Partida Rol por web

-No sé, siempre parece tan ocupado... No me gustaría molestarle- comento siguiéndola hasta su cuarto con un entornamiento de ojos. En realidad no tardamos demasiado puesto que es de los primeros en el pasillo junto al de Vasily y Mariela.
Me quito las pesadas botas y las dejo ahí tiradas al lado de la puerta.

-Está bien pero entonces será en ese 'jacusi' tan fabuloso...- me quedo un poco dubitativa mirando a ambos lados del pasillo antes de entrar definitivamente en la bien adornada y acondicionada habitación.
-Te acompañaré, aunque deberías avisar a Esmeralda porque seguro que se apunta a eso...- me acerco a la mesa y acaricio con suavidad las pequeñas flroes que aún sobreviven en el jarrón.

-Tengo que traete algunas pronto, si me acuerdo...- me quito la falda y sin detenerme la lanzo sin preocuparme por dónde cae exactamente, deteniéndome junto al equipo de música mientras empiezo a mirar los distintos cd's de Steff hasta coger uno que parece que tenga medio escondido, ¿Por qué? Seguro que es una casualidad ya que sabe que casi siempre pongo una de estas canciones para iniciar una jornada en su cuarto y esta no va a ser una excepción.
Subo el volumen y acabo de quitarme las medias sin ningún tipo de vergüenza, quedándome con el corsé escarlata y la ropa interior con blondas.

La música empieza y no puedo evitar reírme, es una música algo absurda y repipi pero a la vez siempre me anima y me resulta divertida para hacer un poco el bobo bailando así que me subo a la preciosa cama de Steff y eso es lo que hago.

Va dejando todo por los suelos, dejo las botas a un lado para que no molesten y me quedo en la puerta mientras rebusca en los discos

No se si Esmeralda esta en el refugio aunque en cuanto oiga la musica seguro que vieneniego Crei que lo habia escondido lo suficiente como para que no lo encontrara, la proxima vez lo quemo... niego dejando la puerta entreabierta por si Esmeralda se digna a venir. Dejo el abrigo sobre el divan y me quito las botas, cuando me giro ya esta saltando sobre la cama, me rio ante el espectaculo y me termino de quitarme la ropa. Sabes que me gustan las flores que me traes hacen que la habitacion sea mas luminosa y alegre. ¿VAs a estar mucho ahi arriba saltando?

Tras la última pregunta de Steffie me detengo y miro mis pies, hundidos en el amasijo revuelto en el que se han convertido sus preciosas sábanas y colcha de diseño.
-¡Sí! ¡Hasta que tú también bailes!- exclamo animadamente, dándome cuenta de que creo que la sangre de ese tipo se me ah subido un poco a la cabeza... Pero bueno, ¡qué más da!

Cuando la canción ya termina al fin bajo de la cama con un pequeño salto y hago la rueda un par de veces hasta llegar a la puerta y cerrarla de una sonora patada que hace retumbar un poco las paredes.
-Si querían apuntarse o quejarse ya se les ha pasado la hora- guiño el ojo cómplicemente a Steff mientras empieza a sonar la siguiente canción y abro su ampísimo y perfumado armario mirando con curiosidad los modelitos, aunque sólo se queda en eso ya que la mayoría de su ropa no me gusta en exceso... Me aparto y dejo que me diga qué lo que va atirar y por lo tanto qué puedo "reformar".

Niego ante el resultado de mi pregunta y me rio sentandome en la cama, bueno mas bien tumbandome mirando al techo.

Tienes razon, si alguien entra que sea para unirse a la fiesta, pon la musica todo lo alta que puedas replico incorporandome con una sonrisa medio cinica, medio divertida. Bueno, creo que es hora de que comencemos el pase de destruccion me levanto de un salto y miro el armario acercandome y comenzando a sacar perchas, algunos vestido y pantalones que solo me has visto un par de veces puestos. Bueno, son estos, coge lo que quieras, el resto posiblemente lo queme o se lo regale a los pobres

Lenta y silenciosamente, la puerta de la habitación se abre de par en par. Apenas llama la atención, debido al ruido que genera la música a todo volumen. Bajo el quicio, se puede ver mi silueta, con mi larga cabellera seccionada en finas y largas trencitas terminadas en esferas de color blanco y azul, como una moderna Medusa. Me agrada tal comparación, pensar que de mi cabeza pudieran brotar cientos de pequeñas serpientes. Me pregunto si el poder de la sangre podría llegar a permitirme adoptar un aspecto tal.

Miro a mis hermanas con los brazos cruzados, divertida ante la convrsación que han estado manteniendo y que he estado escuchando a medias, aun sin desearlo. Las voces y la música me impedían disfrutar de la lectura de un libro acerca de costumbres ancestrales de Jamaica, que me estaba divirtiendo mucho porque la mitad de lo escrito era mentira, y la otra mitad una exageración. Pero al cerrar la puerta y privarme de escucharlas, me he dado cuenta de que también ellas me divertían. El libro seguirá ahí para otro momento.

Las sonrío esperando a que se den cuenta de que estoy aquí, vestida con mi ropita informal de andar por casa. En contadas ocasiones salgo así de la Parroquia, pues me gusta presentarme en público on un poco más de clase, pero reconozco que es más cómoda que la ropa que suelo llevar. Es un conjunto de chaqueta y pantalón en tonos blancos, negros y azules degradados sin forma, con un simple top blanco bajo la chaqueta entreabierta, y unas zapatillas deportivas blancas con adornos azules.

- ¿Regalar a los pobres? Querida, espero que no te estés refirendo a Dominic... dudo que tu estilo le siente demasiado bien...

Ya cuando pensaba que nadie se uniria a nuestra pequeña fiesta, me giro y arqueo una ceja carraspeando y mirando las zapatillas.

Esmeralda cielo, sabes que en mi habitacion hay unas normas, nada de entrar calzado. digo con un vestido negro en las manos que coloco de nuevo en su sitio. Dominic la verdad habia pensado regalarle algun jersey, suele ir tan...bueno me entiendes. Por cierto la oferta que le hice a Semjet tambien la puedes cojer tu, puedes coger algo de ropa si te gusta ya me imagino lo que dira pero la oferta esta sobre la mesa. Siento mucho si hemos montado jaleo pero ya sabes como te pones despues de un poco de ejercicio

-¡Hola!- saludo animadamente a Esmeralda cuando hace su aparición. Al final supongo que no ha podido resistirse a la música alta y las estupideces que estábamos diciendo.
La miro de arriba a abajo varias veces después de que mencione lo de Dominic. Si se supone que según ella él viste cómo un pobre, ¿ella viste con ropa del basurero?
Esa duda ronda por mi cabeza apenas un par de segundos antes de que me siente en la mullida cama de Steff, completamente desecha, empezando a recibir sus modelitos y accesorios mayoritariamente con arqueamientos de ceja, volviendo a tirar la prenda lo más lejos posible.

-A Steffie le apetece renovar mañana su vestuario, ¿te apetece?- le pregunto a la Víbora mientras me quedo una camisa negra a la que puedo hacer unos apaños con algunos remiendos y tijeretazos.

Cita:

Me llevo una mano al pecho, juto bajo el cuello, mientras pongo un exagerado gesto indignado. Bajo la mirada a mis zapatillas, y luego recorro el suelo a su lado hasta el marco de la puerta, y hacia arriba recorriéndolo. Si, creo que estoy segura de estar en el quicio de la puerta, y no en el interior de la habitación.

- Steffie, cielito mío, no necesitas recordarme tus reglitas. CUANDO ENTRE en tu habitación, prometo descalzarme.

- Yo tengo ya mucha ropa. Quizás debería renovar algo, tirar algunos trapos viejos pero me da taaaaanta pereza...

Mientras empieza a entablarse una de esas divertidas y absurdas pequeñas rendencillas sibilinas basadas en diminutivos absurdos, yo me coloco uno de los muchos sombreros que Steff desecha. No me gusta en absoluto pero siempre me ha hecho gracia este complemento, supongo que soy bastante simple después de todo.
Me miro en el espejo arrugando la nariz y negando ligeramente con la cabeza antes de lanzarlo cómo si de un disco volador se tratara y girarme hacia ambas, mirándolas alternativamente antes de decidirme a hablar.

-¿Por qué insistes en hacerte la dura? Simplemente quítate las bambas y entra, no es tan difícil...- comento casi sin comprender lo que a mi entender en una falta de educación a las pocas normas que tiene Steff acerca de su habitación.
Después de todo es su "sitio especial", a mí también me gusta que se cumplan algunas medidas en el mío, pero suelo tener menos invitados.

-La verdad es que la mayoría de ropa podremos usarla para un baile del fuego y poco más- admito volviendo a centrarme en los montones de ropa. Si no quiere entrar tampoco se lo voy a suplicar.

Nada de.... siento mucho si te he molestado pero ya sabes que la mitad de lo que hay aqui se mancha solo con mirarlo y luego hay que llevarlo a que lo limpien o quemarlo y no quiero eso ultimo, mas que nada por que hay cosas irremplazables me giro hacia Sejmet y miro la ropa Al final solo te quedas con eso? bueno pues montamos un fuego fuera pero mañana, por que nos espera ahora algo mas divertido. Si te apetece, vamos a darnos un baño en el jakuzzi

- ¿Celebrar una Danza del Fuego? ¿Mañana? Mmmm... Si, no estaría mal... Ultimamente andamos demasiado ociosos, y va siedo hora de tener algo de acción.

Me doy cuenta de que mis zapatillas no tienen los cordones atados, ya que estaba tumbada en la cama de mi habitación antes de venir aquí, así que me las quito rapidamente con los pies y las dejo tal cual en el pasillo. Comienzo a correr riendo acarcajadas como una niña pequeña y me avalanzo sobre la cama, lanzándome sobre ella para zambullirme en la ropa amontonada, justo al lado de Sejmet.

-¿Y tu que? ¿Es que vas a empezar a vestir como Steffie? Jajaja...

-Al menos viste mejor que tú... -me limito a decir un poco cansada de sus indirectas envenenadas. No es mi estilo y me incomoda bastante, la verdad es que se me están quitando las ganas de jugar así que me levanto y cojo un buen montón de ropa intentando no llevarme ninguna manta con ella.

-Voy a dejar esto cerca de la salida trasera- anuncio en tono algo cortante y seco antes de salir del cuarto y hacer lo que acabo de decir, aunque una vez allí me limito a sentarme sobre la ropa pensativa.
Quizá no me apetece volver ya.

Escucho la respuesta de Sejmet sin hacer demasiado caso. Sinceramente, me importa más bien poco la opinión de otros sobre mi forma de vestir. Solo busco que mi ropa me guste a mi misma, aunque sea una frase muy común entre las mujeres. Pero en mi caso es real, con verme yo mona se que estoy mona.

Pongo carita de hacer pucheros mientras Sejmet se aleja. Es curioso, e incluso divertido, ver lo mucho que se molesta con mis comentarios. Hay algo en las cosas que digo, o en como las digo, que parece exasperarla.

- Steff... ¿Crees que le caigo mal?

Esmeralda a veces eres ... replico mientras niego al ver el gesto de Sej, como siempre las puyas yo las ignoro, pero al final solo espero que no se maten ninguna de las dos. Cuando nos deja solas saco un camison y me lo pongo cogiendo una caja algo grande que hay a su lado No, no creo que la caigas mal, pero es especial. Deberias intentar conocerla mas, salir con ella. Voy a traerla de vuelta, no puede andar medio desnuda por el refugio. Vuelvo enseguida con ella guiño un ojo mientras salgo por el pasillo hasta la salida trasera. Poniendo la caja delante Es un regalo, no me preguntes como lo he conseguido pero espero que te guste Dentro entre papel de seda negra hay, una blusa, una falda, unos guantes y unas medias Espero que sean de tu talla, no podria cambiarlo, perdi el ticket

Oigo pasos acercándose y me levanto de golpe cómo impulsada por un muelle, mirando alrededor y pensando en salir corriendo. No sé ni porque, supongo que pro las pocas ganas de hablar porque me da igual que me vean en bragas sea quién sea.
-¡Ah! Steffie eres tú...- junto las piernas y me balanceo con los talones y las puntas de los pies de alante a atrás cómo si fuera la niña más buena y adorable del mundo, hasta que me detengo mirando la caja y se me acerca.

-¡No se me compra con regalos!- espeto de repente frunciendo el ceño y dándole un manotazo al supuesto regalo que vuela apenas un metro desparramándose por el suelo.
-Era broma...- me río y me agacho curioseando la diferente ropa sonriendo cada vez más -¿La has robado para mí? Me mucho gusta todo- comento alegremente mientras me enfundo los panties de spiderman y me miro las piernas desde una nueva e interesante perspectiva, tumbada en el montón de ropa con las piernas arriba, moviéndolas distraidamente hasta que me vuelvo a levantar.

-¿Sigue Esmeralda en tu cuarto?- pregunto intentando resultar desinteresada mirando el exterior a través de las sucias cristaleras.

Creo que la pregunta sobra digo mientras se pone las medias y me siento en alguna silla cercana con las piernas dobladas mirandote cuando lo vi, me dije que era muy de tu gusto, aunque hay unas cositas en la tienda que puede que me "compre" sobre todo uno de esos guardapolvos te guiño un ojo .

Suspiro ante la pregunta y asiento Que yo sepa sigue alli, si no te apetece volver pues, no se podemos ocuparla el suyo, no creo que la cama sea tan mullida pero podemos acondicionarlo.

-Qué va, eso sería de muy mala educación y no quiero ser cómo ella... Además después de todo seguimos siendo hermanas- me giro de forma resuelta y asintiendo para mí misma cómo si acabara de convencerme, dejando la caja tirada en el suelo dónde se quedo y llevándome la ropa de regalo sólo con las medias puestas mientras deshacemos el camino nuevamente hasta la habitación de Steff y entro dejando mis nuevas prendas sobre el diván y bajando un poco el volumen del equipo de música.

Después me giro para observar si Esmeralda sigue en la cama o en cualquier otro punto de la habitación, quizá ya se haya metido el jacuzzi...

Cuando Steff y Sejmet regresan, estoy sentada en cabecera de la cama, con las piernas cruzadas y el almohadón abrazado como si fuera un oso de peluche gigante. Hay una amplia sonrisa dibujada en mi rostro, pero mis ojos delatan cierta tristeza. O quizás cansancio, quien sabe. Con la mirada perdida, tarareo entre murmullos la canción que está sonando en el equipo de música, moviendo ligeramente el cuello al ritmo de ésta.

No cambio mi actitud al llegar mis hermanas porque, a decir verdad, no se qué es exactamente lo que hago mal para causar en Sejmet tal aversión. Steff ha dejado claro que el problema soy yo. Ha tratado de suavizarlo, pero se leer entre lineas, y en este caso no era complicado: "Esmeralda, a veces eres..." Está más claro que el agua. Observo a mis hermanas mientras entran de nuevo en la habitación, y veo a Sejmet depositando en el diván unas prendas nuevas de lo más gótico. No son de mi estilo, desde luego, pero para ella son bastante curiosas. Seguro que le quedan bien. Abro la boca, queriendo decírselo, pero finalmente guardo silencio. Podría sentarle mal el modo de decirselo, y yo ni siquiera me daría cuenta.

Volvemos a la habitacion, creo que es el momento de que todas suavicemos extremos y que hagamos algo para ello. Mientras deja las cosas en la silla, voy al baño y preparo el jakuzzi sentada en el borde mirando al espejo.

Vuelvo a salir y las miro El baño esta preparado, asi que si haceis el favor, podemos ir yendo a meternos en el agua y a hablar de trapitos de moda si quereis. para dar ejemplo me quito la ropa y me voy al baño metiendome en la burbujeante agua.

Asiento a Steff, escuchando el sonido de fondo de su enorme bañera y sus burbujas, aunque quizá tres sigamos siendo demasiadas pero ya nos apañaremos para meternos dentro.
Me quito las medias y el corsé rojo antes de acercarme a Esmeralda.
-No estemos enfadadas, ¿vale?- me abrazo a su cuello con una leve sonrisa y cuando me aparto la estiro del brazo, con almohada incluida si quiere, hasta el cuarto de baño, donde me acabo de desvestir. No me gusta estar mosqueada con ninguno de mis hermanos pero supongo que es algo inherente en mí, nuestars formas de pensar chocan demasiado.
Me meto en el agua removiéndome ligeramente hasta quedar cubierta hasta el cuello al sentarme. No es muy difícil dada mi estatura.

-¿Qué podríamos hacer mañana? Es aburrido cuando no hay misiones concretas, y cuando las hay no paramos de quejarnos por ello...-cruzo los brazos en el borde del jacuzzi y me limito a disfrutar del agua pero no es que me esté "bañando" exactamente.