Partida Rol por web

No se esperaba que Hogward la cargara, por lo que Stella soltó un pequeño chillido de sorpresa. Estaba alterada y también estaba llorando, por lo que no tuvo mucha cabida para sorprenderse.

Todos tenían sus propios problemas, pero también estaban dispuestos a ayudar a Waltz y Réamann, eso la alivió. No lo suficiente, pero al menos un poco. Sin embargo, tampoco quería que sus compañeros se pusieran en peligro..., al final estaba en un pequeño hándicap. 

La chica estaba hecha un manojo de nervios y, apenas cuando Delora la ayudó, pudo ordenar sus ideas para, tanto darle las gracias a ella, como a Hogward. Tomó el ungüento que Delora le había dado, metiéndolo en el bolsillo de su delantal.

Escuchó en silencio las instrucciones que les había dado a Delora, miró a Hogward y a Fiorella un momento. Seguía alterada y lloraba un poco, pero entre todo su desorden emocional, pudo preguntar algo al peliblanco.

—Conall... ¿él...? —no era el momento para pensar en él, pero no podía dejar de hacerlo.

Indiferentemente de lo que el peliblanco contestase, Stella estaba lista para partir con sus dos compañeros.

Hogward se quedo al margen de todo lo que sucedía en el grupo de heridos. Gracias a Dios el estaba sin ningún rasguño, sin embargo, aun podía sentir sus manos temblar. No quería que el resto se fijara en él, ya tenían demasiados problemas con los que lidiar, por lo que el chico se agarro las manos tratando, aunque sea un poco de calmar su conmoción.

Estuvo todo el rato callado e inmerso en sus propios pensamientos y solo cuando Delora menciono su nombre volvió a la realidad. Al escucharla, no pudo evitar estremecerse. Según lo que dijo Stella, los dos a los que lo mandaban a buscar estaban en aun peores condiciones que los heridos que tenían ahora. Hogward no quería tener nada que ver con ellos, pero tampoco quería quedarse. Su mirada no paraba de dirigirse a la cabaña de la que había salido. Había dejado a Faye desmayada en la mesa y no quería estar ahí cuando despierte. Así que haciendo un rápido análisis de lo que menos le alteraba decidió ir con el "grupo de rescate", por lo que con un rápido asentimiento acepto la idea de Delora. 

Cuando Stella le preguntó sobre su hermano, Hogward se encogió de hombros -No lo se, la niebla interpuso antes de lo que alcanzara- dijo sin darle muchas vueltas. Sentía que si volvía a rememorar lo que había pasado hasta ahora volvería a turbarse.

Antes de partir, Hogward saco una hoja de papel y garabateo un "Gracias por lo de antes y siento mucho lo de después". Luego entró en la cabaña dejo la nota en la mano de Faye para después salir lo mas rápido de lugar y pararse en el camino hacia los otros heridos -¿Nos vamos?- pregunto a los otros, tratando de mantener un voz desinteresada, para ocultar su inquietud.

Al final todo parecía haberse decidido de un modo extraño. Una parte de sí se preguntó si el motivo por el que le dejaban fuera de aquella misión suicida era que le veían un pusilánime o acaso que lo consideraban más fiable para quedarse con los heridos. fuera como fuera, la verdad era que no le importaba quedarse rezagado. Si algo tenía claro, a pesar de lo sucedido, es que Alain Blue no era ni nunca sería un héroe.

Miró a Claire, en el suelo, apartándole un mecho del rostro antes de examinarle la herida. Pero había demasiada tela sangrienta, a la par que sus manos tapando la herida. Además, no era la única herida del lugar.

- Delora - se quedó en silencio. Durante un segundo quiso reprocharle todo y hacerle ver cómo él había tenido razón al no desear ir en aquella misión suicida. Pero no. No sabí así se había quedado sin ganas de protestar o sencillamente no era el momento, pero simplemente las palabras no acudieron a él. Así que en su lugar, suspiró para decir -. No tengo ni idea de sanación pero, ¿hay algo que podamos hacer por ella aquí, mientras no nos vamos?

Se quedó un poco sorprendida cuando Delora dijo que sería peor dejar a Alain solo con Claire pero no hubo tiempo para hacer preguntas. La situación apremiaba y era necesario que saliesen cuanto antes a buscar a sus compañeros. La bruja explicó como estaban las cosas ahí fuera mientras los agrupaba a todos. Se quedó un poco desconcertada cuando la separaron de él pero no dijo nada. Además, lo importante era que volviesen todos sanos y salvos. 

Les había dado unos frascos indicando que no debían tardar por el bien de todos. ¿Con que clase de brujo habían dado? Sentía algo de miedo por lo que podrían encontrarse ahí fuera pero eso no iba a paralizarla. Se colocó la ropa como pudo como gesto rutinario para calmarse un poco pero entonces escuchó la conversación entre Stella y Hogward, y como su compañera parecía aún dolida y alterada. 

Pese a que el miedo la consumía, se acercó a Stella y le cogió las manos un momento. - No te preocupes, no estás sola. Lo haremos rápido y volveremos sanos y salvos. - Y tras asentir se giró hacia su compañero y asintió. - Vamos. - 

Delora sonrió cuando se dispusieron a marcharte y dijo - Bébelo, Fiorella. Te ayudará - no sabía si lo había entendido y miró a Alain de la misma manera. Así, los tres se marcharon.

Delora vio cómo te acercabas a Claire de esa manera y respetuosamente no  dijo nada. Tal vez consideraba irrespetuoso interrumpir esa conversación silenciosa que ambos mantenían. Mientras tanto, la chica aún respiraba agitada, pero parecía relajarse de a poco. Tal vez su consciencia se había dormido debido a la pérdida de sangre y el dolor que había sufrido, pero no estabas seguro. Después de todo, no tenías conocimientos en medicina y es posible que Delora tampoco.

Cuando la llamaste, pudiste notar una mirada diferente en ella, una un poco más compasiva y amable mientras miraba a la chica - La poción que le he dado detendrá la hemorragia, pero las heridas siguen siendo dolorosas. Por ahora es todo lo que puedo hacer por ella. Ya en The Marchen, podremos acudir a tratar sus heridas de manera correcta.

Levantó su mirada y su usual mirada confiada y autosuficiente se veía reemplazada por una de alguien cuyas memorias acosaban - Lo siento, tenías razón. Y felicidades por tu primer paso - luego volvió a su expresión habitual mientras miraba hacia donde se habían ido todos.

- Parfait se tarda demasiado. Y toma la poción tú también - el tono autoritario de Delora había regresado -. ¿Qué les sucedió? -.

Cuando te derribó y dijiste aquello, Eses captó el mensaje de inmediato. Incluso pudiste escuchar que rugía de cierta manera; tal vez ese "A mi hermana solo la lastimo yo" era justo lo que pasaba por su mente, ya que no tardaste mucho en decirlo como este en lanzarse. Su lazo no tardó nada en descolgarse por tu cuello y cuando menos te diste cuenta, Eses estaba halando con toda su fuerza del cuello del anciano, haciendo justo aquello que buscabas, desestabilizarlo para poder atarlo. Sin embargo, este hombre no parecía muy dispuesto a rendirse y aquellos espadachines que habían dado un paso atrás no alcanzaron a cubrirte antes de que una fuerte patada golpeara tu abdomen, dejándote sin aire y lanzándote relativamente cerca de Parfait. Tal vez era ventajoso porque habías podido salir del rango del brujo, pero no quiere decir que no te faltara el aire y te costara enfocar tu entorno aún algo magullada por el golpe y la caída.

Miraste alrededor y viste el distintivo cabello de Parfait acercarse hacia ti y levantarte con rapidez para luego ver el rojo cabello de Karma, quien te alzó en sus brazos y dijo - Eres osada, pequeña Rin. Pero debemos irnos - su tono era mucho más grueso del que estabas acostumbrada a escuchar salir de sus labios. Incluso era bastante varonil. Salió corriendo cargándote. Aún aturdida, notaste que Eses había llegado con Parfait mientras los dos espadachines parecían atacar al anciano, pero no podías ver mucho más allá por efectos del mareo. Parfait corría hacia donde estaban los dos yendo también, aunque parecía ir un poco más despacio.

Réamann no se encontraba en condiciones para moverse con libertad, pero pudo observar lo que estaba pasando. El anciano atrapó a Rin, pero la pequeña mochila de esta se movió para estrangular al hombre y permitirle a Rin zafarse de ese aprieto, aunque no lo logró del todo, ya que ese hombre le dio un golpe en el estómago, haciéndola volar hacia donde estaba Parfait. La chica se veía desorientadad mientras Karma la cargaba entre sus brazos y echaba a correr. Poco después, la mochila de Rin llegó saltando hasta Parfait y ambos salieron corriendo. Miraste hacia donde estaban Jurien y Garlan y notaste que ellos estaban listos para terminar su trabajo. Para un ojo experto como el tuyo, notaste que aunque le atravesaban con su espada, no golpeaban puntos vitales, solo lugares para incapacitarlo y dejarlo herido, mas no de gravedad. Cuando hubo sucumbido, se dispusieron a seguir a Parfait.

¿Acaso te dejarían allí? Solo restaba confiar en Stella. Te giraste hacia la dirección en que ella se había ido y la pudiste ver, llegando con dos personas más.

Con cautela, mas no por ello a paso lento, avanzaron entre aquel desatroso paisaje. Una nube de hubo que se había alzado cerca a la fogata se disipaba poco a poco mientras se podía ver con claridad, aunque tal vez no veían exactamente algo muy común: Karma cargaba a una pequeña de cabello castaño mientras corría acercándose a su posición y, no muy lejos de ellos, Parfait llevaba la pequeña mochila de Rin en sus brazos mientras seguía al pelirrojo. El hada se veía bastante agotada, pero la dirección de sus pasos los llevó a una bifurcación.

En vez de acercarse a la fogata, se acercaban a la arboleda que separaba la parte central del pueblo con la neblina que habían atravesado para llegar a Caelfall. Bordearon aquel escenario hasta llegar a una parte mucho más oscura que la externa y entre la inmensidad de los árboles, vieron que había una red hecha con cuerdas y algo parecido a melasa. Más allá, pudieron ver dos personas: una de cabello negro, pequeña, tendida en el suelo; y otra de cabello blanco sentado y con cara de agotamiento. Acercándose y acostumbrando sus ojos a la penumbra notaron que se trataban de Waltz y Réamann. Mientras Réamann parecía haberles notado, tal vez no les había reconocido. Mirando a Waltz, estaba inconsciente y con su camisa manchada de sangre en un costado. Las ropas de ambos estaban sucias, pero sin duda quien se veía peor era el pequeño Waltz. No muy lejos de este se encontraba una de las mochilas que les habían entregado antes de salir de la taberna.

¡¿Que maldito anciano patea así?! Asfixiada cogiendo aire con dificultad, no le quedaba otra opción que dejarse llevar mientras procuraba recuperar el aliento, sin duda su buena acción del día había sido desperdiciada...

Antes de partir a buscar a los heridos, los nervios de Stella habían estallado. Sin embargo, gracias a lo que Fiorella le dijo, logró calmarse un poco al sentirte reconfortada. Apretó un poco las manos de la chica y asintió.

—Gracias —lo que Hogward le había dicho sobre Conall, la había desanimado un poco más. Sin embargo, no era momento de eso. Ya tendría tiempo, después.

Junto a sus compañeros, avanzó hacia la misión de rescate. Stella se podía ver mucho más aliviada caminando, el dolor en sus tobillos había desaparecido casi del todo. La medicina que Delora le había dado parecía ser muy efectiva.

A la lejanía vieron a Karma, Rin y Parfait. Stella se alivió mucho al ver a la pelirrosa, pero de inmediato se preguntó qué había pasado con la pequeña. ¡De verdad estaban pasando demasiadas cosas!

Siguieron avanzando y avanzando, hasta pronto divisar el lugar en donde Réamann y Waltz se divisaban.

—¡Son ellos! —exclamó Stella— Debemos ayudarlos. Waltz está... muy herido —casi se pone a llorar de nuevo al decir eso.

Aquél descanso fortuito y obligatorio al que Réamann estaba siendo sometido, fue algo que le podría beneficiar en su maldición junto a su condición física para que su situación no se agravara. Ya no tenía heridas ni dolor causado por éstas, al menos; pero no es que pudiese levantarse y correr para hacer algo. A pesar de que llevaba bastante tiempo lidiando con eso, no podía evitar pensar que si se hubiese retirado de la milicia antes, tal vez no sería tan inútil como ahora. Pero entre llevar su cuerpo al límite, la baja de sus amigos, encontrarse con el retrato de Phoisa y aquella explosión... el peliblanco sabía que ya no podría hacer las mismas cosas que podía  hasta ayer mismo. La muerte lo abrazaba cada vez más por la espalda para apretar su pecho y sentía que no podía hacer nada para evitarlo. Aún así, se prometió vivir hasta cumplir con sus objetivos, las cuales se basaban en ayudar a los demás. Aún era ese muchacho ingenuo al fin y al cabo.

En esa posición, el ex-militar observó cómo sus colegas mermaban al anciano y se disponían a ir tras Parfait; además, a la lejanía vio a Stella estar con otros. Miró el silbato que tenía en sus manos aún sin saber qué hacer en realidad; pero ver a Waltz y que estaban quedándose solos, pensaba si levantarse para salir ahí o usar dicho objeto...

No, no te arriesgues... tienes que confiar.

Rin podría decir algo de Waltz; Stella ya sabía lo que estaba pasando. Si Parfait y los demás se iban era porque no sabían que ellos estaban ahí, y levantarse era un riesgo demasiado fuerte. Sin embargo, el ojirojizo requería de mejores atenciones que él por perder tanta sangre.

Confía, confía.

Y así, decidió esperar un poco más, atento por si alguien extraño se acercaba, pues quería proteger a Waltz a toda costa.

Apenas vio a Réamann a la lejanía, Stella salió corriendo hacia las arboledas. Réamann pudo notar que ya no estaba cojeando. Por esto, no tardó demasiado en llegar hasta donde estaba, poniéndose de rodillas.

—Réamann... ¿cómo te sientes? ¿Waltz sigue desmayado? —había dejado de llorar, aunque parecía que tenía ganas de hacerlo de nuevo, al ver el estado de los chicos.

Sintió un alivio momentáneo cuando comentó que la poción pondría fin a lo que, de entrada, parecía más preocupante para Alain. Por ahora, lo importante era mantener a Claire con vida y luego ya se vería. Aquel no era el momento para rememorar su historia así que dejó que se deslizara de su conciencia para mirar a Delora con seriedad cuando le pidió perdón para acto seguido felicitarlo por haber logrado el primer paso hacia su salvación. 

- No es momento de pedir disculpas - sentenció con seriedad antes de añadir pensativo -. No siento que haya conseguido nada. Ni siquiera entiendo por qué ha pasado.

¿Qué podía decir? ¿Había actuado pensando en salvar a los demás o simplemente había actuado por un egoísmo guiado por el instinto de la supervivencia? ¿Acaso importaba? ¿Acaso cambiaba algo? Había sido un momento en que la desesperación había conducido sus actos. No, no sentía que pudiera regodearse pues no sabía como volver a emularlo sin poner en riesgo su vida.

En silencio, tomó la poción que le ofrecía, perdido en sus pensamientos, antes de beberla de un trago y pasarse el dorso de la mano por la barba.

- Cuando logramos cruzar el muro de niebla vimos a Claire. Parecía a punto de morir de hambre, débil y pálida. Y sin recuerdos... Se escuchaba a gente en el centro de la aldea o lo que sea esto y nos acercamos hacía ahí con la intención de encontrarle un lugar en el que recuperarse y alimentos. Había música y una hoguera y gente que bailaba alrededor, sin que parecieran darse cuenta del frío ni de nada. Claire de pronto...simplemente, pareció encontrarse mucho mejor. Se fue corriendo, empezó a bailar y volvió para llevarme con ella. Todo lo demás se vuelve confuso en mi cabeza. Era como si...la música nos volviera locos. A Fiorella y a mí. Todos nuestros problemas parecían haberse evaporado, no teníamos frío, no parecía importarnos el cansancio, sencillamente estábamos eufóricos - no mencionó los detalles íntimos. Le parecía darle una importancia que probablemente no tenía. Habían actuado movidos por algo que escapaba de su control - . Nos quitaron las cosas y ni nos importó. Sólo cuando llegó Stella se nos ocurrió ir a buscarla para que se uniera a nosotros y al alejarnos del fuego vino todo de golpe. El cansancio extremo, el frío. Cierta cordura. Y ahí fue cuando empezó todo este caos. Apareció el brujo, que no quería que nos alejáramos, apareció Klaus con los otros dos... la gente caía como marionetas. En algún momento creo que Claire destrozó los tambores y alguien debió atacarla a ella. No sé - parpadeó un momento, recordando algo -. Antes de que ella tirara de mi hacia el fuego, vi como si la palma de su mano desprendiera una luz verde. ¿Qué significa? ¿Y qué significa todo esto?

Réamann yacía en el suelo mal sentado cerrando los ojos en ocasiones, pero intentando mantenerse atento. No obstante, la llegada de Stella  y los demás le tomaron por sorpresa. Por fortuna, eso no le provocó un ataque y siguió con su mirada a la pelinegra mientras suspiraba y le observaba con su rostro indiferente.

-Sí, perdió mucha sangre.  Ya sanó, acuérdate de ello... pero tardará en recuperar la conciencia. Está fuera de peligro-luego miró a Fiorella y a Hogward para asentir levemente-. Gracias por venir. Espero que no sea complicado ayudarnos.

Después desvió su atención a Waltz para cerciorarse de que siguiese respirando.

-¿Pueden llevar a él primero? Yo puedo esperar. ¿Están con Parfait y Delora?-preguntó a la cuadrilla con voz cansada, pero monótona.

Se había bebido con presteza aquello que le había ofrecido Delora una vez había ayudado a Stella a superar la crisis, respiró profundamente porque se sentía igual que ella pero aún había una pequeña presa que contenía su angustia y se aferró a ella para poder ayudar a sus compañeros mientras salían de nuevo al aquel pueblo presa del brujo. 

Pronto llegaron a donde estaban y cuando Stella señaló a Waltz, le siguió sin pensarlo dos veces. Réamann aún estaba consciente pero su compañero no. Cuando le dio las gracias por ir ella le devolvió una sonrisa. - No hay nada que agradecer, aun que preferiría poneros a todos a salvo primero. 

Cuando preguntó si podrían llevarle primero negó con la cabeza. - Ahora mismo no podemos arriesgarnos a hacer varios viajes. Delora está vigilando a los heridos y Parfait contiene al brujo, pero no podemos forzarla mucho más. Así que... ¿Hogward? ¿Puedes llevar tú a Waltz mientras Stella y yo ayudamos a Réamann?

Hogward se acercó nervioso, tal vez asustadizo. Miró a Réamann y a Waltz. En ese momento, su piel se puso del color de su cabello y aquello se acentuó cuando Fiorella le pidió que llevara Waltz.

- ¡¿Qué?! ¡¿Yo?! No, no, no, no, no... Créeme, es lo mejor. Yo... Yo llevo a Réamann por mi cuenta. Entre las dos carguen a Waltz para que no se cansen - y dicho esto, se dispuso a agacharse para cargar a Réamann, aunque este era más pesado de lo que creía. Mientras tanto, vigilaba que una de sus manos no fuera a tocar al otro peliblanco.

Delora mostró sorpresa un momento antes de sonreír por tus palabras - Tal vez haya sido lo mejor. Al hacerlo sin pensarlo mucho, se convirtió en un acto genuino - sonreía mientras sacaba algo más de la mochila, algo que parecían vendajes y algunas hierbas. Con cuidado, remojó las hierbas en un líquido azul y después de ablandarlas, las colocó sobre la herida - Esto la entumecerá y no sentirá dolor. Por cierto, no olvides no llamar a Karma por su nombre. Prefiere pasar desapercibido, además que aún hay varios que desconocen su identidad, aunque la voz gruesa con la que está hablando lo delata, pero esos son pormenores - y después de esto, siguió escuchando tu historia.

Escuchó la historia con atención y sus ojos oscilaban entre la sorpresa, el desagrado, el enojo y la preocupación. En algún punto, se giró hacia Claire, despejando su rostro y después de mucho habló - Esa fogata era una trampa. De hecho, todo esto lo era. Apenas nos enteramos, corrimos hacia acá; y Karma y Waltz parecían haberse dado cuenta también. Ese hombre... El hombre que no los quería dejar irse es un brujo de renombre, conocido entre los brujos por sus estratagemas. Es posible que la aparición de Claire y el que nos llegara la información no fuera coincidencia - te miró visiblemente preocupada.

Apenas tomaste la poción, notaste que tus energías regresaban. El agotamiento se disipaba y el frío se atenuaba. Si bien seguía siendo un lugar frío, podías soportar mejor el cambio de temperatura habitual. Te sentías renovado, de alguna manera.

Recordando lo que mencionaste sobre la mano, tomó la mano de Claire con delicadeza y analizó su palma. Al inicio, no podías ver nada, pero cuando Delora conjuró un pequeño círculo, la marca de color verde apareció, pero no solo eso. Se formó un árbol y en una rama, un patrón muy similar al que tenía el pez de tu mano. Sea lo que fuere aquello, parecía estar relacionado con su maldición - Es una marca mágica. Me causó gracia que pudieras verla, pero ahora viéndola de verdad comprendo el motivo. Sea lo que sea esta magia, está atada a tu maldición. ¿Has visto algún efecto mágico en ella además del resplandor? - te miró expectante, aunque el ruido característico de las pisadas se escuchaba cada vez más cerca. ¿Serían quienes acababan de marcharse?

Karma corría a una velocidad considerable para ser una mujer con un largo vestido y tacones. Te cargaba sin dificultad mientras se acercaba. Recuperándote de a poco, viste a Eses siendo cargado por Parfait, quien parecía agotarse por tener que correr y el paisaje de las casas se hacía visible, apareciendo algunas. Los dos espadachines los alcanzaron con velocidad, pero el espadachín de cabello negro se detuvo en seco al mirar en otra dirección y corrió hacia allí. La mujer rubia lo miró, pero luego siguió adelante. Al parecer, esos dos hablaron si hablar realmente.

Sentiste que Karma se detuvo y entonces, notaste que este te puso en la parte de adelante de su cuerpo con delicadeza. Desde allí viste a Delora junto con Alain y a los pies de estos, tendida en el suelo, la chica que Fiorella y Alain cargaban entre los dos.

Parfait y la rubia los alcanzaron y el hada te entregó a Eses, el cual saltó desde las manos del hada hasta ti para colgarse por su cuenta.

Al Alain girarse, pudo ver que quienes iban en su dirección no eran más que Karma, cargando a la pequeña Rin, quien parecía un poco mareada, seguidos por Parfait, quien llevaba la pequeña mochila de Rin entre sus manos y, por último la espadachina rubia que le había ayudado a Karma a pelear contra la furiosa urbe. Parfait se veía agotada y sudando de más, pero cuando los alcanzaron, notaste que extendió sus manos hacia la pequeña niña. Karma la bajó de sus hombros para sostenerla en la parte de adelante de su cuerpo y su pequeña mochila saltó por su cuenta hacia esta para colgarse en el lugar de siempre.

Delora, quien parecía estar hablando con Alain, los miró cuando llegó la mujer rubia y le dijo a Parfait con una sonrisa de autosuficiencia - Te tomaste tu tiempo - a lo cual el hada rió -. Ya sabes, me gusta agregarle emoción a estas cosas - rió suavemente, aunque era notorio que su respiración era agitada. Como una nota mental, pasó la mirada por todos y se giró hacia la rubia - Jurien, ¿dónde está Garlan? -.

La rubia solo la miró y le dijo - Hizo un desvío, pero no tardará mucho - sonrió.

- Debemos salir de aquí lo más pronto posible - dijo Parfait.

- ¿Estás segura de esto? - le preguntó Delora dudosa.

- No hay otra manera y lo sabes - dijo Parfait con determinación -, pero los necesitamos a todos aquí.

- Stella, Fiorella y Hogward fueron por Réamann y Waltz. Los dos están heridos - el rostro de Karma reflejaba que él quería decir algo, pero por alguna razón se abstenía de hablar mientras miraba a la rubia más de una vez. Suspiró y Delora no pudo evitar reírse - Así que la poción perdió su efecto. Bueno, esperemos que no tarden - y así pasaron unos cuantos minutos cuando un tercer grupo parecía acercarse.