Partida Rol por web

Ciudad de Cuervos

Y así fue como todo empezó...

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16/02/2011, 16:18
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Una vez recuperada la lanza poco más había que hacer, así fue que cuando Omar ordenó reemprender la marcha Sir Tymos se dirigió y se puso a la par de la primera carreta.

Su natural buen humor parecía haberle abandonado, solo pensaba en la rabia que le daba que su adversario se hubiera entregado a la fuga, pues según parecía ya ni te podías fiar que los demonios del averno les plantaran cara como era debido.
La cadera le seguía doliendo pero no le impedía andar, y la herida hacía un buen rato que había dejado de sangrar. Así fue que siguió el camino cabizbajo.

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16/02/2011, 22:38
Rod

Con algo de descanso y un fuerte vendaje su herida deja de sangrar. Luego como si tuviera un guión registra sin tapujos, uno a uno, aunque sin perder demasiado tiempo, los cuerpos muertos recogiendo arma y cualquier pista u objeto de valor. Cuando llega al Gor muerto cercena sus cuernos colgándolos en su cinto a modo de trofeo.

Luego se coloca en un flanco del último carro. Atento a cualquier ataque lateral o posterior.

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16/02/2011, 23:08
Dareus "Daganocturna"

Dareus agradeció no haber recibido ningún daño por parte de esas malditas bestias y se incorporó al resto del grupo.
Una vez escuchado lo que Omar tenia que decir, su curiosidad le llevó a observar de cerca algunos de los cuerpos mutilados, que entre barro y sangre permanecian tirados por el lúgubre campo de batalla. - Extrañas criaturas, y peligrosas, si hubieran sido más lo habriamos pasado realmente mal.
Observó a Rod registrar los cadaveres, pero él no hico gesto alguno de tocarlos. Por contra escupió otra vez por encima de su hombro. - Mal fario!

Limpió sus armas de la sangre que no llegó a coagular gracias a la lluvia y acompañó la caravana a pié, al lado de la segunda carreta. - Mierda, hoy ni posada ni carretas para hacer el camino! - Si almenos dejara de llover!
Almenos esperaba también llegar a destino sin más percances.

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17/02/2011, 12:12
Director

 Antes de partir, algunos de los mercenarios inspeccionan a los asaltantes. Son criaturas humanoides, pero con cuerpos imposibles, mutados y contrahechos en algunos casos. Mezclando facciones y atributos de humanos con bestias como cabras. El más grande de los presentes es, sin duda, el que fué liquidado por Dareus, Enricco y Rod, con una considerable cornamenta vistosa, ese ser debe pesar más de ciento veinte quilos.

 La mayor parte de lo que portan son burdas alhajas, collares de piedras, ramas y cuero, con rudimentarias tallas en la madera. Toscas pieles mal curtidas, o directamente sin cuertir, componen los atuendos de algunos de ellos, otros no cubren su partes sino con su espeso vello corporal. Las armas que portan son armas primitvas salvo alguna que otra arma de manufactura humana, con toda probabilidad robada a sus antiguos dueños, el estado de estas dejan que desear.

 Finalmente, lo que llama la atención, son un par de bultos, parecidos a calabazas, para repugnancia de quien los encuentra, reconoce las maltrechas cabezas de un par de seres humanos, las crostas, pelo rebuelto y mal estado hace que cueste distinguir sexo en ellas. Esas debieron pertenecer a los últimos incautos sobre los que cayeron esta manada...

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18/02/2011, 23:05
Rod

Al ver las cabezas a Rod - aah! otra vez no.. - se le despierta algo animal, instintivo; sin dudar arrastra el cuerpo del Gor con furia hasta el final de la carabana para después desenvainar su arma descuartizándolo y esparciendo sus partes por el camino. - Bien, si nos siguen  sabrán lo  que les espera; malditos hijos de... -

Luego vuelve a su posición ensangrentado y furioso aún dejando lo que tenían valor en el carro; las armas manufacturadas y algún collar colgando de las cornamentas del Gor. -

- Venga vámonos!!

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19/02/2011, 11:13
Enricco Tagliagole

Enricco permanecía de pie, callado y gallardo todo él. Poco le interesaron los despojos de las bestias muertas. Esperaba algo impaciente bajo la lluvia que caía incesante a que la caravana se pusiera en marcha.

Empezaba a notar el frío después del combate, y se sorprendía al ver a los demás compañeros de armas tan cómodos con los calzones empapados.

- Por los dioses, si, marchemos de una maldita vez...

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19/02/2011, 13:54
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

La lluvia seguía repiqueteando sobre el escudo del caballero, el sonido era casi hipnotizador, pero todo aquella ceremonia posterior al combate ya empezaban a sacarle de quicio por mucho que su rostro siguiera mostrándose inexpresivo.

Contempló atónito los gestos de Rod quién se veía arrastrado y embriagado en aquél ataque de cólera. Y aunque desde la posición donde esperaba reemprender la marcha no veía con claridad sus movimientos, pudo ver lo suficiente de ellos como para desaprobar con la cabeza y dibujar una expresión de repugnancia.

Y a pesar de que él no hubiera incluido los dioses en aquella exclamación, no podía sentirse más de acuerdo con Enricco.

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20/02/2011, 11:24
Desmond Mculligan

Desmond observó con asombro el estallido de Rod ,pero enseguida apartó la vista de la carniceria a la que se dedicaba el oscuro mercenario.

Su mirada se detuvo en Enrico.El espadachin no parecia muy agusto bajo la lluvia y sus palabras no hicieron mas que afirmarlo.
El tampoco estaba en su elemento,era un hombre de ciudad y este viaje le estaba agotando mas de lo que imaginaba.
Con paso cansado se dirigio hacia uno de los lados de la caravana a esperar que se pusieran en marcha.

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20/02/2011, 16:16
Director

 Finalmente la corta caravana reemprendió la marcha, avanzando con el inseguro paso que confería la resbaladiza superficie del camino, con el sonido de la pesada cortina de agua.

 El viaje se tornó penoso, con las ropas empapadas, la monotonía del camino, algunos heridos. Pero por encima de todo la sensación de que podían ser el blanco de otro asalto, más bestias de estas, quizás bandidos, o tal vez desamparada y desesperada en esta tierra asolada por las armas y el castigo de Sgmar.

 La mañana dejó paso al mediodía, anunciado tan solo por la protesta de los estómagos, pues en el plomizo cielo nada se apreció. La comitiba hizo un alto, para comer algo, dejar reposar a las bestias y redistribuir el peso de los carromatos, pasando parte de la carga de la primera y la tercera carreta a la segunda, en la que la mula no había recibido daño alguno. Luego se reanudó la marcha, en silencio, con frío y los ojos puestos en los lindes del camino.

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26/02/2011, 00:13
Director

 Tras comer un poco el grupo continuó la marcha, por el lodos barrizal.

 El avance se hacía en silencio con el intenso sonido de la tormenta de fondo, ahogando cualquier otro sonido. Los ropajes estaban todos empapados, los pies congelados y las manchas de fango llegaban hasta las rodillas. El avance se era lento y monótono con el tiro de las mulas, dos muy magulladas y la otra sobrecargada, en este paisaje gris y de ambiente gélido.

 Cuando el cielo se tornó más oscuro, en el horizonte, en la parte superior de una elevación del terreno, entre las copas de los árboles, se adivinó primero y vió después lo que serían las torres vigías de una pequeña fortificación.

Notas de juego

Imaginaros esta construcción en un fondo gris tras una cortina de lluvia. Con un pálido resplandor amarillento despedido por las escasas aperturas de la torre mayor.

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26/02/2011, 00:20
Omar Shin Shin

 Al ver la fortificación, como un espejismo, la promesa de poder dormir bajo cubierto, secos y con tal vez comida caliente, el grupo recuperó parte de la energía perdida por el viaje.

 - Allá está, el Refugio de Sigmar. ¡Benditos sean los dioses!- Estalla el mercader para sacar el pellejo y dar un trago.- Mirad, este es, según dicen, el el campamento menos inseguro de los que rodean Mordheim, los seguidores de la fe de Sigmar residen en él, templarios y reiklandeses, con algunos aldeanos de la zona. He oido que un tal Gottliet es quien dirige el lugar. Un tipo duro y muy estricto, algunos lo consideran uno de los más letales Cazadores de Brujas.

 Se gira para ver los rostros fatigados de la comitiva y añade.

 - Tened cuidado en no montar jaleo o mostraros demasiado irreberendos en este lugar, por lo visto es de los pocos lugares en la región donde hay ley. Y al parecer la hacen cumplir a rajatabla, como si quisieran poner justicia por todos los demás refugios, como el nido de Asesinos o el Pozo Negro. ¡JA!

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26/02/2011, 00:28
Director

 El grupo recorrió los últimos quilómetros por el traicionero camino, casi terminando con la poca vitalidad de las bestias de tiro.

 A medida que os acercaís al campamento podeís apreciar de que se trata de poco más que un torreón, una achaparrada y sólida construción en sillería, con una amplia empalizada de perímetro cuadrado. Esta parte de los mismo muros del torreón cuadrado.  Del interior de la empalizada se pueden ver varios hilos de humo de prometedores hogares con cálido fuego, haciendoos suspirar por estar ya en el interior del campamento.

 El camino os conduce hacia una entrada de madera, flanqueada por un alto portón, con un parapeto tras el cual monta guardia un par de centinelas, resguardados por un sencillo techo.

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27/02/2011, 20:34
Enricco Tagliagole

Enricco se adelantó a la caravana, caminando con su típica pose chulesca, con la mano en la cazoleta de la espada, y la otra, oculta tras la capa. Nadie le había nombrado portavoz, pero hastiado estaba ya, de bagar bajo la lluvia y entre el barro del camino.

- Buenas a usted centinelas. Con el rostro de medio lado, y un pié adelantado a otro, sonrió. - Venimos en busca de comida y cobijo, pues aquí fuera caen chuzos de punto, y boto a bríos que tenemos los calzones empapados. Las gotas caían por la cara del espadachín resbalando por su barba y bigote.

- ¿Seréis tan amables de abrir las puertas y dejarnos pasar? Esperó de pié, con porte soldadesco y la cabeza bien alta a que aquellos tipos le dieran respuesta.

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27/02/2011, 22:28
Rod

Rod mantiene su posición aguardando. Si alguien pide entrada no iba él a intervenir, tampoco era su mejor virtud hablar en publico. Sólo esperaba la respuesta del vigía y atento aún a su retaguardia...
 

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28/02/2011, 11:47
Oficial del Refugio de Sigmar

 Un tipo rudo, de constitución recia, enfundado en una capa saca la cabeza del parapeto para ver la corta caravana y a los que la conducen, y en especial al tipo ese que le acaba de hablar. Finalmente comenta.

 - Y comida y cobijo encontrareís en el Refugio de Sigmar, por una humilde donación de dos coronas por hombre a las arcas de Sigmar.- Dice en voz alta para hacerse oír por encima del sonido de la pesada tormenta.

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28/02/2011, 15:18
Sir Tymos Fowlhust de Audfolk

Seguía lloviendo un auténtico diluvio. Sir Tymos dejó toda esta clase de pormenores a sus compañeros de viaje. Las palabras de Omar aún resonaban en su cabeza, mientras él se deleitaba contemplando la estructura dispuesta a defender el puesto, y soñando, ¿porqué no? pues aún era muy joven. Así que; soñando con batirse defendiéndola en mil batallas.

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28/02/2011, 15:16
Omar Shin Shin

 El mercader se adelanta al Tileano y saca una falquitrera de cuero blando, de la que extrae unas monedas.

 - Todo sea para la mayor grandeza de Sigmar, mi buen guardia.

 La puerta de recia madera que cubre este tramo de la basta empalizada se abre y aparece otro guardia, portando una clava y un pequeño escudo, como armadura poco más que unas ropas acolchadas.

 - Tome, para la iglesia, veinte coronas por los diez hombres.- Dice entregándole las monedas.

 El guardia las cuenta y girándose hacia donde esté el guardia de arriba asiente.

 - Muchas gracias buenos sigmaritas.

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28/02/2011, 15:21
Oficial del Refugio de Sigmar

 El guardia de encima el portón asiente. Parece ser una oficial por la autoridad que demuestra y por el mejor equipo que luce, unas mallas metálicas un escudo y una arma de asta.

 - Pasad. Al fondo del camino a la derecha encontrareís la posada, allí podreís pedir habitación. Si la visita es breve o si lo preferís podeís hablar con Gottliet para alquilar un barracón. Tenemos un par libres. Y viendo que algunos de vosotros muestra algunas heridas, tal vez quisieraís visitar a Gantt, el cirujano, a ver si os puede remendar un poco. - Cambiando un poco el tono, para ser un tanto más duro, añade.- No monteís jaleo y las cosas irán bien, hacedlo y vereís que las leyes de Sigmar son duras.

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28/02/2011, 15:26
Omar Shin Shin

 El mercader guarda de nuevo la falquitrera entre sus empapados ropajes y regresa on la comitiba, para tomar las riendas de la tiritante mula de la primera carreta.

 - No se preocupe mi buen guardia, no será menester el preocuparse por nosotros. Nos hospedaremos en la posada y gracias por la dirección.- Girándose hacia el resto de la comitiva añadió.- Venga gente, el buen Sigmar nos acojerá esta noche, con un cálido cobijo y un plato caliente.

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28/02/2011, 16:47
Dareus "Daganocturna"

- Por fin, un lugar seco y caliente... pensaba que nos ibamos a ahogar ahí afuera. La presencia de los muros vigilados por guardas levantaron un poco el ánimo de Dareus. La previsión de dormir bajo techo, aún más.
Él era de los que pensaban que la civilización era imprescindible, si no su trabajo no sería necesario, pues cada uno lo resolveria por si mismo.

- Bendito sea Sigmar. Musitó al pasar junto al guarda, la devoción reflejada en su rostro.

siguió a Omar y al resto hacia la posada, cobijado bajo capa, que pesaba un quintal con tanta agua que llevaba.