Partida Rol por web

Al terminar mi pregunta vi como ella estaba balanceándose en la silla intentando ver si seguía entre los vivos. Aquello me saco una sonrisa.

-me alegro de que te parezca simpático –no pude contener una carcajada.- y también de que te hallas divertido…pero, apenas hemos estado en el parque.- Me apoyé sobre la mesa y me acerque un poco. – ¿Que te parecería si cuando terminemos aquí volver? aun hay muchas atracciones que probar y algunas de la que te dan miedo te están esperando- conteste con cierto tono de falsa malignidad. -Aunque siempre podemos dar un paseo-

Espere a su respuesta y esta vez si me quede allí mirando a sus ojos.

Miré a Michael a los ojos cuando se quedó mirándome y luego desvié la mirada hacia arriba pensativa. -Estaría bien volver al parque- dije sonriendo -hay una atracción que me gustaría probar- sonreí aún más para luego coger un trozo de pizza, la cual ya estaba a una temperatura agradable, y darle un mordisco. Estaba deliciosa. -aunque quizás...no, vayamos, será divertido- dije sonriendo de lado. Aquella expresión se parecía a una que hacía él y me avergoncé al darme cuenta de que le había imitado por unos instantes. Me reí y volví a darle otro bocado al trozo de pizza.

-Ohh… muy interesante. Ya estoy deseando volver- contesté en cuanto ella termino sus palabras. Sentí mucha curiosidad por saber a cual se refería, pero tenía la sensación de que aunque preguntara no revelaría nada y me gustaba la idea de que fuese una sorpresa.

Seguí comiendo hasta acabar con aquella deliciosa comida las ganas de volver habían alimentado mi velocidad de ingerir aquella comida y en cuanto la acabe me sentí un poco pesado. Pero a pesar de ello estaba felizmente lleno.

Laura era realmente lenta, así que decidí molestarla un poco y mientras ella comía yo estaba apoyado sobre mi mano, mientras parte de mi cuerpo descansaba contra la mesa. Simplemente me quede observándola sin mencionar palabra alguna, incluso sonriendo.

Una vez que ambos habíamos terminado, pedí la cuenta. Sin embargo, para nuestra sorpresa o al menos la mía. La camarera Carla nos brindo con los gastos pagados de aquel almuerzo. Me quede sin palabras…

Michael se terminó la pizza bastante rápido pero a mi me fue imposible. Aparte de que me daba vergüenza comer delante de él, normalmente solía comer despacio, disfrutando cada bocado. Me puse cada vez más nerviosa porque no me quitaba la mirada de encima pero al final terminé de comer y nos levantamos a pagar. Carla nos había regalado la comida y le miré mal por ello, sin embargo se limitó a sonreírnos mientras nos despedía con la mano. -vámonos...- le dije a Michael tirando de la manga de su camisa mientras avanzaba hacia la puerta. Cuando salimos del restaurante solté su camisa y refunfuñé mientras seguía avanzando -bueno... no perdamos tiempo, vamos rápido la tarde es más corta de lo que parece...- dije mientras aceleraba el paso. Realmente me había cabreado que Carla nos pagara la comida pero eso era algo que arreglaría con ella en otra ocasión. 
El camino de vuelta fue mucho más rápido y llegamos enseguida. Entramos por la puerta del parque y nadie nos lo impidió cuando enseñamos la entrada, pues era válida para todo el día. No tardamos en llegar a una pequeña montaña rusa. A simple vista no parecía muy alta pero era visiblemente compensado por el echo de que era acuática y el trayecto se repetía varias veces. Sonreí ampliamente mientras miraba a Michael de reojo -¿No te importará mojarte un poco?- luego señalé a la caseta donde se compraban las entradas, nuestra entrada valía para todas las atracciones pero no fue por eso por lo que señalé a aquel lugar -¿te apetece comprar un chubasquero?- dije sin borrar la sonrisa de mi cara. -Podemos dejar los móviles en las taquillas- señalé hacia ellas y volví a sonreír esperando una respuesta.

Pareció que el trayecto de vuelta fue mas corto. Una vez dentro y delante de la atracción se me iluminaron los ojos. Su primera pregunta la conteste con la mirada, estaba mas que claro que quería subir un poco de agua no me echaría atrás.

-¿Un chubasquero?- me extraño pues ya había montado en otras similares y sabia de sobra que no servirían de nada.- No, gracias. No sirven para nada… -sonreí antes de decir- yo por mi parte iré... digamos que a pelo- Me reí de aquella ocurrencia entreviendo las malas interpretaciones, pero luego ajeno ya al chiste, lamenté no haber traído otra muda de ropa. Sin duda terminaremos empapados para el resto del día.

En cuanto acabe de decirle aquello simplemente le agarre la mano y la arrastré hasta las taquillas para dejar nuestras pertenencias, y luego…

-ya sabes mi opinión los primeros disfrutaran más-

Me reí a carcajadas cuando dijo que los chubasqueros no servirían para nada pero le dí la razón con la mirada. Fuimos a las taquillas a dejar las cosas que pudieran estropearse con el agua, guardamos todas las cosas en la misma taquilla y amarré la llave a mi muñeca. No había mucha cola pues el día no era muy soleado y las atracciones de agua cuando el cielo estaba nublado no eran muy populares. -vale, esta vez no voy a negarme, nos ponemos en la primera fila- dije sonriente una vez llegamos a la atracción. Ya había empezado a moverse la atracción cuando me di cuenta de que pasaría vergüenza... llevaba una camisa blanca... pero ya no había remedio. 

Mi predicción se hizo realidad en el primer momento que el vagón se guía por el primer descenso se crea una ola que choca contra nosotros empapándonos y si eso era poco parte del recorrido consistió en añadir un poco mas de agua por si aun quedaba alguna parte seca mezclándose con los gritos de los pocos que se habían subido.

Realmente el recorrido era corto y no tan emocionante como cualquier otra atracción similar como la montaña rusa, pero el subidón de adrenalina y el sufrir con el agua helada al tocar la piel frente a los cambios de velocidad fue mas que suficiente.

Cuando al fin se detiene y nos toca bajar puedo sentir como la ropa se ha pegado a mi cuerpo para mi suerte solamente hacía más evidente un cuerpo trabajado a partir del ejercicio casi diario. Pero para Laura con aquella camisa blanca supuso el mostrar más de lo que quisiese de sus atributos femeninos. Algo de lo que no pude apartar la mirada dejando en mi rostro una sonrisa congelada.

La pequeña montaña rusa se me antojó tranquila en comparación con la anterior pero el agua congelada que empapó mi cuerpo me hizo desear que acabara pronto, hacía frío. Al bajarnos, la mirada fija de Michael me llamó la atención y miré hacia abajo para darme cuenta de que mi camisa se transparentaba demasiado, mal día para no llevar sujetador. <Maldición...>pensé mientras me tapaba con los brazos. Era demasiado evidente que me estaba tapando para ocultar mi cuerpo y, como de momento Michael era el único que me había visto en aquel estado, me pegué a su pecho ocultándome así de posibles mirones. La vergüenza que sentí coloreó por completo mi cara e incluso mis orejas pero oculta de aquella manera apenas se podían ver. No pensé en lo que podía pensar Michael de mi al acercarme de aquella manera, solo pensaba en que no quería que me viera más gente, al fin y al cabo no podría borrar ya aquella imagen de su mente pero podría evitar que alguien más me viera.

Noté como no era el único que la observaba, tras de mi las miradas parecían unirse a un solo punto y si yo estando tan cerca podía notar el calor de esas miradas lascivas no podía alcanzar a imaginar lo que sentiría Laura en ese momento.

Como era evidente se tapó lo más que pudo con sus manos pero aquello no borraría lo que había visto ya, tanto yo como el resto de gente. Su cara había tomado colores rojizos y mientras mi cara al fin comenzaba a volver a la normalidad, adquiriendo un gesto más serio combinada con las mejillas coloradas. Ella se acercó a mí…

Al principio no supe que hacer, pero luego de unos segundos con ella apoyada sobre mi pecho, mis brazos se movieron solos rodeando su cuerpo… abrazándola de manera inconsciente con mi cabeza apoyada sobre la suya. Y aun abrazados mi mente me traiciono.

-Si notas algo es el móvil…- Y quizás si notaría algo…

Al notar los brazos de Michael rodeándome me separé un poco para intentar mirarle pero me fue un poco complicado. De reojo pude ver como apoyaba su cabeza en la mía y me pareció un gesto agradable, el frío fue desapareciendo poco a poco y la vergünza fue menguando. Pero una corta frase de Michael volvió a sacarme los colores e intenté alejarme para mirarle a la cara y así comprobar si estaba de broma nuevamente pero me fue imposible alejarme de su cuerpo. Moví las manos para apoyarlas en su pecho y empujé pero aquel movimiento hizo que Michael apretara más su agarre pegándome casi por completo a él. Aquello no era el móvil. Mi cara enrojeció nuevamente hasta el extremo -M-Michael...- conseguí decir de manera entrecortada -...el móvil está en la taquilla...- aquella frase me hizo gracia y tuve que contenerme mucho para no empezar a reír por aquella situación. Quedé en silencio un par de minutos sin moverme esperando alguna reacción de su parte.

En cuanto intento alejarse de mi sin saber porque fortalecí mi agarre, obligándola a no moverse… hacia tanto que no lo hacia con nadie que mi cuerpo había reaccionado casi al instante. De mis labios únicamente pudo salir una palabra que apenas supero el ser un susurro.

-No…-

No podía dejar que se moviese, e incluso aunque en cualquier otro momento me habría hecho gracia aquel chiste el bochorno que sentía me evito el tener que aguantar la risa o simplemente liberarla… por el momento solo se me ocurría quedarme lo mas quieto posible hasta que la situación se enfriase.

Y aunque así permanecí mi boca logro formar los siguientes vocablos.

-Lo siento-

Al escuchar como se disculpaba sentí vergüenza, aquella situación se había dado por mi culpa, tenía que haberlo previsto y comprar un chubasquero para, al menos, poder  taparme -N-No t-tienes que disculparte...- la frase sonó un poco ahogada porque aún tenía la cabeza pegada a su pecho -ha...ha sido culpa mía...- una pequeña sonrisa se pintó en mi cara al pensar mejor en la situación en la que estábamos. Realmente no supe si llorar o reír así que opté por la última opción -otra vez parece una escena de película... una comedia esta vez...- dije para intentar quitarle hierro al asunto -¿quieres que me aleje un poco?- dije después de estar un rato callada.

Aquella situación la presentía como tensa y a pesar de sus intentos por aliviar el ambiente entre ambos no hizo efecto ninguno al menos en mí. Y su pregunta solo me hizo ponerme más nervioso.

No conteste a su pregunta, no sabia lo que quería. Pero si sabía que no podría mantenernos pegados durante mucho más tiempo. Habría que aceptarlo… Deje que mi abrazo perdiera su fuerza, y me aleja apenas medio paso de ella. Aun estábamos demasiado cerca, pero al menos no estábamos unidos.

Al bajar mis brazos no supe que hacer con mis manos o con mi propia circunstancia, ocultarla o no. Con mi cara aun roja no pude más que mantener rígidos mis brazos a mis costados, esperando que ella dijese algo.

No recibí respuesta de parte de Michael pero se separó un poco de mí dejándome ver su cara completamente roja al igual que la mía. Procuré no bajar la mirada para no ponerle más nervioso aunque en realidad me picaba la curiosidad. Mis manos seguían tapando mi pecho pero sabía que aquello no ayudaría en la situación. No es que yo me creyera muy atractiva pero en mi mente se dibujó la escena como si realmente fuera una película: Chica completamente empapada con una camisa muy poco fiable, transparente mientras se agarra los pechos delante de un hombre. La situación era realmente tensa pero no quise darle la espalda pues así me verían las otras personas. Decidí intentar ayudar, tapándome con una sola mano puse la otra tapando sus ojos -Mantén tus ojos cerrados...- dije en un susurro -intenta olvidar esta situación... piensa en otra cosa... no se...imagina que soy la puta niña de la casa del terror... con la piel podrida y la mirada de odio...- me dio un escalofrío al pensar en ello y deseaba estar ayudando a Michael...

Cogí su mano y la aparte de mi cara. Su intensión era ayudar pero...

-¿Pero que estas haciendo?- No se si con ello ayudaría algo pero sinceramente me había dejado trastocado y mi cara ahora mostraba una completa confusión. No espere una repuesta a mi pregunta.

Aun el agua seguía escurriéndose de las ropas, pelo,… incluso a nuestros pies se había formado un pequeño charquito. Además hacia ya rato que la gente había pasado de nosotros y volvía a sus asuntos.

-Hagamos como que no ha ocurrido nada- propuse con un tono de duda en mis palabras.- Ahora estoy en blanco… ¿Qué te parece si nos ocultamos?- señale en dirección a la noria. Una gran e impresionante noria.

Cuando Michael retiró mi mano de su cara sonreí un poco pero cuando dijo que nos moviéramos sujeté su mano con fuerza para que no empezara a caminar sin mí y aunque asentí con la cabeza a su propuesta de ocultarnos no pude evitar preguntar con cara se sufrimiento -¿cómo voy a llegar allí sin que todo el mundo me mire?- Es cierto que la noria no estaba muy lejos de allí pero aún así la vergüenza que sentía era demasiado grande para moverme. -Tal vez podríamos... ¿correr? no, mejor no... llamaríamos la atención...- dije colocando mejor mi brazo para que no se me viera nada. Entonces tuve una idea cuando mi mirada se cruzó con un pequeño puesto de peluches a pocos metros de donde estábamos -Tu... que estás más presentable...- empecé a decir mientras le miraba a los ojos -¿podrías ir a ese puesto... y comprarme un peluche para poder taparme?- dije casi suplicando mientras le soltaba la mano y me tapaba con los dos brazos -...a ti no se te ve nada...- dije mirándole de arriba a abajo -yo... me quedaré allí... sentada...-dije señalando con la cabeza a un banco cercano -¿Me harías ese favor?... por favor...- intenté darle pena con mi expresión, tal vez así conseguía que me hiciera el favor.

Iba a comenzar a moverme cuando me sujetó con fuerza impidiéndome irme. Parado frente a ella, asentí hacia su primera pregunta. Tenía razón, sería difícil para ella y en aquel momento no tenía la mente muy por la labor de buscar alguna solución.

Fui a contestar pero ella misma negó su propia propuesta, luego al fin me hizo aquella petición. No hizo falta que me rogase tanto e incluso me forzó una media sonrisa en mi rostro que quería contener, sobre todo cuando su mirada me recorrió.

Era irónico que siquiera dijese que no se me vería nada, era cierto en parte pero también era evidente que el bulto en mis pantalones reflejaba la felicidad de alguien de ahí abajo. Aquel pensamiento casi me hace soltar una carcajada que termino en una leve sonrisa.

-Claro,…- sonreí, no podía negarme entre ruegos y esa mirada. Prácticamente me obligo a ello aunque no me fuera a negar en un principio. Fui a darme la vuelta pero me detuve.- ¡Espera!, la llave... deje mi cartera en la taquilla.- Alargué mi mano, pero me detuve. Deje que ella misma acercara su brazo a mí para poder desatar la llave que colgaba de su muñeca. Al fin con ella fui hasta las taquillas a recuperar únicamente mi cartera y de allí hasta el puesto de venta.

Al llegar vi de todo, había hasta seres extraños que ni siquiera reconocía que eran. No quería complicarme, pero decidir entre tantas cosas era sin duda como siempre difícil, por suerte los peluches mas grande solían ser de los que menos variedad había. Aunque el uso era otro al menos quería alguno que fuera mono… mi mirada se poso en un “osito” de peluche de pelaje negro con un lazo rojo en el cuello. Ya no hubo dudas…

Cuando volví pude ver desde lejos a Laura sentada en el banco intentando ocultarse tras sus piernas, agarrándose a ellas. Por un momento pensé que solo quería hacerse más pequeña para pasar desapercibida.

Me presente delante de ella con el oso-regalo a mi espalda, me dio por hacer la tontería. Quizás era para liberar la tensión del último suceso o solo porque no pude evitarlo… ni yo mismo me entendía a veces.

-Espero haber elegido bien, fue verlo y rápidamente mi instinto me dijo que este tenía que ser para ti…- Sonreí y le mostré el gran osito, esperando ver su reacción.

Tras mis ruegos conseguí que aceptara y yo le agradecí con una amplia sonrisa. cuando se iba a ir se detuvo de golpe y me pidió la llave, yo le tendí la mano para quela cogiera y con la misma se fue hacia las taquillas para seguir hacia el puesto de peluches.
Una vez Michael se había ido, avancé hacia el banco y me puse de pie en él para luego sentarme sobre mis talones. Abracé mis piernas con fuerza y oculté mi cara entre las rodillas, nunca había sentido tanta vergüenza en toda mi vida. No pasó mucho tiempo antes de que Michael volviera. Levanté poco a poco la cabeza y me avergoncé al notar como mi mirada se fijaba en cierto punto. Rápidamente levanté la cabeza para mirarle a la cara y sonreí algo nerviosa. Parecía llevar el peluche a la espalda, sentí curiosidad pero esperé paciente a que me lo mostrara. Mis ojos se iluminaron al ver el precioso osito negro que me había comprado, me quedé sin palabras durante unos instantes paseando la mirada entre Michael y el osito consecutivamente.-¿De verdad?- dije poniéndome en pie sin dejar de taparme con las manos -¡Me encanta!- una radiante sonrisa se pintó en mi cara mientras miraba a Michael a los ojos. Cuando iba a coger el peluche me di cuenta de que acabaría mojado y sentí pena pero al fin y al cabo ese era su objetivo. -muchísimas gracias Michael, los ositos son mis preferidos- dije mientras cogía al peluche entre mis brazos, lo apretaba fuertemente y frotaba mi mejilla contra su cabecita. Le miré un par de minutos con la cara colorada para luego desviarla y empezar a caminar hacia la noria. -vamos vamos... todavía tenemos que escondernos...- dije mientras avanzaba.

Me alegré de que el regalo le gustase parece que mi instinto no me falló. Además aunque no hice ademán de mostrar de darme cuenta, vi como ella se fijaba en cierta parte de mí. Entre una cosa y la otra, una sonrisa algo picara me acompaño todo el trayecto hasta la noria.

Apenas tuvimos que hacer cola, había muy poca gente interesada en subirse a una hora tan temprana. Fuese cual fuese el motivo, fue llegar y montarnos. No sin antes ver como el hombre que se ocupaba de la atracción sonreír, con una sonrisa que dejaba entrever sin problemas sus pensamientos pervertidos.

Al fin dentro de la cabina, me acorde de los problemas con las alturas de Laura y fue entonces cuando pensé que quizás no era tan buena idea estar allí metidos. Por fortuna nos toco solos y pronto comenzamos a ascender lentamente haciendo paradas de largos minutos cada pocos metros avanzados.

El silencio volvió a apoderarse de mi voz…

Michael estuvo callado todo el camino hasta la noria pero aquella extraña sonrisa pintada en su cara hizo que me diera cuenta de que sabía a donde había mirado pocos minutos antes. Al entrar a la noria estaba completamente roja, no solo por la sonrisa de Michael sino porque la mirada que nos echó el hombre de la noria. Al entras me senté en frente de Michael y dejé la mirada fija en el suelo. Por mi mente pasaban tantas cosas que no supe que decir. El silencio se hizo dentro de la cabina mientras yo apretaba el peluche contra mi pecho e intentaba no mirar por la ventana. Tras un largo silencio miré a mi compañero a los ojos con las mejillas aún rojas y aunque no se notó porque el peluche estaba delante de mi boca, me mordí el labio. <Debo de agradecérselo de alguna forma... es tan bonito... un gracias no basta... pero qué pueso hacer...> pensaba mientras evitaba mirarle a la cara <él siempre saluda con dos besos, un beso en la mejilla sería algo normal para él no significaría nada... ¿y un abrazo? no no no estoy más mojada que él y vinimos aquí para secarnos... bueno... solo queda una forma de agradecimiento...> En una de las veces que se paró la noria me levanté y me situé delante de Michael mirándole aún con el osito entre mis brazos pero no me quedé así mucho rato porque en cuanto obtuve la valentía que me faltaba me agaché y le besé en los labios. Al principio iba a ser un beso pequeño a modo de agradecimiento pero mi mente se nubló por unos instantes y permanecí así más tiempo del que tenía planeado.