Partida Rol por web

Lady Cottonwell había estado mirando un momento al horizonte, suspirando por el viaje que les aguardaba, cuando se dirigieron a ella saludó cortésmente sin mucho interés. Encantada Señor. Es un placer conocerle. Bonita cámara. después su vista se posó en el señor que estaba junto a él. Aquella nariz era inconfundible.

- Fond...ec... sonrió, por un momento iba a llamarle como hicera siendo joven, pero era experta en corregirse a tiempo. ¿Primo? dijo acercándose al doctor. Por un momento se sintió tentada de abrazarle y gritar de alegría, pero como siempre se contuvo a tiempo, miró a su señor esposo, quien aprobó su conversación y por tanto, se acercó más al Doctor para mostrar su mano y que él pudiera besarla como estimaba el protocolo. Estoy encantada de volver a verte querido primo. continuó serena tratando de contener su alivio, alegría y emoción que la llenaban por completo.

el gusto es mio prima, no te veía desde... bueno... desde hace mucho una lágrima recorría su mejilla disculpame, no se que decir esboza una pequeña risa de verguenza, no la abrazaba por temor a Lord Cottonwell, de quien dificilmente podía soportar su mirada, esa mirada de odio, no pudo hacer más que esbozar una enorme sonrisa por ese pariente que hace mucho no veía

Lady comprendió la sensación que envadía a su primo, ella misma sentía lo mismo, y sin duda, sabía lo que sentía su esposo, quien durante días se estuvo quejando de los franceses a todas horas. Incluso en la cama en las tareas maritales estuvo perjurando sobre ellos.

- Estoy encantada de que hayas podido venir finalmente. Es una pena que no hayan podido venir tu esposa y familia, me hubiera gustado mucho conocerles. Todos sabían por qué no habían venido, pero igualmente era cortés indicarlo.

Lady estaba deseando abrazarle, pero lo haría en privado, allí habían demasiados desconocidos. Aún así tomó sus manos y las apretó en señal de acercamiento. Después se dirigió a su esposo. Edmund, sin duda tendrás ganas de perder de vista a este francés en concreto, así que con tu permiso nos retiramos para hablar en privado. Si te parece bien esposo mío. se cogió del brazo de su primo, como buena dama, pero esperó la respuesta de su marido para avanzar hasta una zona alejada de la cubierta y poder así hablar más en privado, sin tanta gente extraña cerca.

- Esperen , esperen, por favor - les dijo Maurice. - Sé que estarán deseando hablar de sus cosas pero me gustaría sacar una foto de todos ustedes juntos para conmemorar el inicio de la aventura. ¿Quién sabe? - esbozó una sonrisa - Quizás sea portada del The Morning cuando volvamos.

- Oh vaya una "fo-to", siempre me ha interesado esos chismes que usáis - dice Herbert acercándose a Maurice para observar la cámara mas de cerca. El hombre hablaba con el cigarro en la boca, de manera que solo movía los labios de medio lado. Se acercó al grupo de personas y levanto una mano y dijo en grave tono:
- Por cierto, soy Herbert Doyle - dijo con serenidad - Aún no había tenido la ocasión de presentarme.

- ¿Señor Herbert Doyle?... - sé quedó pensativo. Maurice sabía quien era Herbert Doyle Stoker. Era un hombre que había tenido negocios oscuros en la ciudad, de hecho su periódico había sacado varios artículos sobre él mezclado con asuntos sucios. No le daba buena espina pero Maurice no se quería granjear enemigos de momento. Extendió su mano para saludar al señor Stoker - Encantado - dijo con la mejor sonrisa que pudo ofrecer.

 Lord Cottonwell reacciono con un ligero carraspeo de desaprobación por el exceso de entusiasmo del periodista con la cámara, de todos modos olvido el tema observando con severidad el intercambio entre su mujer y el frances. Cuando le pregunto por un momento a solas torció un momento el gesto y parecía que iba a negarse, pero finalmente suspiro

-claro querida, aunque debería acompañaros Molly, no es adecuado que una mujer casada se quede a solas con un caballero, aunque sea su primo- se muerde la lengua para no añadir un "todos sabemos como son los franceses", aunque parece claro

-esa chica, ¿donde se habrá metido?-

Mientras gira la cabeza a uno y otro lado escucha la propuesta del periodista y frunce el ceño

-¿una fotografia todos juntos?-

- Encantada. agacha un poco la cabeza en señal de saludo a ambos caballeros. Después atiende a las palabras de su marido. Por supuesto añadió apretando el brazo de su primo esperaba a Molly, no sé dónde se ha metido.

Cuando el fotógrafo propuso la foto, Lady Cottonwell no supo si alegrarse o no, era algo todavía muy nuevo y no sabía muy bien a qué atenerse, en la Alta Sociedad había gustos para todos, unos hablaban de que robaba el alma, otros que era la manera de quedar inmortalizado para siempre... Lady Cottonwell no podía negarse, al menos que lo hiciera su marido, así que aguardó su respuesta.

- Si, Lord Cottonwell, me encantaría probarla. Recuerde que ya no hace falta una larga sesión de preparativos para que la cámara funcione. Basta con girar esta ruedecilla de madera y pulsar con suavidad el interruptor. Además, ahora hay una luz perfecta para que luzcan ustedes bien. No sean tímidos, son ustedes gente culta...¿no creeran en los mitos sobre los poderes sobrenaturales de las cámaras fotográficas? - dijo esto por el rostro de preocupación de Lady Cottonwell. Era el mismo que puso su madre cuando le propuso sacar la foto familiar que ahora dormía sobre la estantería de la chimenea. - Venga anímense, pónganse todos juntos.

 -tranquila querida, ya me hice una fotografía de esas en la india y es tan inofensiva como un cuadro, pero tarda menos y huele peor. Esta bien señor Boring, aunque no se si todos nuestros invitados querrán salir- Lord Cottonwell parece asumir que su mujer se hará la foto ya que el a accedido, y parece que invita a Blusiur a no unirse para la foto

me coloco en posición para la foto junto a mi prima que alguien nos acompañe? tan mal piensas de los franceces que crees que soy capaz de hacerle algo a mi pariente? su furia hacia Cottonwell crece poco a poco, ya se había hecho fotos antes, así que sencillamente se limitó a sonreir

Molly subió a cubierta despacio. Se había sentido indispuesta en cuanto pisó el barco, pero parecía que poco a poco su cuerpo se iba adaptando al movimiento.

Vergüenza debería darte, Molly Brown-se decía a sí misma-, Milady ha tenido que empezar a instalarse sin ayuda. Esperemos que no se arrepienta de llevarme en este viaje...

Así que haciendo de tripas corazón, se acercó al grupo que parecía estar posando y captó la atención de Milady con un pequeño gesto, para que supiera que ya estaba lista para lo que necesitase. Como buena doncella, se limitó a esperar que le hablasen sin interrumpir la conversación de los señores.

- Si así lo deseas esposo mío. dijo cogiendo fuerte del brazo a su primo y acercándose a su esposo para cogerle con le brazo que le quedaba libre. Imitó a los demás y sonrió para la cámara, aunque era la primera vez que le hacían una foto y su corazón parecía ansioso como si también quisiera salir en ella... o tal vez era la presión que sentía entre dos hombres que comenzaban a odiarse y entre los cuales debería mediar durante el largo viaje.

Vio de reojo a Molly, Gracias al cielo, voy a necesitar aliados en esta contienda amiga mía... va a ser un largooo viaje hasta África.

Maurice estaba nervioso. Era su primera foto con aquella máquina tan fantástica. Se dispuso a sacar la foto tal como le habían enseñada el Señor Eastman. Solo tenía que enfocar a través de la pequeña lupa interior y la foto reflejaría después todo lo que entrase en el encuadre. Iba a darle al botón cuando vio a una señorita que los miraba. Pensó que sería la sirvienta de Lady Cottonwell y dijo: - Caballeros, sino les importuna me gustaría que la señorita se incorporará a la foto. Ella también será parte de esta aventura. - Le hizo gestos a la señorita para que se acercase. - ¿Cómo se llama usted?

Molly Brown, señor- respondió Molly bajando los ojos. No sabía qué opinaría Milady ni, sobre todo, Milord, de que saliese en la foto junto a ellos. Al fín y al cabo, no era nadie importante sino sólo una simple doncella- Pero no sé si debo...-titubeó mientras esperaba la aprobación de sus señores, a los que dirigió una mirada interrogante.

 El Lord mira con sorpresa al periodista cuando propone que Molly salga en la foto, "aunque el maraja insistió en hacerse la foto con sus 3 esposas, el elefante y varios criados, pero era indu, los indus son gente extraña" luego su expresión cambia un poco

-tiene razón va a ser parte de la expedición, Molly ponte junto a la señora- hace un gesto de invitación para que se ponga al otro lado de la señora, donde ahora esta el frances

Maurice se puso frente a ellos, miró por el agujero con la lente y encuadró a las cinco personas. Nervioso apretó el interruptor esperando algún sonido estridente o alguna luz cegadora. Nada de eso, sólo un pequeño clic. Movió la ruedecilla hasta darle una vuelta completa, dijo - un momento, no se muevan - y volvió a darle al interruptor. Otro pequeño clic sonó. Repitió la operación por última vez, Lord Cottonwell estaría empezando a impacientarse. - Muy bien, creo que ya está.

Sin duda en la primera foto Lady Cottonwell no tendría precisamente una sonrisa, pues Molly se había puesto como le habían ordenado, entre su primo y ella misma, algo que molestó terriblemente a la dama.

Después como buena esposa aceptó la situación y se dedicó a sonreír a la cámara, pero lo que no sabía era que la primera instantánea dejaría guaradada para siempre su cara de decepción.

Molly se sentía azorada, acostumbrada a un segundo plano, no se sentía a gusto tratada como un miembro más de la expedición. Aun así, se obligó a adoptar una tímida sonrisa para la foto. Ojalá pudiese tener una copia algún día para enviársela a sus padres y sus hermanitos!

- He sacado tres fotos, Lord Cottonwell. Si salen bien no dude que le concederé una de ellas a la vuelta, la otra la necesitaré apra el periódico. - No quiso hablar de la última, la cual se la quedaría él como recuerdo de su primera fotografía con esa máquina.