Partida Rol por web

- Relájese. - le digo al forastero. Le encontramos deambulando por la sabana y le tomamos bajo nuestra protección.

- Hasta que decidamos lo contrario usted se viene con nosotros así que más vale que empiece a cooperar.

El soldado duda visiblemente un momento, luego aparece en su rostro una sombra de sonrisa y responde con un tono mas confiado

-Soy el teniente Deniel, a las ordenes del capitán Vilette de la gloriosa Legión Extranjera, y estoy aquí porque esto es suelo Frances, ¿porque están aquí ustedes?-

- Suelo francés... menudo gilipollas. Luego os extrañáis de que los negros os destripen... - gruñó despectivamente William - ¿Y la gloriosa Legión tiene como costumbre huir en medio de la noche llorando y riendo como una niña histérica? Baja del pedestal gabacho y abrevia: ¿qué era eso que nos disparó en medio de la selva?

Alain va a responder a Bill, por su expresión de forma altanera, pero su cara súbitamente se queda blanca y sin expresión

-eso... era la muerte, era áfrica alzándose...- un súbito temblor le sacude haciendo que se apoye en Fondec para no caer al suelo

-no, no se que era, no recuerdo nada- se frota la boca con la mano con nerviosismo y aparta la mirada -¿a donde vamos?-

-Habla igual que los indígenas- …refunfuñé exasperado por la situación… -Ya estoy cansado de mitos, supersticiones y entidades paganas, solo nos han causado problemas desde que llegamos a África- …comenté mirando al horizonte para ver cuánto nos quedaba de camino.

-¿No recuerdas?- …dije antes de girarme hacia el soldado y dirigirme hacia el recriminándole en tono hostil… -¿dices que no recuerdas? ¿y no recordaras por casualidad como una cuadrilla de gabachos saquearon cobardemente un campamento ingles hace unos días, verdad?-

Tras un momento de silencio esperando una respuesta que sabía no iba a obtener… -¿quieres saber dónde vamos?- …pregunté retóricamente al belga… -¡¡tú a ninguna parte!!- …exclamé enfurecido… -a menos que nos digas algo útil sobre lo ocurrido anoche o sobre el saqueo, te quedaras aquí en medio de la sabana, sin agua, ni comida y sin un mísero cuchillo para defenderte de los depredadores que te rondaran- …dije en tono amenazante.

El hecho de haber sido atacados y saqueados por los franceses, habían colmado mi paciencia con estos, ya me daba igual el destino del soldado, es más, si existiera la posibilidad de dejar con él a Fondec, creo que lo haría en ese momento… -piensa muy bien lo que vas a decir soldado y como lo dices, la decisión que tomemos dependerá de ello-

- Vamos, vamos. Tranquilícese Lord Cottonwell. - le digo apoyando la mano en el hombro.

- Teniente, le recomiendo colaborar y empezar a hablar pues de lo contrario me temo que no podremos ayudarle y le dejaremos en medio de la nada para que sea una presa fácil para lo que sea que le estaba siguiendo. - añado con una sonrisa un tanto retorcida.

- ¿Qué me dice? ¿Va a decirnos todo lo que sabe o se arriesgará a jugarsela a una carta contra lo que le perseguía?

Alain niega con la cabeza, aunque su mirada parece de nuevo perdida en la memoria

-volvíamos del campamento ingles y no encontramos a los centinelas que el capitán había dispuesto por si ustedes regresaban antes de tiempo, no tenía sentido desertar en un lugar tan inhóspito, así que pensamos que alguno de ustedes los había sorprendido, incluso hubo quien hablo de volver al campamento y hacerles pagar sangre con sangre- el soldado lanza una mirada irónica a Lord Cottonwell sonriendo -pero el capitán Vilette les detuvo, era mas probable que hubieran sido los indígenas, y encontramos un rastro, Alfonse lo siguió, se crio en las montañas y es.. era como un perro de presa-

Detiene su narración y se gira hacia Fondec, que es el que ha sido mas amable con el - necesito algo de agua por favor-

Una vez Fondec le da agua y la bebe avidamente (o no), Alain continua, sus manos empiezan a temblar conforme va rememorando

-encontramos a Alfonse degollado y decapitado, el capitán ordeno ir a un lugar resguardado y hacer un perímetro defensivo, guardias de tres hombres, camuflándonos. Nada sirvió, llevábamos algunas horas de noche cuando uno de los grupos fue atacado, escuchamos los gritos y los disparos, pero cuando llegamos los tres estaban muertos, entonces Danfort lo vio y lo señalo, era.. era.. la selva, africa, una sombra en las sombras, excepto sus ojos, sus horribles ojos que nos miraban con odio. De repente un disco salio de la nada y partio la cabeza de Danfort por la mitad, luego ya no recuerdo nada, supongo que huí-

Tras acabar su historia Alain queda en un sombrio silencio mirando al suelo

Juramento hipocrático. En él se dice que deben ayudar en la medida posible a todo aquel que necesita atención médica. También conoce los síntomas de morir de sed, y no se lo desea ni a su peor enemigo.

-No bebas mucho o te sentará mal- dijo tendiéndole una cantimplora.

Escuchó el resto de la historia de Delain. ¿Eran delirios? Lo parecían, pero el propio doctor vio como un extraño rayo fulminó a un pobre desgraciado. Sea lo que sea que esté pasando normal no era.

-¿Herísteis a lo que fuera que os atacó?

Una bestia herida era más peligrosa, pero también moriría con más facilidad por la pérdida de sangre.

- ¿La Selva? ¿Africa? - pregunto extrañado.

- Definitivamente este tipo está peor de lo que pensaba. - pienso.

- ¿Estás diciendo que no os atacó nadie? ¿Que simplemente era el Espíritu de África? Eso es una soberana estupidez. Alquien acabo con vuestros hombres y con los nuestros pero desconozco quién ha podido hacerlo. Esi si, cuando lo encuentre acabaré con su miserable vida de una vez por todas.

Cuando se dirige a Costigan los ojos del Belga están desorbitados, peligrosamente cerca de la locura

-yo lo vi, se alzaba del suelo y era nada, la selva moviéndose como una mancha viva ante mi, y los ojos.. los ojos...-

incapaz de seguir hablando Alain se tapa la cara con las manos, no parece que se le pueda sacar mucho mas, al menos no útil

- Relájese y deje de gimotear como una mujer. - le espeto al Belga.

- No creo que saquemos nada en claro de este sujeto. - digo al resto del grupo. Sugiero que nos demos prisa en regresar al Campamento y cuando sea de día que nos guíe hasta su Campamento para poder inspeccionarlo u recuperar nuestras cosas.

-Apoyo lo que dice messieur Costigan, este pobre diablo al menos cree que lo que dice es verdad y no nos será muy útil en esas circunstancias.

Debían ir al campamento.

-Pues no se hable más, no perdamos más tiempo con este loco y pongámonos en marcha- …dije colgándome el rifle del hombro y reprimiendo las ganas de golpear a aquel soldado con la culata del mismo.

-Le seguimos señor Harthower, imprima ritmo a la marcha, quiero llegar al campamento lo antes posible, quien sea que nos ataco es posible que tope con el campamento y por lo visto no distingue entre franceses e ingleses-

El penoso viaje continua bajo la lluvia, aunque tenéis la carne de jirafa no habéis sido capaces de encender un fuego y el hambre empieza a ser una molestia importante, os preguntáis cuanto tardaréis en estar tan desesperados como para comérosla cruda

- Volvamos a nuestro campamento. Me importa una mierda la suerte que haya corrido la gloriosa Legión Extranjera.- afirmó Bill despectivamente. Se acercó al individuo hasta quedar a un palmo de su cara - Por el momento puede considerarse un invitado forzoso, pero si hace cualquier tontería no dudaré en volarle la cabeza. No sé que fue lo que nos atacó pero sí que tengo claro que no le daré una oportunidad de pillarnos por culpa de un estúpido cobarde. Costigan: no le quite ojo a nuestro 'invitado'.

William se adelantó al resto para seguir el camino de vuelta al campamento base.

- Descuide Bill. No pienso hacerlo. - le digo al guía. Si intenta huir yo mismo acabaré con su miserable vida con una balazo en la cabeza.

Dicho esto arengo al belga para que se ponga en movimiento yendo yo en pos suya con el Rifle preparado para lo que sea menester.

-No creo que oponga resistencia. Y mejor debemos darnos prisa hasta llegar al campamento.

El doctor estaba famélico.

El resto del día es una larga y deprimente monotonía, la lluvia cae sobre vosotros sin descanso ensombreciendo aun mas vuestro ánimo. En un par de ocasiones Bill hace que desandéis vuestros pasos al haberos desviado. Cuando esta oscureciendo y empezáis a temeros otra noche al raso bajo la lluvia uno de vosotros señala con alegría la silueta de una de vuestras tiendas, habéis llegado al campamento.

Aceleráis el paso con la simple idea de un lugar seco y algo de comer caliente, pero vuestro ánimo vuelve a enfriarse al ver las formas oscuras en el suelo, cuerpos humanos. Y entre ellos hienas dándose un festín. Cuando os acercáis varias de ellas se encaran a vosotros, pero sin acercarse, podéis escuchar sus odiosas risas mientras os miran con ojos brillantes y mandíbulas manchadas de sangre

- Mantengan la calma. No las pierdan de vista pero no ataquen salvo que se nos echen encima. Son unos animales feroces y poco cobardes pese a lo que dicen de ellas... aprovechemos que tienen comida para rodearlas.

El campamento esta dividido en dos partes, la de los europeos y la de los porteadores, ambas separadas por un terraplén de tierra. Habéis llegado a el por la parte de los porteadores y pese a la lluvia, barro y los destrozos causados por las hienas, podéis ver que los cuerpos parecen ser todos de negros, aunque se distingue con facilidad el uniforme de uno de los guardias de Costigan. Pero es imposible asegurar que no haya algún otro europeo entre los cuerpos sin examinarlos de cerca, tampoco podéis determinar las causas de la muerte, aunque hay algunos cuerpos sin cabeza.

Cuando mantenéis las distancias para rodearlos y llegar a vuestras tiendas las hienas pierden el interés en vosotros y vuelven a su macabra tarea.

A unos metros del terraplén veis un montículo de piedras que juraríais no estaba antes