Vas a interpretar entonces lo del orfanato o prefieres seguir esperando?
Macario llegó a la puerta verde que era la cochera del orfanato, la "casa-hogar", mucho mejor nombre. Las monjas que la llevaban eran mujeres entregadas, organizadas, con más cooperación que chisme y siempre unos ánimos de aquí al cielo. Buena gente, lo eran.
Y pues, la labor de Macario era ayudarlas a que las hadas no fueran a llevarse a los chicos. Abandonados como estaban, eran carnada fácil, antojo de hada. Claro, el amor de las mujeres era la principal fuerza ahuyentadora de las hadas, aun sin saberlo ellas. Pero huecos se habían abierto antes, un par de desapariciones tristes en igual número de años por ejemplo, algunos casos raros más quizá, intentos. Lo bueno es que cerrar estas fisuras no era difícil, ya Gaia les cultivaba en su jardín vertical matas de hierbasanta, el mejor remedio para los momentos de salidas de paseo a lugares boscosos.
Así que, a hacer tortas, emparedados, para la próxima salida al campo Macario.
Brrrzzzz, brrzzzz, sonó el timbre un par de veces. Buenas tardes, Macario aquí.
Miriam parecía algo sorprendida por las preguntas, agitó la mano como si pretendiese alejarlas. -No no, esto no es que la Corte de Primavera este buscando a un miembro de tu Corte. Es a titulo personal, yo le buscó a el, como bien has dicho a espaldas de la reina y me metería en líos si ella lo supiese...
Se mordió el labio con nerviosismo, lo que en ella no dejaba de ser un gesto encantador.
-No le deseo mal alguno a Botas, si no todo lo contrario. Cuanta menos gente sepa que lo buscó mejor para ambos, por eso solo te lo he confiado a ti por el momento... No puedo, no puedo explicar el por que lo buscó... -dijo mas bajo, como si aquello fuese un secreto.- Pero si puedo decirte que no tiene nada que ver mas que conmigo, se que tu también lo quieres encontrar y por eso este pequeño acuerdo, yo te diré cualquier pista que encuentre sobre el y tu a mi. Entre los dos podremos dar con el.
La última frase la añadió con una esperanzadora sonrisa en el rostro, iluminaba la habitación cada vez que sonreía de esa manera, cuando de verdad la sentía.
Demasiadas incógnitas sin responder. Excesivas.
- Tanta gente buscando a Botas ... - pienso. La Reina de Primavera por sus motivos, Miriam por otros que desconozco y no quiere contar, ... No tiene sentido.
- Claro que puedes explicarlo. - le digo. Basta con poner una palabras tras otra hasta terminar el relato. Si lo deseas podemos hablar fuera, lejos de posibles oidos indiscretos.
Una monja algo mayor, regordeta y no muy alta abrió la puerta del orfanato. Sor Isabel, una de las hermanas del orfanato, que ya conocía a Macario de otras veces que se había dejado caer por allí para ayudarlas con la comida
- ¡Macario, mi niño! ¡Que alegría verte! -dijo la monja antes de plantar dos sonoros besos en las mejillas del joven
¡Isabel!, ¿cómo está? -aceptó su invitación a entrar y se sacudió los pies antes de entrar, gesto típico para despistar hadas que lo hubieran seguido.
-¿Ya lista para la salida? Vine a ayudarles con eso de los sangüichs. Miré -sonrió- le traje de la hierbasanta, esa que le gusta como sabe...
Caminó con ella por el pasillo. ¿Vamos a la cocina? ¿Cómo andan los chavillos? ¿Que ha habido de nuevo por acá?
Isabel cogió agradecida las plantas y condujo a Macario hasta la cocina
- Nada nuevo; lo de siempre. Cuesta mantenerlos alejados de problemas, pero gracias al Señor es una labor muy gratificante. Echaban de menos tus historias de hadas.
Macario avanzó con ella mientras veía quién de los niños aun andaba por ahí. Bien bien, pues ¿que me toca hacer ahorita: sangüiches o historias? -preguntó sonriente. Este era un lugar de glamour del bueno, de puras emociones positivas. ¿Y lo de los cuentos?... mm...para fortalecerlos, nunca espantarlos o dejarlos en zozobra. Él había sufrido, y visto sufrir, las consecuencias de educar vía el miedo. Nada de eso quería para el futuro de estos chicos.
La monja condujo a Macario hasta las cocinas del orfanato
- Primero la merienda, y cuando se la terminen, podrás contar tus historias. Será un buen aliciente para que se lo coman todo
Macario se puso a trabajar en la merienda, cortando pan, preparando frijoles. Como le habían traído chapulines sus amigos grafiteros de Oaxaca, los preparó con limón y chile. Seguro que les encantaría a los niños comer insectos, nutritivos y de acuerdo a los zapotecas, esto alejaría a los chaneques maldosos. Fue cuidadoso añadiendo hierbasanta a todo, de tal forma que supiera rico y fuera protector. Estaba dejando listos los emparedados para mañana en la mañana, así que todo estaría bien. Hizo algunos panqueques para las monjas, en formas variadas, para que les sacara una sonrisa y descansaran sus huesos de estas largas jornadas.
Listo hermana. Ya los puede llamar al comedor. Levantó el plato humeante de molletes y los llevó hacia allá...
Aunque se rió con la broma de poner unas palaras tras otras, Miriam se cruzó de brazos y miro por la ventana algo pensativa, quizas valorando la posibilidad que habías dado de continuar la conversación fuera.
-Umm... Bueno, realmente en esta sala es bastante segura, es mi despacho no creo que haya nadie espiandome. Pero entiendo que hablar en el exterior pueda ser mas cómodo. Me has convencido, hablemos fuera con mas calma. -Su sonrisa se lleno de optimismo, la gracil joven parecia sentirse mas y mas cómoda contigo por momentos.- Pero por el momento, no podemos salir de la Corte, no hasta que no terminé lo que sea que la Reina tenga preparado en honor del regreso de esa chica que encontrasteis en el seto, sería una falta de respeto hacía ambas.
Asiento ante las primeras palabras de Miriam pero cuando dice lo de que no podemos salir de la Corte tuerzo el gesto.
- Te puedes imaginar lo que me importa que a tu Reina no le guste que salga de su Corte sin su permiso, ¿verdad? - pregunto irónicamente.
- Saldré de estos baños cuando me venga en gana hacerlo y si "tu Reina" - comento haciendo el gesto de las comillas con los dedos - se enfada dos males tiene. Sólo me faltaba ser una puñetera marioneta en sus manos. - termino bufando.
- Que me mande uno de sus juguetes mecánicos si así lo desea. - pienso. Así tendré el pretexto necesario para arrancarle su puta cabeza.
Si la Reina de Primavera no era plato de mi agrado antes del día de hoy a partir de esta conversación lo es menos todavía.
Te recuerdo que actualmente es tu reina también; estamos en Primavera y Jennie es la Reina del Feudo :P
Pronto el comedor se vio invadido por una marabunta de pequeños mocosos, dispuestos a zamparse lo que sea y continuar de inmediato con sus juegos.
En general la comida fue un exito, asombrados y gustosos de probar aquella comida tan exotica y colorida, sobre todo los chapulines, aunque no como te lo imaginabas, los niños que habian probado antes o eran mas atrevidos se lo comian sin problemas, mientras otros le daba asco o miedo, asi los niños que lo estaban comiendo convencian a los otros de probarlo y aprendian entre si mismos a probar y enseñar cosas nuevas a los demas, y otros mas traviesos, se dedicaban a ponerles chapulines en el pelo a los mas miedicas, riendose mientras intentaban quitarselo entre chillidos y manotazos.
El salon era un hervidero de risas, cucharas rozando el fondo del plato y estomagos llenos.
-Gracias hijo.- Dijo Isabel, mientras tomaba su plato de panqueques, y lo degustaba poco a poco.- Hum, delicioso, tendrias que hacerte cocinero, se te da bien.
Bien Master. Quería practicar eso de "recolectar glamour". Dadas las virtudes y habilidades de Macario, ¿este es un lugar para hacerlo? Su énfasis es en emociones positivas, como éstas...
Hum, veamos, ahora mismo podrias absorber el glamour que hay en sala con una tirada de Compostura+Empatia en la sala, si tienes exito pillas glamour mas el bonus por tu corte.
La alegría de los chamacos, la paz de las hermanas de que todo iba bien, de que estaban contentos todos en la casa; buena cena, buen relajo. Esa magia que viene desde nuestros orígenes, de la satisfacción de tener comida y compañía, del tener "Panza llena, corazón contento.", como decía su tía; todo eso lo absorbió Macario con una inspiración profunda que le supo dulce en las fosas nasales y en los pulmones... Ahí donde teníamos el alma los changelings... las palabras de Gaia le resonaron extrañamente esperanzadoras ahora a Macario.
No llegó mucho glamour, quizá nada. Lo del ataque a Botas, lo del sueño del hechicero/noHada recordado a medias, y el extraño duelo pendiente con el de Invierno, todo eso lo tenía distraído y no lo dejó participar bien de corazón en el contento de esta tarde-noche en la casa-hogar. Suspiró. No debo dejar que los problemas me cierren los ojos del alma a esto -vio a los chavitos jugando- a lo verdaderamente importante.
Tranquilo Macario, tranquilo. Se acordó de Gaia.
Motivo: cosechar glamour (compostura + empatía)
Dificultad: 8
Tirada (3 dados, se repiten 10s): 4, 5, 5
Éxitos: 0, Fracaso
Fallas la tirada, asi que no obtienes glamour. Quizas debas intentar un papel mas activo, que pasivo, como contar una historia a los mas pequeños.
Miriam se llevo la mano a la boca para tapar como pudo una carcajada al escuchar tus palabras, esa rebeldía innata parecía gustarle.
-No tonto, no eres un prisionero ni mucho menos, eres un invitado. Claro que puedes irte cuando quieras, pero se te ha invitado a la fiesta por el rescate de esa chica y por ayudar a Macario, no quedaría bonito que te marcharas sin mas. -por un instante quedo pensativa.- Aunque si quieres puedo pensar algo para escusarte ante todos, claro que... yo preferiría que te quedaras.