Partida Rol por web

CAZADORES DE SANGRE [Finalizada]

Crónica: "Cazadores de Sangre"

Cargando editor
31/08/2008, 02:55
Sejmet

Me quedo mirando la escena que cada vez me gusta menos... Bueno, en realida dni eso, soy tan bajita que apenas alcanzo a ver o adivinar algo, pero prefiero mantenerme en una de las zonas traseras dónde tener una vía de escape. Con esa máscara y la situación... Me siento agobiada, asfixiada, encerrada.
No, otra vez no... me digo a mí misma de forma suplicante.

Retrocedo un paso de forma vacilante, pero me obligo a quedarme anclada ahí mientras el tipo entra el círculo. Se deduce que Vasily... Pero la ceremonia cada vez pasa más a segundo plano cuando me doy cuenta de que nos hemos dispersado parcialmente, por lo que vuelvo junto a Steff quedándome cerca de ella.
Le odiaré por esto, podría habernos avisado de que iba a interferir con sus excentricidades fetichistas...

Cargando editor
31/08/2008, 09:51
Steffanie Wilson

La verdad es que cada vez esto es mas raro si cabe. Aunque intentemos no separarnos, nos separan al moverse el resto, se mas o menos donde esta el resto de mi grupo, pero aun asi me quedo atras, necesito no sentirme parte de la masa general. Ahora recuerdo por que no voy a ninguna de las fiestas de mi clan.

No puede ser mas melodramatica y espectacular la entrada de nuestro amigo, seguro que ese encapuchado es Vasily, no puede ser de otra manera, espectacularidad al maximo, sonrio bajo la mascara y pongo una mano en el hombro de Sejmet que esta junto a mi, queda poco o tal vez mas de lo que esperamos para que termine

Cargando editor
31/08/2008, 16:49
Esmeralda

Una ceremonia típica, nada que me impresione. Original lo de las máscaras, pero no deja de ser una ceremonia de aceptación, la comunidad en círculo cerrado permitiendo el paso a un nuevo individuo a su centro. Simbología. Nada más. No hay nada espiritual en ls ceremonias de la secta, no servimos a nadie salvo a nosotros mismos. Son simbolos para elevar el espíritu. Es lo triste del sacerdocio, ser consciente de ello. Jamás se ven las ceremonias de la misma manera.

Lo que más memolesta es la sobriedad. Todos en silencio, permaneciendo relativamente quietos. Los vampiros no somos así. No debería ser necesario ser una tumba para mostar respeto. Pero no soy yo quien oficia esta ceremonia, de modo que me limito a respetarlo. Ya habrá otras ceremonias más... movidas.

Cargando editor
01/09/2008, 11:46
Dominic

Me sitúo cerca de los míos, por un instante consigo calmarme. Después todo cambia, comienzan a moverse a ¿bailar? Una especie de coreografía ridícula, tal vez parte del ritual…¿a quien le importa? Me rozan, me empujan todos tan sucios, tan impuros no puedo reprimir mi asco.

Tengo ganas de matarlos a todos, de destrozarlos, de ver como bailotean con sus miembros cosidos a la cabeza, me resultan tan corruptos e indeseables…me dan nauseas.

Aguanto, debo hacerlo, por ellos por mis hermanos. Tampoco disfrutan con esto puedo sentirlo, una absurda formalidad, no puedo evitar sentirme pateta durante un instante.

Todo se detiene, pero para mi desgracia parece que apenas empieza aparecen más personajes en escena, esto amenaza con volverse angustiosamente largo, que el Señor me perdone…pero por un momento deseo que nuestros enemigos irrumpan en el lugar, tal vez así consiguiese aliviar este infinito hastío…

Cargando editor
03/09/2008, 01:05
Hamza

Aunque lo intento, no logro encontrar el lugar adecuado entre la gente. La masa de cuerpos negros parece desear separarnos, arrebatarnos la cercanía, mezclarse con nosotros.

Desprecio cada uno de sus cuerpos encapuchados, cada uno de sus rostros retorcidos. Desprecio el interior de cada carcasa vacía, y en silencio maldigo a Vasily por semejante farsa...

Somos Guerreros de Caín... ¿Esta pantomima aberrante pretende ensalzarnos de algún modo? Nunca comprenderé sus métodos. Ante su oscuridad, la clara luz de la verdad, ante la sibilina estrategia, la táctica del combate.

La masa de cuerpos macabros parece moverse al unísono cuando el oficiante de la ceremonia golpea el suelo... Un escalofrío me recorre. Un mismo ser de cuerpos y almas oscuras, reaccionando al unísono, ante una orden sin palabras.

Se abre un haz de espacio entre nosotros, sin que pueda aprovecharlo para volver junto a los míos. Pronto, un nuevo enmascarado irrumpe en la sala, llegando hasta el interior del círculo.

Su porte es digno, casi elevado, seguro de sí mismo, al contrario que mi semblante, afortunadamente oculto, dominado por una mueca de aprensión.

Hay demasiados cuerpos, demasiado juntos, demasiado iguales. El lugar perfecto para una amenaza.

Cargando editor
03/09/2008, 01:12
Ungido

El hombre de la máscara de frente dorada, se acerca poco a poco, con paso firme, con certezas en cada movimiento. El círculo se abre para recibirle, como verdadero amo y señor del ritual, rindiendo pleitesía unicamente al trono y a sus ocupantes.

Despacio, mira en derredor. Las miradas fluctúan, naciendo o muriendo en él, recorriendo los rostros de las máscaras. Después, lentamente, regresa frente al Sacerdote.

Sin palabras, se postra lentamente, hincando una de sus rodillas en el suelo.

El Sacerdote alza su báculo, y el Ungido se incorpora, como un pequeño titán de carne y porcelana. Su voz se abre paso a través de la máscara con el timbre perfecto de un gran orador, con la profundidad de una voz que sabe cómo ganarse el respeto, como imponer coherencia... Pero no ordena, ni subyuga. Una voz que invita y sugestiona.

- ¡Hermanos!

El eco de sus palabras golpea las columnas de mármol...

~Nos...~

- ¡Somos la negra noche enmascarada! ¡La noche de mil rostros hambrientos! ¡La verdadera Oscuridad, llena de nombres propios!

Su voz parece llenar cada rincón de la sala... Intensa y vehemente.

- ¡Hermanos, somos la vida que no muere, la muerte que continúa viviendo!

~Endo...~

Unos pequeños pasos hacen que logre hacer llegar su mensaje a cada rostro macabro, como si de un susurro directo e íntimo se tratara.

- ¡Somos todos iguales, hermanados en nuestra oscura alma! ¡Somos todos distintos, como un cielo cubierto de estrellas macabras!

Sus brazos acompañan sus gestos, haciendo de cada palabra un acto de fe. Vivido.

- ¡Hermanos, yo os pido que bebaís conmigo, pues sólo la Sangre es nuestra Fe, y sólo la Sangre nuestra meta! ¡Somos seres sedientos, que aceptan su naturaleza! ¡Somos el Deseo del mundo! ¡Voraz e inextinguible!

~Ible...~

Las frases parecen rebotar unas con otras, sembrando retazos que se chocan, susurrándoos.

- ¡Hoy yo soy vuestro Cáliz! ¡Hoy soy vuestra sed, vuestra hambre, vuestro apetito! ¡Hoy soy vuestro amo y vuestro esclavo! ¡Un nuevo Rey de sangre, que no ordena a sus súbditos, pues todos somos Reyes en el Sabbat!

Su voz se alza aún más fuerte que antes.

- ¡Aceptadme, hermanos, pues hoy soy vuestra necesidad y vuestra fuerza! ¡Hoy nazco ante vosotros, sangrando nuestro futuro!.

~Uro...~

Sin más preámbulos, se arrodilla de nuevo ante el Sacerdote, Rojo como la Sangre.

Notas de juego

Cargando editor
03/09/2008, 01:27
Sacerdote

Los brazos del Sacerdote se alzan, hacia el techo, portando un gran Cáliz de plata, iluminado por la Luna que atraviesa el zócalo de cristal en la cúpula.

Los brillos blanquecino disminuyen mientras después de cientos de susurros apenas audibles atraviesan su máscara, llegando hasta vosotros, se arrodilla despacio enfrentando el Cáliz al Ungido.

Sus labios portan un extraño salmo... Ajeno... Arcaico.

Finalmente, su voz, aguda y extraña se abre paso entre cada ser en la sala.

- ¡Ésta es la Sangre de la Secta! ¡La Sangre que nos hace libres! ¡La Sangre que nos dará el mañana!

Una de sus manos aparece, tras la capa roja que le envuelve, portando una Daga Ceremonial, de empuñadura ricamente labrada. Los rostros de la Secta, macabros y esperpénticos, mostrándose tal y como son.

Su mano esgrime el filo, clavándolo despacio en las muñecas extendidas del Ungido, sostenidas ante el cáliz.

La Sangre se derrama gota a gota, hasta llenar el fondo de un color rojizo.

Después, pasa sus dedos sobre las heridas, que se cierran sin más, obedientes, siguiendo las órdenes que dictan sus yemas en la carne.

Sus manos recogen el Cáliz, con suma reverencia, alzándolo de nuevo, sostenido junto a la gran daga.

- ¡Hermanos, compartid vuestra Sangre con la Secta! ¡Unamos nuestra esencia y el Destino!

Cargando editor
05/09/2008, 14:57
Sejmet

¿Esa es la voz de Vasily? Tiene que serlo, no tendría sentido que fuera otro... Sin embargo apenas puedo ver nada entre el tumulto de gente que hay delante de mi y la máscara que no paro se mover sobre mi rostro.
Paciencia... paciencia... Apenas sé el significado de esa palabra, cómo no suceda algo emocionante dentro de poco no sé si aguantaré otro segundo más quieta sin hacer nada. ¿Cuántas veces me han preguntado si soy hiperactiva? Quizá lleven razón después de todo...

Miro a Steff, la cuál aún permanece a mi lado y de nuevo entre las fisuras que forman los encapuchados para intentar vislumbrar algo.
Alcanzo a distinguir la elaborada copa que alza el sacerdote y ladeo un poco la cabeza. ¿Se supone que deberemos beber de ella o verter nuestra sangre? Debería haberle pedido más información a Esmeralda sobre el protocolo, ahora ni siquiera sé dónde anda.

Cargando editor
05/09/2008, 16:04
Esmeralda

Observo la escena entre extasiada e intrigada. Es éste un rito sagrado del Sabbat de los más importantes que se pueden presenciar, a los que se pueden asistir. Es un honor y un privilegio esta aquí, rodeada de hermanos, participando de este momento. Más aún cuando se celebra en honor de Vasily, el que ha sido nuestro Ductus, nuestro jefe militar, nuestro líder.

Mi maestro.

Mi señor.

Y sin embargo, también me siento en parte indignada y fuera de lugar. Los aquí presentes saben exactamente lo que está sucediendo, y también lo que va a suceder. Ya estaban aquí cuando hemos llegado, nosotros los últimos en llegar, nostros que debiéramos tener un lugar de privilegio en esta ceremonia. Ha actuado al unísono, sabedores del funcionamiento del ritae, con evidente práctica. Nadie nos informó a nosotros, nadie nos invitó a un ensayo. Ni siquiera hemos sido capaces de mantenernos unidos en esta marabunda de hermanos.

Miro hacia mi izquierda, tratando de recordar las máscaras de mis hermanos con la esperanza de reconocerlas entre la multitud. Creo reconocer la máscara de Hamza, pero a pocos metros hay otro individuo con una máscara similar. No sabría decir si es uno de ellos. Hay un tipo alto por allí que podría ser Dominic. Giro la mirada al lado contrario, a la derecha, pero no veo a mis hermanas... Espera, si. Reconozco la máscara de Steffanie, la que yo misma le entregué. Pero nada de Mariela ni Sejmet.

Siempre separados.

Aún no estando del todo convencida del funcionamiento del ritual, lo reconozco como uno del que he oido hablar: El Baño de Sangre. Este ritual se realiza para reconocer la aspiración de un Sabbat a un título, como es nuestro caso. Creo recordar que los miembros de la reunión se acercan uno por uno al aspirante para darle su aprobación y vierten un poco de su sangre en un recipiente, en el que posteriormente se bañara el aspirante y del que finalmente beberán todos los asistentes.

Así que se trata de eso.

Bañarse en nuestra sangre.

Darle nuestra aprovación.

Pero alguien debe comenzar. Debería considerarse justo que nosotros mismos rompiéramos e hielo en estos momentos. Hemos sido su manada. SOMOS su manada, su éxito, su fuerza.

Separados.

Maldigo dentro de mi mente. Deberíamos surgir al interior del círclo como uno, acercarnos y da nuestra aprovación como una unidad. Mostrar nuestra fuerza y convicción no como individuos aislados, sino como manada. En los próximos días deberé ser especialmente dura con mis hermanos, mostrarles el camino del verdadero Sabbat con una vehemencia nunca antes mostrada.

Pero sigue sin salir nadie.

Vasily espera.

Maldigo nuevamente. Si no salimos como uno, uno de nosotros deberá ser el primero. Considero que esa responsabilidad pesa en los hombros de Hamza, pero es un Ductus reciente, puede que al fin y al cabo en un ritae sea más conveniente que la Sacerdotisa de el primer paso.

Maldición, espero que me sigan.

Doy un paso al frente solicitando paso a quienes tengo delante con el delicado tacto de mis manos. La vampiresa surge entre hermanos de secta con su máscara dorada y su sombrero de ala ancha, deteniéndose al alcanzar la primera fila. Un paso al frente, justo frente a Vasily y el oficiante, asegurándome que han percibido mi gesto. Hago una leve reverencia, solicitando el adecuado permiso para acercarme. Entonces comienzo mi caminar delicado y contoneante hacia el centro del círculo, agitando mi capa con cada nuevo paso.

Al llegar frente al Sacerdote, abro mi capa echándola hacia atrás, para que no me moleste al clavar una rodilla en el suelo, agachando la cabeza mientras me quito el sombrero. Lo deposito en el suelo, a mi lado. Mi pierna izquierda asoma completamente fuera del vestido, mostrando mi bota y el muslo hasta casi la cadera. Elevo las manos, con las palmas abiertas hacia arriba, esperando que se me indique el modo correcto de realizar el sacrificio.

Supongo que me será entregada la daga. Un corte en la muñeca, con el puño cerrado sobre el cáliz. Mi sangre derramándose en él. Dolor placentero, aceptado con gusto.

Por él.

Por Vasily.

- ¡¡Esta es mi sangre!! -Elevo la voz, esforzándome en mostrar seguridad y reverencia, hacer que mi señor se sienta orgulloso- ¡¡Esta es la sangre del Sabbat, con gusto compartida!! -Giro mi rostro, cubierto aún por la máscara, y clavo mis ojos en él, mi maestro- ¡¡Por tu honor, por tu lealtad, por tu sabiduría!! ¡¡Por tu fuerza!! ¡¡Por tu gloria!! ¡¡POR EL SABBAT!!

Mi sangre deja de brotar. La herida se cierra. Mi sacrificio está hecho. Acerco mi muñeca a mi rostro y aparto ligeramente la máscaa para que surja una larga lengua bífida que lama los restos de sangre en apenas un momento. Entonces miro fijamente al oficiante, esperando su aprovación, realizo una nueva reverencia y me pongo el sombrero, poniéndome en pie.

Me giro, haciendo hondear mi capa, y camino nuevamente al lugar donde me encontraba, buscando los rostros enmascarados de mis hermanos entre la muchedumbre.

No esperéis mucho más.

Sed los primeros.

Sed sus pupilos lales.

Notas de juego

Toma tocho ^^

Cargando editor
06/09/2008, 10:04
Mariela

El ritual comienza, las palabras brontan del que ha entrado al circulo... debo pensar que es Vasily ya que si no... ¿A quiés está dirigido este ritual?

Las palabras hablan de lealtad, de unión y de sangre. En el fondo todo es sangre, en la vida de un vastago puede faltar cualquier cosa mientras no le falte la sangre... ¿es eso modo de vivir? o quizás solo sea un modo de alargar la agonía eterna a la cual estamos condenados.

El sacerdote saca una copa y fielmente a mis pensamientos vierte la sangre de "Vasily" dentro de la copa, he oido hablar de este ritual, pero no lo he practicado nunca (quizás porque nunca me he convertido en ductus ni nadie que estuviera a mi alrededor.) así que ando un poco perdida con los pasos a seguir, además llegar los últimos no es una buena carta de presentación para una ceremonia. Al menos nuestros rostros permanecen ocultos aunque seguramente todos sepan quien somos.

Alguien sale desde el circulo... Esmeralda, la reconozco por el sombrero que lleva y por el descaro al mostrar su muslo desnudo frente al circulo. A veces me pregunto si también sería así en vida, después pienso que no. La inmortalidad y en este caso también la inmunidad al daño físico y en parte al emocional abren el corazón y quizás las piernas de muchas vastagos que no tienen nada que perder.

Vierte también su sangre sobre la copa... ¿Se supone que debemos hacer todos eso?... y en ese caso... ¿Por qué no lo sabiamos desde un principio...? Le preguntaré porque no nos lo explicó después de que pase todo.

De momento esperaré a ver si alguien más hace el mismo acto.

Cargando editor
08/09/2008, 10:04
Dominic

Nunca me han interesado este tipo de rituales bárbaros, sin embargo cuando los míos decidieron unirse a esta macabra secta hubo que hacer ciertas concesiones…terribles sacrificios…

Trato de encontrar esa música en mi cabeza, la música que me inspira que me permite llevar el ritmo…cualquier acto es gobernado por ese compás oculto…por suerte Esmeralda me da la guía, hay que “sangrar por el código” aunque presupongo que este pensamiento es demasiado profundo para la mayoría de los necios que nos rodean.

No dudo, no me falta ni valor ni convicción…centro mi mirada en el cáliz y camino hacia el. Por el camino cruzo mis pasos con los de mi hermana, la sonrío bajo la mascara, se que no puede verme pero estoy orgulloso de ella, siempre tan decidida, con las metas tan claras nuestra sacerdotisa, nuestra guía en el difícil y retorcido camino del Sabbat…

Llego hasta el cáliz, pero yo no hincare la rodilla. No ante ningún hombre, monstruo o demonio…aunque me juegue la vida con ello tomo el cáliz y la daga, no dudo ni un instante corto mi piel, mi carne y el sagrado fluido carmesí brota tras el paso del resplandeciente filo, vierto mi esencia en aquel recipiente, y mientras aun gotea por mi brazo camino de nuevo hacia la multitud, no digo nada…no es momento de palabras es tiempo de actuar…”Te deseo lo mejor Vasily, sin duda lo mereces…”
 

Cargando editor
08/09/2008, 15:04
Sejmet

Esmeralda irrumpe en medio del círculo, así que eso es lo que hay que hacer... Aunque evidentemente ella lo exagera y monta su propio teatro dramático para ser el centro de atención, no veo necesario que grite tanto...
Acaba por desaparecer de escena y aún dudo en mi posición, mirando de reojo a Steff. Presupongo que el siguiente debería ser Hamza, cómo nuevo ductus de la manada, sin embargo Dominic se adelanta, probablemente tan impaciente cómo yo con todo el asunto y sin mediar palabra le ofrece su sangre y por tanto su apoyo a Vasily.
Bien, si es así supongo que puede tocarme a mí.

Le doy un pequeño golpecito en el brazo a Steff y después empiezo a apartar a la muchedumbre apostada delante de mí sin ningún atisbo de delicadeza o cuidado, abriéndome camino hasta llegar al centro.
Un escalofrío me recorre el espinazo pero no dejo que mi cuerpo lo demuestre y me acerco hasta los dos hombres, situándome frente a Vasily en un silencio algo tenso, devolviéndole una mirada directa para que aprecie que soy yo sin necesidad de palabras.
Bajo la máscara sonrío y finalmente acabo de acercarme a él, inclinándome hasta besar los labios de su máscara con los de la mía de forma meramente simbólica.

Recojo la daga anteriormente utilizada por mis compañeros y corto mi muñeca dejando que sangre en el recipiente antes de devolverla donde estaba y retirarme, intentando volver por donde vine para quedar nuevamente junto a Steff.

Cargando editor
08/09/2008, 15:13
Steffanie Wilson

Ahora me va a tocar mancharme el vestido como caiga una gota, al menos es de color negro y no se notara mucho. El golpe de Sejmet en el brazo hace que salga de mis pensamientos, mientras camino hacia alli, espero mi turno.
Esmeralda, melodramatica como siempre. Dominic, pragmatico y silencioso como nuestra pequeña salvaje y como Mariela. Cojo la daga, saco mi brazo de debajo de la capa y trazo un semicirculo en el para que la sangre brote, se deslice por la piel hacia el codo y de alli hacia la copa donde se mezclara con la de los demas de la manada y posiblemente de la secta. Entrego la daga y bajo el brazo, la sangre ahora va hacia los dedos y comenzara a gotear mientras camino hacia mi sitio junto a Sejmet de nuevo, silenciosa.

Cargando editor
09/09/2008, 01:42
Hamza

Un hombre encapuchado llena el círculo de almas oscuras que trazamos todos, juntos, y a la vez individuos totalmente ajenos, depredadores...

Mi mirada desprecia todo lo que hay a mi alrededor, mientras avanza y nos observa. Su voz irrumpe el silencio orquestado de disonancias, de un modo que me resulta igual de molesto.

Es el grito que incita a la jauría, que hace arder los corazones y calla las conciencias. El grito que esgrimen los demagogos, y los estrategas, jaleando a sus súbditos, que aún no saben que son víctimas.

Vícitimas de unas frases que no son suyas, que deciden su suerte, aceptadas al unísono, sin oposición, sin interiorización.

Cada día odiaba más las muchedumbres.

Podía sentir la inquietud de la masa, como un rebaño ansioso, acobardado, expectante y violento.

Después, el ruido cesa, dando paso a otra voz...

Turnos, gestos, protocolo... Un baile de civismo que daña la integridad del hombre. Somos monstruos, ¿por qué jugamos a estos juegos? Bebo sangre, pero aún mantengo mi cabeza alta... No me oculto, no finjo, no soy teatral.

Sin embargo, cuando los brillos plata del caliz asoman, comienzo a comprender el mensaje... Atendiendo al doble juego oculto en él. Compartir sangre con el nuevo elegido...

Beberla, y comulgar con él... Aceptarle.

Y atar nuestras almas, nuestros afectos.

¿Eran todos conscientes de los lazos de la farsa?

Yo no temía nada que temer. Ya amaba a ese hombre, todo lo que podría amarle, por encima de la sangre, dictado unicamente por mi respeto.

Y sin embargo, celebraciones como ésta me hacían maldecir su nombre una y mil veces. Cuanta mentira entre bastidores... Cuanta falacia.

El olor de la sangre derramada me embriaga, haciendo que sienta mi boca seca, anhelante... Me odio a mi mismo por mi debilidad, y al mismo tiempo me siento orgulloso de mi instino.

La Sangre era la base de nuestra existencia. Ni una sola gota debía ser derramada en vano.

Mis hermanos se acercan, uno a uno, forjando un elixir apetecible, dulce y denso... Sangre leal, vitae que ha compartido mi camino. Las máscaras chocan, en un beso frío y de porcelana, siniestro... La sangre se derrama... Las miradas glorifican a Vasily.

Hoy es aún más líder que nunca... Un nuevo Dios de Sangre...

Sin embargo no puedo evitar que mis colmillos deseen expandirse... Forzando mi paladar... Sedientos.

Observo que tan sólo la unión de la sangre de Mariela y la mía propia faltan, para completar nuestro pequeño círculo...

¿Qué debe hacer un Ductus?

Debí avanzar primero, o seguir a Esmeralda...

Pero era Hamza, el Assamita, el Asesino. Esperaría a guardar la espalda de los míos, y a amenazar la de todos los demás. Mi sangre se derramaría en último lugar, derramándose sobre la de Mariela.

Mi mirada la busca, invitándola a seguir a los nuestros, garantizando mi siguiente paso, tras el suyo.

Cargando editor
10/09/2008, 00:05
Mariela

Uno a uno todos van saliendo, supongo que son todos mis compañeros los perdí hace un rato cuando entramos y ahora dudaba prácticamente de todo.

Los cuento mentalmente... 1...2...3...4...

Falta uno, supongo que es Hamza porque de todos solo ha salido un varón y por la mascara diría que era Dominic... pero tampoco podría asegurarlo.

El circulo se queda vacio a esperas del siguiente sacrificio... de la siguiente sangre derramandose sobre el caliz que reposa también en el circulo...

Debería salir el que queda de la manada... ¿o yo?... las dudas se agolpan en mi mente, mientras la falta del siguiente empieza a poner nervioso al circulo.

Echo una última ojeada al mi alrededor buscando algún indicio de adelantamiento, pero nada... la gente se mueve algo nerviosa pero nadie da un paso adelante... mi turno entonces...

Camino lentamente entre la gente hasta llegar a la primera linea, doy un paso al centro y me paro... observo a mi alrededor, las miradas de ceramica me observan puedo verlo, puedo sentirlo... quieren más sangre...

Me acerco más al centro y tomo la daga con la mano, observo al que se supone que es Vasily... le miro... seguramente pueda sentir mi mirada de orgullo a traves de las paredes de nuestros rostros...

Llevo la hoja a mi mano y hago un corte en la palma, tomo rapidamente la copa y cierro el puño para que mi sangre goteé directamente dentro de la copa, que no se derrame nada.

Cuando lo considero suficiente, limpio el goteo constante con la otra mano y libero la tensión para que deje de sangrar. Pronto se cerrará.

Abandono el circulo y me interno entre los rostros... no quiero que me sigan observando.

Cargando editor
10/09/2008, 16:11
Hamza

Todos mis hermanos han entregado ya su sangre... Puedo olerla, sentirla, percibirla tiñendo el aire de rojo... Embriagándome.

Avanzo, marcando mis pasos, lamiendo mis colmillos internamente, sintiéndome voraz y hastiado al tiempo. Toda esta ceremonia era demasiado larga, demasiado "secreta", demasiado estética para mí.

Observo las máscaras que cubren los rostros de los míos, y de Vasily, o eso creo. Mido sus dimendiones, buscando semejanzas. Su porte es ancho, grande, suficiente para ser mi antiguo líder. Y sin embargo, con ese extraño atuendo y la voz engolada por la porcelana, no puedo estar seguro.

Mi mirada se fija ahora en el Sacerdote. Su capa bermellón me desagrada, aún más pedante, distinguiéndose de todos los demás. Un objetivo perfecto... Entre la multitud.

Después tomo el cáliz entre mis dedos, y empuño la daga, de empuñadura macabra y poco ágil, demasiado pesada. La calibro en mi mano durante un instante, sin poder evitarlo, instintivamente. Ceremonial o no, no es un arma eficiente...

El filo de la daga sesga mi muñeca, oscura, dejando que mi sangre se derrame junto a la de los demás. El líquido, corinto y denso, se mezcla, formando un elixir de vida y muerte.

Maldigo la máscara que impide que lama la herida, malgastando mi vitae, goteando.

Cargando editor
10/09/2008, 16:19

El Sacerdote observa como vaís derramando vuestra sangre en el cáliz, con una sonrisa partida bajo la máscara. Trata de adivinar vuestras identidades, sin dudar un sólo momento que sois la antigua manada de Vasily.

Vuestro fervor no dejaba lugar a dudas.

Sus dedos pasan despacio sobre vuestras pieles, cerrando cada una de vuestras heridas, dejando de sangrar. Después, retoma el cáliz y la daga, mirando de nuevo en derredor.

Numerosos encapuchados se acercan, haciendo lo mismo que vosotros, sin demasiados gestos concretos o destacables. Sombras negras que derraman su sangre por la Secta.

Sin embargo, hay algo que si llama su atención...

Unos cuantos hermanos retroceden, dando un paso atrás en el círculo, en vez de avanzar y aportar su vitae junto al resto.

Un claro gesto de desprecio... Oculto en su anonimato... Y sin embargo tan visible que es una clara ofensa contra el nuevo Obispo.

Notas de juego

Cargando editor
10/09/2008, 16:37
Esmeralda

Observo a mis hermanos acudir a la llamada. Como lobos oyendo el aullido de su Alfa, corriendo hacia la gran roca donde la luna ilumina a la manada, nuestra manada acude en pos de nuestro Señor.

Lealtad, responsabilidad.

Cada uno con su propio estilo, todos diferentes a mi, al parecer. Siempre soy yo la distinta. Pronuncio palabras al entregar mi sangre en sacrificio, símbolos, ceremonias, en eso consiste esta celebración. Ninguno de ellos sigue mi ejemplo, como en todo lo demás.

Me pregunto qué significará.

¿Estaré fallando en mis responsabilidades?

¿No soy acaso la guía que debiera ser?

Medito tales ideas mientras el último de ellos regresa hacia la multitud. Hama, por supuesto, dejando su intervención para el último lugar. Apuesto a que ni siquiera hubiera salido de las sombras si hubiera tenido opción. No le culpo, él es así. Los asesinos se sienten a gusto ocultos en la oscuridad y el silencio, les pone nerviosos verse expuestos a las miradas de los demás. Pero Hamza deberá acostumbrarse a ello. Ahora no es tan solo un asesino silencioso, es un Ductus. Es una nueva vida con la que habrá de lidiar.

Quizás debería hablar con él. Mostrarle el camino. Ofrecerle mi apoyo. No he hablado con él desde que fue designado, un grave error del que solo ahora me percato.

Mañana puede ser un buen momento. Hoy no.

Los demás cainitas van avanzando lentamente a presentar sus respetos a Vasily. cada cual entregará su sangre y todos la beberemos tras resbalar por la piel de nuestro nuevo líder...

¿Que demonios...?

- Tssssssssss...

El sonido se escapa entre mis dientes, sacudido por mi lengua bífida que se revuelve furiosa dentro de su jaula, mi boca. Resuena en el interio de mi máscara dotándose de una profundidad cavernosa y gutural. Una gran serpiente que ansía escupir su veneno.

Me giro sobre mi posición, completamente recta y en tensión.

¿Qué creéis que estáis haciendo vosotros?

Los miro con rabia, con los ojos onvertidos en ascuas incandescentes bajo mi máscara, que no ocultará mi furia por mucho tiempo. Varios vampiros, si es que merecen tal calificativo, dan pasos hacia sus propias espaldas. Ocultos en sus máscaras de cobardía, niegan el derecho de mi Obispo, rechazan su aceptación, le despecian públicamente.

Mis manos se cierran en puños de escaso poder pero firme decisión, temblando por la presión, clavando las uñas en mi palmas. Saltaría sobre ellos ahora mismo, aún sabiéndome en inferioridad en una pelea desarmada. Pero no debo, no puedo en este lugar y momento.

Llegará el momento.

Ahora os veo. Aún a través de vuestra cobardía en forma de másara, os veo.

mis enemigos...

Les observo detenidamente, grabando los detalles en mi memoria. Cada máscara, cada movimiento, cada cabello, cada porción de ropa que quede al descubierto... Todo.

Pero no haré nada, solo mirarles, provocadora, firme, salvaje. Mirarles a ellos, y mira a los míos. Buscarles entre la multitud. No puedo actuar ahora, pero tampoco ellos deben. La manada debe respetar la celebración de Ritae.

Salvo que el nuevo Ductus determine lo contrario.

No desobedeceré una orden de ataque suya.

Cargando editor
10/09/2008, 19:57
Sejmet

De nuevo observadores pasivos, cómo voyeurs descarados, es una sensación extraña pero sobretodo aburrida.
Me limito a mover ligeramente la máscara sobre mi rostro o los brazos bajo al tela de la oscura capa que cubre mi cuerpo mientras poco a poco se va llenado el gran cáliz con la sangre de los diferentes Hermanos que han asistido a la ceremonia. La cuáles pero que no dure mucho más, es peor que asistir a una boda... Y eso que nunca he asistido a ninguna.

Repentinamente algo se descuadra en tan ensayada obra, un grupo de bastardos decide que tiene la suficiente osadía para rechazar a Vasily pero insuficiente coraje para mostrar sus rostros. Ahora entiendo lo de las máscaras, la gente así me da asco, si quieres enfrentarte a algo hazlo de cara o no lo hagas.

Me dirijo hacia ellos, haciendo caso omiso del posible intento de Steff de que me quede quieta. Sabe sobradamente cómo soy así que espero que no se sienta responsable de mis actos al igual que el resto de mis auténticos hermanos de manada. Es una decisión que tomo yo sola, por el honor de Vasily.
Mis pasos se detienen a escasamente un metro del conjunto de máscaras retiradas, probablemente alguna de las mandas... Apuesto a que acabaremos sabiendo cuál de ellas.
Retiro mi máscara, mostrando mi rostro y mi mirada con orgullo. Sejmet, de Instinto Salvaje, no tengo que ocultarme y no temo a ninguno de ellos.

Miro uno por uno los ojos bajo sus porcelanas antes de escupir mi sangre en el suelo, cerca de los zapatos del más cercano.
Es un símbolo de desafío, reto y desdén. Del mismo modo que ellos lo han hecho con el futuro Obispo yo puedo hacerlo con ellos.
Vuelvo a darme la vuelta mientras coloco nuevamente la máscara en mi cara cómo si no hubiera sucedido nada.

Cargando editor
12/09/2008, 21:51
Steffanie Wilson

Todo parece que va bien, que pronto terminara y perderemos a nuestro hermano, creo que es lo que mas voy a echar de menos en este momento. Algo atrae mi atencion algunos no quieren hacer el sacrificio de sangre, frunzo el ceño, Esmeralda da un paso al frente para mirarles, Sejmet igual incluso escupe quitandose la mascara, ni me ha dado tiempo a pararla. Sonrio mientas me descubro la cabeza y me quito la mascara tambien poniendome al lado de mis dos hermanas, la mirada es de desprecio. Pronto correra la sangre, de todos esos bastardos, sonrio enigmaticamente mientras vuelvo a colocarmela poniendo mi mano en el hombro de la pequeña salvaje que se vuelve junto a mi, apretando dandola mi aprobacion. Somos una manada y el daño a uno, el agravio a uno es el agravio a todos este desprecio lo pagaran, tal vez antes de que llegue el alba.

Solo necesito una palabra, un gesto y hare lo que tengo que hacer en este momento y en este lugar. He estado callada pero mis colmillos hablaran si es necesario y mis garras en el caso de tenerlas tambien.