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Changelling: The Lost

Dependencias de los esclavos de compañía

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16/07/2008, 19:01
Director

El calor hacía gotear lentamente el caparazón de hielo que rodeaba a Cenicienta. No se llamaba así, desde luego, pero ninguno conocía su verdadero nombre, tan sólo el nombre que le había dado su ama.

En casa de Fulana existían dos tipos de esclavos: los dedicados al servicio, que incluían a los encargados de la caza, y los esclavos "de compañía". Las diferencias eran claras. Mientras que los primeros vivían en casetas frías y pequeñas, fuera de la casa, y se encargaban de tareas tales como la limpieza, la cocina, el servicio, el cuidado del jardín, etc... los esclavos de compañía se alojaban en un ala especial de la casa de sus dueños, y eran atendidos en sus necesidades por los sirvientes. La labor de los esclavos de compañía consistía simplemente en acompañar y divertir a sus señores cuando estos lo deseasen.

El Pianista, el Violinista y Sweety eran tres de los esclavos de compañía. Pianista era el que más tiempo llevaba, quince años en total. Como su propio nombre indica, se encargaba de tocar el piano, y aleccionaba en música a los hijos de sus amos. En el país de las hadas había aprendido a tocar otros instrumentos de teclado que no emitían sonido alguno, si no imágenes. Las sinfonías compuestas por las hadas hacían surgir de ellos imágenes de colores que formaban paisajes oníricos, cuyo sentido era, la mayoría de las veces, incomprensible incluso para alguien que llevaba tanto tiempo como él en Arcadia. Sweety era el segundo en antigüedad entre los esclavos de compañía. En realidad no tenía ninguna habilidad especial, pero Aemira le tenía una especial querencia. Había moldeado el cuerpo del esclavo de manera similar al suyo propio, y casi siempre se hacía acompañar por él. Se rumoreaba que a veces su compañía incluía el propio lecho de la señora, aunque esto era difícil de decir con certeza. Lo que estaba claro era que, de todos los esclavos de la casa, era el preferido. Aemira siempre se preocupaba de que todas sus necesidades estuviesen bien cubiertas, y no se descuidaba ni un segundo de velar por su bienestar, si bien los métodos que seguía para cuidar de su "mascota" no terminaban de ser del todo adecuados para un humano. A base de no permitir que hiciese ningún esfuerzo, el cuerpo de Sweety se había debilitado de manera considerablemente. Finalmente Violinista era la última adquisición. A Aemira le disgustaba cazar presas que no hubiesen alcanzado la edad adulta, pero a veces hacía excepciones. Violinista le había atraído de manera irresistible por la intensidad de sus sentimientos, pues destilaba pasión, resentimiento, necesidad de ser amado... por los cuatro costados. Además se había convertido en un acompañamiento fabuloso para Pianista, y gracias a ellos dos, las fiestas de su casa habían alcanzado un cierto renombre entre la sociedad feerica, que apreciaba las sonatas de música e imágenes que se tocaban a lo largo de las veladas.

Entre los esclavos de servicio estaban Kena, Jotun, Edward, Baba Yaga, Bella, Blancanieves y Cenicienta entre otros. Nadie sabía cuanto tiempo llevaba Kena en la finca, pues ella misma había perdido la cuenta. Sumergida en su vida de animal de presa, perdió la noción del tiempo hacía bastante tiempo, hasta el punto de que era incapaz de decir si llevaba un año o cien. Sweety sabía que llevaba más tiempo que él, puesto que, el día que la fatalidad quiso que, sin querer se adentrase en el Límite, su supuesta salvadora, Aemira, iba ya acompañada por Kena. En efecto, Kena acompañaba a su ama a casi todas las cacerías, y también simplemente cuando Aemira salía a pasear. Su cuerpo y sus sentidos tenían rasgos de lobo, y su olfato especialmente dotado había conseguido para su ama algunas interesantes adquisiciones, como el propio Sweety, pues ella había sido quién había dado con el rastro del hombre perdido entre el laberinto del Límite.

Baba Yaga era una vieja bruja, que junto con Cenicienta, Bella y Blancanieves se encargaba de las tareas domésticas. Limpiaban, lavaban la ropa, bruñían el metal, hilaban con la rueca, preparaban la comida, etc... A Aemira le disgustaba en extremo el aspecto de Baba Yaga, así que no le permitía nunca aparecer en su presencia. Las mujeres con nombre de princesa de cuento eran las encargadas de servir la mesa y atender a los huéspedes.

Jotun se encargaba del control de los otros esclavos. Cuidaba a animales y chagellings por igual. Les llevaba las sobras de las comidas de sus amos para que se alimentaran, sacaba a pasear a Kena cuando esta llevaba demasiado tiempo sin salir de caza y comenzaba a ponerse nerviosa, asignaba las tareas del día según las órdenes de los dueños de la casa, y, durante el día, cuando no estaba encerrado junto al resto de sus compañeros, tenía acceso a las llaves de las diferentes áreas de la casa, excepto, claro está, de la puerta principal.

Además, con la ayuda de Edward, Jotun estaba dedicado al mantenimiento de la casa, incluyendo todo tipo de reparaciones y el cuidado de los jardines, que Edward realizaba de manera casi exclusiva.

Existía un último changelling en la finca, aunque nadie le prestaba demasiada atención. Le llamaban Bonsai, porque era exactamente eso: un humano cuyo tamaño había sido reducido de manera proporcional para presentarlo a un concurso. Durante un tiempo había sido el centro de atención de todos los habitantes feericos de la casa, que habían estado muy ocupados pensando y experimentando maneras de reducir su tamaño hasta lograr su objetivo. Sin embargo, después del concurso, que, por cierto, no ganó, se olvidaron de él por completo. De esta manera, Bonsai era el único changeling de la casa que no tenía ninguna labor en concreto. Los demás sospechaban que debía haber encontrado algún modo de colarse en la despensa, pues parecía que, para compensar su merma en altura, había decidido aumentar en anchura. Sin embargo hasta el momento nadie había recibido parte de sus botines.

En realidad, sí que había algo que Bonsai hacía. Había asumido el papel de médico, y atendía a todos los demás cuando resultaban heridos o caían enfermos. Era algo inevitable, casi una compulsión. Odiaba ver como los demás padecían dolor, y en sus manos estaba evitarlo. Pero no había podido hacer nada por Cenicienta.

El accidente ocurrió durante los días más fríos del invierno. La muchacha, sobrecargada de trabajo en las cocinas, había cometido un error imperdonable, al servir tibia una sopa que debería estar caliente. Y como castigo por permitir que la sopa se enfriase, el amo Doneiro había decidido dejar que la doncella también se enfriase, de modo que en lugar de dormir en las dependencias de los humanos, la hizo pasar la noche a la intemperie.

Fue una noche especialmente fría. La nieve cayó copiosamente y a la mañana siguiente, cuando Jotun fue a buscar a Cenicienta, la encontró hecha un ovillo sobre si misma, muerta por congelamiento.

La imagen, que resultó sobrecogedora para los habitantes changeling de la casa, a las hadas les pareció deliciosa. Pasaron un buen rato admirando la delicada expresión de sufrimiento de su rostro, el maravilloso tono añil que había tomado la piel a causa del frío, la desesperación que reflejaba la postura que la chica había adoptado para tratar de conservar todo el calor de su cuerpo en el interior... Tanto les gustó que decidieron conservarla como adorno de jardín, protegiéndola en el interior de un bloque de hielo. Hicieron que Edward y Jotun construyesen un pedestal en el centro del jardín, y lo adornasen con rosales invernales trepadores, de hermosas flores azules, blancas y rosa pálido, y allí tuvieron el cadáver de la pobre muchacha en exhibición.

Fue una idea muy acertada por su parte, pues el insólito adorno se convirtió en el centro de las miradas de todos los que asistieron a las fiestas, convirtiendo a los dueños de la casa en una familia muy popular. A los changelings de la casa, que tenían que ver tan horrendo recordatorio cada día, no les pareció tan buena idea.

Pero ahora que el sol de la primavera comenzaba a derretir el bloque de hielo, había llegado el momento de retirar el adorno del jardín. Jotun y Edward fueron los encargados, de nuevo, de la ingrata tarea. Luego habría que decidir qué hacer con el cuerpo.

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16/07/2008, 19:01
Director

Es de noche, y todos en la casa se han retirado a dormir, lo que significa que vuestros servicios ya no son necesarios y podéis disfrutar de unos minutos libres antes de dormir vosotros también. A través de las ventanas que dan al jardín habéis visto como Edward y Jotun dedicaban toda la mañana a desarmar el pedestal en el que se encontraba el cadáver congelado de Cenicienta. Aunque os alivia no tener que verlo nunca más, el cambio del paisaje os resulta extraño. Es como si faltara algo.

Notas de juego

En la escena estáis Violinista, Pianista y Sweety. Ya podéis empezar a postear.

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16/07/2008, 19:52
Director

Notas de juego

Se supone que ya es de noche, y se han llevado el cuerpo a algún lugar que no sabéis cual es. La puerta de vuestra habitación está cerrada (para que no os escapéis) y no podéis hablar más que entre los que estáis aquí.

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16/07/2008, 21:25
Pianista

Suspiro y me dejo caer en la silla más cercana.

Tenemos que escapar. Yo ya no soy capaz de aguantar todo esto.

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16/07/2008, 22:13
Sweety

Sentado en el borde de mi cama, apoyo los codos sobre mis piernas y entrelazo las manos apoyando en ellas la cara mientras contemplo el suelo con la mirada perdida, ensimismado en mis propios recuerdos turbulentos sobre Cenicienta y su trágico final. Debería haber acabado cómo en el cuento y no así, pero parece que en el verdadero y tétrico mundo de las hadas no existen los finales felices, al menos no para nosotros.

Levanto la vista ante la frase de Pianista.
-Poco podemos hacer, yo lo intenté varias veces hace un tiempo pero es muy difícil encontrar el lugar por el cuál salir de este infierno...- suspiro y me dejo caer, tumbado boca arriba en la cama.
-Aún así puedo intentar daros algo de tiempo distrayendo a Aemira- ofrezco puesto que no tengo nada que perder.

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16/07/2008, 23:03
Sweety
Sólo para el director

Notas de juego

¿Quién dice eso ultimo?

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17/07/2008, 01:17
Director

Notas de juego

*Silba disimuladamente*

Lalalalalala...

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17/07/2008, 14:41
Pianista

No creo que hiciera falta distraerla. Basta con esperar a que sea de noche y esté durmiendo. Lo difícil es forzar esta maldita puerta - digo dándole una patada a la puerta con toda mi rabia - ¡Auch! ¡Mierda! ¡Que daño!

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17/07/2008, 15:09
Sweety

-Así no conseguirás gran cosa amigo- comento riendo por lo bajo ante el intento de Pianista de abrir la puerta con el simple uso de la fuerza bruta.
Me levanto de la cama y abro los cajones de la mesita de noche que hay junto a ella.

-Si encontráramos una horquilla, un alambre o cualquier cosa por el estilo podríamos intentar forzarla, pero no creo que haya esa suerte...- busco un poco aunque sin demasiada esperanza, después abro el armario y compruebo las perchas para ver si hay suerte.
-Pero de todas formas, ¿alguien sabe hacia dónde ir una vez en el exterior?- pregunto mirando a ambos dubitativo. La verdad es que yo lo intenté por varios lugares y nunca...

-Kena tiene que saberlo, pero no creo que traicionara a Aemira. Puedo intentar convencerla de todas formas, pero es algo arriesgado...- dejo al frase en el aire y espero la opinión de mis compañeros.

Notas de juego

Joer pues dilo xDDDD

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17/07/2008, 15:14
Director

Notas de juego

La ventana está en un primer piso, pero tiene reja.

No iba a ser tan fácil ^_^

Edit: ya lo he dicho XD

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17/07/2008, 15:21
Sweety

Notas de juego

Una descripción Completa y rigurosa de la habitación para que no vuelva a haber fallos, estaría bien

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17/07/2008, 16:54
Pianista

Me siento pesadamente, maldiciendo mi estampa entre dientes por haberme hecho daño yo solito.

Ese tipo enorme, Jotun, tiene acceso a las llaves. Pero es como un buey. Grande, cornudo y manso. A ese si que veo dificil meternoslo en el bolsillo. Y Kena también. lleva muchos años en Arcadia. Seguro que ya ni se acuerda de cuando era humana.

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17/07/2008, 18:26
Violinista

Estoy descansando cómodamente en una esquina oscura como de costumbre - ¿Por qué tenéis tantas ganas de iros? - me inclino un poco hacia los dos para que me vean parte de mi rostro cada vez menos humano - Yo estoy bien aquí y no creo que vuestra situación sea peor que la mía. -

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17/07/2008, 18:57
Sweety

-Podría intentar "convencer" a alguno de los dos con alguno de los trucos que he ido aprendiendo aquí, pero no estoy seguro de que funcionase con ellos...- suspiro con desánimo y miro a través de la cerradura con un ojo antes de volver hasta mi cama y mirar a Violinista extrañado.

-¿Bien?, ¿llamas a estos estar bien? No tenemos libertad, nos obligan a hacer lo que ellos quieren, se ríen de nosotros, nos pegan y torturan sin motivo... Ya sabes lo que hicieron con Cenicienta así que no sé cómo puedes preguntar eso- niego con la cabeza, él también se está convirtiendo en un pelele cómo la mayoría.
Me quito los zapatos y me tumbo en la cama boca arriba mirando el techo.

-Pero no podemos salir sin más, no sabríamos a dónde ir-
concluyo esto para Pianista, quizá mañana intente recabar un poco de información aunque no albergo muchas esperanzas.

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17/07/2008, 19:30
Violinista

Niego con la cabeza y suspiro - Yo se que estoy mejor aquí... ademas de que a nosotros tres no nos tratan tan mal... y otra cosa que es bastante importante ¿me quieres decir donde vas a ir con esa pinta? la gente te perseguiría - digo con tono serio.

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17/07/2008, 21:16
Director

La habitación en la que os encontráis es una especie de jaula de oro. La puerta es maciza, con bisagras que quedan fuera de vuestro alcance y una cerradura que probablemente no resulte fácil de abrir a alguien sin conocimientos ni herramientas suficientes para forzarla. Saltar la cerradura por la fuerza sería posible, pero haríais mucho ruido.

Hay dos grandes ventanales por los que entra la luz y que tienen una bonita perspectiva de la parte trasera del jardín, pero ambos están protegidos con un enrejado que dibuja finas volutas, flores y enredaderas, pero que está hecho con un metal que no se deja doblar.

El interior es similar al de un harén. Se trata de una estancia amplia, con muebles confortables. Las tres camas tienen sábanas de finísima melancolía, bordada con hilos de paz que dibujan formas geométricas. Los sueños que tenéis en ellas son dulcemente melancólicos, como un atardecer de otoño. Los suelos son de mármol, y las paredes están adornadas con tapices que representan escenas de fiestas feericas, en la que multitud de sirvientes changeling aparecen a las órdenes de sus amos.

La habitación, físicamente, está situada en el primer piso del palacio. El palacio sólo tiene dos plantas: planta baja y primer piso. Estáis en la parte de atrás, en una zona retirada de las dependencias que habitualmente utilizan vuestros amos, justo sobre las cocinas.

Notas de juego

Perdón por tardar en la descripción, estaba en la playa.

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18/07/2008, 09:04
Pianista

Estamos bien aquí, hasta que se cansen de nosotros, o hasta que cometamos un error imperdonable. ¿Qué crees que pasará si un día se te rompe una cuerda durante un concierto, o cometes un error mientras tocas una pieza? ¿Y si deciden que ya no les interesa la música? Nos tratan mejor que a los otros, porque nos consideran más valiosos. Es como quien mete sus joyas en una caja fuerte. Las aprecia más que a otros de sus objetos, pero no significa que no se deshaga de ellas llegado el caso. Somos los más prescindibles de toda la casa.

Guardo silencio un momento al pensar en los problemas que nos traerá nuestro aspecto, pero finalmente resoplo exasperado y replico:

Prefiero esconderme el resto de mi vida en unas alcantarillas que vivir en esta jaula de oro. Prefiero incluso morir intentando escapar, con eso te lo digo todo.

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18/07/2008, 13:14
Sweety

Sonrío complacido y satisfecho por las palabras de Pianista, no puedo evitar sentir cierta alegría al comprobar que en esa casa todavía queda alguien que piensa cómo yo.
-Estoy de acuerdo contigo, aunque tengamos que escondernos seremos libres en nuestro mundo subterráneo y nos podemos hacer compañía mutuamente. Me niego a pensar que puedo acabar cómo la pobre cenicienta, y no dudéis en que lo harán. ¿Acaso crees que tendrás algún interés cuando empieces a envejecer? Se desharán de ti sin más o pasarás a ese estado de esclavitud cómo el de Baba Yaga...- frunzo un poco el ceño y finalmente suspiro.

-De todas formas lo difícil será encontrar el sitio por el cuál salir de aquí así que no podemos limitarnos a intentar escapar sin más, tenemos que intentar conseguir algo de información primero. No vengas si no quieres, sólo te pido que no comentes nada- esto último va dirigido al Violinista antes de disponerme a quedarme dormido.
Un día más en el infierno o una semana no supone mucha diferencia si eso supone estar más preparados.

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18/07/2008, 13:27
Violinista

Resoplo con indignación - Inconformistas, si hubierais vivido donde yo vivía antes no pensaríais así... y este lugar no os parecería tan malo, ademas de que realmente no es tan malo. Yo aguantare aquí hasta que no tenga mas remedio que irme, y cuando llegue el momento pues ya veré que hacer. -