Partida Rol por web

Asintiendo lentamente levantó los ojos del historial que presentaba Talanis hasta encontrar la mirada del propio tecnosacerdote. Inexpresiva, ausente. Por un momento parecieron el uno una imagen del otro, pasada por el tamiz implacable del tiempo. Luego, sin más comentario, Arcturus se alejó de Talanis a pasos lentos.

Se permitió sacudir la cabeza con disgusto cuando, con Talanis vuelto a sus quehaceres, sólo Claudius podía observarlo.

-¿Incorporan un biologis a la plantilla y eligen a uno prácticamente obsoleto?* No parecía muy conforme con eso. -Y oficiales y tropa reasignada a otros mundos... ¿Qué le parece? ¿Borrón y cuenta nueva? La herejía hizo mella aquí. Los herejes habrán sido derrotados, pero estos no parecen los gestos de la victoria.

Hasta entonces no había mirado a Claudius, y cuando lo hizo fue de manera poco expresiva, pero era evidente que el asunto le preocupaba.

-¿Quiere que hablemos con esos tres supervivientes antes de continuar con el caso de los asesinatos? Yo sí.

Las conversaciones con el biologis Talanis terminan, y tan silenciosamente como siempre, el tecnoadepto vuelve a sus quehaceres, arrastrando por el suelo su apolillada túnica al moverse y removiendo el polvo del lugar. En el anexo exterior los esperaba el arbitrador medicae, como les había dicho, un par de puertas más allá frente a uno de los almacenes, dando largas caladas de una varilla de lho que apagó de inmediato a medio consumir al ver acercarse a los acólitos y guardó para más tarde.

Asintió a todas las peticiones de los acólitos, intercalando tan solo algunas respuestas. - El mayor Constantine partió con el resto de su equipo para analizar el escenario del último asesinato inmediato, señores. Él no podrá hacer nada hasta su vuelta, sin embargo, concertaremos esa entrevista con los agentes. -

Guiados por el arbitrador medicae, los acólitos vuelven a ascender hasta el piso inferior, donde el agente de recepción con sus cogitadores podría ayudarles a recabar la situación de los agentes en aquél momento. Los primeros buenos deseos del arbitrador se vieron un poco menoscabados. Dos de los tres agentes que había identificado Talanis para los acólitos se encontraban desplegados en aquél momento, uno entre las escuadras en la zona del asesinato donde habían acudido Nero, Gianna e Isolda, y otro se encontraba en una patrulla regular; se le podía pedir de inmediato que regresase, pero aun así tardaría algún tiempo. Sin embargo, el tercero sí que se encontraba en la base, sin ninguna asignación en ese momento.

Cuando quedó concertada la reunión y los acólitos coonocieron personalmente al arbitrador raso no les causó ninguna impresión en especial. Se llamaba Eisen Silos, era un tipo de complexión fuerte, alrededor de los 30 años pero con unas incipientes canas, ojos apagados y una permanente expresión de abatimiento. Sus modales fueron correctos, incluso un poco bruscos, pero desganados, como si aún le faltasen un par de recafeinados para terminar de levantarse por la mañana.

Uno era mejor que nada, así que se encaminaron hacia los barracones del primer piso. Arcturus iba pensando dónde podrían hacer el interrogatorio y cómo enfocarlo, y así se lo dijo a Claudius.

-Será mejor que empiece hablando usted -dijo al fin-. Intentemos llegar al fondo de esto; cualquier indicio o suposición de que esa herejía haya dejado alguna semilla en este planeta debe ser comprobado. No creo que tenga nada que ver con el asunto Haarlock, pero en todo caso es una amenaza abominable, y la purga ha de ser definitiva.

- ¡Oh amigo mio! - respondió Claudius con una sonrisa - me temo que el influjo de los Haarlock sea cualquier cosa menos reducido. No subestime la capacidad de esta... dinastía, para dejar huella.

- Sin embargo, como dice, lo mejor será que nos pongamos en marcha, mucho me temo que no hay tiempo que perder.

- Podemos empezar por interrogar al arbitrador que se encuentra en la torre - se volvió primero hacia Arcturus y luego hacia el arbitrador medicae que les estaba haciendo las veces de guía - no sé cómo suelen hacer ustedes esto, pero quizás las salas de interrogatorio no sean el lugar más... adecuado para charlar con un... fiel siervo del Emperador.

- Imagino que el comedor nos podría servir, si está desocupado en este momento.

Eisen Silos se encontraba en aquél momento en los barracones del primer piso, atestados de otros arbitradores rasos desocupados y con poco o ningún lugar privado. Por sugerencia de Claudius, los acólitos y el agente se trasladaron al comedor en busca de tranquilidad y alejados de miradas y oídos indiscretos.

En realidad, no había nada en el interior de la torre parecido a un comedor. En su lugar, dentro del perímetro amurallado se había levantado un pabellón provisional con espacio suficiente para que una o dos escuadras dieran cuenta del rancho de forma organizada. En aquellos momentos solo se encontraban un par de sirvientes realizando la limpieza, pero se fueron de inmediato en cuanto los acólitos se lo pidieron, realizando exageradas reverencias.

El arbitrador se procuró a si mismo una silla, e invitó a Claudius y Arcturus a que lo imitasen. - Ustedes dirán - Si estaba preocupado por aquella entrevista inesperada, no dejaba que se le notase en el rostro.

- Gracias, agente Silos - dijo Claudius sentándose junto al arbitrador - espero que no le robemos mucho tiempo. De hecho, con un poco de suerte y ayuda de todos esto debería ser de lo más ágil - dirigió una amigable sonrisa hacia Arcturus como si ambos se dedicaran a tal tipo de entrevistas desde hacía años, cuando en realidad Claudius conocía al tecnoadepto desde hacía... semanas y las conversaciones con éste distaban de fluidas, por bien que pudiera caerle el acólito su tono metálico y monocorde no invitaba a la charla inane.

- Soy Claudius Vipus de Nova Castilla y mi compañero es maese Arcturus del culto de Marte. Le haremos algunas preguntas y sinceramente esperamos su ayuda.

- ¿Conoce al agente del arbites Nero Karajcik? Probablemente haya coincidido con él... antes del incidentes con los Hombres Vacíos. ¿Qué podría decirnos de él?

Claudius no lamentaba parecer como un cotilla ante su compañero, en realidad aquel comentario tenía un múltiple obejtivo, por un lado, la reacción del agente ante la mención de la herejía sería en sí misma una respuesta. Por otro lado, les permitiría saber algo más de su opaco compañero y por último relajaría al arbites antes de afrontar el tema de investigación principal, los actuales crímenes - sin embargo, si la respuesta del arbites era hostil hacia Nero o sembraba dudas sobre la integridad o lealtad de éste, sería algo a considerar - añadió una segunda voz mental - algo a considerar... en contra de Eisen Silos, probablemente, dado que Nero no sólo ha pasado el cribado de la Inquisición si no que ésta ha decidido unirlo a sus propias filas - respondió la primera voz mental de Claudius.

Dejó que el arbites respondiera y continuó la conversación...

- En realidad querríamos preguntarle otra cosa - añadió Claudius tras escuchar las respuestas del agente y asentir conforme.

- Se ha visto involucrado en la investigación de las últimas muertes ¿qué podría decirnos? ¿puede decirnos el nombre de las víctimas que atendió? ¿Podría darnos detalles? Cualquier cosa que recuerde o que le saliera de ojo sin duda nos resultaría muy útil.

Un paso por detrás de Claudius, Arcturus lo siguió en la visita fugaz a los barracones y fue con él y con el tal Silos hasta el comedor. No se sentó, pero intentó por todos los medios mantener un perfil bajo y lo menos amenazador posible. La actitud del arbitrador le parecía de lo más natural del mundo. Escuchó las preguntas del otro adepto con tanta calma como el propio Silos; la alusión al adepto Karajcik no pareció extrañarle.

-Especialmente eso último -se atrevió a remachar cuando Claudius terminó de preguntar-: nos interesa su perspectiva personal de todo ese feo asunto. Sabemos que para los datos concretos podríamos consultar informes oficiales. Ante todo, nos gustaría que fuese sincero en una cosa: ¿cree que la erradicación de la herejía y los herejes fue completa y efectiva?

El arbitrador no tenía un pelo de tonto. Ya parecía estar dudando un poco de las intenciones de los acólitos cuando lo apartaron a hacerle una entrevista en privado, pero cuando Claudius enunció su pregunta sobre los hombres vacíos se puso muy tenso e instantaneamente hizo el gesto de apartarse un paso de Claudius. Su primer impulso fue decir - ¡No! - y a continuación sacó de su bolsillo una varilla de lho doblada y un poco maltratada, intentando encenderla a pesar de la humedad.

Tardó cerca de un minuto en calmarse un poco y dar unas escasas caladas al lho mal encendido antes de que lograsen convencerle de pronunciar otra palabra, aunque para entonces, el tono del arbitrador ya se había vuelto condescendiente y ácido. - Ya he revivido ese infierno demasiadas veces. Lo dije todo y lo escribí todo. Nunca más. - El arbitrador se había cerrado en banda sobre ese tema y no estaba dispuesto a hablar, de nuevo costó un inmenso esfuerzo que respondiese a alguna de sus otras preguntas. - Karajcik, no me suena. ¿Debería? Antes eramos varios miles de agentes por distrito y otros tantos más en Karib, la segunda ciudad, ahora solo quedamos nosotros. - terminó la frase en tono melancólico y dando una nueva calada al lho, ya definitivamente apagado.

Sobre las víctimas de los asesinatos comenzó negando con la cabeza, aunque siguió hablando con algo más de calma - Estuve presente cuando los caso de la dama Zamura y en la mansión de Sur'Seculo. A la primera la encontró muerta su criada. Estaba como enloquecida de miedo y no fue de mucha ayuda. Las llamas de la mansión de Sur'Século atrajeron a muchos nobles menores de las cercanías que hubo que desalojar; algunos hablaron de figuras envueltas en túnicas o abrigos encapuchados, pero los testimonios no se ponían de acuerdo, todos decían verlos de lejos y las descripciones eran demasiado vagas. No llevaban a ninguna parte. - Como un resorte, Eisen Silos se levantó de su asiento y tiró el lho, daba la impresión de que había dado ya la "entrevista" por terminada, y tenía impaciencia por irse.

La cosa no había bien... Claudius había intentado un enfoque amigable, pero Arcturus había ido directo al meollo del asunto.

Sacar a relucir la relación con herejías pasadas, más aún cuando conllevaban la muerte de amigos, compañéros y la condena a la cola del escalón jerárquico sin esperanzas de ascenso o mejora en un destino condenado (vaya, la verdad es que la vida de Silos debe ser una auténtica pesadilla), no había sido la mejor carta de presentación.

Desde aquel momento la... entrevista había ido cuesta arriba. Poco se podía sacar de allí. No obstante tendrían que trabajar con lo que tenían.

- Arbitrador Silos, le agradecemos su tiempo y su... paciencia - el agente esperaba impaciente ya en pie

Claudius lo sabía por experiencia, propia e investigadora, los interrogatorios no eran una situación nada agradable. Sonrió discretamente a modo de disculpa. Consultó un momento los informes de que disponían recorriendo las líneas con el dedo con presteza.

- Nombre de la criada... hum... aqui, correcto. Encapuchados... hum... eso lo anotaré aqui. Consultaré otros testimonios sobre eso.

- Gracias. Puede marcharse. Informaremos a sus superiores sobre su colaboración - (o su falta de ella, deberíamos, más bien, pero no lo haremos, no se lo merece (probablemente) - Que tenga un buen día. Quizás contactemos más tarde con usted, si no tiene inconveniente - (tampoco es que tenga derecho a tenerlo ¿no? a fin de cuentas somos representantes de la Inquisición (que distinto es esto de hacer investigación por cuenta propia). Los razonamientos de Claudius se entremezclaban en su habitual complejo diálogo interior.

- Gracias de nuevo.

Cuando el arbites se hubo marchado Claudius se volvió hacia su compañero

- Quizás deberíamos hablar con esa criada, si es que aún es posible tal cosa. Esperemos que ningún incidente le haya ocurrido, como suele suceder con todos los (cabos sueltos) testigos (y más en una conspiración).

Arcturus mantuvo la misma postura, con la espalda rígidamente envarada, los pesados hombros algo encogidos y los brazos colgando rectos, tanto cuando el arbitrador respondió, es un decir, a sus preguntas, como cuando Claudius volvió a hacer gala de su incontinencia verbal. Se abstuvo de hacer comentario alguno, aunque giró la cabeza lentamente, acompañando la salida de Silos de la sala. Luego, lentamente, la volvió hacia su aristocrático compañero de investigación. Asintió débilmente; hablar con la criada era, sin duda, la mejor opción que se les planteaba para profundizar en el caso. De tdos modos, parecía estar pensando en otra cosa.

-En cierto modo ha sido una respuesta significativa, aunque nada explícita. Pero tendremos que hablar con los otros dos. Antes o después -añadió; se estaba refiriendo, aunque al principio pareciera una declaración inconexa, a Silos y los otros arbites que habían participado en los enfrentamientos con los herejes. -De todas maneras -continuó, volviendo a los asesinatos-, quizás fuera mejor esperar a los demás adeptos para ir a ver a esa testigo, ¿no le parece? Y, de paso, ir visitando las escenas de los distintos crímenes.

Hizo una pausa, que podría haber sido calificada de teatral por alguien que no conociera las maneras del tecnosacerdote: -¿Cree que deberíamos preguntar a Skarmen por todo esto?

Nadie detuvo al agente Silos, de modo que con una leve inclinación de cabeza sin detenerse, siguió su camino hasta la salida. - si, desde luego... - respondió sin ánimo a Claudius antes de abandonar la estancia definitivamente, dejando a los acólitos con muchas preguntas sin respuesta y sin prácticamente información nueva que fuese relevante.

Poco había que hacer salvo debatir la siguiente línea de actuación, habían pasado pocas horas desde que el otro equipo saliese hacia la escena del crimen, pero en ese momento aún no sabían cuanto podría faltar hasta que terminasen y decidieran volver o ponerse en contacto con la base. Para interrogar a esa criada tendrían que acudir a su vivienda, o hacerla llamar, y también quedaba la alternativa de solicitar una reunión con Skarmen, a pesar de la anterior negativa del mariscal de 3ª Constantine acerca de concertar reuniones con su superior.

Mientras los acólitos se ponían de acuerdo, el tiempo pasaba...

- ¿Skarmen? No sabría qué decirle Arcturus - seguramente esté ocupado, o no interesado, o con deseos de no involucrarse personalmente - quizás debamos recurrir a nuestro enlace el Magister Auxilia Constantine.

- Por otro lado, no veo porque no podemos ir hablando con esa criada... los otros agentes del arbites de bajo rango y no reasignados... esos dos (infelices) están de patrulla; deberían ser accesibles más adelante.

- Por otro lado, si he de serle sincero, no creo que tengamos tanto tiempo como parece, verá, he de confiarle una... teoría si puede llamarse así.

- ¿Cree que sería posible que alguno de los crímenes haya pasado desapercibido? Es decir, que en efecto estos asesinatos brutales sean parte de una serie de crímenes o de un ritual, pero que no todas las víctimas hayan sido encontradas, no todos los asesinatos identificados como tales. ¿Lo ve factible? En una ciudad de este tamaño y con tan escasa fuerza de seguridad, un submundo con gran criminalidad (y una guerra de guerrillas en curso) y con unas víctimas que, al no tener un perfil concreto pueden proceder de cualquier estrato social, condición o vivir en cualquier lugar.

El tecnoadepto le miraba de forma fija, sin mudar el rostro, como solía hacer y Claudius deseoso de ser entendido insistió.

- Dicho de otro modo ¿ve factible que en alguna cloaca nuestro asesino (o asesinos) haya desmembrado a algún infeliz y el cadaver no haya sido descubierto o haya sido achacado a los Resaca, a las fuerzas privadas de seguridad o a un desafortunado accidente industrial?

El tecnoadepto no mudo el rostro, pero parpardeó un par de veces, sin dejar de mirarle fijamente. Claudius, con un encogimiento de hombro lo tomó como un asentimiento.

- Si ese fuera el caso, verá... - sacó el grueso taco de informes y fue recorriendo distintos párrafos donde había tomado notas.

- Zamura Rolart, asesinada hace 69 días

- Senh-Ar Dole, asesinado (junto con su esposa, dato a valorar despacio ¿autopsia de su esposa?) hace 52 días. Es decir, 17 días después

- Pandillero resaca (en teoría), asesinado hace 40 días, es decir, 12 días después.

- Hircam Sur'Seculo (junto con muchos más, quizás el objetivo no fuera él sino uno de los demás asesinados, merecería la pena seguir esa línea), hace 27 días, es decir, 13 días después del anterior.

- La víctima cuyo asesinato están valorando nuestro compañeros, hace 3 días si no me falla la memoria, es decir 24 días después.

- Si se da cuenta hay un patrón. Parece que cada 12 días (aproximadamente, cierto) se produzca uno de estos asesinatos (lo que hace cobrar fuerza a la idea de un ritual), el patrón se repite en todos los casos, si entre Hircam y nuestra última víctima se hubiera producido como he dicho una muerta y ésta no hubiera sido detectada como parte de la serie. La variable en días puede corresponder con el retraso entre la muerte y registro de la misma.

- Si todo esto fuera correcto, tenemos 9 días (o menos) para evitar el siguiente asesinato.

- Le propongo que contactemos con el adepto biologis y el arbites medicae para que nos remitan los informes de autopsias de la esposa de Senh-Ar Dole y de las victimas de la mansión Sur'Seculo. Por otro lado podríamos contactar con el equipo en la zona del crimen para conocer sus progresos ¿qué le parece?

Ni bien acababa de pronunciar Claudius sus palabras sobre contactar con el resto de los acólitos, cuando un anuncio por megafonía indicó que los escuadrones asignados a la escena del último asesinato acababan de regresar, lo que incluía a Constantine y a sus compañeros...

Tras el anuncio por megafonía los transportes atravesaron el umbral de vigilancia y se dirigieron hacia los depósitos de vehículos, todos salvo por un furgón de carácter médico y el Rhino en el que habían vuelto montados los acólitos, que se detuvieron directamente frente a la torre.

Del Rhino salieron los acólitos, junto con Constantine y un extraño prisionero engrilletado. Al mismo tiempo, Claudius y Arcturus se acercaron rápidamente a ellos, ya que por algún motivo se encontraban en el exterior de la torre y habían llegado a tiempo de recibirles. Mientras tanto, del furgón médico sendos pares de arbitradores cargaban cada par de ellos cuidadosamente con una bolsa para cadáveres.

Mientras los acólitos se reunían, uno de los arbitradores solicitó permiso para llevar al prisionero a una sala adecuada para interrogarlo.

Isolda bajó del transporte y parecía tener el semblante más serio de lo normal, aunque eso solo lo podían notar Arcturus y Gianna que eran los que la conocían de hacía tiempo. Caminó a paso seguro hasta acercarse a Vipus y el miembro del mechanicum antes de pronunciar una sola palabra.

-Tenemos dos cadáveres y un prisionero y -lanzó una mirada dura al Constantine- tenemos que hablar en algún sitio en privado. ¿Alguna sala en la que se pueda hablar con total privacidad?.

-Puede que haya un patrón, puede que no; las fechas son flexibles. Un asesinato dentro de nueve días lo confirmaría. De todas maneras, no tenemos pista alguna sobre ese supuesto cadáver que falta, exista o no.

Reflexionaba sin mover un músculo, sin hacer un gesto.

-Pidamos esos informes de autopsia.

Arcturus observó junto a Claudius la llegada de la comitiva. Si la presencia de un prisionero lo intrigaba, no lo mostraba en absoluto. Se limitó a ponerse a la altura de Isolda. El equipo se había reunido; tiempo habría después para consultar esos últimos informes de autopsia que había solicitado.*

- ¡Buenas! - saludó Claudius. Esperaba que sus compañeros hubieran tenido provecho - ¡Dos cadáveres! (aquello si que era una suerte), me encantaría que pudieramos echarles un vistazo

- Por favor avisen al maestro biologis y al agente medicae que el hermano Arcturus y yo nos encargaremos de las autopsias, si hace el favor - dijo volviéndose hacia los agentes que transportaban los cuerpos.

- Respecto al prisionero... imagino que hablaremos con él más tarde - añadió dirigiendo una mirada interrogante a sus compañeros. Por la pinta de aquella detención parecía que el enfoque iba a ser intimidatorio y él, era... de otra técnica (por otro lado, quizás sería lo mejor no dejárselo a Arcturus) - llévenlo a las celdas de detención, supongo que no hará falta que les diga que cualquier objeto que porte será objetivo de nuestro estudio (además de evitar que el prisionero se haga daño, no nos es útil un prisionero que se quita o pierde la vida).

- ¿Un sitio privado dice? Supongo que sí, la cantina del cuartel puede ser un buen sitio. Estará disponible para nosotros si lo pedimos.