.

Una vez superado el obstáculo el grupo pudo continuar por los pasillos del Castillo.

El tiempo parecía ir más lento cuanto se sabía que las amenazas estaban a la vuelta de cada esquina.

Había pasado un buen tramo de tiempo en el cual todo parecía extremadamente tranquilo, aquellos os hizo sentir inseguros ya que un lugar como aquel no puede proporcionar paz.

Según avanzabais vuestros sentidos se agudizaban buscando cualquier detalle que no encajase…

Todo el lugar estaba muy tranquilo y eso era muy sospechoso, era posible que estuviéramos entrando a una trampa o una emboscada, asi que mantuve mi látigo en la mano y buscando en la sala algo que me pudiera advertir de la amenaza próxima

Richelle se sentó a comer con tranquilidad la carne que le habian ofrecido, pero eso no significo que no se percatara de lo que le estaba pasando a Ellian, no le dijo absolutamente nada, sólo bajo la vista con preocupación y se comió el hueso de la carne, para que nada se desperdiciara y porque tenia dias sin haber probado un bocado.

No estaba segua, pero atino a decirle a sus compañeros, sentada sobre sus rodillas como se encontraba, sin apartar la vista de Ellian -Mi madre me contaba historias sobre las criaturas de la noche, dicen que la mordedura de una es tan infecciosa, que si el mal no es curado a tiempo termina por corromper el alma de la persona, Alexander ha tenido a bien curarme a mi, y eso ha evitado que me transformase en un cadaver viviente, animado por la magia oscura de este lugar...Mi madre decía también, que en casos extraordinarios, cuando el humano posee un espiritu fuerte, y el corazón inquebrantable, la esencia del monstruo se mantiene en su ser, y es capaz de sacarle provecho.- comentó Richelle con inteligencia, poniéndose lentamente de pie, y alejandose cautelosamente de Ellian, buscando la proteccion de Alexander, no lo admitía, pero algo en aquel hombre comenzaba a ponerle los pelos de punta, era una hechicera versada en sortilegios sobrenaturales, y la sensación de que algo malo estaba ocurriendo en aquel campesino le asustaba. -A lo que voy, es que ninguno de nosotros tuvo a bien curar la herida del señor Roblefrondoso...Robleverde!, pero sea lo que sea, usted puede dominarlo, no permita que la duda, el miedo y la ira oscurezcan su corazón y su razón, pues en ese momento se volverá más vulnerable a la influencia del mal...y lamentaria que se transformase en un perro de tres cabezas como el que nos ha atacado, pues...no dudaré en acabar con usted.- esta vez la chica adoptó un tono de voz frío y severo, que nada tuvo que ver con la actitud de damisela en desgracia que habia presentado.

La estancia estaba poco iluminada, Richelle aguzó la vista, -No avanze por las sombras señor Alexander, pues en ellas se esconden los ojos de las criaturas de la noche que nos observan...pero como dicen las sagradas escrituras.- extendió sus brazos y abrió las palmas de las manos hacia arriba, como si estuviera cogiendo agua entre ellas. -Dios dijo " Hágase la luz...y la luz se hizo"- en las palmas de Richelle, comenzaron a concentrarse partículas de luz, mientras una sucesión de pequeños relámpagos saltaban alegremente por sus brazos, las particulas de luz se elevaron de las manos de Richelle, formando a su vez tres esferas luminosas las cuales comenzaron a alargarse rápidamente, un batir de alas sonó entonces, y en el lugar quedaron flotando tres libelulas formadas de luz, mas grandes que una libelula normal, flotando por el aire, y produciendo una brillante luz dorada. Richelle señaló con la punta de su dedo hacia el frente, y aquellos animales de " energía", volaron por la estancia, iluminando los rincones oscuros en su vuelo rápido y silencioso. Richelle sonrió, sin dejar de prestar atención a las zonas que las libelulas iluminaban y le dijo a Alexander al oido con suavidad e inusual inocencia

-Si...son muy bonitas, ¿verdad?.-

Me sacudo la cabeza, creo que es el cansancio, aunque no es momento de bajar la guardia, escucho lo que Richelle dice... es una hermana de la naturaleza como les decian mis ancestros a las brujas, y está acostumbrada a este tipo de hechizos ó maldiciones. Desvio la mirada y ya no alcanzo a escuchar, ó más bien no quiero escuchar su amenaza disimulada en inocencia al cubrirse con Alexander. -...- La verdad aquel cambio que sentía no me dejaba de preocupar, pero lo que en verdad me asustaba era no volver a ver a Estrella, convertido en bestia ó lo que fuera que me estuviera pasando nada me impedirá rescatar a mi esposa. Ajusto mis armas a la espalda y me detengo para despedirme. -No sé lo que me está pasando... creo que lo mejor será que yo continúe por mi cuenta, no quiero exponerlos y su cruzada nada tiene que ver con que hayan raptado a mi esposa, odio tanto este lugar como la noche al día, este lugar me ha arrancado lo mejor que he tenido en toda mi vida, ustedes están aquí por honor y justicia, yo soy sólo un hombre común que lo único que tiene es orgullo y quiero recuperar lo mas preciado de mi existencia.- Asiento con la barbilla a Alexander en actitud de gratitud y hago una reverencia ante Richelle cómo alguna vez había visto a los nobles del pueblo hacerlo en las fiestas patronales cuando alguna dama se presentaba delante de ellos. -En verdad son bellas...- refiriendome al encantamiento de luz que realiza Richelle con esas libélulas luminosas, me separo de Richelle y Alexander, con paso firme pero sigiloso y me pierdo entre las penumbras de Castlevania.

-Si son muy hermosas- sonreí sin darme cuenta de lo feliz que me hacía escuchar la voz de Richell, posiblemente parte de la culpa de lo que estaba pasando con Ellian era mía, debi de probar limpiar su herida con agua bendita pero ya era tarde para eso, escuché atentamente todo lo que ambos dijeron y antes de que Robleverde saliera de mi campo de visión le dije -No tienes porque irte, es verdad lo que dice ella, y lo se porque está arma fue creada por una persona que logró dominar una maldición- y le muestro el VampireKiller -Ahora pensemos que no logras dominar la maldición, quien evitará que dañes a la mujer que has venido a rescatar-lo último era uno de los peores escenarios que se me ocurría, pero me sentía más seguro tenerlo a mi lado para ver su evolución que perderlo de vista y preocuparme por un enemigo más.

Alexander, en un atisbo de lucidez, se percató que uno de los espejos que decoraban el pasillo no mostraba reflejo alguno ¿Cómo era aquello posible?

Una rápida investigación hizo pensar que aquel objeto no era lo que realmente parecía. El cristal que debía componer el espejo era realmente de un material líquido… pero lo más curioso era que cuando os acercabais más y más al espejo el reflejo inexistente se convirtió en la imagen de una capilla, una capilla como la de una iglesia tan real que parecía que se podía tocar… e incluso acceder a través del cristal.

Al ver ese espejo extraño algo dentro de mi decía que era necesario ingresar, era posible que un gran peligro nos estuviera esperando o algo que nos de una ventaja, pero sólo había una forma de saberlo.
-Richelle, debes ver eso- le digo a mi compañera mientras toco la superficie del espejo con la palma de mi mano.

-Creo que se molestó por lo que dije.- exclamó Richelle con aprehensión, observando a Ellian alejarse de ellos, le dió unas palmaditas en la espalda a Alexander, para llamar su atención y le dijo en un susurro. -Déjalo...quizá necesite pasar un momento a solas, el pobre ha tenido que afrontar bastante, tal vez nuestros pasos se vuelvan a cruzar-  se quedó unos momentos mirando los lugares a donde sus libelulas de luz salían revoloteando, poniendo atención a lo que acontecía, hasta que encontró un espejo y se quedó contemplándolo.

Pero el reflejo era diferente, no era su persona la que veía en el espejo, sino ¿una...iglesia?. Richelle se quedó extasiada contemplando la arquitectura del lugar, como era posible que en un lugar como ese, pudiera verse reflejada una iglesia. Alexander habló y ella se aproximó a el, cuando Alexander pasó la mano observó como la superficie del espejo vibraba como si fuese de agua.

Richelle le dijo -Que clase de magia es esta...porque hay una iglesia adentro del castillo de Drácula...deberiamos entrar...vamos?.- al termino de sus palabras, una de las libelulas revoloteó alredor de ella, se posó en el hombro de Alexander, y tras un segundo, se disolvió en el aire, tan rápido como habia aparecido, el hechizo luminoso de Richelle habia terminado.

-Supongo...que...las damas primero.- Richelle cerró sus ojos, dió un paso al frente y cruzó con decisión el espejo.

Continuaste tu camino por los pasillos del Hall, subiendo varias escaleras e ignorando rutas que parecían no llevar a ningún sitio.

Fue entonces cuando encontraste una doble puerta bien ornamentada, era muy probable que allí dentro estuviese una sala lo suficientemente interesante como para encontrar nueva información sobre el objetivo.

Ahora tan solo quedaba girar el pomo….