Partida Rol por web

Era un hombre de ciencia, no de supersticiones. Pero también funcionaba con lógica y sabía cuando abandonar una idea. Al principio había gente dispuesta a ayudar a la tribu o a la misión, pero los demás se tornaron reacios. Él haría lo que los demás pensaran hacer... y más teniendo en cuenta su origen. Debía andarse con cuidado, los franceses no encajaban demasiado bien en ese lugar.

-Como veáis- se limitó a decir, mirando a Cottonwell, que era el que parecía tener más peso en sus palabras.

África, siempre África. Si Boring ya había tenido que soportar las raras supersticiones del pueblo sudafricano en aquella zona parecían ser aun peores. Aquella sacerdotisa traás amlos presagios y Tembaqui se había encargado de comunicarlos. Seguramente toda la gente civilizada de aquella comitiva no haría caso de las palabras pero el mal estaba hecho puesto que los porteadores si que eran temerosos de las supesticiones. Volver a Port Harcourt era prácticamente terminar con el safari, o lo que es aun peor, retrasarlo hasta varios días después. Eso significaría estar más tiempo en aquel lugar y estar más tiempo sin ver a su familia y eso no le gustaba nada. Cuando escuchó a Blusiur solo pudo corrobar las palabras del hombre con un asentimiento de cabeza.

No sabía muy bien que quería decir Tembaqui, era de madrugada y para colmo hablaba exaltado, cosa que hacía difícil el entenderle, lo único que saque en claro de sus palabras, es que se trataba de otra superstición… -No sé qué clase de superstición es la que se traen entre manos ahora, pero no hemos hecho cientos de kilómetros para volvernos, ya me estoy cansando de tanta superstición, seguiremos con la caza que es a lo que hemos venido- …dije en tono molesto, mas por el cansancio que por la situación.

-No tienen reparos en coger dinero Ingles y trabajar para un Ingles blanco, pero luego se quejan de un niño con una marca y se escandalizan si una mujer dice que van a pasar cosas malas, ¿acaso no sabían a qué se apuntaban o los riesgos que corrían?, es como si el señor Harthower dijera que no viene a cazar porque este mes es gafe para él y tiene miedo de que le pase algo, pero no es así, sabia como, donde y cuando iba a ser la expedición y sus riesgos- …sabía que estaba fuera de lugar algunas cosas de las que había dicho, pero era el momento de dejar las cosas claras, ya que la tónica general de la expedición no estaba siendo todo lo idílica que esperaba que fuera.

-Si algo malo tiene que pasar, pasara y no tendrá nada que ver con supersticiones, será por despiste, mala fortuna o simplemente casualidad, así que si no hay un motivo real de peso para no seguir o abandonar la expedición, seguiremos con ella- …dije con determinación y luego me dirigí ha Jim, que aunque magullado, era el único guía presente en ese momento… -Usted dirá si hay motivos para no seguir o abandonar, pero que no sean meras supersticiones, a no ser que estas tengan detrás razones de peso reales-

La mujer mira a Jim y parece entenderle, pero su expresión no cambia, una serena indiferencia de quien ha visto muchas cosas, permanece en silencio

Lady Cottonwell miró a su esposo y asintió, estaba de acuerdo con él, aunque seguramente muchos les criticarían por no ayudar a la gente de la misión y seguir de caza, como si lo importante solo fuera divertirse. Quizás podría proponerle más tarde, que intentaran enviar uno o dos soldados para ver si podían ayudar una vez pasado un tiempo, quizás a los heridos tras el ataque de esa tribu tan peligrosa.

Quería asegurar a la mujer que nada les ocurriría estando con ellos, pero mirando al guía supuso que no era lo mejor, además de que no era ninguna garantía y tal y como estaba herido, no debía disgustarle más. Asumiría esta vez lo que su esposo ordenara con respecto a estas personas asustadas y lejos de su hogar.

Se acercó a Edmund y le tomó del brazo, en señal de apoyo, querría haberle cogido la mano, pero tal y como estaban últimamente, temía que eso le avergonzara o le abrumara... no era el momento oportuno, aunque deseó sentir el calor de su piel y el aspero tacto de su mano.

Una vez decidido lo que hacer, o lo que no hacer mas bien, poco queda para la noche, y de nuevo os retirais a vuestras tiendas a intentar conciliar el sueño pese al agobiante calor. Sin embargo al cerrar los ojos no podeis evitar estremeceros al recordar las palabras de la mujer marcada, sin importar si las habéis entendido o no su tono ominoso os afecta igualmente.

Finalmente amanece un nuevo día, el aire permanece pesado e inmovil y ni la mas leve brisa sopla, apenas a amanecido y el calor ya empieza a molestaros

Por la noche Tembaqui acomodo a los refugiados cerca de los porteadores y al salir podéis ver a la niña jugando mientras el muchacho intenta ayudar a los hombres en sus tareas.

De acuerdo con el programa hay que salir de cacería de nuevo, Jim se quedara descansando y esta vez guiará Bill, por lo que solo queda decidir quien ira y quien se quedará en el campamento

Lady Cottonwell apenas ha dormido las últimas horas, estaba demasiado nerviosa y preocupada para poder conciliar el sueño, el calor y la humedad no ayudaron tampoco.

En cuanto amaneció, se cambió de ropa y casi sin peinar, simplemente con el pelo recogido en una larga trenza rubia, se dirigió a la tienda de su esposo para hablar con él al respecto de todo lo acontecido, además de para ver si irían hoy de caza o sería más sensato esperar en el campamento.

Antes de entrar en la tienda observó a la niña jugando y no pudo resistirse de acercarse a saludarla.

, dijo amablemente, le sonrió sin mostrar demasiado los dientes, se agachó para estar a su altura y preguntó:

Boring apenas pudo pegar ojo esa noche. Cada vez que cerraba los ojos entraba en un duermevela espeluznante en el cual lo acechaban unas pesadillas horribles en su mayor parte protagonizadas por tribus canibales. En una ocasion durante la noche soño como toda una tribu habia entrado en su casa de Londres y habian capturado a su hija y a su mujer. El intentaba ir a salvarlas mientras se las llevaban pero sus piernas no le respondian y no podia avanzar hacia ellas. En ese momento se levanto sobresaltado y sudando. Definitivamente, Boring estaba deseando volver a casa y dormir junto a su esposa.

Salio de la cabaña y comprobo que aun no habia amanecido. Se apoyo contra un arbol y se mantuvo alli pensando durante un rato. Al dia siguiente tendrian que ir de caza de nuevo y esta vez seria Bill el que los dirigiera. Bill, mi amigo Bill - penso ironicamente mientras observaba la luna mas hermosa que quizas hubiese visto nunca. Al poco tiempo se dio cuenta de que los ojos se le cerraban y el sueño volvia a hacerse dueño de su cerebro. Desde luego hacia mas fresco alli fuera que en las tiendas de campaña. Por un momento penso en sacar su esterillo y dormir fuera, pero sabia que los mosquitos lo incordiarian y no podria pegar ojo. Con lo cual volvio a la tienda y se tumbo de nuevo...calculo que aun quedaba un par de horas para el amanecer.

El guía herido durmió poco. Los sonidos de África, de la sabana, le resultaban al menos naturales y menos desconcertantes que las palabras de los hombres.

Los animales saben lo que hacen, por qué lo hacen, cómo lo hacen... pensó. No podía culpar a la leona por haberlo atacado; ellos habían amenazado a sus cachorros, a su lugar. Sí podía culparse a sí mismo por no haber sabido apartar al grupo de ella, provocando entonces la muerte de la madre.

Tocó el rifle, frío a su lado. Luego su frente, con trazas de fiebre. El pecho le dolía como los mil demonios, aunque suponía que debía estar sanando. No pocas heridas había sufrido, pero en realidad nunca había experimentado las garras de Simba en carne propia. Siempre había sido más cuidadoso. Más inteligente.

Tendría que quedarse en el campamento, entonces. Con vaya uno a saber quienes... que molesto. Ojalá todos pretendan irse de casa y me dejen solo, en paz. 

Soñó con ella, como siempre. Sin ella, en realidad, soñó; mientras las estrellas se burlaban de su destino y su soledad.

Poco a poco el campamento despierta, unos mas madrugadores que otros. Lady Cottonwell intercambia algunas palabras con la niña, pocas sin embargo ya que la chica joven (¿su hermana?¿su madre?) le llama a su lado

Mientras desayunáis Tembaqui se acerca

-Buenos dias bwanas, hemos encontrado rastro de leones, el grupo de ayer- dedica una mirada significativa a Jim, como comprobando que no reaccione mal, y continua -tambien hay grupo de elefantes llendo al este. ¿que quieren cazar?-

Tras una noche movida y un sueño entrecortado, el despertar se me hizo un poco duro. Me reuní a desayunar con el resto de la expedición sin apenas mediar palabra con nadie, excepto con mi esposa… -buenos días querida- …dije escuetamente.

El desayuno iba poco a poco revitalizándome, luego Tembaqui nos puso al corriente del rastreo matutino.

Las noticias me alegraron el día, todo parecía indicar que el safari continuaba con buen rumbo… -creo que ayer tuvimos suficiente con el encuentro de la leona y no deberíamos mermar mas ese grupo de leones, la próxima vez que vayamos a cazar leones deberían acompañarnos los dos guías, no debemos confiarnos ante el rey de la sabana- …dije mientras terminaba mi desayuno… -sin embargo………. Me parecería una grandísimo error, estar en África, tener la oportunidad de ver a esos gigantes y quedarse aquí sentado, así que, aunque no cacemos nada, deberíamos salir a ver a los elefantes y quién sabe si de paso vemos a algún que otro animal de la sabana- …añadí entusiasmado.

Me levante animado y me coloque detrás de Dorothy, apoyando mis manos en sus hombros, era poco o nada habitual ese tipo de gesto, pero el ánimo me embauco… -Dorothy y yo saldremos a disfrutar de los encantos de África…. y seguramente Molly también vendrá… si quiere, claro- …dije a la vez que apreté levemente los hombros de Dorothy en señal de complicidad, ya que sabía que seria del agrado de ella que Molly nos acompañara… -¿Quién mas se apunta?, aún así iremos preparados por si la caza se tercia, aunque no será el objetivo principal de la expedición, ¿Qué me dicen?, ¿se animan a conocer África….. mas de cerca?-

Durante el desayuno estaba algo absorta, finalmente no había podido hablar con su esposo, lo que le inquietaba bastante.

Escuchó el anunció de Tembaqui y recordó lo hermosos que eran aquellos enormes animales, lo que la animó un poco más.

Cuando su esposo posó sus manos sobre ella, tembló un poco por la situación y el contacto, no teniendo muy claro qué hacer. Al sentir que apretaba las manos, subió una de las suyas para posarla sobre la de su esposo, apretando a su vez para mostrarle que estaba conforme con la decisión que había tomado. Aunque en su interior continuaba preocupada por le gente de la misión y por los nuevos componentes del campamento, quienes de momento seguirían allí, pero había que decidir hasta cuando y con qué condiciones.

- Será estupendo Edmund, me encantan los elefantes. dijo sonriente, aunque seguía preocupada. Molly, seguro que te gustan mucho. comentó a la joven que estaba a su lado. ¿Quieres venir?

Boring se levanto con un cierto dolor de cabeza y las energias mermadas por el poco descanso que habia tenido durante la noche. Al menos de animo andaba algo mejor y mas cuando escucho que podrian ver elefantes salvajes. ¿Te imaginas Natalie? Como los del circo pero sueltos. - Penso figurandose la cara que pondria su pequeña si los viera. Tenia claro que aquella expedicion no se la iba a perder. Seria un sacrilegio no ver a aquellos monstruos de la naturaleza caminar libres. Ademas, ya estaba bien de leones despues de la mala experiencia del dia anterior.

- A mi me gustaria ir, Lord Cottonwell. Pero como le dije - recordo que el Lord no le habia contestado su anterior peticion - me gustaria que se me proporcionara un rifle y un machete. No quiero que pase como nos sucedio la jornada anterior, que tuve que arrebatarle el suyo a Stoker y perdi un tiempo precioso en ello.

Molly se encontraba algo cansada, las emociones del día previo y, posteriormente, las nocturnas, habían hecho mella en su ánimo, habitualmente resuelto y optimista. Había pensado quedarse hoy en el campamento y cuidar del guía herido, pero ahora se veía tentada por la idea de esos grandes animales que sólo conocía por los libros.

Yo...me encantaría ver elefantes, Milady. Sin embargo, creo que alguien debería quedarse para atender al Sr. Farewell. Si el Doctor Blusiur decide acompañarles, yo me quedaré en el campamento. En caso contrario, me gustaría mucho ir con ustedes.

Con gesto sombrio Stocker se mantiene aparte, "¿que sentido tiene ir a ver esos elefantes sin cazar alguno? por lo que se cuenta sus colmillos son increibles trofeos y vamos a dejarlos pasar, pero es evidente que Lord Cottonwell se ha ablandado con su nueva esposa, su comportamiento es bastante impropio, como un colegial"

-yo me quedare en el campamento- comenta quedamente y vuelve al interior de su tienda

"Primero acogemos negros y luego vamos a ver elefantes" Costigan observa al resto con expresion ceñuda a los demás, le gustaria quedarse también, pero tras el desastre de ayer ya no puede fiarse de los guias para garantizar la seguridad de la expedición, esta visto que Sir Luggard hizo muy bien enviandole

-yo ire hoy con ustedes, con un par de mis hombres- dice y se dirige hacia sus hombres (evitando claramente hablar con el negro) para darles ordenes

-Ya tuve bastante cabaña antes- dijo el doctor- Sin duda conocer la fauna de este lugar es lo que me llevó a realizar este viaje, aparte de conocer mejor a mi prima, claro- dijo volviendo su mirada hacia Lady Cottonwell- será divertido salir de expedición.

No pudo ocultar comportarse como un niño emocionado. Las cosas desconocidas eran un gran atractivo para él, y aunque lo sintiera por Molly Brown, que decía quedarse si él iba... no quería perder esta oportunidad de conocer mundo.