-¿Digame?.-Dice Katusulas mientras se concede tiempo para pensar en como le va a explicar a Von Holden todo este follón-.
- Hola, le habla Von Holden. Dígame ¿sabe ya donde está su jefe de seguridad?
Perdona si tardo un poco en contestar, pero ahora mismo la partida tiene 4 escenas abiertas, y no se donde acudir.
-Lo tengo localizado, sí. No se preocupe, está a salvo.
- Vamos a ver si me explico - bufa Von Holden, obviamente irritado -, él es su jefe de seguridad, por lo que ya nos imaginamos todos que al menos sabrá mantenerse seguro a si mismo... hasta cierto punto, como ha quedado demostrado. No necesito que me tranquilice, no me preocupa el estado de salud de Coelho. Lo que necesito saber es donde se encuentra para poder ir a buscarlo.
Sólo para que yo lo sepa... Te has dado cuenta de que Von Holden lo que quiere es liquidar a Mario ¿no?
-Le he entendido perfectamente, pero me temo que eso va a ser imposible. Sospecho que sabe que alguien va detrás de él. No quiso darme su localización exacta. Todo lo que sé es que podría acudir a la reunión, si es que no teme nada de ustedes. Señor...este hombre pudo tener un error el Londres, pero le aseguro que no es ningún inepto y se sabe cuidar las espaldas,...incluso de usted...o de mí. Si quiere cogerlo, tendrá que esperar a que llegue a Berlín y solo irá si no tiene sospechas de que usted quiere cogerlo. Intentaré avisarle si me entero de algo más.
- Mire, si alguien tiene que echarle el guante, más vale que seamos nosotros, porque como sea la policía se nos va a caer el pelo - Von Holden hace una pausa, como para recuperar el aliento, lo notas más alterado de lo normal, incluso por teléfono -. Falta muy poco... muy poco para que esté todo listo. No nos podemos permitir ningún error ahora ¿comprende? Si su hombre es capaz de llegar a la fiesta antes de que la pasma o yo le encontremos, puede quedarse. Pero, espero por su propio bien, señor Katsulas, que no me esté ocultando información respecto a su paradero, ni le esté hablando a Coelho de nuestros planes. Al señor Schöll no le gusta demasiado que le mientan.
-Señor Von Holden, vamos a dejar las cosas claras. No sé quién se ha creido usted que es, pero le conviene evitar amenazarme. He arriesgado mucho en esta empresa y no le consiento que me hable así, ni que me llame mentiroso, ni que dude de mi capacidad para hacer lo que se me ha encomendado. Ni siquiera creo que tuviera que estar tratando con usted, pero no creo que tenga que recordarle que yo también soy una persona influyente, que también tengo mis contactos y que podría hacer que alguien le metiese una bala en la cabeza en menos de 24 horas.
Andreas se toma un tiempo para tragar saliva.
-Dicho esto, le recuerdo que he sacado de en medio al principal obstáculo que tenían en su camino y que la pista que hemos dejado llevará a quien quiera y pueda seguir la investigación a un callejón sin salida. Respecto al Sr. Coelho, la única información de que dispone, a parte de la que le proporcionó el señor Scholl, es que ha de reunirse conmigo en Berlín en la fecha señalada. Si su agente ha hecho bien el trabajo con los pasaportes; y parece que es así, no hay nada que temer.
- Tiene razón, disculpeme. Estoy un poco tenso con todo esto. No es sólo su hombre el que ha cometido un error, si no que parece que de repente todo se está llenando de cabos sueltos que es necesario atar. Me preocupa que todo se derrumbe cuando estamos tan cerca de llegar al final.
Von Holden hace una pausa. Aunque no lo ves, te lo imaginas secándose el sudor de la frente o algo así.
- Bien, dígame a que hora llegará usted, y en que tren va. Enviaré a alguien a recogerle.
-¿Cabos sueltos?. ¿A qué se refiere?. ¿Hay algo más que debiera saber?.
- Nada de lo que deba preocuparse demasiado. La policía por fin ha identificado al hombre que dejó la huella, pero nosotros ya lo habíamos liquidado antes de que ellos lo encontrasen. Lo peor es que han logrado identificar también el cuerpo de Elto Lybarger, y es posible que terminen viniendo a meter las narices por aquí, pero les estaremos esperando. Aun no me ha dicho a que hora llega.
-Un momento que consulto el billete.
Andreas consulta su billete de tren. No necesita mirarlo, por supuesto, pero eso le da tiempo para pensar si debe o no dar ese dato. Finalmente, se da cuenta de que vaya a donde vaya, le van a encontrar, así que no merece la pena ocultar ese dato.
-El tren tiene prevista su llegada a las 17:00 horas.
Apenas ha dado el dato y se empieza a arrepentir.
"Bueno...será lo que tenga que ser. ¿Para qué me meteré en estos follones con lo bien que estaba en mi casa?"
- Muy bien ¿en que vagón va? Enviaré a alguien a recogerlo.
-En el vagón 7
Por poner uno, digo yo.
- De acuerdo. Si no puedo ir a buscarle yo mismo, le enviaré a alguien de confianza.
¿Haces algo más antes de llegar a Berlín?
El tren entra en la estación de Berlín con cinco minutos de retraso (lo cual es asombroso, ya que los trenes alemanes no son demasiado puntuales).
Bajas del vagón y echas una ojeada a tu alrededor. Con tanta gente es difícil encontrar a una persona en concreto, y en realidad no sabes si irá a buscarte Von Holden o será otro agente de la Organización.
Tira astucia + compostura.
Bueno, solo decir que al bajar del tren estoy atento a cualquier cosa extraña. No me fío de Von Holden lo más mínimo, tal como están las cosas.
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Motivo: Astucia+Compostura (1/6)
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Ves a una mujer vestida con traje de chaqueta que lleva un cartel que pone "Señor Corea Blanco".
Me dirijo a junto de ella y saludo educadamente luciendo una amable sonrisa.
-Soy el señor Blanco. Buenos días.
- Bienvenido a Berlín, señor Blanco - te saluda ella, en griego, estrechándote la mano -. Supongo que no ha tenido oportunidad de almorzar ¿no es cierto? ¿Quiere que vayamos a algún lugar antes de llevarle a casa de Herr Schöll? ¿O prefiere almorzar allí?