Partida Rol por web

La mañana siguiente amaneció gris y nublada, como las mentes y los corazones de las tres chicas. Robert las había abandonado, y no habían vuelto a saber nada más de Dino desde que las dejara en la nave con la consigna de "dejarlo todo limpio". El multimillonario sin duda estaría muy ocupado con sus negocios, y parecía haber perdido el interés en el caso de la Plaza Miller.

Izzy se tomó tres aspirinas para intentar bajar la resaca que tenía. Como siempre, su refugio para olvidar los últimos sucesos había sido el de la botella, y como siempre también, a la mañana siguiente se odiaba por ello. Lo que no impidió que cogiera su petaca de nuevo y la metiera en el bolsillo de la cazadora antes de salir a reunirse con las chicas.

Ninguna de ellas pensaba ya en el trabajo de su vida normal. Ahora no podrían parar hasta poner fin a lo que habían empezado.

Amanda estaba desde primera hora en el Valhalla, enfrascada como siempre con su portátil, siguiendo las pistas de los polis corruptos. Izzy saludó con la cabeza al entrar y se desplomó en un sillón cercano, el sillón que normalmente ocupaba Dino. Pero qué demonios, el abuelo no estaba, y no parecía que fuera a volver pronto.

La última en llegar fue Samantha, y su cara con ojeras delataba que no había pasado una buena noche precisamente. Las tres estaban asustadas, empezando por la misma Samantha, asustadas de en qué se estaba convirtiendo Sam, y si sabrían pararlo a tiempo. O si querrían.

Ninguna traía buena cara, pero había trabajo por hacer y alguien tenía que romper el hielo. Ary bajó la tapa de su portátil. Podría haber seguido programando mientras hablaba con ellas, pero habría seguido siendo una falta de educación.

- Estoy trabajando en unos programas para obtener más pruebas de todos los polis corruptos. Creo que es importante que acabemos con ellos también a la vez que con Labios de Seda y los Falzoni, o lo que hagamos servirá de poco y seguirán operando esos polis corruptos. – planteó con la idea implícita de que seguiría trabajando en eso de momento, a ver que opinaban ellas.

- Para ir a por Labios de Seda tenemos la pista del Bar de Rusty y la casa del dueño del Bar de Rusty… - dejó en el aire a ver como continuaban ellas esa línea de pensamiento.

Izzy se encogió de hombros cuando Ary le habló de su programa.

— Anoche te envié toda la información que tenía sobre ellos. De todas formas, sería buena idea poner sobre aviso a la capitán Seehan lo antes posible. Si quieres, le podemos enviar una transcripción de la grabación y lo que encuentres se lo mandamos después. O, a unas malas, hay más gente en la que confío a quien podemos enviarla también — dijo pensando en Mac. — De forma anónima, eso sí... — Después de haberle preguntado por Kaminsky justo antes de que desapareciera, no quería darle abiertamente una confesión de Patel.

Se puso a pensar en sus siguientes pasos.

— El poder de Labios de Seda reside en su voz, o en su sonrisa. Antes de hacer nada contra él, deberíamos pensar en una forma de protegernos de eso. — La voz no sería ningún problema, pues el control de Izzy sobre el aire le permitía aislarse de cualquier sonido. Para la sonrisa, sería más complicado, pues no era fácil enfrentarse a alguien sin mirarle. Tal vez Ary podría ocultarla en una capa de sombras. Pero lo cierto es que aún les faltaba demasiada información. — Sobre Rusty, que supongo que será el dueño del bar. ¿Crees que podrá tener más infromación sobre Labios de Seda? En tu mensaje comentaste que podría ser él mismo.

Ary negó con la cabeza.

- No serviría nada más que para poner en peligro a la capitana, más de lo que ya está. Mandarle la grabación no tendrá ninguna validez en un juicio, cualquier perito informático te la desmontará en menos de 5 minutos. La grabación sin el soporte original puede ser fácilmente manipulada. El perito de la policía necesitaría tener acceso a la grabación original en el dispositivo en el que se hizo para verificar que ni la grabación ni el dispositivo han sido manipulados después, pero entonces pondrían en duda la credibilidad del dueño del dispositivo y el contexto en el que se tomó. – le explicó con tranquilidad con todo el tacto que pudo lo que en resumidas cuentas venía a decir “no vale para una mierda en un juicio”.

- Lo más que podría hacer la capitana con eso sería iniciar una investigación sobre los nombres que se dan, pero en cuanto lo haga sus superiores se les echarán encima para presionarla y que lo deje o bien porque estén metidos en el ajo o porque algunos que estén en el ajo tengan poder sobre ellos, y si aún así no consiguen pararla harán que tenga un accidente para que lo deje. – prosiguió con pocas esperanzas en esa línea de actuación.

- Si queremos que sirva de algo tenemos que hacer esa parte nosotras. Hacer la investigación, reunir todas las pruebas, y dárselo todo con un lacito para entregarlo al juez. Por eso quería seguir investigando esa línea.

Hizo una pausa para darle un sorbo a su frapuccino.

- Sí, puede que Rusty y Labios de Seda sean el mismo. Depende de si tiene un hombre de paja para su local, pero, ¿por qué habría de tenerlo en un negocio legítimo? Aunque no sea el mismo si interrogamos primero a Rusty tendrá información sobre el interior del local, la seguridad, hábitos de Labio de Seda… y si lo quitamos de en medio tú te podrás hacer pasar por él para acercarte hasta Labios de Seda sin que sospechen nada. – sonrió malciosamente.

Izzy alzó una ceja ante la explicación de las pruebas.

— ¿Crees que no sé que esa grabación no valdrá una mierda? ¿Cuántas personas crees que he detenido a las que luego han soltado por algún tecnicismo? — Testigos alcohólicos, da igual si se habían dado a la bebida precisamente por las acciones del acusado, una grabación tomada sin orden judicial, ¡hasta se había librado un gilipollas que alegó que Mac no llevaba la placa a la vista cuando le detuvo! — Pero Seehan no es imbécil y también sabrá eso. Si entre esos corruptos hubiera alguien con poderes, tal vez te daría la razón, pero sin saberlo, creo que es mejor que tenga disponible toda la información cuanto antes y actúe según crea conveniente. — Y seguramente eso sería o bien archivar completamente la grabación pero quedarse ojo avizor por si veía algo raro, o realizar unas investigaciones discretas sobre esa gente antes de tomar ninguna decisión.

Se encogió de hombros. No tenía ganas de discutir, y menos sin alcohol. Pero tampoco quería beber. Se levantó, casi de golpe. — ¿Quieres un café? — dijo acercándose a la cafetera. Ary acabaría haciendo lo que quisiera con las pruebas. Después de todo, ella le había enviado ya todo lo que tenía, dejando en sus manos la decisión.

— No sé lo suficiente sobre Rusty ni Labios de Seda como para asegurar que ese local sea suyo o sencillamente vaya de vez en cuando por allí. Pero está claro que el dueño sabrá algo sobre los Falzoni, en cualquier caso. Y, si vamos a interrogarle, no estaría demás tomar precauciones por si son realmente la misma persona. Si no es así, tampoco estoy muy segura de que el cambio de forma pueda funcionar en este caso: los policías a penas conocían en persona al matón con el que habían quedado ni tenían ni idea de que alguien pudiera adoptar el aspecto de otro, pero, si no son el mismo, está claro que esos dos se conocerán bien. — Por esa misma razón, no le parecía buena idea hacerse pasar por Delia para ir al local. No conocía suficientemente bien sus gestos ni su forma de hablar como para no llamar la atención de alguien que pudiera plantearse un disfraz así como algo plausible.

- Sí, ponme otro, por favor – como si el café le hiciera efecto a alguien que vive acelerada – Yo se la mando si insistes, no te preocupes, pero me gustaría seguir investigando. Le podemos hacer otra entrega más adelante cuando tengamos más material. – continuó sin ganas de pelea ni de contrariar a Izzy.

- Como tu veas lo de acercarte a Labios de Seda. Tú eres la que se va arriesgar. – dijo apurando su frapuccino – Creo que sería mejor que me quedara de apoyo en segunda línea, aunque deberíamos usar algunos de los juguetes que tiene Dino por aquí, auriculares, micrófonos y esas cosas, para estar en contacto en todo momento. Así puedo intentar un rescate de urgencia en caso de que la cosa se tuerza. – propuso.

- Yo apuntaría a que su poder reside en la voz. Mike llama a Labios de Seda cada vez que se siente nervioso, así que el refuerzo de su influencia debe funcionar a través de la línea telefónica, ergo la voz es lo que nos queda, y tampoco puede ir allí de vez en cuando, porque Willie dijo que Mike llamaba a Labios de Seda cada dos por tres y sólo tiene un teléfono fijo del local, no un móvil, así que Mike debe estar bastante seguro de que localizará allí a Labios de Seda cuando lo necesite. – siguió razonando – Así que yo diría que el Bar de Rusty es el centro de su teleraña.

Izzy levantó una ceja al escuchar eso de que ella era quien se iba a arriesgar.

— Vaya, pensaba que esto iba a ser un trabajo en equipo — dijo con cierto tono sarcástico.

Asintió cuando escuchó lo del teléfono.

— Bien, entonces parece bastante claro que, efectivamente, el poder está en el sonido. Eso nos beneficia... Yo puedo bloquear las ondas sonoras y podemos llevar un receptor que filtre y distorsione la voz antes de enviarla a unos auriculares para poder hablar con él. Si está bien montado — cosa de la que no dudaba si Ary se encargaba de ello — a penas tendrá un segundo de retraso, ¿no? — No tenía ni idea de si eso sería suficiente para bloquear el poder de Labios de Seda, pero parecía una opción viable. Salvo que su poder residiera en las palabras utilizadas, cosa bastante improbable, no parecía fácil que la voz de loquendo tuviera ninguna cualidad sobrenatural.

Miró un momento a Sam, a ver qué tenía que aportar al plan.

— Entonces el primer paso es ir a ver a Rusty, asumiendo que es probable que él mismo sea Labios de Seda... ¿Qué queréis hacer con él una vez le atrapemos en su apartamento? Igual es mejor registrar su casa primero mientras él esté fuera... — Después de lo ocurrido el día anterior, Elisabeth prefería definir este tipo de detalles antes de que tuvieran que tomar decisiones drásticas de forma más unilateral.

- Sí, pero no hace falta que todo el equipo esté sobre el terreno – le contestó tranquila dando un sorbo a su café – Prefiero apoyaros en segunda línea si os parece bien. No creo que meternos las tres en la boca del lobo bastante a ciegas sea la mejor idea, la verdad.

- Por lo de los receptores que hablas no te preocupes, los puedo tener en un rato y el retraso puede ser casi imperceptible, pero no sé si será tan fácil bloquear su magia. – se encogió de hombros – Es una buena idea y vale la pena intentarlo, pero no pongamos en ello toda nuestra confianza.

Volvió a dar otro trago al café meditando en la última pregunta de Elisabeth.

- Depende de lo que haya hecho y de que haga cuando lo atrapemos e interroguemos. Primero necesitamos saber si es Labios de Seda. Si es él no podrá ser juzgado por la justicia ordinaria. Si es capaz de influir en los demás con sus palabras podría convencer a cualquier juez y jurado de que es inocente de lo que se le acuse a pesar de las pruebas que se presenten. – lo cual dejaba la solución implícita de que deberían ser ellas mismas las que se encargaran de que no pudiera causar más problemas, dejándoles pocas opciones. – Si por el contrario Rusty es un humano normal, deberíamos inmovilizarlo hasta que acabemos con Labios de Seda y los polis corruptos para poder entregarlo a la justicia.

Izzy asintió, se acabó su café, cogió el intercomunicador con pinganillo y se despidió de Amanda.

- De acuerdo, quédate aquí entonces. Si llega Sam, dile que venga a la dirección de Rusty, yo me adelanto a echar un vistazo.- dijo, para acto seguido salir volando en dirección al barrio de la Plaza Miller.

La dirección de Rusty se correspondía con un apartamento pequeño, situado en el primer piso de un edificio con solamente tres plantas. Se trataba de uno más de los cientos de edificios de baja calidad, mediocres y sin ningún atractivo especial que se apretujaban en las calles de aquel barrio desgraciado. La planta baja del edificio estaba ocupada por una peluquería para mascotas, con caracteres chinos estampados en el cristal.

Sin saber si el tal Rusty era un durmiente más o no, Izzy decidió no arriesgarse y dejó de volar un par de manzanas antes de llegar al edificio, no fuera el caso de que alguien pudiera detectarla.

Izzy se tomó su tiempo para observar la zona. Conocía bien las calles del barrio, y a mucha de la gente que vivía por aquí, pero quería tener toda la información posible sobre la zona. Dió un paseo por allí, tranquilamente, sencillamente viendo a la gente y haciéndose con el ambiente, observando los callejones tan típicos de la ciudad. Bordeó la casa de Rusty, fijándose en si había escaleras de incendios o contenedores de basura cerca de la ventana del piso. Se fijó especialemente en la casa a la que tendría que entrar, si había luces encendidas o ventanas abiertas que pudiera utilizar, sobre todo, para tener acceso al viento.

Estaba incómoda. En lugares completamente cerrados podría tener problemas para enfrentarse a alguien con poderes, y habría agradecido que Sam, Ary, o ambas estuvieran allí. Pese a todo, se concentró. Había hecho este trabajo cientos de veces y no necesitaba a nadie para ayudarla. Volvió a prestar atención a su alrededor, fijándose en si alguien además de ella parecía estar vigilando la casa.

Encendió el comunicador:

— Ary, ¿me escuchas? Vamos a probar esto para asegurarnos de que el retraso es viable. Enciende el distorsionador cuando puedas — dijo bloqueando el sonido externo y pasando a escucharlo todo a través de los auriculares. Para hacer la última prueba, se acercó a un kiosko a comprar el periódico, sencillamente para asegurarse de que podía mantener una conversación fluida con alguien usando el método que había propuesto para evitar la voz de Labios de Seda.

El apartamento de Rusty parecía cerrado a cal y canto, con las ventanas cerradas y las persianas bajadas. Había una escalera de incendios bastante cochambrosa, como en todos los edificios de aquel barrio. Izzy se puso a ojear el periódico mientras esperaba respuesta de Ary.

- Alto y claro. – respondió Amanda por el comunicador ya se estaba instalando en la habitación vacía de un hotel cercano al bar de Rusty desde el que aprovechar la red wifi. Colarse en la red wifi del hotel había sido sencillo y acceder de ahí a los registros del hotel no había sido mucho más complicado. Así estaba segura de cuales habitaciones no estaban reservadas. Entrar en la habitación fue una mera cuestión de teletransportarse con su mochila y el equipo que siempre llevaba encima, mientras dejaba la moto aparcada en un callejón cercano.

No había encendido la luz para evitar llamar la atención de quien pasara por el pasillo. Sobre la cama, lejos de la ventana, tenía el portátil y su Tablet a través de la que controlaba el software del distorsionador que ya tenía activado.

- Ya está activado el distorsionador. Vamos a probar a hablar un poco. ¿Qué tienes pensando para las vacaciones? ¿Algún sitio soleado? – le fue dando conversación mientras probaban su invento. Relativamente sencillo, conectar sus comunicaciones con un servidor que normalizaba el sonido y lo limpiaba antes de aplicarle una pequeña transformación matemática para bajar el sonido medio tono o subirlo a intervalos irregulares. Podía resultar un poco molesto hasta acostumbrarte, pero quizás el hechizo de Labios de Seda se basaba en la cadencia y esa alteración de tonos quizás podría ayudar a neutralizarlo.

Hackear las cuentas bancarias de los policías sería un trabajo que llevaría su tiempo, aún repasando toda la información a una velocidad de vértigo, pero era necesario para reunir las pruebas necesarias para empapelarlos. Mientras podía apoyar a Izzy en paralelo. Sería como dedicarle unos pocos ciclos de CPU, nada que la distrajera demasiado.

A ver, ¿si yo fuera un poli corrupto, cómo escondería la pasta que me pagan los mafiosos para los que trabajo? Se preguntó así misma para meterse en la piel de los policías. Si pensaba como ellos podría reducir mucho su ámbito de búsqueda.

Terminó de comprar el periódico y contestó a Ary.

— No. Seguramente prefiera un sitio con viento... — dijo con una sonrisa. — Mira a ver si puedes corregir el retardo de la señal. Algo menos de medio segundo sería suficiente — añadió recordando el gesto del vendedor mientras esperaba la respuesta a la pregunta que le había realizado. No era nada grave, pero tardaba un poco más de lo habitual en contestar, lo cual en una conversación larga era algo incómodo.

No tenía mucho sentido seguir esperando. Tenía controlado el callejón en el que se encontraba la escalera de incendios, así que entró en él y recolocó un contenedor para que cubriese el único punto visible desde la calle. Amplificó los sonido de los laterales para asegurarse de que no venía nadie y generó un globo de aire caliente a su alrededor que refractaría la luz para dificultar verla. Cuando estuvo lista, se alzó en una columna de viento hasta la ventana de la casa de Rusty.

Se agachó en el rellano y escuchó en el interior, preparando otra burbuja de aire que bloquease el sonido del vidrio al romperse para poder acceder al interior por la ventana.

Izzy miró la ventana. Concentro su poder en una burbuja de aire para aislarse y pasar desapercibida mientras que se dedicó a la ventana de un modo más mundano. Su experiencia en la policía le había permitido sentar las bases para realizar este tipo de tareas, y durante su tiempo como detective había tenido que realizar más de un allanamiento. Con cuidado, sabiendo que el trabajo de campo anterior jugaba en su favor, se centró en la ventana y la persiana para entrar en el apartamento.

- A ver, prueba ahora. He aumentado la potencia de envío y he redirigido algunos hilos extra al proceso del conversor. Si notas un pitido avísame para reducir de nuevo la potencia. – le comentó Amanda mientras seguía revisando archivos en paralelo – Ten cuidado y a la mínima que veas que los problemas te superan, avísame y te saco de allí en un parpadeo – bastante literal – Quizás deberíamos establecer una palabra de seguridad. ¿Qué te parece berenjena? – esa parte nunca se le había dado demasiado bien, palabras que se pudieran colar inconspicuamente en una conversación, pero que fueran lo suficientemente poco habituales para no decirlas sin darte cuenta.

Protegida por una burbuja de aire que refractaba la luz y desviaba el sonido, Izzy se puso a trabajar sobre la ventana. Rompió el cristal para acceder al pasador interior, y una vez abierta la hoja de la ventana, se encargó de la persiana. Para eso tuvo que acceder a la caja donde se guardaba el mecanismo, y ayudándose de una corriente de aire, tiró lo justo para poder colarse por debajo. Después de entrar en el piso, la persiana volvió a caer.

El apartamento estaba en penumbra, iluminado solamente por los escasos rayos de luz que se colaban por algunos agujerillos de las persianas. Izzy había aterrizado en la sala principal, un comedor-cocina pequeño y bastante desastrado, con los restos de la última comida del dueño aún sobre la mesa.

Izzy desenfundó el arma, sobe todo por instinto, y empezó a moverse silenciosamente por el piso. No había mucho que ver. Más allá del comedor, un pasillo corto hacía de distribuidor a la puerta de la calle, y otras tres puertas interiores.

Izzy fue revisando una a una, descartando el baño y la puerta que daba a una especie de cuarto de los trastos. Finalmente encontró la puerta del dormitorio, donde un tipo grande sin camisa roncaba a pierna suelta, sin enterarse del allanamiento de su morada.

- Veo que ya estás dentro – oyó Izzy a Amanda por el comunicador – Contigo y el comunicador dentro me será más fácil acceder a la energía residual del piso y la actual.

En la pantalla de un segundo portátil al lado suya se podían ver cuatro ventanas mostrando diferentes imágenes del piso, aunque no todas se correspondían al momento actual.

- Voy a ver que averiguo – empezó a pasar las imágenes más deprisa – En cuanto tenga algo claro te digo. Si hay algo concreto que quieras que averigüe, dímelo. – había mucho que revisar y cuanto antes lo hiciera mejor. Las imágenes parecían casi parpadear.

Por una vez, las visiones de Ary no fueron tan crípticas, nada de peces flotando en la oscuridad, sino imágenes más sólidas y reales. Quizá fuera por el hecho de estar visualizándolas en la pantalla de su portátil. O quizá le estaba cogiendo el tranquillo a sus poderes.

En aquellas ventanas, vio varias imágenes superpuestas del tipo que estaba durmiendo. En la mayoría de ellas, estaba durmiendo o comiendo, y siempre dormía de día. Por las noches salía del piso, y en otra ventana, Amanda vio al mismo tipo tras la barra de un bar.

Maximizando aquella ventana, vio que los detalles alrededor de la barra del bar quedaban difuminados en la oscuridad. Concentrándose en su poder de ver otras partes de la Ciudad, Ary se enfocó en el tipo. Las paredes del bar parecieron derrumbarse y caer hacia atrás y el tipo quedó flotando en la oscuridad, aún limpiando una barra inexistente con un trapo.

Entonces, la escena cambió y tras aquel tipo apareció una puerta. El hombre estaba frente a la puerta, con una escopeta recortada en la mano, como su estuviera guardando la entrada. Ary hizo zoom para pasar más allá de la puerta, y tras ese portal, en la oscuridad, había un sillón de espaldas a ella. Se fue acercando poco a poco, manejando los controles de la cámara para intentar dar la vuelta al sillón, pero, igual que en los sueños, parecía que el sillón girara al mismo tiempo, y se negara a descubrir su parte delantera.

Finalmente, tras muchos intentos, lo consiguió, y para su sorpresa, el hombre que estaba sentado en él, vistiendo un impecable traje de seda italiano, le devolvió la mirada.

- Te veo.- dijo con una sonrisa, e instantes después las cuatro ventanas se cerraron de golpe.

Por una fracción de segundo Ary se quedó congelada, sin embargo, para ella ese tiempo era mucho mayor por su capacidad innata de distorsionar el tiempo y vivir siempre acelerada.

- Izzy, ese no es Labios de Seda. Seguramente será Rusty. Es barman en el bar. Le gusta una escopeta, pero no estoy segura de si la tendrá ahí o en el bar. Creo que lo segundo, pero por si acaso ándate con cuidado. – le dijo con el tono un poco tenso por el auricular – La buena noticia es que ya sé como es la cara de Labios de Seda. Varón, caucásico, pelo lacio, moreno pero se le está tornando gris, sobre todo por los laterales, lleva la raya a un lado, izquierdo creo, y barba frondosa, pero bien cuidada, y traje azul oscuro de rayas. Parece un gentleman. Si me apuras parece George Clooney con barba. – le relató - La mala noticia es que Labios de Seda tiene más poder del que pensábamos y ha sido capaz de darse cuenta de que lo estaba viendo con mis poderes. Espero que no sea capaz de seguir el rastro hasta mí… - terminó un poco más preocupada.