Partida Rol por web

-Mejor ir allí directamente. Me gustaría tener la posibilidad de hablar con el señor Scholl lo antes posible.

- Muy bien, como desee.

La mujer te guía hasta un coche que hay aparcado en un parking no muy lejano. Se trata de un BMW plateado, elegante pero no llamativo.

Cuando pone en marcha el automvil, enciende la radio. En la emisora hay un canal de noticias, escuchas que el locutor dice:

- ...la policía inglesa cree que no se trata de un atentado terrorista, si no que los autores pueden ser miembros de una organización de filiación desconocida con sede en Alemania. Por el momento no hay datos sobre muertos, heridos y desaparecidos, aunque policía y bomberos están haciendo todo lo posible por acelerar al máximo el proceso de rescate de...

Frau Arbeiter frunce el ceño al escuchar la noticia.

-Vaya, me pregunto como habrán podido establecer la conexión. Esto no pinta bien; nada bien.

- Parece que vamos acumulando chapuza tras chapuza. Seguramente usted no ha tenido la oportunidad de enterarse a qué incidente se refiere esta noticia ¿no es cierto?

-No, la verdad. ¿Me podría poner al corriente?.

- Bueno... Era necesario atar un cabo suelto en Londres, y Von Holden estaba demasiado ocupado en dirigir la operación. Así que lo dejó en manos del personal de allí y lo único que se les ocurrió para hacer algo "rápido y limpio" fue poner una bomba en el edificio en el que vivía la víctima y derribarlo entero. Von Holden está que trina, y más que lo va a estar con las nuevas investigaciones de la policía inglesa.

-Inaudito. No sabía que hubiera otro equipo en Londres, pero mejor que no lo hubiese.

- La verdad es que ignoro cuantos equipos hay en Londres, pero sí que se que suele haber más de uno en cada ciudad. Los de Londres están resultando especialmente... - la mujer hace una pausa, tratando de dar con la palabra adecuada - Uhm... Desafortunados.

Mientras vais conversando ha pasado un buen rato. La mansión de Herr Schöll está muy cerca, ya se ve a lo lejos.

-¿Y cómo se está tomando todo esto el señor Scholl?.

- Pues no muy bien, la verdad. Por suerte parece que el resto de operativos sí que están funcionando adecuadamente.

El coche entra en la casa, y para frente a la puerta principal. Al igual que la otra vez que viniste con Mario, la mujer te ayuda a bajar del coche y después llama a la puerta. El mismo mayordomo os abre y se ofrece a guardarte el abrigo.

Andreas se lo da con naturalidad, acompañanda con una sonrisa, luego de lo cual, espera discretamente a que se le indique a donde debe dirigirse.

Herr Schöll está en su biblioteca, leyendo el periódico. Va perfectamente vestido, como si fuera a salir a la calle, en lugar de llevar ropa más cómoda para esta por casa, como un batín o algo así.

Cuando te ve llegar falnqueado por el mayordomo, se levanta y te saluda.

- Bienvenido Herr Katsulas. Espero que haya tenido un buen viaje. ¿Ha almorzado ya?

-No se preocupe, no tengo demasiado apetito. Cuénteme Scholl, ¿como está la situación?.

- Uhm... las cosas aun andan revueltas en Londres, y parece que ese policía, Noble, dejó un hilo que seguir hasta llegar a Lybarger. Pero no tiene demasiada importancia. Si mis cálculos son correctos, no les dará tiempo a llegar a tiempo para molestarnos. Usted en cambio, si que llega justo a tiempo. ¿Conoce al señor Lybarger? Justo ahora íbamos a hacerle unas pruebas médicas... Si lo desea, puede asistir como espectador. Espero que todo saldrá a pedir de boca, y lo encontrará muy interesante.

-Claro, señor Scholl. Respecto a Noble, es cierto que jugué una carta bastante arriesgada pero tal como iban las cosas, necesitábamos actuar rápido y la verdad es que hay que reconocer que estaba siendo un rival bastante temible. Pensé que quitándolo de en medio se solucionaría el problema. Por desgracia no ha sido así. Al menos, no del todo.

- Fue una buena idea, pero es una pena que su ayudante... se pusiese en evidencia. También estamos trabajando para resolver ese problema, aunque su hombre parece ser muy hábil a la hora de cubrirse las espaldas.

- Bien, lo que vamos a ver ahora, será muy interesante. No sólo representa una revolución inigualable en el campo de la medicina, si no que cambiará la economía y la política para siempre. Lo de las torres gemelas al lado de esto será una minucia, ya lo verá.

Schöll te guía a través de su casa hasta una habitación que se encuentra prácticamente a oscuras.

Una de las paredes de la habitación tiene un enorme cristal transparente a través del cual se ve la habitación contigua. Por el color y la disposición imaginas que se trata de uno de esos cristales de espejo a través de los que sólo se puede mirar en una dirección. Por tanto, las personas que están en la otra habitación, no deberían veros a vosotros.

Como si se tratase de una sala de interrogatorios policial, la sala a la que te lleva Schöll está amueblada con una sola mesa, varias sillas de aspecto funcional y una cámara de vídeo instalada sobre un trípode.

No sois los primeros en llegar. La habitación se encuentra ocupada ahora mismo por un hombre de la edad de Schöll, una mujer de unos setenta años y dos jóvenes de 20 años, gemelos. Los jóvenes te llaman la atención pues son el prototipo de la raza aria: altos, rubios, guapos y de porte atlético y elegante. Además, son gemelos. La mujer está muy delgada, y lleva ropas extremadamente elegantes. Su cara te suena mucho.

-Le presento a otros colaboradores del proyecto Übermorgen. La dama es Uta Baur, famosa diseñadora de moda y amiga del movimiento desde el principio. El caballero es el doctor Salett, sin el que nada de lo que vamso a ver sería posible... actualmente es el médico de cabecera de Elton Lybarger. Y los jóvenes son Eric y Edward, en quienes tenemos puestas nuestras esperanzas para el futuro. El sábado uno de ellos ocupará el lugar de Lybarguer.

-Le presento a otros colaboradores del proyecto Übermorgen. La dama es Uta Baur, famosa diseñadora de moda y amiga del movimiento desde el principio. El caballero es el doctor Salett, sin el que nada de lo que vamso a ver sería posible... actualmente es el médico de cabecera de Elton Lybarger. Y los jóvenes son Eric y Edward, en quienes tenemos puestas nuestras esperanzas para el futuro. El sábado uno de ellos ocupará el lugar de Lybarguer.

-Caballeros..., señora...es un placer conocerlos en tan especiales circunstancias. -dice Andreas con una sonrisa, tras lo cual se limita a esperar la invitación de Scholl para sentarse antes de hacerlo.