Partida Rol por web

Castroviejo: El origen

Prólogo: De cómo me convertí en habitante de un pueblo que no estaba interesado en mis historias

Cargando editor
21/01/2016, 03:03
Pablo

Pablo avanzaba por la plaza de la mano de de doña Beatriz. Bueno, más bien, ella avanzaba de la mano de Pablo, su pequeño lazarillo. Aquel día, el lugar estaba abarrotado, más que de costumbre, así que el pequeño caminaba ágilmente esquivando a los lugareños, guiando a la mujer hacia las puertas de la iglesia. El joven Pablo aguardó en silencio cuando doña Beatriz se detuvo a hablar con Rodrigo.

Unos segundos después, la anciana le instó a seguir el camino y él la condujo hacia el interior de aquel gran edificio, cuyos contrafuertes y arbotantes se alzaban hacia el cielo, como si quisieran arañarlo para estar un poco más cerca de Dios. Una vez dentro, la mujer se puso a rezar, como siempre hacía. Ella esperaba que el chiquillo siguiera el mismo camino, pero las inquietudes del pequeño Pablo eran otras muy diferentes en aquellos momentos… así que aquel día, como tantos otros antes, trató de deslizarse por el banco sin hacer ruido, para escabullirse fuera de la iglesia. Quizá la anciana hubiera perdido el don de la vista, pero sus otros sentidos los tenía más que desarrollados, así que nuestro joven Pablo no había dado ni dos pasos cuando Beatriz dejó escapar entre sus labios, separándolos apenas una rendija:

-Antes de que el sol se ponga debes estar aquí.

El joven abrió los ojos como platos. ¿En serio? ¿No había collejas aquella vez? ¿Ni siquiera un rapapolvo? ¿Ninguna reprimenda? Esperó uno segundos pensando que llegaría… pero no llegó, así que se puso en marcha, no sin antes susurrar, en voz muy baja:

-Así lo haré, señora Beatriz, podéis contar con ello.

El chico salió raudo hacia el exterior; antes, al pasar, había tenido la visión má bella con la que se había encontrado en su corta vida; fugaz, momentánea, etérea… había sido como un ángel que cruzara veloz por su lado, haciendo que Pablo no supiese si realmente había sido real o fruto de su imaginación. Así que allí salió él, decidido, en busca de su visión… de la que lo único que creía recordar a ciencia cierta, era el color de su pelo, que hacía que la luz del atardecer pareciera un mero reflejo…

Y allí, entre las personas que se estaban congregando delante del imponente edificio, los pocos valientes que no querían dejar sus tierras a merced de los lobos, estaba ella…

Bajita, delgada, y con el pelo de color fuego, que destellaba cada vez que ella hacía algún gesto con la cabeza, con la luz de los últimos rayos de sol que asomaban sobre los edificios. Pablo se quedó en silencio, mirándola absorto, como si contemplara una obra de arte, una reliquia milenaria, o la flor más bonita de un jardín… Porque eso era para él aquella belleza sin igual, aquella estrella que había decidido bajar del firmamento…la flor más bonita que había visto nunca.

“Ella será” pensó, mientras la contemplaba “cuando consiga mis primeras pinturas, ella será mi primera obra maestra”.

Porque el pequeño Henri amaba más que nada la pintura y ahora ya tenía una musa. Sólo le faltaba el material.

“Sí, la primera obra maestra de Hen… ¡Pablo! Pablo… tú eres Pablo, recuérdalo… ¡idiota! ya no puedes ser Henri… aún”.

Sacudió la cabeza, disipando aquellos funestos pensamientos que le traían recuerdos de una vida que le quedaba, a pesar de su corta edad, lejana ya… Entonces miró de nuevo a la joven, encandilado con su belleza. Y lo decidió… lobos, hombres lobo... qué importaban. Si ella se quedaba en el pueblo, él también se quedaría, no le cabía la menor duda.

Cargando editor
21/01/2016, 11:56
Francisco Fernández de Córdoba

Se levantó en un viejo catre con el ruido de una multitud. El cuerpo le dolia como si le acabaran de pegar una paliza. Maldita sea, hasta podía sentir su ya perdida mano.

Esto me pasa por haber dejado de beber anoche, si hubiera seguido bebiendo, tal vez...

Y así, pensando en matar al loco tabernero por el aguardiente que había utilizado para envenenarle la noche anterior, fue como Francisco encontró a medio pueblo recogiendo sus pertenencias con el terror en sus ojos, mientras otros se quedaban.

¿Qué demonios pasa aquí? ¿Os seguis asustando gentes de pueblo, por esas muertes?

La explicación de aquel titiritero le produjo una carcajada inmediata

JAJAJAJA ¿hombres lobo? ¿como los de los cuentos para asustar a los niños?Menuda estupidez

El miedo de aquellos hombres, le recordó al de los jóvenes soldados durante la guerra, y aun antes, al suyo propio. Pero lo que le sorprendió de verdad, por encima de aquellas tontas supersticiones fue su valentía. La valentía que les impulsaba a enfrentarse a lo desconocido para proteger su hogar. No podía hacer si no respetar eso. La idea de marcharse se le cruzó en la mente.

¿Dejar a estos pobres diablos enfrentarse a los lobos? No me costaría empezar una nueva vida en otro pueblo, pero aquí me han tratado siempre bien. Por otra parte, sin la ayuda de un estratega como yo, es poco probable que sobrevivan, y le he cogido aprecio a esta gente.

Si queréis sobrevivir a estos ataques, me vais a necesitar. Puede que solo tenga una mano, pero sigo siendo más diestro que todos vosotros juntos. Yo me quedo, siempre que me pueda quedar en la posada y tenga acceso a los barriles de vino del sótano.

Algo le decía que se estaba equivocando, que debía irse, que aquello le traería serios problemas, incluso la muerte

Ya abandoné una vez a mis hombres haciéndole caso a este sentimiento...Nunca más

 

Cargando editor
21/01/2016, 12:46
Lázaro

Amigo flautista, me presento, soy Lazaro. ¿Buscas cobijo? JAJAJAJAJAJA Por supuesto, mi casa tienes, pero vamos que, por poder, puedes elegir la casa que te plazca del pueblo porque como ves se está quedando más tieso que una mojama. 

De fondo, continuaban las conversaciones y los ánimos exaltados. Los vecinos se agitaban hablando de lobos, hombres lobos, de guerra y de muertes.

¡Y dale Perico al torno con los lobos! Vamos a ver, ojalá fueran lobos u hombres lobo. ¡Sí, Ojalá! Si, fueran lobos ¿Que pasa? Siempre hubo lobos por aquí ¿Y? y nada, pues por ahí están, correteando, a sus cosas, como siempre. Nadie abandona su pueblo ni por lobos, ni por serpientes, ni por cigüeñas. Ahora, pon que fueran hombres lobo, pues más fácil me lo ponéis. En todas las historias que nos han contado sobre estos hombres peludos y hambrientos siempre nos decían que el agua bendecida era la forma de deternerlos, ¿no? Pues ¡Ea! Padre, bendiga la charla que tiene arriba el Conde de Romea, que nos metemos todos dentro, y a ver que hombre lobo tiene lo que hay que tener de meterse en el agua bendita. ¡Que no, hombre, que no! ¡Que son muertos viviente! Y esos si que pueden entrar en el agua porque están muertos, y los muertos no se resfrían. 

Las tripas de Lázaro comenzaron a sonar. 

¿Que flautista? ¿Como era ese queso del que me hablabas? ¿Me das una mijilla?

 

 

Cargando editor
21/01/2016, 14:42
Mireille de Remu

¿Han llegado hasta aquí? Pensó la joven Mireille... El miedo se apoderará de todos y cometerán las peores atrocidades.

Pero mírales, todos tan inocentes e incrédulos...

- No es apropiado que déis descrédito a las voces que vienen de los caminos. Todas las historias siempre van adornadas pero llegan cargadas de algo sincero. Si alguien quiere cobijo, sopa caliente y chimenea pongo mi casa a disposición.
Esperemos que sólo sean imaginación es de una mente infantil.

Notas de juego

Cargando editor
21/01/2016, 19:00
Adela Lastra

A Adela le despertó el jolgorio, parecía que se le había hecho tarde. Tenía una resaca inmensa fruto de la juerga de la noche anterior en la taberna. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba tumbada en su cama aún disfrazada de Diego de Guijarro, así que se arrancó como pudo el atuendo, se puso el primer vestido que encontró a mano, un estrafalario sombrero, y salió a la calle.

El jolgorio no era tal. Todo el mundo parecía preocupado. Su infinita curiosidad la llevó a la plaza, donde comprendió que algo pasaba... ¿Pero por qué siempre tengo que llegar tarde a todo? Se lamentó entre murmullos. Pero la preocupación le duró poco, pues pronto avistó el carro de un viejo juglar que contemplaba el panorama con una mezcla de diversión y extrañeza en su cara. A su alrededor se reunían algunos pero el hombre no parecía tener intención de comenzar con su espectáculo... Adela ya tenía con quién pasar lo que quedaba de mañana. Decidida y feliz se dirigió flotando hacia el carromato. 

Cargando editor
21/01/2016, 19:45
*Catalina Rodriguez

Qué pasa? Se preguntaba Catalina, en cualquier caso desde sus desgracias se pasaba el dia durmiendo. Pero esta vez se dijo:
"¿Lobos? Pero qué es eso? No os tengo miedo y no podreis conmigo! El pueblo unido jamás será vencido!"
Por una vez en mucho tiempo parecía que recuperaba la fuerza y las ganas de luchar!

Cargando editor
21/01/2016, 21:42
Bartolomé de Castro

De la posada sale el vanidoso mercenario Italiano, Bartolomé de Castro. Le molesta la luz del sol, así que solo sale a estas horas de la noche... su comportamiento obviamente extraña a los demás aldeanos... pero a él solo le importa el honor en la batalla, en la disputa por la verdad... siempre y cuando sale de la cama... Mientras que sus dineros se agotan en el caserón donde le acogen y en el burdel que frecuenta.

-La escasez de batalla no me obliga a madrugar! porque levantarme antes de que abran el burdel... ¿Por qué me miran así? El honor es mi palabra, y me apoya ante la verdad! Será un juego para un experto en las artes de la guerra... lobos u hombres-lobo, ¿qué más dá? ... todos acabarán apilados a mis pies!

Y dicho esto, evitó a los demás habitantes del pueblo y se ocultó en el burdel... una noche más...

Cargando editor
22/01/2016, 00:25
El titiritero

Mientras yo atraía miradas que competían con la mía en el aire para saber que se tramaba en Castronegro, una figura que habría de ser importante en el devenir de la historia bajaba por la cuesta que llegaba de la abadía. Era un hombre tan estirado que lo único que se movía de su cara era el plumero de su yelmo y, a ratos cuán más sombría se fuera a tornar la cosa, el bigote y la mano que apretaba contra su trabuco...

... el de polvora, queridas gentes...

Ese hombre, como supimos en los días posteriores, acababa de hacer un terrible descubrimiento entre las pertenencias del arzobispo descuartizado pero ahora, en este punto de la narración, solo debéis saber cómo habló a aquellas gentes: 

- Esta noche nadie montará guardia que no seamos nosotros, los soldados del Emperador. Los que quieran permanecer en el pueblo habrán de permanecer unidos y bajo estricta vigilancia y los que quieran marcharse lo harán a los campos donde comerán y dormirán al raso hasta que se les haya dado orden de continuar su travesía. 

 

¡Oh, aquello que dijo el que habría yo de llamar EL CAPITÁN, sí que puso en pie a todo el pueblo, como si acabaran de ver al mismísimo San Judas correr con sus monedas de oro! Unos aceleraban su marcha, buscando vías donde los soldados no fueran a interceptarlos, otros decidieron apostar fuerte por quedarse en un ambiente cada vez más hostil. 

En esa madrugada dos docenas de personas abandonaron el pueblo, otras dos se quedaron en los campos y seis personas perecieron. Una víctima de nuevo de esos horribles lobos. Yo mismo vi a aquella lavandera destripada dejando desconsolado a su viudo, un mercante inglés, con el que se había casado hacía un mes. Y otras cinco personas murieron a fuego y cuchillo cruzado, por otros vecinos que sospechaban de ellos o por los mismos soldados que cada vez estrechaban más el cerco. 

Entonces llegó mi turno cuando me dieron por fin hospedaje en aquel entrañable pueblo, con vistas a la plaza del pueblo además, eso sí: En el torreón de la cárcel. 

Así es, querido público, este humilde titiritero dio con sus huesos en prisión cuando la locura se fue adueñando de aquella aldea, cuando aquel hombre que represento con esta figurita hizo su aparición y dijo aquello de: 

Cargando editor
22/01/2016, 01:06
El capitán

- ¡Esta amenaza ha venido de fuera! ¡El causante de esta masacre no es de este pueblo! 

Las razones de esta nueva orden no nos la explicó tampoco aunque cada vez eran más los rumores que apuntaban a un libro, un viejo códice que había traído la cabeza del clero. 

Aquel Capitán había decidido cortar por lo sano, como hicieron los nunca venerados de más, abuelos de nuestro Emperador, sus majestades Isabel y Fernando: Expulsar al extranjero.

O en este caso encerrarnos al esposo de la lavandera, a un viejo morisco y a mí, al que, por crueldad o diversión, me permitieron llevar mis muñecos, tal vez pensando aquellos soldados en hacerme alguna visita nocturna y perversa. Pero se les estropeó la diversión

Parece ser que durante esos dos días el pueblo se fue vaciando, en misma proporción a la jornada que yo viví: Unos lo abandonaron, otros murieron en las revueltas y los lobos volvieron a probar la carne humana. 

Me disculparéis que no os de más detalles porque, no solo estaba allí preso sin poder ver nada, sino que iba a tener mi particular revelación la siguiente noche. La más horrible que os podáis imaginar. 

Cargando editor
22/01/2016, 01:52
El titiritero

Jugueteaba con mis muñecos mientras trataba de obtener el calor suficiente en mi jirón de paja sin sentir el olor cada vez más próximo de mis compañeros de celda, cuando el viudo de la lavandera, aquel hombre del norte, se incorporó y... bueno, no sé transmitirlo con demasiada poesía, pero así como el fuego quema la leña, algo en su interior prendió y empezó a transformarlo en una criatura horrible. 

Oh, sí, queridos niños, y no digo esto solo para atraer vuestra atención sino porque donde antes estaba un hombre rubio se transformó en un lobo erguido de casi dos metros de altura. 

Fue al morisco al que abrió en canal allí mismo, estoy seguro que por proximidad y no por el sabor de su sangre impía, pero mientras yo gritaba y me encaramaba al ventanuco pidiendo ayuda, me habló: 

- El mal ha cruzado el océano y ha llegado a las tierras oscuras y llanas de los hombres. Solo aquí hemos podido cumplir nuestro destino de mezclarnos con los humanos. 
 

Cuatro fueron a los que di de beber mi sangre y uno de ellos aún podrá hacer a otro de nuestra especie. Un quinto está en camino, en cuanto en un amanecer de hambre sienta nuestra llamada. 
 

No sabréis nunca reconocerles y cada noche irán acabando con cada miembro de este pueblo hasta que, cuando ya no quede nadie, Castronegro solo sea una historia de las que los titiriteros contáis por los caminos. Y entonces, a la sombra de los ojos de los hombres, conquistaremos su tierra. 

Entonces, en un proverbial justo a tiempo, de esos inverosímiles que contamos los titiriteros por los caminos, el Capitán apareció y logró dispararle en la cabeza, matando a aquel hombre que desde que había llegado había sembrado el mal en Castronegro. 

Sacaron a los cadáveres de la cárcel pero a mí no. Y eso que aquel Capitán me creía: 

- Lo que dices cuadra con lo que está en los escritos del Arzobispo. Criaturas lupinas que vagan desde el principio de los tiempos y que han buscado plantar su simiente en los humanos. Lo han conseguido y ahora esos cuatro hombres pueden bien ser los cuatro jinetes del Apocalipsis. 

Hay que encontrarles. Y si lo que dices que te dijo esa criatura es cierto, en ti no debemos desconfiar. Estás al margen de todo esto

- ¿Pero entonces?clamé angustiado de que me dejaran en aquel horrible sitio después de haber tenido la epifanía más horrible de mi vida- ​¡Déjenme ir! ¡Cogeré mi carromato y antes de que amanezca ya estaré en otro lugar! 

Todo aquello lo dije con una voz chillona tan aguda que me permitirá mi audiencia que ahora troque por un tono heroico más varonil 

- Que si lo que dices no es cierto, no hay que dejarte escapar tampoco. 

Piénsalo bien, titiritero, aquí ni sombra ni sol, estás al margen de la guerra que se dispute en Castroviejo. 

Cargando editor
22/01/2016, 02:51
El titiritero

Así que a la mañana siguiente y última de este prólogo, no os impacientéis, me encaramé a la ventana de mi torreón en la plaza. La que habría de ser como este escenario de marionetas que vosotros contempláis: El espacio donde desfilarían todos aquellos personajes durante esas jornadas tan aciagas

Pronto aprendí sus nombres y sus gustos. Los podía reconocer por la voz mientras orinaba en un rincón de mi celda o podía casi adivinar de qué parte se iban a poner. 

Pero en aquella primera mañana en que los contemplé, me asombró ver que solo quedaban veinte de ellos: 

Estaba Ramón Gutierrez, el flautista que primero le saludó cuando llegó, maldito el día, hacía ya varios helados amaneceres. La melodía de su flauta y su hablar prosaico tenían una cadencia particular

También estaba Rodrigo Belmonte de la Poza, el ebanista, que aunque había logrado sacar de allí a su mujer y a su anciana madre, había decidido quedarse para ayudar y al final se había tenido que quedar de manera permanente. Parecida separación familiar había sufrido su compañero Miguel de León, el panadero que habiendo deseado muchas veces salir de aquella aldea estaba casi tan prisionero como yo. 

​Otros gremios se hallaban representado en tan pequeña asamblea: Pedro Montes, el arriero, que había andado todos los senderos pero el que más le costó fue dar sepultura a su querido sobrino en aquellos días de asesinatos y muertes absurdas. Diego de Narvaez, hombre letrado y maestro de escuela que ahora estaba más cerrada que sus ambiciones de ser poeta y Lázaro, un enano al que habían dado la labor de sepulturero y tantas noches en cripta parecían haber afectado su ánimo. 

Luego estaba aquella joven viajera Mireille de Remu que de tímida había pasado inadvertida o por bella salvada de haber compartido la celda de los foráneos. 

Otras tres jóvenes mujeres, todas bellas, lo juro, estaban también entre la veintena de sospechosas: María de Vellí, aristócrata que se había visto obligada a convivir con gentes de peor alcurnia, Inés de Suarez, cuyo marido partió al Nuevo Mundo y su estado de espera la hacían una mujer valiente y María Lucrecia Comares que solo esperaba a un hombre: Su Dios, en el que confiaba la salvación de todo el pueblo. 

Pero Fray Olegario, el Abad del Convento, no tenía tan a Dios de su parte después de que el Arzobispo hubiera muerto y su congregación volado como si en vez de ostias se repartieran hogazas. 

Ahora sus parroquianas se habían reducido a Catalina Rodriguez, una viuda de sombría vida que parecía despertar al clamor de la revuelta y la lucha y Beatriz Bocanegra, una anciana malhumorada y deslenguada que de no ser invidente hubiera hecho temblar al mismo Capitán. Desde luego Adela Lastra no sería la que se encerrara en misa salvo por el vino que allí dieran. La estrafalaria costurera parecía salida de otro reino pero todos parecían permitírselo. 

La ciega tenía un lazarillo, un niño llamado Pablo, que soñaba despierto con mujeres y cuadros mientras escapaba de la vara de su ama y Rodrigo de Pies Oscuros, un pillastre que parecía haber llenado su estomago al descuido de lo que caía en Castroviejo

Me quedan cuatro, no me he olvidado de ellos. Sin profesión pero con mucho oficio, eran hombres de grandes recursos: 

Francisco Fernández de Córdoba, un antiguo soldado que no pertenecía a los Tercios y se quedó en el pueblo cuando el resto partió de aquellas calles. 

Serafín Grimón, un sabio anciano al que todos pedían consejo pues se decía que dominaba la alquimia

​Ramiro Benavente, un artista en el arte de todo y nada si todo era ligar mujeres y nada era aburrirse en su casa. 

Bartolomé de Castro, un pendenciero mercenario que había declarado acabar con todos los lobos a cambio de que volvieran las meretrices a su lupanar. 

Y esos eran los veinte, estos veinte muñecos, ¿los veis? Miradlos con atención porque algunos de ellos, ya no eran humanos aunque ni nuestros ojos ni nuestro conocimiento nos lo mostraba. Y doy fe de que su aspecto era humano porque fue allí mismo, contemplándoles a través de mi ventana, cuando di forma a estos títeres a su imagen y semejanza... 

Cargando editor
22/01/2016, 03:40
El capitán

- Habitantes de Castroviejo- clamó de nuevo El Capitán a aquel reducido grupo de hombres- entre vosotros se hallan una amenaza como ninguna visteis. Sois vosotros los que debéis cada atardecer entregarnos a quien ejecutaremos en el nombre de Dios y su mano el Emperador Carlos I. 

No podréis salir de vuestra aldea hasta que la amenaza no haya sido erradicada y mis hombres se apostarán en las afueras para impedir que nadie huya. Si lográis acabar con ellos podréis reuniros con vuestros seres queridos, aquí o en la aldea donde empecéis una nueva vida después de haber visto lo que ningún cristiano presenció jamás. 

¿Qué me decís? ¿Que os parece injusto que los dejaran allí u os parece injusto que aún les dejaran con vida? 

Habréis de saber, buenas gentes, que Castroviejo ya estaba en el punto de mira de la Santa Iglesia antes de todo aquello. Puede que incluso en el punto de mira de esos monstruos que habían cruzado el mar para crear a sus acólitos en ese pueblo castellano. 

Porque además de lobos, entre aquellas personas se encontraba una vidente, una bruja, un cazador, un ladrón, un celestino, un amaestrador de cuervos, una puta, un alma anciana y un hombre perro a riesgo de transformarse. Y había historias de amor y traiciones entre ellos. 

¡Oh sí! Muchos escondían secretos en Castroviejo y pronto lo iban a ir averiguando. La primera pregunta de todas fue la que les hizo el Capitán cuando con los últimos hombres se fue por el camino que lleva a la plaza del pozo y sale por el arco hacia el camino del molino viejo y sube la colina de los campos sembrados. 

- Y ahora que no tenéis quien os gobierne, os aconsejo que lo primero que hagáis sea nombrar un alcalde, un portavoz, una persona de confianza para que administre vuestras asambleas y vuestras decisiones. 

¿Quién quiere ser alcalde de Castroviejo? 

Notas de juego

Y eso es lo que tendréis que decidir en cuanto se abra la partida de nuevo. Cierro para que leais tranquilos y ya podréis volver a escribir tras repartir las cartas. 

Es tanta la información que no quiero hacer el sorteo de madrugada. Me sentiría muy solo con mis nervios. Mañana por la mañana lo anunciaré y lo haré. 

Espero que disfrutéis de toda esta introducción para ambientar la historia donde se desarrollará toda la partida. 

Cargando editor
22/01/2016, 12:09
El titiritero

Y entonces...

¿Qué decís? ¿Creéis que me invento sobre la marcha lo que digo? Veo en vuestros ojos la fascinación que me dará alimento y fama a este contador de historias y a la vez la incredulidad que no os permite disfrutar de todo lo que va a ocurrir. 

Para que veáis que no miento, aquí dejaré en esta cajita, los nombres y roles de cada uno de los habitantes.

Y una vez acabada la función, podréis comprobar que todo lo que dije es cierto: 

Notas de juego

Detrás de este post y en privado aparecerá el enlace que haré público acabada la partida con el resultado del sorteo web que acaba de hacerse. 

Cargando editor
22/01/2016, 12:12
Director
Sólo para el director

Lobos-Castronegro">https://www.sortea2.com/versorteo/lobos-castronegro-sorteo_166415">Lobos-Castronegro

(Si hay algún VIP y no quiere saber nada para ir descubriendo todo a medida que ocurra, que no pinche en este enlace hasta el final de la partida)

<h3>Resultados del sorteo: </h3><ul><li><strong class='castigo'>Vidente: </strong>María Lucrecia Comares</li><li><strong class='castigo'>Bruja: </strong>Rodrigo Belmonte</li><li><strong class='castigo'>Ladrón: </strong>Mireille de Remu</li><li><strong class='castigo'>Cazador: </strong>Extra 1</li><li><strong class='castigo'>Anciano: </strong>Ines de Suarez</li><li><strong class='castigo'>Puta: </strong>Serafín Grimón</li><li><strong class='castigo'>Celestino: </strong>Miguel de León</li><li><strong class='castigo'>Perro: </strong>Bartolomé de Castro</li><li><strong class='castigo'>Cuervo: </strong>Ramiro Buenamente</li><li><strong class='castigo'>Infecto Jefe de los Lobos: </strong>Fray Olegario</li><li><strong class='castigo'>Lobo : </strong>Pedro Montes</li><li><strong class='castigo'>Lobo : </strong>Lázaro</li><li><strong class='castigo'>Lobo: </strong>Francisco Fernández de Córdoba</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Extra 2</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Pablo</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Catalina Rodriguez</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Rodrigo de pies oscuros</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>María de Vellí</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Beatriz Bocanegra</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Adela Lastra</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Diego de Narvaez</li><li><strong class='castigo'>Lugareño: </strong>Ramón Gutierrez</li></ul>

 

Cargando editor
22/01/2016, 13:39
Director

Notas de juego

Sorteo hecho y roles repartidos. 

Si en este momento no ves una escena especial extra es que te ha tocado la carta de ALDEANO

No te preocupes, aún puede haber otros roles en la partida: Ser alcalde, estar enamorado o incluso que te hagan Lobo más adelante. 

Y sobre todo, se cuenta con tu habilidad y astucia para vivir el juego intensamente y conseguir salvar al pueblo de Castroviejo. 

El resto que tengáis escenas podemos hablar en ellas. 

Recordad no revelar nunca vuestra identidad a nadie. 

Cargando editor
22/01/2016, 15:29
El titiritero

Y resuelto entonces con este truco el misterio de las identidades de los habitantes de Castronegro os contaré qué aquellas veinte personas que se reunían en la plaza del mercado, frente a la Iglesia, la casa del antiguo Alcalde y las dependencias militares donde se erguía mi torreón, ya no se miraban igual que otras veces. 

Los tres o cuatro lobos que hubiera entre ellos se habían ya reconocido hacía unas horas cuando, caído el mercader inglés, hubieron de lamentar su pérdida a la vez que se establecían como manada dispuesta a acabar con el resto. 

Además, la vidente, ya había podido usar su don para saber cuál era la identidad de uno de sus vecinos. 

Y por último, un celestino ya había descubierto quienes ejercían de enamorados en el pueblo. 

La pregunta del Capitán resonaba en el empedrado de las dos calles principales y en el fango de todas las demás: 

¿Quién quiere ser alcalde? 

Notas de juego

Es decir, que los lobos sabrán quienes son entre ellos. La vidente verá la identidad de alguien y los enamorados serán elegidos por el celestino. 

Los otros roles se usan a partir de la noche. 

En cuanto esto esté resuelto abro la escena y podréis participar en las elecciones de tan importante cargo. 

Cargando editor
22/01/2016, 17:16
El titiritero

...Y el primero en hablar antes de que se sucedieran nombres y elecciones como si aquello fuera de repente un juego infantil o la antigua Roma... 

Notas de juego

Y ya empieza la escena

Podéis ir proponiendo nombres o presentándoos o cambiando candidaturas hasta el lunes por la noche a las 23:59 que acabará la elección de alcalde. 

Los votos (que pueden modificarse) se irán poniendo en Notas, que es el espacio destinado para cada cosa oficial que se haga. 

Solo se puede votar a quien quiera acceda presentarse. 

Al final de ese plazo, quien tenga más votos será nombrado Alcalde de Castronegro con todo lo que supone en cuanto a honor y responsabilidad. 

 

 

Cargando editor
22/01/2016, 17:42
Lázaro

Alcalde no sonaba nada mal. Lazaro siempre había sufrido el rechazo de los vecinos del pueblo por el simple hecho de ser medio metro más bajo que la media. Pero él sabía que lo que lo que le faltaba de altura le sobraba de testiculos. Ser alcalde sería su forma de demostrar a todos que podía ser tan hombre como cualquiera y que sus ideas podrían ser tan valiosas como la de los demás.
Se subió a un taburete, tocó las palmas varias veces y dijo con voz enérgica: 
¡¡Me presento a Alcalde vecinos!! Llevo enterrando a vuestros amigos y familiares desde hace años y os conozco bien a todos. Quiero demostraros que valgo para algo más que para cavar agujeros y tapar agujeros. Y no quiero chistes con lo de tapar agujeros que os conozco. Y como propuestas os lanzó las obvias pero que nunca esta de más repetir. Si alguien puede comprobar quien o qué soy que lo haga rápidamente para que avancemos y estaré pendiente de cualquier obligación que este cargo me exija con esmero. Muchas gracias. Vecinos. Os quiero. Y por favor, lo de los muertos vivientes no es una tontería que es cosa seria. 
Lazaro se bajó de la banqueta y esperó la respuesta de su pueblo.
 

Cargando editor
22/01/2016, 17:50
Ramón Gutierrez

Ante la decisión que estaba por ocurrir, y tal vez sin ser del todo consciente de los deberes de un alcalde, el joven se presentó, más sin tener claro el ser elegido, sonrió saludando

- contad conmgio si deseáis un más llevadero y tranquilo destino, más mi flauta acompañará, al que se quede y también al ido, si requería seriedad, creedme que la poseo, pues siendo joven intuyo un buen final venidero, y si acorde a lo que se espera no puedo, gustoso escucharé al más sabio y viejo, más tocar me gusta, no miento, pero escuchar es un placer que humilde poseo, creed en mi lo que yo no creo, y batallaré sin fin por vuestro deseo.

No temía a nada, ¿lobos? Vivos o muertos todos serían al menos tranquilos entre designios. Luego siguió tocando, para acompañar, la decisión de presentarse y de votar.

Cargando editor
22/01/2016, 18:02
Rodrigo De pies oscuros

Después de todo aquello, tan solo quedaron unos pocos, Rodrigo entre ellos, que ahora con falta de gente y casas de sobra, cada día podría descansar en cama nueva.

"Que se peleen los adultos, que mientras tenga mi astucia poco o nada temo de esos lobos de dos piernas"
-Así pensaba aquel infante más cuando escucho la propuesta a alcalde, algo, un brillo asomo en sus ojos.

-¿Y los niños también podemos votar y ser votados? ¿Tener poder y saber mandar?-La pregunta estaba clara, el no era el único desdichado menor de edad que aun quedaba en el mermado pueblo.

Su pregunto llego después de las palabras del flautista pero aun así, prefería esperar y confirmar.