Partida Rol por web

No me acordaba de que no me gustaban demasiado los sitios pequeños y cerrados y si eso no era suficiente empezaba aburrirme las vistas al exterior de la cabina, aun no estábamos arriba del todo pero no creía que fuesen a mejorar. Exprese un suspiro, mas para aliviar mi ansiedad que muestra del aburrimiento.

Mire al frente en donde se había sentado Laura, parecía nerviosa, lo achaque a la altura. Era cómico ella luchando por no vérselas con las alturas y yo empezando a arrepentirme de haberme metido aquí.

Sentí su mirada sobre mi, hecho que hizo que volviera en mi para obsérvala. Al principio me aguanto la mirada pero luego me evito. Sentí curiosidad…

Nuevamente la cabina se detiene y antes de que pudiese siquiera reaccionar, Laura se levanta acercándose hacia mí. Al principio pensé que se sentaría a mi lado, pero solo se paró frente a mí. Mi primera intención fue decir algo pero aunque ni siquiera sabia que decir no tuve tiempo para pensarlo siquiera. Sus labios se juntaron con los míos…

Me sorprendió gratamente, cuando comenzó a besarme la sorpresa me paralizo apenas un segundo. Pero luego me deje llevar cerrando mis ojos y correspondiendo al beso. La sentí lejos y mientras aun la besaba busque su cuerpo con intención de acercarla a mí.

Cuando conseguí volver en mi misma abrí los ojos y vi como Michael los cerraba y me buscaba con las manos para que me acercara a él. Por unos instantes iba a corresponderle acercándome pero al imaginar cómo podría poner mi cuerpo decidí frenarme un poco. Me arrodillé frente a él mientras levantaba la cara pues en aquella posición quedaba un poco más abajo que la suya. Se notó mucho que aquel era mi primer beso pues mi boca estuvo bastante torpe y temblorosa. A pesar de la vergüenza fue una agradable sensación, tan agradable que no supe hacerle parar.
Mis manos soltaron el peluche, el cual cayó al suelo dejándome sin protección, y se aferraron temblorosas a la camisa de Michael, justo a la altura de su pecho. Tenía la ropa tan mojada que podía sentir claramente cada uno de sus músculos. El corazón me latía tan fuerte que lo podía notar en los oídos y mi respiración se volvió agitada. Sin saber la razón por mi mente pasó el recuerdo de Carla cuando me contó lo que sintió la primera vez que besó a un chico. Me había reído de ella. Nunca pensé que fuese verdad lo que me había contado, aquellas estúpidas mariposas en el estómago no me dejaron en paz, tuvieron que darle la razón a ella. Me separé un poco de su boca para intentar coger aire pues me resultaba bastante complicado respirar mientras le besaba y me quedé mirándole a los ojos mientras cogía aire repetidas veces.

Cuando mis manos alcanzaron apenas a rozar su cuerpo ella se retiró arrodillándose frente de mí. Yo ya me había perdido, la ansiedad por estar en un espacio cerrado desapareció, sumergiéndome completamente en sentir los labios de Laura en mi boca. No me di cuenta cuando soltaron al animal de peluche pero si note como sus manos se aferraron a mi camisa y posteriormente recorrieron mi pecho.

Apenas nos deteníamos intentando recuperar el aliento, breves momentos en los que me atrevía a abrir mis ojos cruzando mi mirada con la de ella, para volver a sucumbir y volver a repetir aquel ritual.

No soportaba aquella postura tan estática para mí, necesitaba acercarme a ella y sentirla también con mis manos. Deje el asiento atrás y me arrodille junto a ella, mientras mi diestra avanzaba hasta su mejilla, la cual recorrí suavemente, acariciando su piel ascendiendo tras su cabeza haciendo que mis dedos se enredaran en su cabello.

Sin embargo mi otra mano tampoco se quedo quieta, esta se poso en su cadera y comenzó a ascender lentamente acariciando su cuerpo por encima de su camisa. El rito continuaba y cada beso iba cobrando lentamente mayor velocidad, incluso me atreví a descender hasta su cuello recorriendo el camino con mis labios.

Michael de arrodilló frente a mí, nuestros cuerpos estaban ahora más cerca y sus manos me acariciaban suavemente. Con cada movimiento de sus manos un escalofrío recorría mi cuerpo de arriba a abajo. La velocidad de nuestros besos iba en aumento y me costaba seguir el ritmo pero llegó un momento en el que nuestros labios se separaron y Michael comenzó a besarme el cuello y un pequeño quejido salió por mi boca dejándome en evidencia. Mis manos recorrieron todo su pecho deslizándose por sus costados hasta llegar a su espalda. Intenté hablar pero ninguna palabra salió de mi boca, me eché un poco hacia atrás para apartar la boca de Michael de mi cuello pues estaba acabando conmigo. Nunca pensé que fuera tan sensible en esa zona. Me quedé mirándole a los ojos mientras me mordía el labio y tragaba saliva -Michael...- dije con la respiración agitada -yo no sé que hacer...o como...- no seguí hablando, en realidad no supe que era lo que quería decir. Apoyé mi espalda en la base del asiento y ni siquiera me acordé de taparme con los brazos. Mis manos se habían quedado en sus muslos cuando me eché hacia atrás y me quedé mirándolos. <Se nota que hace ejercicio...> pensé mientras volvía a morderme el labio para luego volver a mirarle a la cara fijando la mirada en sus labios humedecidos por nuestra saliva.

Se echo hacia atrás e intente seguirla, pero me detuve en cuanto mentó mi nombre. No entendía por qué paraba y aun cuando intentó explicarse sin ni siquiera poder terminar la frase, continúe estando confuso durante un instante más. Pero poco a poco até cabos y recordé conversaciones con ella que me iluminaron el posible sentido de sus palabras, de detenerse…

Sentí sus manos en mis muslos y me fije en ello. Luego subí mi mirada hasta sus ojos.

-Laura…- dije mientras me acercaba a ella, y me detuve cerca de su cara le aparte el pelo de su cara.- solo tienes que dejarte llevar -

Tras aquellas simples palabras me quedé mirándole y por mi mente pasaron las palabras de mi padre"You must avoid the temptation, darling, it's a daemon that changes you and I do not want that for you, my sweet girl." Negué con la cabeza un par de veces <¿cómo demonios voy a... resistir...?> pensé mientras sucumbí nuevamente besando a Michael con más ansia aún. Mis brazos rodearon su cuello y poniéndome nuevamente sobre mis rodillas le empujé un poco hacia atrás pegándome demasiado a su cuerpo.

Por un momento pensé que todo acababa allí pues se había quedado demasiado tiempo pensando, quieta… mientras yo estaba a escasos centímetro de su cara, esperando ansioso volver a besar sus labios e incluso morderlos suavemente….

Pero no estaba más equivocado. Laura volvió a lanzarse hacia mis labios, rodeando primero mi cuello con sus brazos. Entonces no solo sentí sus labios besando los míos, sino todo su cuerpo pegado al mio y a pesar que aun nos separaban nuestras ropas, la tela de su camisa era tan fina que parecía que no la tuviese puesta.

Deje que su empuje me llevara hacia atrás y cayese sobre mí. Y mientras continuaba besándola mis manos volvieron a buscar su cuerpo. Mi diestra se poso en su espalda intentando acércala aun más si es que aun era posible, y a su vez mi zurda se poso en su cadera y bajo lentamente llegando hasta sus muslos.

Michael se echó hacia atrás y caí sobre su cuerpo, por unos instantes me desequilibré pero rápidamente apoyé las rodillas a ambos lados de una de las piernas de Michael con lo que conseguí más estabilidad pero también notar cierta parte cálida de su cuerpo. Hice un ademan de apartarme pero quedó en un pequeño brinco apenas perceptible. Noté como sus manos se deslizaban por mi cuerpo y una de ellas llegó hasta mis muslos, en ese momento noté como la cabina de la noria se tambaleaba y me detuve alejándome un poco para mirar a mi alrededor pero al ver que no se repetía pensé que había sido mi imaginación. Miré a Michael a la cara, desde arriba y sonreí un poco. El color rojo de mi cara no había desaparecido en todo el tiempo que llevábamos dentro de la cabina pero mi pelo se veía algo más seco y revuelto que al entrar. Tardé en darme cuenta de que un lado de mi camisa estaba demasiado bajo y casi se podía ver uno de mis pechos pero en aquel momento me importó bien poco, estaba disfrutando con la imagen de Michael excitado, tanto que no pude hacer otra cosa más que sonreír.

Al colocarse sobre mí, una de sus piernas presionó mi entrepierna, chocando con mi miembro, que sin remedio estaba excitado. El intentar evitarlo solo ocasionó que presionase aun más, pero sin dolor… haciendo que sucumbiese inspirando aire con la boca abierta, sin producir sonido alguno. Como si ahogase el placer de alguna forma, sufrido en un silencio pero inevitablemente no pudo ser contenido de ser expresado en mi cara.

Se alejó de mí, pero sin levantarse aún de encima mía. Quizás había sido por el extraño traqueteo de la cabina… pero no nos estábamos moviendo mucho. Así que supuse que nos habíamos vuelto a poner en marcha, pero no fue así. No le di importancia en aquel momento todo lo que no fuéramos nosotros, para mí estaba en un segundo plano.

Observé como me miraba y desde mi posición veía como parte de su pecho estaba casi fuera de su camisa. Y sin prenda interior que pudiese contenerlo me sentí audaz, quizás por la lujuria de aquel momento. Con ella incorporada sobre mí no me fue difícil imitarla. Me acerque a ella, quizás pareció que me dirigía a su cara, a sus labios... pero mi objetivo era otro. Mi mano se movió y tiró ligeramente de la camisa hacia abajo, haciendo que su pecho fuera liberado por completo y luego, al fin, hundí mi cara en él.

Mis labios tocaron su pezón, el cual, pronto fue capturado entre ellos. Pero no fue lo único pues mi lengua se unió a ellos también rozándolos, así comencé un pequeño juego con mi boca. Mientras mi otra mano rodeaba su cintura para atraerla hacia a mí, la que una vez estuvo en su camisa bajó por su torso deslizándose lentamente hacia abajo.

Durante un momento estuve así, hasta que la cabina violentamente se movió haciendo que se parase cualquier acto. Entonces, unos altavoces integrados en la cabina comenzaron a explicar el suceso.

-Señores clientes, disculpen las molestias. Pero se ha detectado un problema, debido a esto rogamos que mantengan la calma. Pronto realizaremos la evacuación.- Dicho esto la voz se apagó y volvió a sucederse otro golpe violento en la cabina, pero esta vez fue para realizar su movimiento habitual.

Nos estábamos moviendo. No demasiado rápido, pero lo suficiente para que estuviésemos en tierra en unos pocos minutos.

Michael se incorporó, pensé que iba a besarme de nuevo así que cerré los ojos, esperándolo pero no fue en la boca donde sentí sus labios. Sin previo aviso noté como tiraba de mi camisa y comenzaba a lamer mi pecho. Mi primera reacción fue intentar alejar su cabeza porque aquello me resulto demasiado vergonzoso pero mis manos, en vez de alejarle, se fijaron a su cabello mientras empezaba a respirar agitadamente. Aquella respiración fue transformándose poco a poco en pequeños gemidos mientras mi mente se evadía de la realidad y notaba como su mano bajaba por mi vientre.
En aquel momento la cabina se tambaleó fuertemente provocando que Michael se alejara un poco de mí y yo me quejé, quería que siguiera pero al escuchar la voz de la megafonía empecé a darme cuenta de la situación en la que nos encontrábamos. Estábamos muy alejados del suelo colgando de una atracción poco fiable que se había estropeado. En seguida el miedo a las alturas me dejó pálida y automáticamente abracé a Michael con fuerza. Cualquiera habría pensado que quería continuar con aquel juego pero los sollozos que comencé a emitir eliminaron cualquier posible confusión. Se notaba a leguas que el miedo me paralizaba y los únicos movimientos que hice fue clavarle las uñas en la espalda mientras comenzaba a temblar.
La cabina volvió a temblar, mi agarre se fortaleció un poco más pero la noria comenzó a moverse poco a poco y me relajé ligeramente, lo suficiente como expresar con palabras el miedo que sentía entre sollozos -E-Estoy... asustada...- nada más soltar aquellas palabras me avergoncé pues sonó como si fuera una niña pequeña pero poco me importó en aquel momento. Hundí mi cara en su cuello para evitar mirar a mi alrededor y su olor me tranquilizó un poco más.
La cabina no paraba de temblar mientras avanzaba, a veces tan bruscamente, que quedábamos momentáneamente en suspensión.

Para mi la voz no me anunciaba nada y tampoco me importaba mucho. No era que no le concediese la gravedad que requería el asunto. Pero mi mente nublada por los actos anteriores me impedía ver que tenía mayor importancia.

Laura se había separado y yo deseaba continuar. Cuando en un intento de acercarme a ella nuevamente, ella se abalanza rápidamente a mí agarrándose en un abrazo más fuerte de lo normal. Me extrañó que actuara así, pero lo pase por alto. O lo habría hecho de no ser porque comenzó a sollozar.

No lograba entender por qué se comportaba así, pero no importó mucho el intentar comprenderlo… sus uñas se clavan en mi espalda y aunque no proferí ningún sonido hizo que me erizara y mis ojos se abriesen por el dolor. Y volvió a aferrarse aun más fuerte nuevamente con la siguiente embestida de la cabina. Esto me estaba despertando del sopor de los actos anteriores y por suerte se detuvo, aunque la quemazón duro más tiempo.

Escuche sus palabras y no supe que decir. Luego su respiración acaricio mi cuello junto a su rostro. Algunas tonterías acudieron a mi mente, pero prefería acallarlas. En cambio libere mi mano apresada entre nuestros cuerpos y junto a la otra la rodee abrazándola intentando que se calmase.

El trayecto duro varios minutos más incluso llegamos a detenernos un par de veces. Pero al final en nuestra última parada el hombre encargado de la atracción abrió la puerta para permitirnos salir de allí. Realmente no había pasado mucho tiempo y nuestras ropas apenas se habían secado pero al menos ahora éramos libres de aquel lugar. Intenté levantarme junto a Laura y una vez en pie avancé junto a ella para salir de allí.

Noté como Michael me abrazaba y aquello me tranquilizó mucho. Por unos instantes pensé que se iba a reír de mi por sentir aquel miedo irracional tan de repente pero no fue así. Quedó callado calmándome hasta que la noria se detuvo y pudimos salir fuera, e incluso me ayudó a levantarme. El revisor de la noria nos miró con la misma sonrisa que antes al ver mi pelo completamente revuelto, miré hacia abajo esperando ver mi pecho al descubierto pero no fue así, al parecer Michael había vuelto a colocar la camisa en su sitio antes de ayudarme a salir de allí. Nuestras ropas aún estaban mojadas pero ya no transparentaban tanto como antes por lo que ignoré las miradas curiosas de los transeuntes. Nos sentamos en un banco por detrás de la noria, un lugar por el que no pasaba mucha gente y por suerte el cielo comenzó a despejarse dejando salir algunos rayos solares que nos calentaron la piel. Miré a Michael sonrojada e intenté hablar pero estaba tan avergonzada que apenas pude tartamudear cosas sin sentido -Siento haberme comportado como una niña...- comencé a decir -pero cuando imaginé que podíamos caernos... desde tanta altura...- me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo y miré al cielo pensativa.
De pronto la voz de un hombre se escuchó a nuestra espalda y miré hacia atrás. Era aquel hombre repulsivo de la noria, le ignoré y volví a mirar hacia delante pero en seguida me giré nuevamente pues me di cuenta de que tenía en la mano mi osito negro, se nos había olvidado. El hombre llegó hasta donde estábamos y me ofreció el osito diciendo -Si fuese un bebé ya os habrían denunciado- y seguidamente se marchó riendo. Abracé al oso con cariño y suspiré aliviada mientras sonreía.

Avanzamos en silencio hasta un banco cercano a la noria. Allí Laura intento disculparse, escudándose a través de su miedo. No quise responderle a eso, en parte lo entendía. Recordé como a mi los sitios cerrados me ponían un poco nervioso. Aquello hizo que me recorriese un escalofrió a lo largo de la espalda.

Observe a Laura durante un momento pero en cuanto me atreví a abrir la boca el encargado de la noria me interrumpió antes incluso de empezar a decir nada.

Su comentario me pareció gracioso, al principio no reaccioné pero luego estalle en carcajadas agravándose encima por el cariño que le profeso Laura al peluche. Tardé un poco pero me acabe calmando. Me levante y me puse enfrente de ella.

-Laura, recuperemos nuestras cosas- Luego extendí mi mano hacia ella.

La carcajada de Michael me sacó otra sonrisa y mientras le miraba de reojo volví a abrazar fuertemente al oso de peluche. Aún seguía algo desconcertada por los hechos recientes pero me sentía extrañamente feliz. En frente del banco donde estábamos sentados no había más atracciones, solo una verja bastante alta y por detrás un pequeño parque donde algunas personas paseaban a sus perros. Desde mi posición podía ver que justo en el centro de allí había una pequeña fuente apagada y a su lado, un reloj, cuya estructura era negra, que marcaba las cinco menos cuarto de la tarde. <A estas horas padre debe estar preparando el té...>pensé mientras mi mirada se perdía en la distancia. Las palabras de mi padre volvieron a mi mente mientras miraba al cielo y sonreía nuevamente. Nunca imaginé que me sintiera tan bien sabiendo que le había desobedecido <tal vez no es tan malo cambiar un poco...> pensé mientras volvía a mirar a Michael de reojo y me sonrojaba. Entonces él se levantó para ponerse frente a mí tendiéndome la mano para ir a buscar nuestras cosas. Me hice la remolona, se estaba tan a gusto en aquel banco al sol que no quería levantarme. Cogí su mano pero no me levanté -¿Sabes? dentro de poco sería la hora del té... pero como sé que a tí no te gusta...- dudé un momento mientras me mordía la lengua, un gesto casi imperceptible -¿Qué sueles hacer por las tardes para pasar el tiempo?- pregunté

Aquel comentario me hizo devanarme los sesos, quizás solo se trataba de una simple curiosidad o quería ir a cumplir esa tradición heredada por su parte inglesa, o… Fuese cual fuese el motivo o la intensión, ella permaneció sentada aunque me diese su mano.

Sin siquiera pensarlo, tiré de ella obligándola a levantarse y pegarse a mi.

-Cualquier cosa para divertirme…- comente con un tono pícaro tratando de incitarla a pesar cualquier cosa pervertida que se le pudiese ocurrir. Espere un momento y luego me rei.- No suelo planear lo que voy a hacer…- me calle un momento, pensando en algunas cosas que halla hecho en el pasado- como practicar deporte, leer… aunque eso lo suelo hacer mas por la noche, me encanta leer por la noche- me detuve antes de seguir perdiéndome volví mi mirada a sus ojos.-... o también lo primero que se me ocurra… ¿Qué es lo primero que se te ocurre Laura?-

Aquel tirón hizo que  me quedara demasiado cerca de Michael y junto a sus palabras consiguió avergonzarme. En aquel momento no pensé en nada inocente, como podría haber sido el caso, sino todo lo contrario <no puedo, no puedo... es una primera cita... por favor... si hasta hace unas horas ni le conocía...>Me mordí el labio mientras le miraba de reojo <¿qué hacer... que hacer?> Carraspeé nerviosa mientras daba un pequeño paso hacia atrás -Bueno...no sé... siempre podemos... p-pasear...-quedé pensativa un par de segundos-detrás de ese parque...-dije señalando el parque que estaba detrás de la verja metálica -...hay una buena librería... si quieres podemos pasear un rato y luego pasarnos...-sonreí inocentemente para luego añadir -si te apetece un libro, yo invito-

Tarde un momento en decidirme, cuando al fin lo hice volví a tirar de ella pues a pesar de dar aquel paso atrás no se había soltado de mi mano.

-Al parque pues…- Comenté, culminando en una sonrisa. Acto seguido me dispuse a irme de allí, pero me detuve.

Para poder llegar al parque había que dar toda la vuelta saliendo nuevamente del parque de atracciones. No estaba seguro de cuando cerraba el parque y no quería arriesgarme a dejar mis cosas aquí dentro. Gire y fui hacia las taquillas para recuperar nuestras pertenencias. No importaba comentárselo el lugar estaba a plena vista y en cuanto las viese vería mis intenciones.

Una vez recuperadas nuestras cosas, si me dirigí a la salida.

-Bueno Laura volvemos a lo de antes,… dejo mi cuerpo en tus manos-Le sonreí y deje que ella me guiara. Luego pensé si no estaba siendo un poco pesado con mis bromitas, pero despache esa idea… quizás más por darme seguridad a aceptar esa posibilidad.

Correspondí a su sonrisa cuando aceptó ir a pasear y emprendimos la marcha hacia las taquillas para coger nuestras cosas. En la taquilla había dejado el móvil y un tarjetero donde guardaba algo de dinero y el dni. Solté la mano de Michael para recoger mis cosas y cuando miré mi teléfono móvil vi que tenía unas llamadas perdidas de mi madre pero las ignoré <aún es muy temprano...> pensé mientras lo apagaba. Una vez habíamos recogido nuestras cosas nos dirigimos a la salida y me reí a carcajadas cuando dijo que su cuerpo estaba en mis manos -tranquilo... tu cuerpo está en buenas manos- dije algo sonrojada siguiendo su broma. Una vez habíamos salido del parque de atracciones andamos unos cuantos metros y entramos por el camino de tierra que llevaba directamente a la fuente central.
Los pájaros cantaban en los árboles que tapaban casi el cielo por encima de nuestras cabezas el cual estaba bastante nublado. Algunas personas paseaban a sus perros en el terreno con césped a pesar de que había carteles que lo prohibían y otras personas hacía footing mientras escuchaban música. Se respiraba mucha tranquilidad en aquel lugar si no contábamos los gritos que se oían procedentes de las atracciones del otro lado de la valla. No supe de qué hablar así que me limité a tararear alguna melodía que le venía a la cabeza mientras andaba con las manos enlazadas a mi espalda.

No hacia una tarde tan agradable, con el cielo encapotado y empezando a hacer mas fresco. Solo hacia que al tener las ropas húmedas hiciese que el frio fuese más fiero. Y a pesar del tiempo, Laura parecía bastante feliz canturreando alguna canción que no conseguía reconocer.

Estuvimos caminando durante un buen rato sin intercambiar alguna palabra, el silencio siempre me hacia sentir incomodo, pero esta vez no sabia que decir.

El tiempo pasaba y la gente poco a poco iba abandonando el lugar mientras paseábamos. Pronto me cayeron en la nuca sintiendo como recorriera mi cuello escurriéndose al interior de la ropa. Aquello me provoco un escalofrió y por simple y puro instinto mire al cielo.

-Parece que hoy no podemos huir del agua…- dicho aquello una gota cayo en mi ojo, provocándome el apartar la vista rápidamente del cielo.

Del cielo comenzaron a caer gotas de agua cada vez más fuertes -¿Es una broma verdad?- dije cuando varias gotas me cayeron en la cara al mirar hacia arriba -cierto... no nos libramos del agua...- dije algo molesta. Entonces recordé qeu había un sitio donde podíamos refugiarnos momentáneamente de la lluvia, la cual iba en aumento. Agaché la cabeza y cogí la mano de Michael para luego tirar de él. Empezamos a correr hasta llegar a una pequeña mesa cubierta con sus respectivos bancos, parecía un lugar bueno para cubrirse siempre que nos sentáramos encima de la mesa. -aquí no nos mojaremos... o eso espero...-Sin tardar me senté sobre la mesa con los pies en el banco y sonreí ámpliamente esperando a que Michael hiciera lo mismo.