Partida Rol por web

Los aventureros lograron tener acceso simplemente abriendo la puerta que había tras las escaleras. Fue una decisión rápida con la intención de alcanzar vuestro objetivo de la manera más eficaz. En cuanto giraron el pomo un potente olor a humedad os inundó los sentidos.

Había unas escaleras de piedra, bastante viejas que descendían en la oscuridad, no había otro camino posible en esa dirección. Pequeñas antorchas iluminaban el túnel que se había creado bajo los cimientos del castillo ¿será el camino correcto?

Tras una larga caminata, el olor se volvía más y más intenso.

Llegó un momento en el cual ganasteis acceso a una cámara subterránea bastante amplia, sin embargo el único camino posible seguía siendo la piedra que pisabais, la cual ahora estaba rodeada de agua putrefacta y burbujeante, posiblemente el mal olor que subía a la superficie venía de ahí.

El camino seguía prolongándose, pero esta vez el silencio fue sustituido por extraños sonidos. Eran sonidos de cuchillos clavándose en algo, murmullos, susurros ininteligibles, os hacían sentiros observados, era muy incómodo estar allí, pero la marcha atrás sería una pérdida de tiempo que no os podíais permitir.

Cogiendo una antorcha de la pared, la enciende con una pequeña flama que crea en su mano libre, y así las va pasando a los "caballeros" que le acompañan, mientras observa a Arthur, sorprendente mente callado, tan guapo, pero a la vez tan serio.

-¿Te encuentras bien? Le mira atenta a cualquier expresión de desagrado del chico, lo que menos quiere es causarle problemas, pero al haber bajado a la cámara subterráneo, la niña se sujetó al brazo de chaval, asustada por aquellos ruidos.

El cancerbero fue aterrador, pero nada juega más con su cabeza que esa maraña de sensaciones que bailan en su cabeza, sumado al hecho de no saber que se enfrentarán.

Prepara sus conjuros en un acto silencioso.
-Estad atentos dijo en un susurro impaciente.

El hedor exhumado por el agua putrefacta que rodeaba su camino hizo que Abraham arrugara su rostro. En su mente no podía evitar pensar que se estaban metiendo en una trampa, pero confiaba en las habilidades de sus compañeros para salir del paso. Cuando Adelin le ofreció una antorcha encendida con su propia magia al principio tardó en cogerla. No era por desconfianza, porque sabía que las intenciones de la muchacha eran amables, sino por la falta de experiencia con respecto a la magia. Esa llama se había generado con fuerzas que le resultaban aterradoras y desconocidas, y si hubiera tenido tiempo para ello podría haberse quedado maravillado tan solo observando la antorcha.

Conforme el espacio se fue ensanchando comenzó a distinguir los sonidos, voces en las sombras, pero no era capaz de comprender lo que decían. Por un lado, pensaba que podía ser una estratagema para tenderles una emboscada, pero sus pensamientos también iban hacia su mujer y sus vecinos. ¿Era posible que las bestias que atacaron su aldea hubieran secuestrado a más personas? ¿Estaría equivocado, y Estrella estaría en este hediondo subterráneo? No quería acrecentar la tensión aparente de sus compañeros, especialmente la de Adelin, pero necesitaba compartir estos pensamientos.

- Creo que deberíamos investigar de dónde vienen estas voces. No sé si mi mujer puede estar prisionera aquí, o incluso si hay más personas de Southshire en el castillo esperando un salvador.

Abraham dedicó un instante a contemplar una nueva perspectiva sobre sí mismo, cómo se percibía ahora como un hombre con un propósito mayor, aunque no por ello se creyera superior al resto. Estaba desarrollando una conciencia de un deber superior.

desde el principio Arthur pensó que bajar por la puerta subterránea era una mala idea, le causaba un mal presentimiento, le transmitía maldad y oscuridad a niveles espeluznantes, pero decidió respetar la decisión de sus compañeros y acompañarlos, esta sospechas se fueron confirmando lentamente mientras bajaba los escalones de piedra, y aumentaba ese putrefacto olor que a ratos le mareaba y esa oscuridad que solo le hacían repetir para sus adentros (que esta mierda acabe rápido), al menos se pudo reconfortar un poco cuando Adelin le dio una antorcha, que encendió con su magia y le pregunto que si se encontraba bien, el respondió: -si, podría estar mejor sin este olor pero vinimos a salvar el mundo- tratando de ser optimista y de dar fuerza a sus compañeros, luego se dio cuenta Adelin lo agarro del brazo y decide sujetarla siguiéndole el gesto

​mientras iban bajando, Arthur se dio cuenta, de unos extraños ruidos que no sabía de donde provenían y que cada vez se hacían mas fuertes, hasta que llegaron a una sala un poco mas amplia, en la que los ruidos se escucharon mas claramente, como si hirieran a otra persona en la lejanía y noto que sus compañeros sintieron curiosidad y aprecio las ganas de Abraham por ir a ayudar en que caso de que fueran mas personas a las que hubieran secuestrado, pero algo no te convensia del todo, como la mayoría de las veces decidió quedarse junto a sus compañeros, no sin antes advertirles, -Cuidado podría ser una trampa, hay que ir en silencio- .
 

Avanzasteis con la máxima discreción posible, intentando descubrir que podría mostrar aquellas instalaciones subterráneas.

Vuestro sigilo permitió alcanzar una nueva zona sin ser descubiertos:

Había un escueto pasadizo que llevaba hasta una sala donde un gran grupo de personas, todas ellas con túnicas oscuras parecían estar preparando algo.

Esos hombres parecían ser los culpables de aquellos sonidos.

Las cuchilladas pertenecían a apuñalamientos a animales de granja que estaban sacrificando ante altares. Aquella imagen daba escalofríos, por suerte vuestra presencia seguía inadvertida… ¿pero por cuánto tiempo?

Un par de hombres encapuchados comenzaron a moverse con sus antorchar cerca de vuestra posición, seguramente estarían vigilando que no hubiese nadie cerca husmeando en sus asuntos. Teníais que ser muy sigiloso para moveros sin ser descubiertos…

Cuando el hediondo subterráneo dio paso a una cámara más amplia Abraham tuvo que contener el vómito en su cuerpo. Numerosas figuras encapuchadas practicaban rituales impíos con animales de granja, a los que sacrificaban de formas no limpias ni elegantes ante altares. A pesar de la repugnancia que le provocaba la escena, un respiro de alivio recorrió su cuerpo al darse cuenta de que entre las "víctimas" de los encapuchados solo se encontraban animales de granja. Al menos nadie de Southshire sufre este destino... espero. A pesar de no tener la carga de que sus vecinos estuvieran sufriendo un horrible destino, una nueva chispa de odio se encendió dentro de él. ¿Cómo era posible que seres humanos sirvieran por su propia voluntad a los horrores del castillo?

Pero no disponían de tiempo para pensar en estas cosas, pues dos de los cultistas hacían una ronda de guardia con antorchas. Haciendo acopio de todo el sigilo que podía, Abraham intentó ocultar su posición de la mejor manera posible.

Horrorizada, se cubrió la boca para no emitir gimoteos, mientras las lágrimas las caían, por los actos de estas personas, tan crueles, tan abominables, que no podía contenerlas, abraza y sujeta el brazo de Arthur, para buscar consuelo, mientras intenta contenerse, dejando la rabia aún lado, para no cometer alguna insensatez,

Pero en ese instante, noto cómo los hombres venía, como para investigar la presencia de intrusos, jamás había querido tanto darle una lección a alguien, pero no ahora, el nauseabundo olor se hace casi insoportable, y ahora hay que ocultarse.

-Ocultemonos, ya nos encargaremos de ellos- Le dice a Arthur al ver que Abraham se oculta, decide seguirle para ocultarse también, trayendo del brazo, al muchacho.

a Arthur comenzó a hervírsele la sangre de la rabia, por los actos crueles y inhumanos que cometían estos cultistas, pero sabia que arremeter contra ellos en estos momentos solo le serviría para aumentar sus probabilidades de morir, todavia redundaba en el aire ese olor que tanto le desagradaba y lo ponía incluso de peor humor, se da cuenta que Abraham se relaja un poco y se oculta, en lo que se da cuenta de que unos cultistas se acercan y escucha a Adelin que lo llama y lo trae del brazo para esconderse, cuando Adelin le habla nota como habia comenzado a llorar -tranquila nos vengaremos por esto, evitaremos que cosas como esta vuelvan a ocurrir- dice tratando de reconfortar a Adelin

Es tranquilizador escuchar a Arthur decir esas palabras, le reconfortan bastante, queriendo terminar con sus vidas lo antes posible, pero un ataque frontal, sería suicida, Decide esperar para ver a sus compañeros, para actuar en consecuencia, y evitar que alguno de los dos muriera.

-Cuando esten listos, les seguiré, no importa que dicidais, iré con vosotros- Afirma determinada, mientras seca sus lágrimas, y su rostro cambia a uno más sombrío, quería matar a estos tipos, de eso no cabía duda, pero debía controlarse, y no ser presa de sus pasiones, ya que eso haría que le costará la vida.

"Mantente siempre en calma, analiza tus posibilidades, y no pierdas la esperanza"
Las palabras de su madre volvían a retumbar en la cabeza de Adelin, preparando un conjuro con antelación, tenía que ser astuta, si quería vencer.

El cuerpo de Abraham le permite un respiro al reparar en que los sirvientes de la oscuridad parecen no haberlos visto. Quedaba ahora la cuestión de si era recomendable delatar su posición comenzando una pelea. A pesar del odio que siente el aldeano por los cultistas, su objetivo está en mente y no va a dejar que nuble su juicio.

- Creo que no deberíamos empezar una pelea ahora. Aunque los sorprendiéramos somos menos que ellos, y siempre podemos volver a por estos villanos cuando hayamos conseguido lo que queremos... ¿Qué dices tú, chico?

Arthur sintió unas ganas inmensas de asesinar a los cultistas, luego de noto que no los descubrieron, pero ignoro ese sentimiento ya que creía que a pesar de que contaban con el factor sorpresa no seria fuera capaz de acabar con estos sin que antes sus compañeros resultaran heridos. 

​- no los enfrentaremos, por lo menos no ahora, volveremos y acabaremos con ellos cuando sea el momento, cuando hallamos profanado a la oscuridad, profanaremos a cada uno de sus siervos, para evitar que esta se esparza, pero mis amigos ahorita tenemos que destronar primero a el maldito que los dirige-

dijo Arthur mientras caminaba hacia el camino principal tratando de que sus compañeros no notaran su falta de confianza en esta lucha, ya que quería mantener esa especie de confianza que le tenían a pesar de creer ser un pobre fracasado

Tras el suceso con los cultistas, proseguisteis vuestro camino por los subterráneos. Al final del camino principal que estabais recorriendo había una enorme puerta de piedra que podíais cruzar para seguir investigando el castillo, pero también observasteis que trepando por unos pequeños muros y dando unos saltos entre baldosas podríais acceder a una habitación secundaria situada en la parte superior... ¿cuál sería la mejor opción?

Ya dejados atrás los cultistas, aun seguía pensando en que hubiera sido productivo matarles, pero si lo hubiera hecho, ¿estarían Abraham y Arthur con ella en este instante?, agradeciendo en cierta manera de no haberlo hecho, si no fuera por la comprensión del muchacho, ahora estaría perdida, fuera de si, la crueldad de la que es capaz el mundo, aveces no tiene límites.

Continuaron por el camino, después de que Belmont dijera eso, recordando esas palabras aún frescas en su cabeza, se sentía reconfortado, pero notaba un cierto aire de desconfianza en en el, como si la tarea fuera demasiado grande para su inexperiencia, sentía empatia por su situación, aproximándose pausadamente, le volvió a tomar del brazo, sonriendo jovial cómo una niña, es verdad que le gustaba pero no podía decirle nada, no hasta terminar su cometido, al llegar a las puertas, da nota de las plataformas, a pesar de no tener la fuerza o la resistencia de los hombres, contaba con su magia, y podría llegar fácilmente a esos lugares.

-Mirad, ¿A dónde creen que lleve ese camino?- Avisa curiosa a ambos.

Terminado el episodio con los cultistas, una parte de Abraham quería haber ejecutado su venganza con ellos. No cabía en su cabeza que seres humanos pudieran servir a los horrores del castillo, y deseaba hacerlos pagar por ello, pero no podía perder la concentración en su verdadero objetivo, en lo único que le había hecho poner rumbo al castillo en esa inhóspita noche.

Durante un momento observó a sus dos improvisados compañeros de viaje. No pudo evitar fijarse en cómo la mujer buscaba el apoyo del cazador de vampiros. A pesar de las responsabilidades y los linajes, no son más que unos chiquillos presionados por el apellido que llevan.

Al poco llegaron a una nueva bifurcación. Por un lado estaba una gran puerta de piedra, y por otro lado había un camino menos obvio, casi demasiado tentador a pesar del riesgo que sería algo más peligroso.

- Tendríamos que ir con cuidado, pero ese camino podría ser un atajo, o quizá estar menos vigilado que esta puerta tan grande. - contestó Abraham a Adelin cuando mostró su interés por el camino secundario.

después de lo de los cultistas a Arthur le quedo rondando por la cabeza una pregunta ¿por que no fue capaz de solo matarlos y continuar su camino? pero mientras seguían su camino se iba olvidando de este pensamiento sobre todo gracias a la agradable compañía de Adelin que lo volvió a coger del brazo, se dio cuenta de la enorme puerta de piedra que habia al final del camino y un escalofrió le recorrió la espalda sabiendo que por ahi se encontraba su enemigo, pero gracias a Adelin se percato de que habia otro camino este parecía ser un rodeo y quizás una forma mas rápida y segura de atravesar el castillo.

- creo que seria bueno ir por allí, pero primero revisar que hay y luego si decidir si avanzamos por ahi o por la puerta principal, no quiero que vuelva a suceder lo de los cultistas- 

La niña presta atención a las propuestas de todos, pero insegura de explorar lo que había del otro lado de la puerta, y más sabiendo que el tiempo es crucial, y no había que perderlo en explorar, le toma de manera delicada por él rostro con sus manos.

-Arthur,!No hay tiempo¡ no podemos darnos el lujo de revisar la zona tras la puerta, tenemos que detener a Drácula y salvar a esta buena gente, y a la esposa del señor Abraham.-

Tratando de hacerle ver que lo que dijo no tenía ningún sentido, su tono es calmado y conciliador, quería hacerle sentir su apoyo, mirándole fijamente a los ojos, antes de volverse a Abraham.

-¿No es así, señor?-

Con su voz llena de verdad y determinación, es que se dirige a ambos hombres.

Abraham tenía que admitir que el enfoque de Belmont sobre el camino que debían seguir era cauto e inteligente, un avance lento pero meticuloso que permitiría explorar lo mejor de cada opción y quedarse con la mejor y menos peligrosa, pero por desgracia no disponían de tiempo para llevar a cabo ese plan, o al menos así lo veía el aldeano. Adelin también parecía preocupada por el tiempo apremiante, y así lo hizo ver.

Momentos como este hacían que Abraham valorara las cualidades humanas de sus acompañantes. Es cierto que eran descendientes de importantísimos linajes con deberes sagrados a sus espaldas, pero también eran jóvenes cargando con una importante responsabilidad, llenos de dudas y de la presión que sus antepasados pusieron sobre sus hombros. Bajo estas circunstancias era posible que el punto de vista de un sencillo aldeano pudiera ser de ayuda.

- Si tuviéramos tiempo para explorar sería lo mejor, pero cuanto más tiempo pasa menos oportunidades tengo de encontrar con vida a mi esposa, si es que está con vida. Creo que la entrada más grande nos puede llevar más fácilmente a una trampa. El otro camino está más escondido, y puede que no haya tantos enemigos por allí.