Partida Rol por web

-Constantine no llevaría un juego de llaves encima, ¿verdad...? -musitó el tecnosacerdote mientras obedecía a Nero con más presteza que antes. Miró de reojo a los otros un momento, intentando ver cómo disponían el papel de cada uno para las siguientes acciones. Luego inquirió a Arkadia.

-Usted ha estado más tiempo aquí, ¿hay alguna otra forma de subir? Escaleras o algo similar... Estos tres huecos de ascensor llegan hasta el segundo pisno, ¿sabe si los mecanismos permitirían subir la caja arriba directamente? Podría intentar convencer a la máquina para que nos permitiera llegar directamente.

Claudius esperaba expectante el escaneo de Arcturus, pidiéndole a su servocráneo que hiciera lo mismo. No estaba exactamente impaciente... tenía ganas de saber que pasaba, pero al mismo tiempo le aterraba entrar. Los monstruos que hubiera podido animar Skarmen ¿quizás había convertido a toda la guarnición en muertos vivientes? ¿había funcionado la treta de Khan? ¿Había matado el ataque a muchos arbites (algo por otro lado que ahora mismo, a punto de colarse en una fortaleza enemiga tampoco parecía tan mala idea)?

La idea de Arturus era estupenda, si podían acceder a la sala de autopsias (allí sólo quedarían los mutantes destruidos y el cuerpo de Constantine) seguramente contarían con llaves para acceder a todo el complejo.

Por otro lado quedaba evitar tener que recorrer cada planta por completo de ascensor en ascensor. Arcturus podría engañar a alguno de los ascensores para realizar todo el recorrido pero quizás las poleas y engranajes no estuvieran diseñados para ello. Otra opción (más compleja) era escalar por los túneles de los ascensores (habría igualmente que engañar a sus espíritus máquina para poder subirse encima de ellos y que tras ascender tan alto como pudieran no volvieran a moverse o les aplastaran) si es que disponían de rezones y equipo de escalada (quizás algunos de los soldados, Nero o los acólitos de Arkadia)...

Desconocía demasiado de los poderes de Lo-Tan como para recomendar emplearlos (¿podría Skarmen detectarlos? ¿funcionaba acaso así?) ojalá aquel hombre fuera más comunicativo (era difícil estar tan cerca de un psíquico como para desaprovechar la oportunidad de interrogarlo/aprender sobre tantas cosas que siempre había teorizado).

En cualquier caso la posiblidad de un encuentro hostil era muy alta y Claudius (que tenía más formación marcial de la que estaba dispuesto a reconocer) recomendó formar una línea de fuego en cuanto cruzaran la puerta (cual pelotón de fusilamiento o la doctrina de tiro de los regimientos de Praetoria). Él intentaría permanecer en segunda línea, donde su rifle de caza resultara más útil y le alejara del combate en cuerpo a cuerpo donde era menos hábil.

Tras incinerar a los cadáveres descompuestos Gianna siguió al grupo hasta la puerta. Mientras Arcturus ponía en marcha sus auxpex y Claudius sugería adoptar una línea de fuego en cuanto cruzaran la puerta, la soldado avanzó hasta la primera fila, su lanzallamas sería más efectivo si no había compañeros por los que preocuparse delante de la línea de fuego.

La idea de Arcturus era esperanzadora. Podía ser que Constantine tuviera un juego de llaves; si no habían trasladado su cadáver solo tendrían que recogerlas de su cuerpo y tendrían acceso a los pisos superiores.

La estratagema para que Khan mantuviera ocupados a los arbitradores debía de estar dando resultado. No se podía escuchar el exterior desde allí, pero el sótano estaba en completo silencio, y el escáner auspex no reveló ninguna señal que indicase que había alguna criatura de ningún tipo por allí cerca. La parte central del recinto estaba desprotegida, con aquello, la primera parte de su plan para infiltrarse en la torre de Haarlock había sido un éxito.

-Vayamos a ver si el cadáver de Constantine sigue allí... -susurró mientras palpaba la puerta del ascensor... Aquello podría ser complicado.

Arcturus no era el más indicado para una internada sigilosa hasta la morgue, pero se ofreció voluntarioso, cambiando el rifle por la pistola bólter y con una respiración larga y profunda. Tal vez no tuvieran por qué ir todos... De hecho, tal vez los más adecuados fueran los miembros de la otra brigada inquisitorial.

-Si prefieren ocuparse ustedes... -sugirió.

El arbitrador se movió lo más silencioso que podía, teniendo en cuenta que ni había recibido entrenamiento sobre ello, ni era hábil de por si. Nero era más de entrar con las intenciones bien a la vista. 

Arma en mano, siguió el camino hasta la habitación donde se suponía debería estar el cadáver de Constantine. No pudo evitar sentir por un momento un ramalazo de sentimiento de pérdida por lo que le había parecido un buen proyecto de oficial. 

Avanzó y cubrió la zona, dando paso al resto. - Despejado. - susurró. 

Claudius no era el más indicado para organizar aquello, nunca había sido un militar experto, ni tenía experiencia en combate y aunque se supiera de memoria los tratados de los generales Marius, Silanus y Germanicus entre otros (nunca fue muy fan del vanagloriado Macharius) no se atrevería a considerarse un experto táctico. Sin embargo, el grupo estaba indeciso y no parecía muy claro como actuar, si la situación continuaba los soldados de las FDP no tardarían en decidir que lo mejor era volver por donde habían venido (y Claudius con ellos si tuviera forma de volver a casa o al menos al Tricorne). Asi que con una seguridad que no sentía indicó

- Debemos dividirnos: un equipo hacia el ascensor, vigilando que no venga nadie por alli, acabando (idealmente sin que se den cuenta en el piso de arriba) con quien lo haga

- Otro equipo a la sala de autopsias, donde estará el cadáver del (infortunado) Constantine (y los restos de los monstruos que nos atacaron).

- Por último, un grupo a la morgue, a la que debemos prender fuego, no querremos que alguien nos corte el paso si acabamos volviendo por aqui ¿verdad? (no dijo nada tener que huir con el rabo entre las piernas si la situación les superaba), ni que nada escape por donde hemos venido (deberíamos esconder/disimular la puerta una vez entremos).

- Lo-Tan ¿sois capaz de ver si hay alguien (o algo) en la planta ¿quizás los cadáveres animados dejan una señal disforme? (confió en que los soldados no se amedrentaran oyendo aquello, pero mejor ahora que en medio del combate y ya habían hablado de la vulnerabilidad de la cabeza y frente al fuego de los monstruos).

La soldado entendió a la perfección el plan de Vipus. Había que dejar a Skarmen, que podía convertir los cadáveres en nuevos enemigos, sin tropas. Y su lanzallamas era una de las mejores armas para hacerlo. -Recibido.-Dijo asintiendo al noble. - Aunque antes de entrar deberíamos escanear la sala. Porque si hay movimiento lo mejor será bloquear el paso. - Dejando a los muertos vivientes encerrados- Ya que en cuanto esas cosas nos vean Skarmen sabrá que estamos aquí.-  Una cosa era privarle al hereje de nuevos soldados y otra quitárselos a costa de perder la ventaja de la discreción que ahora tenían. Así que tratando de hacer el menor ruido posible se encaminó hacia la morgue. 

El plan de Claudius parecía bien equilibrado. Helios se mostró un poco disconforme al principio con separar a sus propios hombres, pero cuando Gianna mencionó que iría con ellos pensó que el cambio era justo.

- Lo-Tan ¿sois capaz de ver si hay alguien (o algo) en la planta ¿quizás los cadáveres animados dejan una señal disforme?

El psíquico negó con la cabeza a su pregunta. Tenía mal aspecto, como un soldado novel de la armada en su primer viaje espacial y se había pasado los últimos minutos murmurando letanías por lo bajo. — Tengo que ocultar mi presencia en la disformidad para pasar desapercibido. Si utilizo mis poderes, él sabrá de inmediato que estoy aquí. — por sus palabras, resultaba difícil saber si por "él" se refería a Skarmen o al demonio, pero ninguna de las perspectivas parecía agradable.

Por suerte no necesitaban depender de los poderes de Lo-Tan para examinar las salas. Los auspex podían detectar distintas lecturas de energía y movimiento, e incluso si los cadáveres animados no estaban exactamente "vivos", podía reconocerlos como "criaturas en movimiento".

Al examinar la sala de autopsias, solo detectaron una lectura. Un único arbitrador estaba de espaldas a la puerta, recto y tieso como un palo, vigilando el lugar por donde los acólitos habían escapado la última vez. El examen de la morgue resultó más desolador. Las lecturas de energía estaban disparadas, pero por suerte había pocas señales de movimiento. Al asomarse a la puerta pudieron ver decenas de cuerpos tendidos sobre mesas y camillas cubiertas de símbolos dibujados en sangre, que se arremolinaban sobre las cabezas de los cadáveres. Solo 4 de aquellas criaturas habían comenzado a levantarse y caminar con sus andares tambaleantes; también se notaba la falta de preparación, o la ausencia de mejoras que antes les había otorgado Lecto Talanis a los cadáveres. Todos eran ordinarios humanos y en muchos casos les faltaba alguna extremidad, pero si todos los de aquella sala llegaban a levantarse como enemigos inmunes al dolor podrían ser una fuerza a tener en cuenta.

Nero no discutió con Vipus ni con su plan, simplemente avanzó hasta el ascensor y cubrió con su rifle el pasillo a la vuelta de la esquina. Al no haber enemigos, dio vía libre y cada grupo se movió hacia donde el noble había sugerido. 

El arbitrador tocó en los hombros de ambos FDP, a uno le señaló el pasillo por donde habían venido, haciendole un gesto que se podía interpretar como "vigila", indicándole también que se pegara a la pared y se agachara, para tener él mejor ángulo de disparo desde detrás de él si fuera menester. Al otro FDP le señaló el otro pasillo incidiendo en el pasillo a la derecha (norte) por el que acaban de pasar Vipus y el resto, haciéndole el mismo gesto de "pared, agacha, vigila". 

Él finalmente se posicionó en la esquina del pasillo que iba al norte más cercano al ascensor, asomándose al mismo de vez en cuando, de tal forma que podía vigilar el pasillo y la puerta del ascensor a la vez y con apenas unos pasos podía apoyar a un lado o al otro. 

Con paciencia, esperó a que el resto terminaran de recoger las llaves y salir de ahí cagando leches hacia arriba. 

Las noticias que les había dado el auxpex de la morgue se habían convertido en un serio problema. Dejar que esos cadáveres se levantaran no era un opción y si Skarmen había establecido ya su lazo de control sobre ellos les delatarían antes de morir.

¿Hay alguna forma de dejarlos encerrados dentro y anular el controlador a distancia de la puerta? - Se le ocurrió a la soldado con la puerta bloqueada podrían ganar el tiempo necesario para acabar con Skarmen sin que los muertos llegaran a convertirse en un problema. Si no podrían cerrar la salida solo les quedaría la opción de entrar a sangre y fuego en la morgue.

Junto a la puerta de la sala de autopsias, Arcturus miraba expectante al resto. Más bien, a Isolda; si a alguien correspondía llevar la iniciativa en aquella situación, era a la hermana. Por si acaso, el tecnosacerdote se cercioró por enésima vez de que todo estaba bien con la pistola bólter y esperó para entrar detrás y buscar el cuerpo de Constantine. Las llaves, para ser más exactos.

Para su propia sorpresa todos estuvieron dispuestos a seguir sus indicaciones, se dividieron en grupos y se dirigieron a los puestos que Claudius había sugerido.

Cuando llegó con Arcturus, Isolda, Gianna y Arkadia a la sala donde esta última los había rescatado encontraron un único arbites vigilando (quizás no lo suficiente), de espaldas a la puerta. Claudius se refugió detrás de la puerta, discretamente sustituyó el cargador sobrecarado por uno normal y tomó puntería sobre el hombre.

Por un momento deseó disparar contra la espalda de éste, un disparo fácil, limpio, sobre un blanco inmóvil y desprevenido. Con el silenciador acoplado, nadie en toda la planta oiría apenas nada y la vida de Claudius y de los demás infiltradores sería mucho más rápida. Sin embargo, había sido él mismo el que había abogado por las vidas de aquellos hombres y mujeres del arbites, que se habían comprometido con la seguridad del Imperio y quizás sin culpa alguna se habían visto engañados por Skarmen (como los acólitos o el difunto Constantine).

Por un lado a su pesar y por otro lado siguiendo un sentido del deber que rara vez afloraba, esperó a que todos los demás tomaran puntería como él y habló con aquel hombre, dispuesto a darle una oportunidad.

Los soldados de las FDP parecían nerviosos, pero aceptaron las órdenes de Nero y se colocaron vigilando las entradas de los pasillos, al menos tenían a otros miembros del grupo a la vista. Ninguno de los pasillos laterales que vigilaban daban señal de que hubiera alguien por ahí. Estaban mortalmente silenciosos, y tan solo los cruzaba una leve brisa helada provocada por los conductos de ventilación.

Gianna: ¿Hay alguna forma de dejarlos encerrados dentro y anular el controlador a distancia de la puerta*? -

La propuesta de Gianna era muy tentadora, pero tenía ciertos problemas. Había dos puertas *al abrirse, estas se deslizaban horizontalmente hacia el interior de la pared; un panel de control permitía "bloquear las puertas" en su posición cerrada, pero ese cierre podía ser forzado simplemente mediante fuerza bruta y solo retrasaría a los cadáveres por poco tiempo. Si querían bloquear las puertas de manera efectiva, necesitarían encontrar una forma de atascarlas por completo.

Claudius [...] esperó a que todos los demás tomaran puntería como él y habló con aquel hombre, dispuesto a darle una oportunidad.

Mientras los hombres se colocaban en su posición, el arbitrador se movió ligeramente, como si hubiera oído algo, aunque dirigió la mirada hacia un lado en vez de hacia la puerta. Entonces vieron que su rostro no era como el de un hombre normal. Aunque no se trataba de un cadáver como a los que ya se habían enfrentado antes, la carne que rodeaba a sus ojos parecía descascarillarse como madera podrida a punto de caerse a pedazos y sus ojos reflejaban un brillo perturbador. A pesar de todo no emitía ni un sonido, continuaba vigilando el túnel e ignoraba al cadáver de Constantine, que aún permanecía ahí en el suelo*².

Quizás cambiar de cargador no había sido una buena idea - la duda cruzó veloz la mente de Claudius justo cuando éste apretaba el gatillo. La horrible visión de aquel hombre convertido en uno de los monstruos (en particular aquel recubierto de ácido) fue la gota que colmó el vaso de la templanza del noble.

El recuerdo de aquellos monstruos le hizo disparar a la cabeza de el hombre desprevenido. El chorro de láser impactó contra su objetivo mientras el silenciador convertía el habitual chasquido del arma en un susurro.

Nero miró hacia los conductos de ventilación apreciativamente, pensando si serían un buen lugar para deambular por la torre, cuando se escuchó el chasquido de un arma. Un disparo. Con un gesto ordenó a los dos soldados que siguieran vigilando las zonas asignadas. 

Se giró en dirección hacia el sonido, apuntando con su arma. - ¿Qué sucede? - preguntó por el canal interno, susurrando. 

Isolda había estado siguiendo al grupo callada, mirando a todos lados e intentando centrarse en todo lo que podía hacer para que esos cadáveres vivientes fueran más débiles. Recordaba que alguna de sus Hermanas podían debilitar a los demonios con su fe y oraciones; pero no estaba segura de si ella sería capaz de eso y de si esos seres se verían afectados¹. 

Estando delante de la puerta de la morgue, Isolda se acercó un momento a Gianna.

-Si la cosa se desmadra, yo entraré corriendo a por la llave de Constantine. Cuando salga pégale fuego a todo, sin dudar.

La idea era simple. Entrar, coger el cuerpo de Constantine y salir antes de que todos esos seres y ese arbitre que ya no era demasiado humano pudieran echárse encima de la sororita. Arriesgado, peligroso, imprudente; pero rápido y ahora no podían seguir retrasándose.

El potente disparo atravesó limpiamente el cráneo del arbitrador, que cayo al suelo con un ruido sordo, parecía definitivamente muerto. Una vez examinado de cerca, se podía ver que llevaba el cuerpo cargado de explosivos. Sin duda su propósito era ser usado como una bomba viviente en caso de que los acólitos volvieran por el camino que habían huido, pero al pillarlo por sorpresa no había tenido tiempo de activar el detonador.

El examen del cuerpo de Constantine fue breve. Rebuscando en sus bolsillos, aparte de las llaves que buscaban encontraron una pistola bólter y un cuchillo bien cuidado a los que aún podían dar alguna utilidad. Solo les quedaba tomar el ascensor, aunque faltaba saber si los pisos superiores de la torre estarían tan tranquilos como aquél...

Isolda, preparada para entrar corriendo y sacar el cuerpo de Constantine se quedó parada un momento por la sorpresa ante ese grandioso disparo del noble Vipus. Esperó a que se levantara de nuevo o devolviera el disparo, pero no fue así.

-Gran disparo, señor Vipus -concedió la sororita que acabó entrando alerta por si alguno de los cadáveres se levantaba.

Volvió a lamentar la triste muerte de Constantine, un agente que solo quería lo mejor para su mundo y el Imperio. Se flageló mentalmente por no haber desconfiado antes de Skarmen y rezó una última oración para ese hombre mientras que registraban sus bolsillos.

-Si ninguno sabe usarla -dijo alzando la pistola bolter- yo le daré un gran uso y la usaré para acabar con ese traidor.

Vipus suspiró con alivio cuando el disparo hizo caer al suelo al arbites. Había temido fallar o no tener suficiente potencia, o... Mayor fue su alivio cuando Isolda, lejos de recriminarle su impulsividad, le felicitó y aún mayor fue su descanso cuando descubrieron que aquel desdichado estaba cargado de explosivos, dispuesto a inmolarse por la voluntad de Skarmen, sólo entonces pudo respirar con normalidad.

Quedaba claro que el antiguo magister primus estaba decidido a arrollarlo todo, vivo o muerto con tal de completar su plan. No había redención posible para él y lamentablemente, tampoco para sus hombres.

Recorrió con la vista la sala en busca de algo útil, entregó las llaves a Isolda (quien ya revisaba la pistola bólter del difunto) y pidió a Arcturus retirar los explosivos del cuerpo (si no había trampas en los mismos), quizás les resultaran necesarios más adelante, para volar la reja que daba al estudio de Skarmen, cualquier otra puerta o incluso para clausurar algo a sus espaldas si eran perseguidos.