Partida Rol por web

 Poco a poco todos fueron dejando sus habitaciones acompañados de sus respectivos guardianes, encontrándose nuevamente en aquel bar donde esperaban los trabajadores del sitio. Kantoku, Lena y Jack estaban junto a la barra, mirándose entre ellos en lo que parecía una charla un tanto... preocupante. También gozaban de la presencia de Null, el peliverde encapuchado que no parecía estar de buen humor por la charla que estaban teniendo.

 -Oh, ¿ya están listos? Bien... -los iría recibiendo Kantoku, mostrándose un poco menos confiado y alegre que de costumbre. -. Luego de que entrarán a sus habitaciones, Null llegó y lo puse al día con lo que me comentaron, y después de hablarlo llegamos a una conclusión un tanto... Decepcionante...

 -Déjate de misterios, farsante -interrumpiría Null, con su natural tono de molestia antes de dirigirse a todos. -. Hay un generador que no es quién dice ser: sospechamos que es un dios infiltrado por alguna razón que desconocemos, o alguien que pudo haber ganado un juego anterior y deseó algo como repetir el juego con sus recuerdos y poder intactos...

 -Es un buen resumen de las teorías que tenemos, sí... -asentiría Kantoku. -. El punto es que alguien se está haciendo pasar por un jugador cualquiera, pero fue metiendo mano en cosas que no debería provocando que pasen cosas que no deberían pasar... Para empezar, ya es preocupante que no nos hayamos percatado de su presencia hasta ahora: eso habla de lo poderoso que puede ser realmente...

 -¿Dices que hay un traidor entre nosotros? -preguntaría Marco, con curiosidad.

 -Es una forma de llamarlo, sí... Sin importar sus motivos, lo que está haciendo puede afectarlos de forma injusta, sin mencionar que empezar con un nivel de poder superior ya es injusto de por sí, por lo que es directamente como hacer trampa... -opinaría Lena.

 -Sea lo que sea que está haciendo, tomó muchas medidas para protegerse de que nosotros pudiéramos descubrirlo -declararía Null, empezando a mirarlos a todos uno a uno. -. Y desgraciadamente, atacarlos con todos uno a uno hasta hacerle salir no es lo más inteligente: acabaríamos con la mayoría antes de dar con el correcto...

 -Es por eso que a partir de ahora tienen un encargo personal de mi parte: descubran la identidad del culpable, demuestren que están en lo correcto, y entonces nosotros nos haremos cargo de sacarlo del juego. A cambio, esta vez los 100.000 de esencia van de mi parte para los que lo consigan -concluiría Kantoku.

 -Esperen: ¿exactamente como piensan que descubramos a un dios infiltrado? -preguntaría Lucy, procesando todo lo que estaban revelando los peliverdes.

 -Es trabajo de ustedes escoger la forma en lo que lo intentarán -respondería Null.

 -¿Y qué pasa si nos engaña y señalamos a un inocente...? -esta vez preguntaría Kazuya, cruzado de brazos.

 -Por eso pido que tengan que demostrar que están en lo correcto: lo ideal es acorralarlo de modo que no pueda negar la acusación... -concluiría Kantoku, mostrándose particularmente desanimado con todo eso.

—¿Estadísticas? ¿Eso qué es? ¿También puedes hacerme más fuerte y más rápida? Eso estaría genial. Y ¿hacer que sea mejor tocando instrumentos? Y ¿podrías darme alas para poder volar? —exclamé abriendo mucho los ojos de repente—. Aunque… mejor debería guardar la esencia, por si acaso —acabé diciendo, agachando la cabeza.

Los comentarios de ánimo de Santiago me hicieron sentir algo mejor. Lo miré esbozando una pequeña sonrisa.

—Salvarlos a todos lo hará todo más difícil, pero es lo que hay que hacer. Seguro que con trabajo duro puedo conseguirlo. —Me levanté de la cama—. Vamos. Quiero ir a jugar con los demás.

Al volver al bar, mi cara cambió en cuanto vi que estaba allí el hombre malo. Había sido él el que había hecho daño a Navy y a Marco, y el que nos había hecho desnudarnos. ¡Y ahora estaba allí, como si nada!

—¡Tú! —exclamé señalándolo con el dedo—. ¡Por tu culpa ahora no puedo estar con Navy! ¡Les hiciste daño! ¡Eres malo! Kantoku, ¡dile que se vaya!

Pero antes de poder insistir más en el tema, empezaron a decir cosas muy raras. «¿Dios infiltrado? ¿Traidor?» Parpadeé varias veces y miré a ambos, perpleja. No entendía nada.

—¿Uno de nosotros ha jugado ya antes? ¿Y es quien hizo que aparecieran sombras en mi mundo? ¿Por qué? Y entonces… ¿es mucho más fuerte que nosotros? ¡Eso es trampa!

Miré a mis compañeros uno a uno, decepcionada. Uno de ellos estaba haciendo trampa… pero no se me ocurría quién podía ser. Todos eran buenos amigos, y no me imaginaba a ninguno de ellos siendo un espía ni nada de eso. Además, habíamos luchado juntos, y todos éramos igual de fuertes, ¿no?

Mientras pensaba en eso, Kantoku dijo que nos daría 100 000 de esencia por descubrirlo. ¡Eso era un montón de esencia, y me ayudaría un montón en el juego! Pero…

—¿Qué es eso de sacarlo del juego? Si lo descubrimos, ¿qué le pasará? —pregunté, preocupada. No iban a hacer que dejase de existir, ¿no?

Además de todo eso, había algo que me extrañaba de todo eso… Miré a Kantoku con curiosidad.

—Espera… ¿Ha habido otros juegos antes? Entonces… no hace falta hacer lo que pedías para conseguir el deseo, ¿no?

Ni bien salieron su mirada se fijo en los tres aliens que conversaban lo que seguramente sería su destino próximo, hasta que la presencia de una cuarta persona la detuvo en seco. -¿Que hace aquí? - Preguntó en un gruñido sin dar un paso más hacia ellos y tanteando instintivamente por su bate. Buscó a los demás con la mirada, especialmente a los más pequeños, particularmente a Karin. -Aina quedate atrás - Ordenó intentando interponerse entre ella y Null, el recuerdo de Marco muerto en el suelo aún estaba muy fresco y no tenía ningún interés en revivirlo.

Como siempre los cabrones empezaron a hablar de lo que les apetecía, sin importarles un carajo nuestra opinión para variar, pero aquello complicaba más el juego. -Todo eso suena convenientemente como una forma de hacer que nos eliminemos entre nosotros - Comentó lo que realmente pensaba al respecto. -¿Por que sería un traidor? - Miró al resto detenidamente uno por uno - Alguien más poderoso puede ayudarnos a ganar el juego - Se encogió de hombros -Sí, es injusto si estamos compitiendo, pero no tengo ningún interés en competir contra ninguno de ustedes - "No de vida o muerte al menos" Su preocupación ahora mismo era como pensar un deseo que sirviera a todos, y los únicos enemigos que veía eran los aliens que estaban manipulándolos. -Y siguen sin explicar porque alguien más poderoso participando en el juego provoca que haya monstruos en nuestros mundos - Al final lo más importante se lo pasaban por el...

Señaló a Aina - Eso, ¿que le pasara si lo descubrimos? - En lo que a ella respectaba eran un equipo.

Salió de la habitación y no podía creer a quién veía. La primera reacción que tuvo fue similar a la de Erika solo que con el propio Marco, dirigiéndose hacia el y quedándose delante para taparle el cruce de miradas que pudieran suceder con el tipo que lo había literalmente matado la noche anterior. - ¿De qué vas poniendo un pie en este lugar estando nosotros aquí? La explicación que comenzaron a dar, obviando cualquier queja que pudieran tener y a cada palabra se le hacía todo más bola. Concordaba con Erika a tal nivel que era casi enfermizo pensar que podrían ser la misma persona en universos paralelos y juntados en un macabro juego. - Erika tiene razón. ¿Qué os hace pensar que vamos a provocar entre nosotros una guerra? Puede que tengáis razón en que sería injusto para los demás pero ¿No os habéis parado a pensar, que la mejor opción era hablarnos de esto en privado uno a uno y no así? Lo único que intentáis es ponernos los unos contra los otros. Suficiente tenemos ya con que solo puede quedar uno, como para ponernos a desconfiar ahora por otras razones. 

Definitivamente esto no era lo que necesitaban el día siguiente de haber presenciado dos muertes, no era lo que necesitaban después de tantísima mierda sucediendo. -No sé qué pensáis todos... Pero yo quiero ir a jugar con Karin y todos vosotros un rato antes de tener que ponerme a matar bichos o morir. Se giró para sonreír a los niños presentes, pasando olímpicamente de los demonios igual que los demonios pasaban olímpicamente de las preocupaciones de los niños. - ¡Quiero divertirme, somos niños! La gran mayoría de aquí tiene cara de necesitar jugar y divertirse. ¡Pasad de ellos y vamos a hacer lo que nos guste por un ratito! Estaba decidido a hacerles el vacío por ahora a Null y a Kantoku. No quería escuchar nada más de su mierda por ahora.

Salgo de mi habitación con una piruleta en la boca y dando pasitos contenta, hasta que veo que los mayores están hablando... y también está Maltoku. La piruleta casi se me cae de la boca cuando la abro al verle, quedándome quieta en el sitio hasta que veo a Erika-senpai ponerse delante.

- Por qué... ¡¿Por qué le hiciste eso a Takeshi-kun?! - le grito de pronto a Maltoku, agarrándome el vestido con los puños y temblando un poco - Las cosas podrían... haber ido bien...

Bajo la cabeza, sacudiéndola para evitar que se me acumulen lagrimitas en los ojos. Pero... ¿De verdad gue culpa suya? Me quedo sin decir nada más, pero escuchando lo que dicen de que hay alguien que está haciendo trampas. A lo mejor fue esa persona la que lo hizo...

- Pero si de verdad hay uno de nosotros que sea tan fuerte... Entonces no está haciendo trampas, ¿no? - pregunto ladeando la cabeza - Porque todos tenemos la misma Esencia ahora, ¿no? Si quisiera hacer trampas habría intentado conseguir más o atacar a alguno de nosotros. Y y y si tiene tanto poder, ¿para qué necesita ganar otra vez? - pregunto a los demás, sin entenderlo bien. 

Solo vuelvo a sonreír un poco cuando escucho a Kai que quiere jugar conmigo, bueno y también con los demás. Asiento feliz y le pongo a Kantoku-nii-san carita de niña buena, esperando que nos deje jugar un ratito.

 -Son los números que supongo determinan que tan buena eres en algo... Y sí, supongo que puedo hacer todo eso, aunque no se lo de volar... pero todos modos, como dices: cuesta esencia... -explicaría Santiago, sin poder evitar haber reído un poco por lo emocionada que te pusiste. -. ¡Ese es el espíritu!

 -Uuhhh, que miedo: ahora todos andan exigentes y quieren que las cosas sean como quieren... ¿Pues saben algo? Me importa una mierda lo que quieran o piensen -respondería en general a la mayoría de los que le encararon, siendo el caso de Karin uno que recibiría una respuesta más específica. -. No tuve nada que ver con lo que le pasó al chico: por eso estoy aquí.

 Entonces todos empezarían a soltar sus comentarios y opiniones al respecto de lo comentado, siendo el peliverde de capucha quién suspiraría cuando Kailani y Erika nuevamente empezaron a darle vueltas a sus intentos de crear discordia en el grupo.

 -Esa precisamente era la idea del farsante a mi lado: hablarlo a cada uno en privado, pero conociéndolos sabía que ustedes dos dirían algo como "¿y como sabemos que nos has dicho lo mismo a todos?" o una mierda así, siendo que en todo caso le habrían creído tanto como a mi ahora... Además: tenía la pequeña esperanza de que haciéndolo frente a todos pudiese ver desesperación en los ojos de algunos, y... Supongo que estoy conforme -aclararía el hombre con una sonrisa maliciosa.

 -Sinceramente, me preocupa el hecho de que no pudiéramos percatarnos antes y que aún en este punto no sea capaz de identificarlo de inmediato... No hay dudas de que su poder es inmenso, pero aún así es capaz de ocultar y comprimir su esencia, además de meter la mano en la balanza... -comentaría Kantoku momentos antes de empezar a hacer salir esencia de su mano derecha, enseñando a todos como se formaba sobre esta una balanza dorada que, si bien inicialmente permanecía igual ante la ausencia de pesos, a los pocos segundos aparecería una esfera de luz a un lado y una de oscuridad en la otra: al poco tiempo, la balanza se inclinaría ligeramente hacia el lado de la oscuridad, haciendo que unas pequeñas grietas púrpuras empezasen a salir en el instrumento. -. El motivo por el que cosechan esencia de otros mundos no es solo por hacerlo: disminuir el poder de los mundos perdidos impide que estos invadan otros mundos, pero pese a sus resultados recientes la balanza se ha inclinado hacia el lado de la ruptura... -al acercar su otra mano hacia el lado donde estaba la esfera de oscuridad, todos podrían ver como esta liberaba un chispazo hacia el hombre para hacer que la apartase, momento en el que unas cadenas negras surgirían del lado más pesado desde la base de la balanza, como si la forzasen a mantenerse baja en lugar de seguir los pesos adecuados. -. Esta es solo una replica de como se ve la verdadera balanza actualmente: es un instrumento divino que ni siquiera Null o yo podemos manipular, pero ahora resulta estar "trucada" para debilitar vuestro mundo y permitir el paso a las criaturas de los mundos perdidos...

 -¿El infiltrado jodiendo vuestro mundo? Imposible... -Null no podía contenerse a mostrarse falsamente sorprendido, momentos antes de escuchar la duda de Aina que repetiría Erika. -. ¿No es obvio? Acabaremos con él: de ese modo la balanza se liberará y funcionará como es debido. Será como si hubiese perdido el juego.

 -Con todo eso que están diciendo... ¿Significa entonces que no está interesado en ganar? -preguntaría Lilith, según lo que pudo entender de las explicaciones de la balanza y el papel del infiltrado en todo lo que estaba pasando.

 -Tal vez sí, tal vez no: el caso es que le está dando por joder sin más -respondería el encapuchado.

 -Sobre los anteriores juegos... Sí, creí haberlo comentado antes: he sido el anfitrión de otros juegos antes, pero es la primera vez que esto pasa... -respondería Kantoku antes de tomarse unos segundos de silencio para responder a lo otro. -. Respecto a mi petición, es esencialmente eso: mi deseo personal. La verdad es que cuando tomé este lugar pensé que podría hacer las cosas diferentes, pero que me comparen con alguien como Null es... ja, ja... Irónico, teniendo en cuenta que me odia con toda su alma...

 Null se reservaría comentarios al respecto, escuchando entonces como Kailani invitaba a ir a jugar y básicamente pasar del tema. Ante esto, Kantoku no podría contener una leve risa de sinceridad, haciendo un gesto con la mano indicando que podían retirarse cuando quisieran.

 -Bueno... ¡A mi me da igual lo que quiera hacer ese metido: no le dejaré ganar igualmente! -diría Marco con optimismo antes de empezar a marchar hacia la habitación de Karin.

 -Entonces... Podemos ir todos, ¿no? -se asomaría Yuki a preguntarle al "líder" del equipo amarillo, provocando que Marco se congelase un instante.

 El rubio voltearía a ver con cierta desconfianza al chico, girando entonces a ver a Erika para recordar el golpe que recibió antes.

 -Claro...

 -¡Yei~~~! -con un aura radiante, Yuki iría a tomar la mano de Adele y Aina, empezando a llevarlas hacia la habitación también. -. Vamos, vamos~~

 -E-Está bien -respondería Adele con tono tímido, y una sutil expresión de sorpresa en el rostro: no parecía acostumbrada a esas cosas, pero sus ojos decían que era un sentimiento cálido y agradable para ella.

Aún con lagrimitas en los ojos miro a Maltoku y bajo la mirada, sin poder decirle más. ¿Y si no fue él... entonces? Miro a los demás, sin saber quién sería tan malo de hacer algo así. Y aunque hubiera que acabar con esa persona... ¿No vamos a acabar todos igual?

- Pues... pues entonces ya lo encontraremos. ¡Pero primero a jugar! - sonrío dando un saltito y mirando luego a Yuki - ¡Y sí, os podéis venir todos! A jugar, a jugar...

Voy canturreando hacia mi habitación, tirando de Marco de la manita y esperando a que los demás vengan a jugar a mi habitación.

Erika se puso enseguida delante de mí. A lo mejor es que tenía miedo de que Null me hiciera daño a mí también. Y, después de lo que le hizo a Navy y Marco, puede que tuviera algo de razón. De todas formas, seguí mirándolo muy enfadada asomándome por detrás de ella.

—¿Takeshi-kun…? ¿Quién es? ¿Qué le ha pasado? —Su nombre no me sonaba de nada, así que estaba un poco confundida.

Cuando explicaron lo de la balanza, escuché con ojos como platos. Durante un rato, me quedé en blanco y no entendí bien lo que decían. Entonces, algo en mi cabeza hizo clic y me quedé con la boca abierta. Mis piernas empezaron a temblar ligeramente.

—Pe…Pero… si los mundos perdidos pierden mucho poder, ¿desaparecen para siempre? A lo mejor lo que quieren las criaturas es salvar sus mundos. ¡Tiene que haber una forma de salvarlos! Son personas, ¿no?

»¿¡Acabar con él!? ¡No! ¡Ni hablar! Somos todos compañeros y amigos, aunque haya hecho trampa. ¡No quiero que le hagáis daño! —exclamé cruzando los brazos y mirándolos desafiante—. Aunque descubra quién es, ¡no os lo diré!

Los demás estaban de acuerdo con no buscar al infiltrado, por suerte. Y además ¡habían olvidado todo el tema de los equipos y querían jugar todos juntos! Kailani tenía toda la razón en que teníamos que divertirnos y no pelearnos entre nosotros.

—¡Sí! ¡Yo también quiero jugar! —exclamé, antes de que Yuki se acercase y tomase mi mano. Le sonreí, contenta, y fui con él—. ¿A qué vamos a jugar?

Ya dijo que no quería escuchar más por lo que no dudó en seguir a Karin y a los demás hacia el interior de su habitación donde jugarían a lo que la pequeña quisiera.

Kaoru se quedó paralizado un momento, pensativo. ¿Cómo no había reparado en eso antes? Un nombre. Todo héroe necesita un nombre. Y no solo porque le da una identidad secreta (Y asombrosamente asombrosa), si no también porque... ¿Cómo se acordarían de él, si no?

Se revolvió el pelo, pensativo, mientras se preparaba para salir.

—Hmf. No sé... —musitó—. Tengo que pensarlo. Seguro que después de la próxima misión se me ocurre algo guay.

Dicho eso, se reunió con los demás.

Kaoru salió de su cuarto con actitud pensiva, como cuando se tiene una palabra en la punta de la lengua o la respuesta a un puzzle parece estar justo a la vuelta de la esquina. Quizá por eso cuando Kantoru y Null empezaron a discutir puso mala cara: Había estado tan cerca de conseguir lo que buscaba... ¡y de pronto tenían que distraerlo! Bufó por lo bajo, cruzando los brazos e intentando que su atención se dividiera de forma perfecta, pero al final tuvo que ceder y simplemente vivir en el presente.

—Y si creéis que es un ganador... ¿No podría simplemente haber deseado precisamente esto? —preguntó Kaoru, encogiéndose de hombros. La idea de que su deseo fuera un juego eterno había cruzado su mente, después de todo—. Aunque eso de darse ventaja es muy cobarde. ¡Cobarde! ¿Es que no confías en que puedas ganar por tus propios medios, eh? ¡Ja!

Alzó la nariz con gesto orgulloso y mantuvo los brazos cruzados.

—Yo no voy a esforzarme en buscar a nadie. Nos estáis engañando, para evitar que nos hagamos amigos. ¡Y no va a funcionar! —exclamó tozudo como siempre—. Y si resulta que tenéis razón... entonces ganaré al que esté haciendo trampas por mis propios medios, y seré dos veces ganador.

Asintió con la cabeza, reafirmando lo que acababa de decir, y ahí zanjó el tema por su lado... aunque había que admitir que, objetivamente, era preocupante. Con lo que disfrutaba de todo aquello, lo último que quería es que algo forzara a que tuviera un final temprano. Mantendría los ojos abiertos. Sí, haría eso, mantendría los ojos abiertos, y después... después ya se vería.

Pero por lo pronto, él también quería jugar.

—¡Vamos entonces! ¿Qué juegos tienes? ¡A mi se me da muy bien el Mortal Kombat! —exclamó, pese a que le faltaban muchos, muchos años antes de que pudiera jugar a ese juego de forma legal.

Suspiró de alivio al ver que al menos la gran mayoría estaba en la misma linea y que no empezarían de la nada a ponerse unos contra otros. Más cuando aclararon lo que le pasaría al supuesto traidor -No me importa lo que digan, no vamos a entregarle a uno de nosotros para que lo maten -  Aunque lo que decían indicaba que iban a tener más y más de esas criaturas - Dennos poderes en nuestros mundos, nosotros podemos ocuparnos de las criaturas - Afirmó con más seguridad de la que sentía, y dio una mirada al resto.

-Y tampoco aclararon porqué algunas criaturas simplemente no atacaron a nadie - Si todos eran monstruos deberían querer comerlos ¿verdad?

Sonrió por la idea de Kailani y asintió ampliamente con la cabeza -¡Vamos a jugar todos a la habitación de Karin! - Exclamó yendo hacia allí y empujando un poco a los rezagados para que los acompañaran.

 -Los mundos perdidos ya no pueden ser salvados... Seria incluso más fácil crear un nuevo mundo a partir de enormes cantidades de esencia. Aquellos mundos que se perdieron cayeron a un punto de no retorno: la única razón por la que los habitantes de esos mundos quieren la esencia es para prolongar su existencia y, en algunos casos, hacerse más fuertes... Pero en el momento en el que un mundo cae, todos aceptan su destino en el olvido -declararía Kantoku, apenado de no tener una respuesta que pudiese contentar a Aina, antes de fijarse en Erika y llevarse una mano a la barbilla, pensativo. -. Sobre eso... Precisamente que se rompa la barrera entre los mundos debería abrir la puerta a que puedan usar sus poderes en su realidad...

 -Ahora que lo mencionas: Aina fue capaz de invocar su arco cuando la criatura apareció... -comentaría Santiago, mirando a la pequeña esperando que confirmase ese y otros detalles al respecto.

 -Dado que la rotura es mínima es normal que solo algunos hayan tenido contacto con bestias, aunque lo que hicieran estas ya es algo que escapa totalmente de nuestra comprensión: es la primera vez que escucho de una criatura que no ataca para conseguir esencia... -concluiría Kantoku.

 -Pues vaya mierda de deseo seria pedir repetir un juego solo para ganarlo de nuevo -opinaría Null cuando Kaoru comentó la probabilidad de que el ganador haya pedido precisamente eso.

 -Los anteriores ganadores han pedido deseos más personales, con buenas intenciones pero que nunca han tenido relación como tal con el juego... -comentaría entonces la bartender. -. Ninguno ha querido siquiera saber más de esto al llegar al final...

 En todo caso, parecía que muchas de las incognitas quedarían sin resolver por parte de los presentes. Si bien a Null obviamente no le hacía gracia la positividad que tenían de no tener que preocuparse por el infiltrado, Kantoku sí que se veía algo tranquilo de verlos tan unidos y con ganas de simplemente ir a divertirse.

 -Muy bien: vayan a jugare. Cuando vuelvan seguiremos con el resto -diría Kantoku despidiéndose con la mano.

 Ante la pregunta de Aina, Yuki voltearía el rostro para verla y responder con una de sus mejores sonrisas.

 -¡No se! Lo que surja.

 De ese modo, todos llegaron a la habitación de Karin, dejando a sus guardianes atrás para poder disfrutar de la paz y alegría como niños que eran, encontrando una habitación... completamente igual a las que estuvieron antes, estando básicamente vacías y sin nada con lo que jugar como tal.

Cuando Kantoku dio esa explicación sobre los mundos perdidos, sentí que se me caía el alma a los pies. Agaché la cabeza, alicaída. Si lo que decía era cierto, entonces no había forma de salvarlos. ¿Había estado preocupándome para nada? Pero entonces, recordé algo. Levanté la cabeza y lo miré con suspicacia.

—Pero… el otro día dijiste que nos darías mucha esencia si conseguíamos salvar un mundo perdido. ¡Así que tiene que haber una manera! —¿Nos estaba mintiendo otra vez? Ya no sabía si fiarme de lo que decía. Cuando Santiago me miró, yo asentí—. Sí. Hice aparecer mi arco y disparé. También había una pared que no me dejaba salir. Y la gente pasaba a través de nosotros como si no estuviéramos —expliqué.

Me sentía contrariada. ¿Había una forma de salvar los mundos perdidos o no? Dijeran lo que dijesen, yo no iba a darme por vencida. Pero ahora no tenía que preocuparme de eso. ¡Era hora de jugar! Pero, al entrar en la habitación, me di cuenta de que no había mucho que hacer.

—Bueno… ¿qué hacemos? Podemos jugar al shiritori. A lo mejor podemos encadenar palabras de idiomas diferentes. O si no… al piedra, papel o tijera —Pero con tanta gente sería aburrido—. ¡Ya sé! ¡Al Umanori¹! ¡Para eso no necesitamos nada!

Aquello era, había que admitir, un poco deprimente. Quizá en el fondo, muy en el fondo, Kaoru había esperado una pantalla gigante, una consola de última generación y un juego multijugador (A ser posible, uno violento). Pero no se encontró nada de eso. El cuarto de Karin no era un paraíso único y especial donde aburrirse era imposible. Por suerte, eran niños, lo que significaba que tenían imaginación... y Aina salió al rescate con unas cuantas ideas.

—¿Umanori? No me suena... —murmuró—. ¡Pero venga! ¿¡Cómo se juega!? ¡No! ¿Cómo se gana? ¡No pienso perder ni una vez!

Alzó un puño en el aire. ¡No iba a dejar que el aburrimiento asolara a su nuevo grupo de amigos! Estaba dispuesto a cualquier... no, cualquier cosa no, pero casi cualquier cosa con tal de que se mantuvieran unidos. Y precisamente pensando en que eran sus amigos otra tema asoló su mente y robó su atención.

—¡Ah, otra cosa! —exclamó de pronto, apoyando los puños en las caderas—. Aunque... no tiene que ver. Estoy buscando un nombre. Un nombre de héroe. ¡Ya sabéis! De super-héroe. Como Spiderman, o Batman, o Antman, o Superman, o...

Empezaba a darse cuenta de que los héroes que conocía no tenían nombres muy originales.

—¡Algo así pero diferente! ¡Algo que encaje conmigo! ¿Qué, se os ocurre algo? ¡Más, todos deberíamos tener un apodo único! ¡Una identidad alternativa! ¿Qué os parece? ¿A que es buena idea? ¡Se me ha ocurrido a mi solo!

Lo único que le pudo interesar de lo que decían los demonios era el tema de que podían usar sus poderes en el mundo real. Si no fuera por la enorme responsabilidad que pesaba sobre sus hombros, lo haría sin dudar para librarse de unas cuantas molestias...

Entraron todos en la habitación de Karin y se empezaron a dar nombres de juegos para divertirse. -¡Pues primero jugamos al Umanori! y... Luego podemos jugar al teléfono roto, es divertido también.

Tenía ganas de proponer un juego, así que por qué no. No dudaría en disfrutar el ratito que se les dio para jugar, siendo que los adultos podían optar por mirar o por unirse a los juegos con ellos. Por su parte, invitaría a Kazuya a jugar. De cualquier modo, para todos ese tiempo era un momento de pequeña felicidad y relajación lejos de toda la mierda del mundo real que se les viniera encima. Se negaba a dejar que le arrebatasen este momento bonito con todos los chicos. 

 -Bueno... a salvar mi refería más a darles descanso... No es como que puedan regresar a sus anteriores vidas... -corregiría Kantoku, nuevamente lamentándose de dar respuestas que definitivamente no eran del agradado de Aina ni de nadie.

 En todo caso, podrían olvidarse de aquel macabro juego al ir a la habitación de Karin a jugar otra cosa: naturalmente, no hacían falta aparatos para pasar un buen rato con otros juegos más cotidianos, así como charlar y hacer una que otra propuesta interesante.

 -Conque nombres de héroes... No lo se: la mayoría realmente no parecemos super héroes, ¿no? -opinaría Yuki, pensativo. -. Tal vez se te ocurra el tuyo en uno de esos momentos de peligros donde debes brillar y ser el protagonista.

 -O puedes llamarte Catman -bromearía Marco entre leves risas.

 Pasados los minutos, finalmente saldrían para regresar al bar con los adultos. Todos estaban en lo suyo buscando una forma de distraerse luego de dejarles ir a jugar solos, siendo que Kazuya, Navy, Santiago y Lilith estaban en la barra disfrutando de algunas bebidas, mientras Taro y Lucy parecían intentar hacer funcionar el televisor, con Tobias apartado leyendo el libro "Don Quijote de la Mancha". Kantoku, Lena y Jack también estaban presentes, siendo que el único que ya no estaba era Null.

 -¿Se lo han pasado bien? -les preguntaría Kantoku, ya con su sonrisa de vuelta en el rostro. -. ¡Es hora de que prueben la nueva forma de decidir a donde ir!

 Tras dar un par de aplausos, el televisor en la pared se encendería enseñando no un canal, sino una interfaz similar a una lista con títulos e información.

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- Pensé que teniendo descripciones más detalladas podrían organizarse mejor - explicaría Kantoku.

Lo cierto es que se había divertido mucho con todos los chicos en esa habitación, desde luego había sido un tiempo desenfadado en el cual conectar de manera muy positiva a estas personas con las que tendría que competir y pasar momentos muy malos en las misiones. 

Yuki tenía toda la razón sobre el nombre de héroe de Kaoru, era difícil poner uno pero siempre salían en los comics cuando uno brillaba de poderío heróico.

No le sorprendió nada en absoluto que los adultos estuvieran bebiendo, más bien le sorprendió ver que había quienes no lo hacían. Curioso sin duda. -¿Te crees moderno? Bueno, admito que un poco sí que ha mejorado. 

Mirando las posibilidades que había, señaló la primera -Curse of the Red King (II). Ahí quiero ir, Kazuya, chicos. ¿Os parece bien? Chocó los puños y miró al equipo amarillo, aunque podían hacer otros equipos, después de todo en variar estaba la gracia también. - ¿Nos quedamos con el mismo equipo que la última vez o variamos un poco para conocernos mejor todos? Creo que jugar todos juntos ha sido divertido, podría ser igual en las misiones. ¿No? A lo mejor era muy idealista con esto, pero le parecía absurdo tener que hacer grupos y quedarse con el mismo siempre, siendo que todos podían pasarlo bien con todos. Demostrado estaba sin duda momentos antes en la habitación de Karin.