Partida Rol por web

Bellita había cometido un error al abrir la puerta, que daba al armario de las toallas blancas.  La sieguita no vio que entre tanta toalla blanca había también muchas armas pesadas (pertenesían a la abuelita), pero como estaba sieguita, pues se siente. La puerta secreta, de hecho, ERA el bidet. Tuvo que levantarlo (era de marca Roca y bien que pesaba) para ver unas escaleras siniestras bajo él.  Lo de ver era una metáfora.

Bajando por las escaleras siniestras, llegó a lo que paresía la tumba de Gabriel Kerrigan. Miles y miles de imágenes de másteres poblaban las paredes,  y en el sentro había una estatua, sobre una tumba, con la imagen de Gabriel Kerrigan.

La estatua, en las manos, tenía un sable de lus.

- ¡Ahora, escucha, Luke! ¡Tendrás que pasar pruebas inquietantes para poder conseguir el sable de lus! -advirtió el espectro.

- ¡Escucha la primera prueba de inteligencia! -gritó una voz siniestra, oscura-. ¡Aquellos que son necios serán aniquilados! Atención, porque sólo será repetido una vez!

Y después del aviso, enunció el acertijo:

- ¡Oro parece, PLATA NO es, quién no lo adivine bien tonto es!

Lupita iba caminando por los cafetales, junto a la antigua casita de su madre, pensando en sus cosas... cuando un terrible PICACHU SALVAJE salió de entre los arbustos.

Al mismo tiempo, el Aseitado Enharinado cabalgaba ferós y magnífico por entre la hasienda, y llegó a tiempo para ver cómo sobre la cabesa de Lupita desía:

Enemigo Picachu Salvaje usó Quick Attak!

- Mi lliamo Iván Smirnoff Cogodárzovich -dijo Tornado-. Viva Lenin. 

La luz de la luna cayó sobre Iván y con voz ominosa explicó:

- Has sido contaminado con la maldición de la equinotropía. жаль, товарищ. не повторится.

recuperaría el terreno perdido en la economía mundial.

Y controlar la economía mundial era controlar el mundo. Cuando la abuelita gobernara el planeta,  sus dos primeros decretos serian: 1- los tapetes serian obligatorios por ley y 2- La doña seria ejecutada vertiéndole oro liquido hasta convertirla en una estatua que pondría en su despacho. Ademas cuando la población mundial fuera adicta al café los machos podrían cerrar el grifo a voluntad… La frase del futuro no seria "los mercados dicen que..." sino "El café debe manar" (La abuela tenía planes a largo plazo que implicaban gusanos gigantes que crearían bolsas de café que estallarían en la superficie de la tierra) Pero estaba adelantándose demasiado, primero lo primero,… llegar hasta el lugar.

Bellita se fue al bidet despues de estar a punto de pinsharse con tanta cosa afilada en el armario y de dispararse con tanta cosa disparosa y dispar. De cualquier modo y como suele ucurrir, la pobre sieguita no vio nada (aunque sospechó que detrás de ese armario tenía que haber una cosina, puesto que le había paresido tocar un mashete). Claro, nada sabía ella de la agitada vida de la abuelita quien incluso había llegado a encamarse con su abuelito. De ahí que hasta su muerte su abuelito siempre cantase melancolicamente una bellisima ranchera que desía: ♪♪Mi amada Carmen Lusia, que con los cocteles molotovs corría♪♪

La sieguita nose fijo en los cuadros de los másteres ni en la espada de lus (aunque si notó de pronto una barra que emitía musho calor y puso sus manitas cerca para que se calentasen) Tampoco se espantó de la vos en off, pues para ella todas las voses eran en off. Cuando escuchó la adivinansa la niñita inclinó la cabesa. Ay por díosito. Que asertijo más dificil. A simple vista diría que es plátano, pero eso no parese oro....¿Será un banano?¿Tu que dises Leonsio? ¿Nos quedamos con banano? Está bien...pues....el ano de plata....¡¡PLATANO!!

El Hombre Aseitado iba deslisándose sinuosamente montado en Aseitoso, su corsel negro, cuyos músculos brillaban, tan aseitados como los de su sueño, por la hasienda, buscando con su afilada mirada algún maleante o alguna donsella en apuros.

En cuanto vio a Lupita todas sus alarmas aseitosas despertaron en su cabesa. ¡¡Un picachu salvajote estaba a punto de atacarla!! Con una mirada feros cabalgó hasta llegar hasta ellos y se bajó de un salto de Aseitoso que desaparesió galopando, esperando hasta el momento en que volviera a ser nesesario. Nadie sabía cómo lo hasía el corsel para saber cuándo llegaba ese momento, algunos desían que una araña radioactiva lo había mordido y tenía un sentido arácnido que se lo permitía y ese era su poder. Pero seguía teniendo tan sólo cuatro patas y no ocho, así que lo sierto era que nadie sabía la verdad salvo el mismo corsel. Y no era muy dado a dar explicasiones sobre su vida. Él sólo venía cabalgaba un poco con el Hombre Aseitado y luego desaparesía sin más.

Como íbamos disiendo, el Hombre Aseitado saltó de su corsel grásilmente, interponiéndose entre Lupita y el ferosote picachu que quería freírla hasta dejarla como unos porotos refritos, toda chamuscadita, no más. Desenvainó su espada y se lansó hasia el bicharraco, con intensiones de ensartarlo en ella como un pincho moruno. - ¡¡No se preocupe, bella donsella. Yo la salvaré!! - Vosiferó mientras se lansaba.

Para Perseo Alberto Jairo Uribe las palabras esclavo y ojo herido tenían mucho sentido, y unidas a la libertad su cerebro las tradujo como un "Tómame, aquí y ahora" sin embargo eso sería incómodo para su hermanita aun atontada y amnesica, y claro estaría feo para Ricardito.

Veras caballerete lo siento pero este cuerpo sensual sensuoso no puede ser para todos.

Movió su dedo índice en pequeños círculos mientras alargaba una "y" -yyyyyyy...usted- paró su dedo señalando a Ana Victoria Yolanda -Su nombre no es Anita y nada tan feo. Usted en realidad... La camara hizo soom a los ojos ebrios de Ana Victoria y luego a los de Perseo permitiendo ver que llevaba pintada la raya superior e inferior del ojo y al cámara reflejado en su iris.
chaaaaaaaaaaan Ese chan sonó un poco tétrico, se ve que el disco bueno lo usaban en otra parte del plató, o quizás el productor se lo había llevado al baño.
...Usted se llama. Su verdadero nombre es...En realidad sos...¡Elena María Angelica!

Se acercó a ella para darle un fuerte abrazo fraternal de reenucuentro mientras sonaba psicosis y el ruido del becario recogiendo sus cosas.
Oh. doctorsito no pude seguir mintiendola. Oh Elena no enloquezcas más

Ana Victoria estaba planteando entre brumas de alcohol y giros locos de cámara para essenificar mejor la cogorsa que llevaba ensima, cómo preguntar discretamente a Perseo Alberto por la información que quería obtener. Y sin embargo su serebro no llegó a empezar la frase con el nombre del susodicho cuando éste le hiso aquella declarasión que volvió su serebro del revés, del derecho, de fuera hasia dentro, de dentro hasia fuera... En fin, que tras formar una exagerada "o" con la boca en señal de sorpresa los giros habían sido tantos que tuvo que echarse a un lado soltándose del inesperado abraso del hombre para vomitar hasta las uñas de los pies, tras lo cual se irguió perfectamente como si en su inclinación unos maquilladores intrépidos la hubieran maquillado aún más, que era de hecho lo que había susedido.

- ¡Elena María Angélica! - repitió tras una pausa dramática en la que sus sejas ondearon como si se tratara de una serpiente reptando. Podía ser, se dijo. El alcohol era poderoso en ella y no sería tan extraño que se hubiera confundido de personalidad -. ¿Y quién es ella? ¿quién soy yo?

El Jinete Cristiano se fue corriendo con un disgusto muy grande, y dejó a los dos (probablemente) hermanos enzarzados en su alcohólica conversación fraternal.

-Oh virgensita.

-OH VIR GEN SITA.

Carlos Antonio Javier Sanegunio Veracruz había quedado sentado sobre sus cuartos traseros y se miraba las pesuñas como si nunca hubiera visto nada igual (lo cual era una espresión bien curiosota en la cara de un caballo).

-¿Qué me esta disiendo? No en serio, eso último no lo he entendido. Y otra cosita, ¿Como es eso de que hables? ¿Y por qué soy un caballo? Y sobretodo, ¿Su nombre no era Tornado? Entonses llevo todo este tiempo llamándolo equivocadamente, lo siento mucho señorito Smirnoff.

Mientras hablaba se había levantado y andado un poco, mirando su cuerpo de caballo, sus patas, sus crines, entre las patas traseras...-oh.-Y se puso de nuevo rojo cual jalapeño.

El Aseitado Aseitoso -ni los guionistas sabían como llamarle y le llamaban de todo, desde Maromo Sensual hasta Machote Follador Vividor, pasando por cualquier otra cosa- comenzó un brutal combate con el Pikachu salvaje. Los ataques absurdos se susedían sin pausa.

Hombre Aseitado usó Aseite

Picachu se debilita.

Picachu usa Danza pétalo.

Hombre aseitado se debilita.

 Hombre Aseitado usó Ataque Mercadona

¡Es muy efectivo!

Pikachu está confuso.

 Hombre Aseitado usó Sombrero Pokéball.

El Pikachu Salvaje quedó enserrado bajo el Sombrero del Hombre Maromo... y así terminó el combáter.

La abuelita rodaba hacia el cocafeta, y de pronto... (minuto 1:30). No se lo esperaba, así que los ninjas púrpura surgieron de todas partes, rodeándola. Uno de ellos se lanzó directo, pero la abuela interceptó su salto con un golpe de laca que lo dejó congelado en medio del aire.

- Ah, Vieja-sama! Volvemos a encontlalnos... ¿Recueldas deuda, Vieja-sama? -el Ninja Púrpura apareció ante la Abuelita con gesto maligno. O eso se suponía, porque le tapaba toda la cara. Que igual podía tener gesto de dolor extremo o algo- Yo recoldal deuda.

- Pues eso. Que acabarrás, camarrada, convirrtiéndote en semental las nochies de luna llena. No serr tan interessante como poderr parecerr.

En esto que la conversación se ve interrumpida por el sonido en la lejanía de un extraño ruido.

- Vallia vallia -dijo Tornado/Iván-. Parrese que la Abuelatovich por fin ha encontriado lo que merrese.

La Vos parecía contrariada.

- Bueno, vale. Has pasado la primera prueba. La segunda no será tan sensilla. ¡¡ESTEBANco está ocupado por un Padre y por un Hijo, el padre se llama Juan y el hijo ya te lo he dicho!! -lo terrible de todo es que la voz en off decía ESTEBAN vocalizando despacio, muy despacio, de manera que era imposible no darse cuenta-. Si fallas, morirás -amenasó.

Mientras tanto, el perro se acercaba a la estatua de Gabriel Kerrigan con intensiones urinarias. No paresía una buena idea.

Veo que ahora eres purpura joven amigo,… Pero recuerda que te conocí cuando eras un ninja “marfil ceniza”, y sin mí no habrías llegado a ninja “melocotón con nata”… Pero tengo otros enemigos que atender, así que no os matare aquí mismo a todos. A ver, recuérdame la deuda (La abuela se ajusta las gafas, saca una calculadora, una libreta, un termo con café y algunas carpetas)

- ¡Vieja sama! ¡Deuda de honol, deuda de sangle! ¡Tú huil de Yakuza! ¡Tú robal secreto milenalio de aloz tles delicias! -el Ninja parece muy, muy indignado. La cámara se acerca y aleja y acerca y aleja una y otra vez de su cara para demostrarlo-. ¡No olvidal, no fingil!

El Maromo Aseitoso se asercó a su sombrero y lo levantó con cuidado hasta que bajo él pudo ver que había una presiosa pokeball. Alsó el puño al darse cuenta de que no sólo había vensido al picachu salvaje, también lo había capturado para su gran colecsión de pokemons del mundo. Se guardó la pokeball en un bolsillo en el que no paresía ocupar espasio y frunsió el seño para pareser más interesante.

- ¡Que bacana! Pronto me habré hecho con todos. - Dijo para sí mismo mientras se daba la vuelta, para buscar con la mirada a esa mujer que hasía su corasón palpitar.

Se asercó a ella y sintiéndose protegido por el antifas, tomó su mano y la llevó lenta y sensuarlmente a sus labios para rosarla con ellos, sin apartar sus ojos de los de Lupita. - ¿Se encuentra bien, señorita? - Dijo con vos grave y aseitada, tan aseitada como su pechote viril. - No le hiso daño ese bichote peligroso, ¿verdad?