Partida Rol por web

Enero, 1998.

Hace casi 10 años que el legendario equipo de protectores de la humanidad, conocido como Los Cazafantasmas, se retiró después de haber vencido a la última gran amenaza espiritual para el mundo de los vivos. Abandonaron Nueva York para disfrutar de la merecida jubilación y ahora tienen vidas nuevas, lejos de la ciudad que les hizo famosos. Todos salvo uno.

El doctor Egon Spengler se quedó. La física de partículas y la parapsicología eran los campos de conocimiento que más amaba y en su trabajo como cazafantasmas era donde podía combinarlos a su gusto. No podía, no, no quería abandonarlo todo como si nada. Aunque el mundo ya no necesitara protección frente a amenazas del calibre de Gozer el Gozeriano, él no pensaba cambiar su materia de estudio. Se mudó de manera definitiva al cuartel de los Cazafantasmas, donde podía estudiar y experimentar con nuevas teconologías anti fenómenos paranormales en paz y tranquilidad. Y de haber terminado la historia ahí, nadie se habría quejado. Pero, evidentemente, no terminó.

A mediados de Diciembre, un cliente pisó de nuevo el cuartel de los Cazafantasmas. Y no se trataba del típico conspiranoico que aparecía cada pocas semanas convencido de que había un poltergeist en su despensa, no. Esta vez el visitante no era otro que el director de la Ópera Metropolitana de Nueva York. Al parecer, varios de los actores de las últimas representaciones se habían quejado de fenómenos extraños que sucedían en el escenario y en los camerinos. Cosas que cambiaban de sitio, llantos misteriosos sin origen definido... Poca cosa, lo bastante como para hacer que los actores rumorearan y poco más. Pero, cuando en uno de los ensayos más recientes los focos cayeron uno detrás de otro sobre el escenario, amenazando la vida de varios de los actores, el director dijo basta.

Se llamó a especialistas mecánicos, técnicos de electrónica, tramoyistas con años de experiencia, dos mediums y hasta un cura católico. Nadie pudo esclarecer lo que había pasado en aquel escenario. Y por descontado que los actores se negaban a volver a pisar el lugar hasta que no se hubiera solucionado el asunto. Viéndose acorralado, el Director sólo tenía una opción más: recurrir a los cazafantasmas.

Tras una primera inspección del lugar, el resultado fue concluyente: había un ente, uno poderoso y muy cabreado, que sabía esconderse bien y que tenía claras intenciones de hacer daño. Pero ese resultado sólo arrojaba más cuestiones. ¿Por qué había iniciado su actividad tan recientemente? No había fallecimientos registrados que hubieran sucedido en el edificio en las últimas 4 décadas al menos. Y las veces que el viejo equipo había acudido a aquel lugar por problemas fantasmales, lo habían dejado completamente limpio. No, eso tenía que ser algo reciente, muy reciente.

El caso estaba aceptado, pero el doctor Spengler sabía que no podía ocuparse él solo. Lo primero que pensó fue en llamar de nuevo al resto del grupo. Pero si aquello no resultaba un incidente aislado... Interrumpir sus vidas pacíficas para traerles de nuevo a Nueva York, a un trabajo de duración totalmente indeterminada y seguramente de alto riesgo no era algo que deseara para los que habían sido sus camaradas durante años. Ellos habían tomado su decisión, habían elegido dejar todo aquello en el pasado. Y no sería él el que les obligara a echarse atrás en su decisión.

No, la solución era reclutar un equipo nuevo. Jóvenes, fuertes, hábiles... Un grupo que pudiera continuar su labor cuando él perdiera la capacidad de hacerlo. Egon recurrió a la ayuda de la única persona aparte de él que se había quedado en Nueva York: Janine Melnitz. Juntos organizaron las pruebas de selección de candidatos y eligieron a los que pasarían a conformar el nuevo equipo de cazafantasmas de la ciudad.

Cuatro fueron los elegidos. Cuatro personas que por sus cualidades fueron considerados los más aptos para desempeñar el trabajo que se les venía encima. Y su primer día de trabajo empezaba hoy, en aquella fría mañana de Enero de 1998.

Yo, Josh, soy el primero en llegar. Prácticamente unas 3 horas antes de que abra el negocio ya estaba ahi, con mi abrigo, cogiendo frio y tal.

¿Os suena el termino de "Answering the call"? Cuando alguien, un cualquiera, siente la llamada a ser un héroe. Pues aunque no quiera reconocerlo, soy una de esas personas que han pasado su vida entera al lado del teléfono. Entrenando, y esperando.

Y cuando salió la oferta de trabajo, dejé las oposiciones del NYFD (New York Fire Department, o los bomberos de NY ¡so "burricos"!) y me planté a las puertas de la base, esperando cualquier tarea por si me querían poner a prueba, ya fuese cargar con el edificio entero, o tener que empujar a los fantasmas hacia la unidad de contención, aunque fuese con las manos.

De hecho, le pedí a mis amigos si me podian recomendar alguna forma "chachi piruli" de entrar. Estos me advirtieron que los 80 ya se acabaron y que nadie hablaba así, y me recomendaron que entrase diciendo "¿Que pasa, chochitos? ¿Tiene que venir un tio duro a marcar la diferencia?"

Peeeeero, con el frio, el madrugón, y todo lo demás, al llegar tan abrir, tan sólo puedo decir un "Q... que... que pa...."
"Mire ¡buenos dias! ¿La maquina de café?"

"¡Por favor!"

Vengo con un abrigo largo ¡Para el invierno! y no solo eso: Estoy cargando con la cosa más descomunal de la existencia en esta realidad y unas diez o doce realidades paralelas: Mi Bocadillo. Cada mañana, mi madre me prepara un bocadillo capaz de engollipar a Jabba el Hutt con el dicho de "Anda niño, que luego no comes ná"

Es con esa tesitura con la que se encontrará quien abra la puerta: Un zagal muerto de frio, con un bocata descomunal e implorando un café.

La base de los Cazafantasmas solía estar abierta 24/7, pero por educación Joshua esperó hasta que la puerta se abrió antes de asomarse al interior. Sin embargo, su petición de café cayó en oídos sordos, ya que no había nadie al otro lado del umbral. ¿Se había abierto solo? ¿Pero cómo y por qué?

Mientras rumiaba aquellos pensamientos, una masa de color verde brillante y que emitía gritos guturales se abalanzó sobre el pobre muchacho, atravesándole al salir a la calle y llenándole de pringosos mocos tanto a él como a su abrigo y su bocata. Y así, tras perpretar su pringoso crimen, el fantasma se alejó volando emitiendo algo parecido a una risa profunda y cavernosa.

Al poco de aparecer el fantasma, una mujer pelirroja apareció en el umbral, mirando con cara de fastidio al bicho verde que se alejaba. Su expresión cambió al ver al moqueado muchacho que había delante de la puerta.

 -Vaya, tenemos un daño colateral. Anda, pasa, te daré algo para que te cambies. Pero no tires nada, seguro que el doctor Spengler querrá recoger muestras.

Y dicho esto invitó al muchachote a pasar dentro de la base, dejando la puerta de entrada medio abierta para que todo el que quisiera entrar, pudiera hacerlo libremente.

Me quedo de una pieza al ver esa forma semideforme, insubstancial, aparentemente sin cerebro, y con un olor repugnante¹. Y tras esto sólo puedo decir una cosa:

"¿NATHALIE? -chofff-" y me doy la vuelta, mientras veo como sale volando hacia donde narices vaya "¿¿¿NATHALIE???"

Cuando veo a Janine la miro un tanto extrañado "Perdone, señora, pero ¿Era esa Nathalie Eshalamilabipatum? ¿No?"
"Caray, pues fuese lo que fuese, eso que ha salido era clavadito a mi ex-novia"

Sep. Entre mis cualidades está el tener muy mala suerte con las mujeres -y un listón MUY bajo- Y entro, buscando ropa limpia, un café tibio, y algo con lo que desinfectar mi bocata antes de que mi madre me mande otro.

Puffffffff. Toda la noche sin pegar ojo, escuchando el tic tacc y tratando de dejarme hipnotizar por el neón intermitente del edificio de enfrente (Ventiladores Clyde, se puede leer en el insoportable vaivén de su anuncio) pero no ha habido forma.

El despertador suena a las 6:15. Me encuentro a Rhonda durmiendo a pierna suelta, espatarrada en el sofá con alguna telenovela de hará quince o veinte años iluminando con su color mustio la salita de estar. La mando amablemente, de una patada en el culo, a su dormitorio, afortunada ella que puede dormir un poco más, ya le tocará ella hacerse cargo de Igor cuando salga del colegio, siempre que no se olvide, lo que suele pasar 2 de los 5 días laborales de la semana.

Me adentro en la leonera de Igor, cuya cama es presidida por un póster de Mariah Carey y otro de un grupo alemán o de no se dónde que se llama Aqua. Lo arranco con espátula de entre las sábanas y para él va mi segunda patada en el cuelo del día, directo a la ducha.

Desayuno rápido con el niño, no sé si es la preadolescencia asomando su pezuña o qué, peor el crío está saliendo rarito rarito. Si al menos Chad estuviese aquí para echarle una de esas charlas 'de hombre a hombre'... Pero qué dices, laurie, esas charlas son una m*erd*, te las apañas muy bien sola e Igor terminará siendo un chico normal cuando peue el próximo estirón. Lo que me recuerda que toca comprar ropa nueva. Menos mal que me ha salido este trabajo nuevo.

- Hoy comienzo a trabajar con los Cazafantasmas, Gor ¿No te parece alucinante?- 

- ¿No están todos muertos?- Me pregunat con la boca llena de fruitloops pringosos.

A las 8:00 lo suelto en la puerta del cole y por fin puedo echar mano de mi discman. Necesito algo que me motive mientras voy caminando hacia North Moore Street con Varick, hacia esa destartalada oficina donde, desde hoy, me tomaré los cafés de media mañana.

Si, fantasmas. Esta ciudad no es lo suficientemente grande para nosotros y vosotros, y no vamos a ser los que nos vayamos.

Cuando llego a la oficina me encuentro a la simpática señorita Melnitz ayudando a un armario con piernas a limpiarse... ¿Mocos?... Hazte a la idea, Laurie, este puede ser tu nuevo día a día... 

- Se presenta la recluta Laurie Cosmatos, señora, si señora.- Trato de bromear, peor no parece verle la gracia. - ¿Qué diablos te ha pasado, chico? Si ni tan siquiera te has puesto el uniforme y ya te han... Ectoplasmizado... Gracias, Gorgoroth, ya sabía el término.- Comentó a la sombra de espinas que me sigue a todos lados. Espero que esta gente si que crea en él, peor aún así, no quiero ponerlos en su contra. Cuando Rhonda se despista él es capaz de llevar a Igor de vuelta a casa.
 

¿Eh? ¿ya amaneció?...

Es cierto... hoy empiezo mi nuevo trabajo... bueno aún tengo tiempo... primero una ducha

¿Ropa limpia?... por suerte; no debo olvidar ponerla a lavar cuando regrese

¿Aún tengo tiempo? yo creo que si... a desayunar... Jugo :/ *Así Carlos al fin sale corriendo de su apartamento para llegar a las oficinas de los cazafantasmas

*Finalmente al llegar piensa para si "Nada inusual, justo lo que creí... los fantasmas son solo mitos, pero mientras este lugar se mantenga y me paguen me da igual", pues al llegar lo único que ve es a dos mujeres y un muro viviente ignorando que acababa de suceder un ataque fantasmal unos pocos instantes previos a su arribo

Mi tan soñado día ya está aquí. Hoy comienzo a trabajar para los Cazafantasmas, intentaré que no se me note, pero no se si podré aguantar de la emoción. He venido todo el camino mirando las musarañas ensoñada con el hecho de que voy a trabajar con los Cazafantasmas, siempre había soñado con esto y ahora estoy aquí delante del edificio principal de los Cazafantasmas.

Al cruzar la esquina y ver el imponente edificio me he fijado que la puerta se cerraba, quizá tras otro de los nuevos integrantes que me dijeron que iban a formar parte del nuevo equipo. Voy andando como dando saltitos y abro la puerta para entrar.

- ¡Buenos días! - exclamo con cierto tono musical en mi voz.

No puedo aguantarlo, mi mirada se mueve para inspeccionar cada rincón del edificio, cada detalle, cada viga del techo, cada mota de polvo, si fuera un cómic me saldrían estrellitas de los ojos. Inspiro para tomar el aroma y me tomo unos instantes en asimilarlo.

Entonces me fijo en que no estoy sola, cuatro no, cinco no, cinco y un fantasma se encuentran conmigo en el edificio. Mi sonrisa se amplía y mis pies se dirigen donde se encuentran todos.

- Me llamo Linda, un placer conoceros - digo mirando a todos -. ¿Tú eres...Janine? ¿Eres la que hace el trabajo de oficina para los Cazafantasmas? ¡Soy una gran fan tuya! Bueno en realidad de todos los Cazafantasmas... y al parecer ahora también de mí, es todo un honor formar parte del equipo - digo entusiasmada aproximándome a la secretaria - ¿Y este es Slimer? - más estrellitas podrían estar saliendo de mis ojos, si fuera un dibujo animado.

Me quedo unos instantes observando de arriba a abajo al fantasma.

- ¡Uauuuu! - es lo único que alcanzo a decir.

Mientras acercaba al moqueado muchachote unas toallas y algo de ropa para que se cambiara, el resto de novatos fue apareciendo en la base. Una chica diligente y muy, muy guapa (el hecho de que le recordara a ella misma no influía en su opinión para nada), un chico con pachorra y una chica que parecía ser una fan incondicional del trabajo que ella y los muchachos habían estado desempeñando.

 -¡Egon!- la mujer se había girado para gritar hacia las escaleras -¡Los nuevos reclutas ya han llegado!

Tras dar aquella voz, sorprendente en una mujer de su tamaño, la pelirroja secretaria les invitó a entrar en firme y a subir las escaleras.

 -Segunda planta, procurad no tocar nada, especialmente si brilla o rezuma. No tenemos mucha más ropa de recambio en este lugar.

Con eso ella ya consideraba que había hecho más que suficiente, pero antes de volverse a su mesa, se acercó a Linda para decirle:

 -Slimer se fue volando a saber dónde. Eso que estás mirando no sé qué o quién será, pero no es Slimer, querida.

No tuvieron que deciros dos veces lo de subir las escaleras. Teníais razones muy variopintas para haber aceptado ese trabajo, pero nadie podía negar que la emoción os cosquilleaba, como mínimo, un poco cuando fuisteis al encuentro del Doctor Spengler. Después de todo, era igual que conocer a un famoso.

Nada más llegar a la segunda planta encontrasteis al científico delante de una pizarra blanca, anotando diversas ecuaciones de manera pulcra y ordenada. Al escucharos, se giró para miraros directamente, escudriñándoos meticulosamente. Tras unos minutos en silencio, finalmente dijo:

 -Bienvenidos. Por lo que he oído alguno ha tenido problemas con un espíritu que se ha fugado de la base.

El doctor cogió un bastón de junco que tenía a su lado y avanzó para acercarse a vosotros. En ese momento os disteis cuenta de que una de sus piernas no estaba bien, ya que caminaba con una marcada cojera. Sin embargo él no parecía darle importancia. Cogió un medidor de PKE de una de sus mesas y empezó a examinaros uno a uno con él, leyendo los registros de energía psicoquinética que emitíais cada uno.

 -No es la primera vez que se escapa y las últimas dos veces ha acabado volviendo solo. La teoría que barajamos es que ha empezado a anclarse a este lugar, abandonando definitivamente su lugar previo de anclaje, el Hotel Sedgewick.

Egon levantó las cejas en gesto de sorpresa al escanear a Laurie. O más concretamente a la presencia que tenía al lado.

 -Interesante. ¿Es usted consciente de la presencia que tiene a su lado, señorita...?

Entonces se dio cuenta de que no había dado oportunidad a los nuevos reclutas de presentarse. Dejando de escanearos momentáneamente, el doctor Spengler se acercó a una mesa para coger cuatro identificaciones, que os fue repartiendo.

 -Sus identificaciones, llévenlas siempre consigo. Son los documentos que les distinguen como cazafantasmas profesionales, un detalle que es mucho más importante de lo que podría parecer a primera vista.

Con las identificaciones ya repartidas, Egon retomó sus escaneados hasta teneros a todos bien registrados.

 -Bien, ahora me gustaría que me dijeran el motivo por el que están aquí y qué esperan obtener de éste trabajo.

Tras escurrirme, limpiarme y desinfectarme de esos mocos verdes (Esot no me hará mutar en una Tortuga o en un Súper Joshua ¿Verdad?) y de ponerme el traje que me han pasado, un traje que me queda ridículamente pequeño, veo al Gran Super Jefazo.

"Un placer, señor Espengler" digo con dificultad para pronunciar algunas palabras en americano.

"No se si lo recuerda, pero hace algunos años, en el MoMA (Musseum of Modern Art) contrataron a... la competencia. Ya sabe, ese grupo de cretinos. Le metieron fuego al museo, y mi padre, un bombero, casi acabó sufriendo un mal... percance allí. No se quien de ustedes fue, pero los verdaderos hombres de gris llegasteis pronto a ayudar, y salvasteis el dia"

"Así que aquí estoy. Para hacer lo que tiene que hacerse: Serve the Public Trust, Protect the Innocent, and Shock some Spooks"

Con posibilidad de convertirse en esto

Pero los fantasmas que me siguen (hay más de uno) son más decorativos que otra cosa ;P

La emoción y el entusiasmo han hecho que confundiera a uno de mis compañeros cubierto de los mocos de Slimer con el mítico fantasma del equipo.

- Perdón - digo algo avergonzada justo antes de comenzar a desplazarnos hasta el despacho del Doctor Spengler.

Aún con todo, la emoción no se reduce al entrar a aquella habitación. Escucho todas y cada una de las palabras del Doctor y miro con curiosidad a mi compañera tras saber que lleva consigo una extraña presencia.

- Es un placer, Doctor, he leído todos sus estudios, estudiado todas sus lecturas y grabado todas sus hazañas y he de decir que nunca creí que llegase el momento de conocer y poder formar parte de los Cazafantasmas - digo con un tono algo nervioso -. Crecí con sus casos y estudié todo lo relacionado con parapsicología, pero he tenido que dedicarme a campos de la física y otras ciencias hasta que ha llegado el día de hoy, quiero poder formar parte de un nuevo equipo de Cazafantasmas que pueda solucionar los problemas paranormales de la ciudad y poder ayudar a los fantasmas no hostiles a vivir en paz también - en realidad tengo mi corazoncito, no todo va a ser fusilar y atrapar fantasmas.

Bueno, la obra había comenzado y todos los actores iban saliendo a escena. El director de la misma, Spengler nos analizó como si fuésemos poco más que los nuevos mohos y hongos de su colección, pero aún así tuvo tiempo de mirarme por encima del hombro para toparse de bruces con Gorgoroth, quien por algún extraño motivo parecía proyectar estática sobre su cuerpo que generaba un peculiar efecto similar al de una imagen bañada por la lluvia.

- Oh, encantada, dr. Spegler. No se preocupe por... Mis acompañantes... Hoy le ha tocado a este, pero tengo a toda una corte de espectros que hacen turnos, no tengo ni idea de por qué.

Tras el comentario de Janine sobre os uniformes di gracias de haber traído unas botas buenas, al menos podría caminar cómoda, aún llevando el doble de tela de la que necesitaría encima.

La señorit Melnitz me seguía fascinando tanto como la primera vez que pisé la oficina para la entrevista de trabajo.

Otro joven con pinta de dormido se unió a la comparsa y una chica de imposible pelo azul iba embalada como una locomotora, hablando de todo lo que tenía que ver con los Cazafantasmas, casi me sentía ridícula por no haber hecho mis deberes como ella. No tenía muy claro qué es lo que habían visto en mi pero comenzaba a preguntarme si lograría integrarme en aquel variopinto grupo.

Carlos sonrrie con cierto aire engreido

No le mentiré señor Spengler lo que espero de este trabajo es conseguir grandes proezas que contar como las de ustedes, el legendario equipo de cazafantasmas que salvo Nueva York

se desvanece su sonrisa

(Empiezo a creer que esto no es solo ficción)

Me había quedado rezagada, consciente de que no había respondido la otra pregunta de nuestro superior.

- Yo... Quiero ayudar a... La gente... Y comprarle unas mudas a mi hijo.- me sentí abochornada durante diez segundos pero mintiendo o avergonzándome de mi Igor no iba a ir a ninguna parte.

Ante lo dicho por Laurie me quedo ojiplático

"Comprarle mudas a mi hijo"

Entonces, esto significa que ella.... ¡Ella tiene un hijo! Y por tanto ¡ELLA TIENE QUE SABER EL SECRETO! ¡El secreto de donde vienen los niños al mundo! Es eso, o se lo ha encontrado tirado en la calle, pero... ¡No! ¡Fijo que ella si lo conoce!
¡Ella debe de saber el gran secreto! ¡Y lo pienso averiguar!

"Tengo que tener unas palabritas con esta señora..." pienso

Egon os escuchó pacientemente mientras respondíais a su pregunta. Y en cuanto terminasteis, asintió satisfecho con lo que habíais contestado.

 -Bien. Si son observadores, se habrán dado cuenta de que todos ustedes tienen motivaciones y objetivos diferentes los unos de los otros. Seguramente más de uno se habrá preguntado por qué fueron elegidos para este trabajo ustedes concretamente.

Os miró con seriedad. Que el rango de expresividad de este hombre no era especialmente florido, pero sólo con ver aquella mirada, podíais sentir la verdadera importancia de sus palabras.

 -Esta selección no ha sido al azar. Cada uno de ustedes tiene cualidades insustituíbles que les han hecho destacar por encima del resto de candidatos. Por eso mismo, aunque soy plenamente consciente de vuestra falta de experiencia, estoy seguro de que pueden hacer este trabajo. Y convertirse en el nuevo equipo de Cazafantasmas de Nueva York.

Tras decir aquello miró directamente a Joshua.

 -Señor Falken, admiro su voluntad de querer unirse al equipo. Recuerdo el incidente que menciona y a su padre, aunque si mal no recuerdo, fue Winston Zeddemore el que sacó a su padre sano y salvo del museo antes de que fuera demasiado tarde. Le daré recuerdos de su parte la próxima vez que le vea.

Después le tocó el turno a Linda.

 -Señorita Gorski, me alegra contar con una estudiosa de la materia en el grupo. Solicité su expediente académico a su universidad tras leer su solicitud y debo decir que espero grandes cosas de usted en lo que respecta al tema científico. Sé que no me decepcionará.

La siguiente en fue Laurie.

 -Señorita Cosmatos, su honestidad es encomiable. Y las habilidades de las que parece hacer gala serán especialmente útiles tanto para usted como para sus compañeros. Si ayudar es lo que quiere, está en el sitio correcto.

Por último, Egon se dirigió a Carlos.

 -Señor Stain, sus razones para estar aquí son simples y directas. Sé por la entrevista que hizo con Janine durante el proceso de selección que no se considera excepcionalmente dotado para este trabajo, pero créame, se le ha escogido por un motivo. Y pronto demostrará que está hecho para este trabajo.