Partida Rol por web

Llegó la hora de contar algún cuento antes de dormir.  Macario se debatía entre contarles algo sobre las hadas verdaderas o algo alegre para darles buenos sueños.  Dudaba.  Lo primero sería la advertencia que justo podría salvarles la vida, tal y como la tenían, para mejor. Lo segundo les traería paz y sosiego a la noche y eso casi es tan bueno como el pan.  

Se decidió entonces por una mezcla. 

Comenzó contando sobre un músico al que una nota musical se le escapa en un concierto, y la persigue por todos lados en el auditorio, con la gente divertida tratando de ayudarlo, haciendo música nueva de paso.  Los niños se reían como si estuvieran ahí.  Estaban ahí.  La nota finalmente acababa prometiéndole al músico que sería más ordenada para ciertos conciertos, esos clásicos, sin perder su fuego, y él acababa diciendo que siempre la dejaría salir a ella, y todas, a echar relajo, todos los días, con el gusto mutuo de hacer nueva música juntos.  Jazz le llamarían a sus recreos y fiestas.  Y, claro, también estaba la promesa de la nota de que, si algún día estaba triste o estaba en peligro o necesitaba ayuda, que sólo la llamara y vendría a ayudarlo.  Y ahí fue cuando les enseñó a chiflar a los niños, con sorpresa y hush y risa de las monjas.  Pero claro, Macario llevaba plan.  Ese tipo de chiflido llevaba encanto, para que los changelings lo pudieran oír desde lejos, desde raro, sobretodo los de orejas grandes de los que había en todas las cortes.  Y así estarían pendientes y acudirían a rescatarlos cuando hiciera falta.  Siguieron practicando silbidos hasta que los callaron las monjas y Macario quedó satisfecho de que muchos lo tenían bien aprendido, y que de ellos los demás acabarían por aprender. 

Más preparados, mejor cuidados, eso debemos hacer todos en todas las cortes.  Primavera y verano era Macario.  Otoño e Invierno para sabiduría y claridad.

- Al parecer mi comentario le ha hecho gracia. Bueno, por lo menos ya no estará tan a la defensiva y de paso quizás consiga algo más de información. - pienso mientras esbozo una sonrisa.

- De momento me quedo. - le digo. Tu compañía es agradable. Misteriosa y llena de enigmas pero agradable.

Hago un alto antes de proseguir.

- Además, si Macario confía en tí será por algo. - añado con un guiño de ojo.

El glamour es un nectar que no pueden gustar los humanos, y explicar que sabe una lagrima de una viuda o el grito de terror de un adolescente, es como querer explicar a un ciego que es el naranja. Sin embargo, todo changeling estaba de acuerdo en una cosa, la risa y la alegria de un niño, era el sabor mas dulce que podia probar cualquier Perdido.

Las monjas retiraron y mandaron los niños a jugar por lo que quedaba de tarde, muchos de ellos aun probando e intentando silbar aquella melodia que les habias enseñado, eso en un futuro ayudaria a tus compañeros cortesanos a detectar cuando hubiera uno en peligro.

Sin embargo no todos se retiraron, una pequeña cria se habia quedado en su sitio, mirandote fijamente con una expresion demasiado seria para alguien de su edad. De repente se levanto, se acerco hasta a ti a pequeños pero rapidos pasos, te miro durante un buen rato, y luego, se llevo las manos a la cabeza.

-Alas.- Dijo, empezando a aletear las manos de manera graciosa.

Contento, se volteó a ver al chiquito que se quedó al final.  Mm, ¿las puedes ver, verdad?  Se tocó las alas de las sienes. Silbó tantito, como pájaro. Hizo igual con las manos. Se rió con él.   ¿Cómo es eso posible?  Sabía que los niños pueden ver cosas que otros no, pero le preguntaría a Gaia.  

¿Cómo te llamas?  ¿Quienes son tus amigos de acá? 

La niña te mira por un momento, y con los labios estirados en una expresion de determinacion, se va y no vuelves a verla dentro de unos minutos. Lleva entre sus manos un monton de papeles arrugados y dibujados, los cuales busca entre ellos y te lo enseña.

En el dibujo aparecen dos niñas agarrados de la mano con una gran sonrisa, tenia esa falta de curvas y lineas limpias y definidas y omision de detalle tan caracteristico en los garabatos de los mas jovenes, pero para su edad era un dibujo bastante claro y bonito que indicaba el principio de una futura artista.

-Yo.- Te señalo, con la cara detras del papel, una de las niñas, castaña y grandes ojos ojerosos del mismo color, con el nombre de Ana escrito debajo suya.-Laura.- Indico con un pequeño dedo a la otra niña rubia y con pecas.

Te das cuenta de que la niña, asomando tras el papel, aparte de sus ojeras naturales, tiene aspecto de no dormir bien y muestras de haber llorado hace poco.

Temiendo algo malo por venir, traga saliva y le pregunta armándose de tranquilidad:  Bien, y si aquí está Ana...-dice señalando su dibujo en el papel y a ella- ... ¿donde está Laura?

La niña se para un momento, y de repente empieza a buscar de nuevo entre sus papeles *zas zas*, deteniéndose en uno y mostrandotelo. La escena representa una noche con luna al fondo, se pueden ver las dos niñas, la niña de ojos castaños esta llorando lagrimones, mientra la otra rubia, esta siendo tirada y llevada por lo que parece un monstruo en forma de garabato verde con ojos rojos.

-Enseñala a silbar.- Te pidio Ana, con lagrimas asomando sus grandes ojos.-¡Ayuda a silbar!- Te grito en suplica, la hermana Isabel acercandose a toda prisa, viendo que algo ocurria.

-¿Ocurre algo, Macario?- Pregunto esta, mientra se agachaba y acunaba a la niña entre sus brazos, ahora llorando a pleno pulmon.

Lo conmovió ver cómo la hermana acunaba como luna a la Ana que lloraba.  Este es un buen lugar.

¿Y quien es ella, Isabel? -le dice Macario a la monja mientras señalaba con el dedo al dibujo de la niñita rubia y el garabato verde.  ¿Es de los niños de aquí?    

-¿Quien?- Pregunto la monja, pero no tardo en ver adonde señalabas.- Oh, ella... Si, era una de nuestras niñas, pero una noche... La perdimos.- Aunque era Ana quien lloraba, viste y notaste emanar de la voz de la monja el salado y frio sabor de una gran tristeza.- Ana y Laura eran muy buenas amigas, tanto que uno podia confundirlas como hermanas. Ana fue la unica testiga de aquella noche, dice que vio un monstruo raptar a Laura. Creemos que lo que vio Ana y la que rapto Laura era su padre, un borracho y un abuson, la policia esta haciendo todo su empeño en buscarla tanto a el como su padre, aunque ya ha pasado semanas desde entonces.- La monja paso una mano sobre el pelo de Ana, ahora mas calmada, mientras levanto la mirada hacia ti.- Macario, tu eres un joven de la calle ¿Podrias hablar con tus "Coleguis" y tener el ojo atento? Cualquier ayuda es bien recibida, por pequeña que sea.

Claro que si Isabel.  ¿Donde fue el lugar exacto del cual se la llevaron?  ¿Me enseñas?   Bueno, pero antes mandemos a dormir a esta chiquita, que ya está cansada.  

Las acompañó tantito por el pasillo mientras la monja la llevaba a su recámara.  Le dio un apapacho para tranquilizar a la niña, pidiéndole un favor antes de que se durmiera: Ana, ¿tienes otros dibujos del monstruo?  Quiero ver si mis amigos me ayudan a encontrarlo.  Con eso ojalá podamos traer a Laura de regreso a casa.

La niña, dedicandote una mirada larga y cansada que no sabrias decir que significaba, se levanto y busco bajo su cama, sacando un pequeño baul que uno podria llevar perfectamente bajo el brazo, lo coloco sobre la cama, mostrando el desorden formado por pinceles, plastidecor, pinturas y hojas que habia dentro.

Saco y te mostro todos los dibujos que tenia del monstruo, pero miraras donde miraras todo se parecian, una caos formados por lineas verdes sin forma o son con ojos rojos y colmillos bajo estos. Aunque... Hay algo que te incomoda, un pequeño detalle.

Ves que de cada linea o curva aparecen pequeña lineas siempre perpendiculares, son tan pequeñas que nos las apreciaste en un primer lugar y pensaste que simplemente se le habia ido la mano en alguna linea, pero ahora estas seguro, se repiten demasiado y estan dibujadas con demasiada precision para ser un error.

El monstruo no esta formado por un garabato de lineas verdes, esta formado por espinas.

Macario asiente ante la niña, entendiendo ahora mejor su dibujo.  Es entonces el seto, ese seto extraño, activo, agresivo que vimos.  No un hada en particular, al parecer.- piensa para sí.   Le da un beso a Ana para que ya se vaya a dormir, revoloteando las sienes ahora de colibrí, pidiéndole con un gesto cortés permiso para quedarse con sus dibujos.  Los lleva con cuidado, pegados al pecho y se levanta para salir de la habitación.  Es dulce el olor a niños dormidos tranquilos, en paz, protegidos.  Ahora,... traigamos a Laura de regreso.-pensó determinado.    

Esperó afuera a la monja, un pié recargado en la pared, pensando.  Al verla le dijo, tranquilo.  ¿Donde se dice que la vieron desaparecer, a Laura?  ¿Puedo ver el lugar?   Si hay un sendero a Arcadia habrá que cerrarlo.  Hay muchos que no conocemos, y ojalá que no se estén abriendo más.  

Caminó con Isabel, meditativo.  El dibujo me recuerda al seto que había entrado en aquella pobre chica, campeona de primavera creo, esa que rescatamos al ir a buscar a Botas.  ¿Cómo se llamaba? 

-Si claro, por aqui, hijo.

La monja te llevo por los pasillos, ahora mas silencioso que nunca, el sol estaba atardeciendo y dejando pasar la luna. Tenias una cita muy importante esta noche ¿Aunque tanto como rescatar una niña perdida? Despues de un largo viaje, con la unica compañia acustica de los pequeños y rechinantes pasos de la anciana monja, llegais al pequeño parque de juegos del orfanato.

Para un niño pequeño seria todo un mundo, pero a ojos de adulto, parecia un cuadrado infimo que con impotencia intentaba contener el tobogan, la caja de arena y el columpio, tanto que uno que a ojo malo uno pensaria que algun cientifico loco habia intentado fusionar las tres atracciones en una sola o que habia habido un problema con su invento de "teletransportar parques". Los bordes y el cesped esta cubiertos de setos y verdor, un pequeño trozo de esplandor verde en un mundo de asfalto, puedes oir un hormiguero o un gusano llorando de felicidad bajo esa capa verde, metaforicamente hablando. Los animales mundanos aun no comparten la habilidad de llorar con sus primos del Seto, al igual que la habilidad de devorar almas o cambiar de forma a un pariente difunto.

-Segun Ana, el raptor salio de repente y entro los setos. Era muy tarde, Laura y Ana vinieron aqui, atraidas por un extraño ruido.- Explico la monja, incomoda y culpable.- Es muy posible que estuviese escondido, y esperando hasta que las niñas estuvieran solas, no sabemos como consiguio entrar y salir del edificio, aunque es cierto que no tenemos mucha seguridad, no... no podemos costearnos alarmas, ni nada por el estilo. Dios, perdoname, tendria que haberlas protegido mejor.- Dijo, cruzandose las manos en señal de rezo, y llorando amargamente. Seguramente pensando que si hubiera estado atenta y vigilado que las niñas no se hubieran escapado de su hora de sueño, o se hubiesen molestado con la seguridad del lugar, esto nunca habria pasado.

Macario se le quedó viendo a lo verde, la belleza y naturaleza.  Los de Primavera siempre luchaban para que los otros changelings no quemaran toda la naturaleza en ese vano intento de deshacerse del Seto.  Hay naturaleza que es nuestra amiga y nuestra inspiración, como dice Gaia, la mayoría.  Que no paguen justos por pecadores.  

Consoló a la monja.  Ya hermana. Yo se que usted daría su vida misma por estos chicos.  Usted no sabía que había un peligro así rondando.  Aunque usted no se imagina totalmente cual, hermana. -pensó apesadumbrado.    Le ayudaré a juntar dinero para alambre de púas, la alarma y lo demás necesario.  Conozco algunos compas que venden cosas electrónicas. -no todo robado, espero- Seguro les sobrará algo que podamos usar.  Ya para que haya más tranquilidad.  Mientras, a mantener alejados los chicos de este patio.  

Déjeme veo cómo está el lugar por donde pasó.  Macario se acercó e invocó el contrato que tenía con el Sueño, el primero.  Buscaba conocer los caminos del Seto local, en particular dónde estaría el pasaje por el que las espinas se habían llevado a Laura.