Partida Rol por web

-Al final voy a tener que creer en más leyendas oscuras de las que me gustaría -comentó Isolda mientras que pasaba el ojo al siguiente y explicaba a sus compañeros lo que eran esos símbolos.

Era gracioso que en sus misiones se hubiera tenido que topar con las leyendas más oscuras de los Haarlock, vivas y coleando como se solía decir en algunos sitios, y que ahora se encontrara un símbolo de un culto oscuro y olvidado que era algo que seguro que contaban los contrabandistas para creerse más importantes o que usaban las abuelas para que los nietos se durmieran pronto.

Isolda siguió a Arkadia y apoyó su mano en su pistola bolter en cuanto vio que el tipo del sombrero hacía lo mismo, pero no lo llegó a desenfundar porque la ex-arbitre se adelantó y calmó la situación.

-Sí, y creo que es hora de que dejemos las mentiras y medias verdades a un lado. ¿Para qué Inquisidor trabajáis y con qué objetivo os enviaron aquí?.

El descubrimiento de ambos símbolos fue toda una sorpresa. Había oído algún rumor sobre aquellos asesinos, pero no información tan detallada. Desde luego tenían que ser una fuerza a considerar, y habiendo visto las capacidades de uno de sus miembros en la figura de "Arkadia", podía dar cierto crédito a la información que Isolda transmitía. 

El segundo símbolo y toda su explicacíon, sin embargo, arrancó una sonrisa sarcástica del rostro de Nero, ahora sin el casco mientras aún estaban en el interior del vehículo, por lo que se vió claramente. - Ya...y si mi abuela fuera tuviera poderes psíquicos.... - dijo, mofándose de la información. - No son más que cuentos de viejas. Cábala Tiránista. Collegium Tenebrae. Claro, como que la Inquisición permitiría que existiera algo que escapara a su control. - bufó, pasando el objeto al siguiente. 

Al poco llegaron a un edificio abandonado y tras una serie de señales efectuadas por la misteriosa mujer, entraron por una puerta lateral. Nero observó, con el casco de nuevo en su lugar, al individuo de la máscara y el sombrero, y aunque parecía amenazador, no había hostilidad en él. 

El rápido intercambio de impresiones de los dos le dijo a Nero parte de lo que quería saber. O eran muy buenos actores y tenían todo planeado de antemano, o realmente había una célula de otro Inquisidor allí. - Sí, llevadnos ante vuestro líder. - abundó el arbitrador a la pregunta de Isolda. 

Aquella reunión amenazaba con irse al trasta aún antes de empezar.

- Caballeros, señoras, por favor - pidió Claudius rogando calma a todo el mundo.

Por sospechosa que pudiera ser Arkadia e inquietantes sus símbolos (Claudius aprovechó para hacer anotaciones al respecto en su cuaderno, volvería a reconocer aquellos símbolos si volviera a verlos), no podían olvidar que acaba de salvarles la vida de una muerte bastante horrible y bastante segura. Era improbable que lo hubiera hecho para traerlos a otra trampa (si hubiera querido su mal, habría esperado el desenlace de la lucha contra los no muertos o les hubiera disparado a ellos).

- Usted, el de la esquina, si no le importa, podría mostrarse también a mis compañeros, por favor - dijo señalando en la dirección que el servocráneo había indicado - nunca estaba de más que aquel creyera que Claudius podía verlo - así es todo más fácil. Gracias.

- Lamento que nuestro encuentro anterior fuera tan... desafortunado. Imagino que cada cual es capaz de reconocer su parte de culpa ¿no es así? - dió un breve momento de reflexión y continuó.

- Bien, entiendo que todos los presentes son siervos de la Inquisición, cuyo objetivo no es otro que la estabilidad del Imperio. En ese sentido imagino que coincidiremos en que habrá que acabar con Skarmen y detener lo que quiera que pretende hacer con los fragmentos de cristal que tiene (que afortunadamente no son todos*). Esa debe ser nuestra prioridad.

- Por otro lado y en base a las otras... señales, entiendo que ustedes persiguen a alguien con el objetivo de causar su muerte ¿podrían decirnos a quién? es posible que podamos ayudarles. Como digo, nuestro fin último es (o debería ser) el mismo.

- ¿Les importaría ser claros, por favor? - sonrió sinceramente esperanzado.

Arcturus dejaba hacer a los demás, tal vez abrumado por las novedades, tal vez tratando de recobrar fuerzas para recuperarse lo antes posible y de forma definitiva de sus heridas. O tal vez la placa de datos no se apartaba de sus pensamientos...

Metió las manos en los bolsillos, mirando a su alrededor en busca de otros miembros del grupo al que Arkadia acababa de conducirlos. También a los extraños inquisidores-asesinos que ya conocían, y alternativamente a su propio equipo. Pero su rostro no mostraba ninguna expresión significativa. Parecía, simplemente, esperar.

¿Para qué Inquisidor trabajáis y con qué objetivo os enviaron aquí?

- Sí, llevadnos ante vuestro líder. -

Ante aquella mención, el hombre del sombrero y la máscara de gas bufó. — Nuestro inquisidor permanecerá en el anonimato, y el del suyo también, si son inteligentes. Si se refiere al rango más alto, ese sería yo; de modo que encuádrese y sea más respetuoso, cadete. —

- Usted, el de la esquina, si no le importa, podría mostrarse también a mis compañeros, por favor -

- Bien, entiendo que todos los presentes son siervos de la Inquisición, cuyo objetivo no es otro que la estabilidad del Imperio. [...] entiendo que ustedes persiguen a alguien con el objetivo de causar su muerte ¿podrían decirnos a quién? es posible que podamos ayudarles. Como digo, nuestro fin último es (o debería ser) el mismo.

- ¿Les importaría ser claros, por favor? -

Los argumentos de Claudius habían sido simples y concisos, como células de la inquisición debían aunar fuerzas. — No sea tan simple. En nuestra labor el asesinato es un medio, no un fin, a menos que hablemos de matar herejes. Está bien, si debemos hablar, hablemos todos, pero antes quiero saber exactamente qué ha ocurrido durante estas últimas horas. — el aludido hizo un gesto con el brazo y el individuo oculto mediante poderes psíquicos se dejó ver, llevaba un espadón de gran tamaño a la espalda, similar al de Isolda, y tenía los labios tatuados en patrones hexagonales. Llevándose los dedos a la sien, el líder contactó con otro miembro de la célula y le ordenó regresar (tan solo estaba al otro lado del edificio). Aquél último acólito iba vestido al uso de una tropa de las FDPs; mientras tanto, Arkadia explicó los últimos movimientos de Skarmen que habían terminado con la encerrona en la sala de autopsias de la que el grupo apenas salió con vida. La infiltrada había hecho bien su trabajo, había conseguido la información más relevante de los fragmentos de espejo espiando a la otra célula mientras actuaba como piloto a su servicio.

— Entonces, finalmente era Skarmen quien estaba detrás de los asesinatos, y todo era para reunir estos cristales. ¿Y para ello empleó poderes brujos? ¿Qué opinas, Lo-Tan? — quien habló a continuación fue el psíquico, el de los labios tatuados.

— Primero debería examinar uno de esos fragmentos. — respondió, mirando de forma significativa a los acólitos. — Pero las corrientes disformes que alteran el clima de todo el planeta se están volviendo cada vez más inestables y se concentran sobre la torre. Algo terrible va a ocurrir, y en no mucho tiempo, sin importar si los ha reunido todos o no. —

Las palabras del psíquico no fueron del agrado del líder, que se giró entonces de nuevo para debatir con el grupo de acólitos traído por Arkadia. — De acuerdo, esto sin duda es muy irregular, pero la situación lo requiere. Colaboraremos con ustedes tan solo con la condición de que ustedes nos faciliten la información que necesitamos. Ambos colaboraremos con la misión de los otros, ténganlo en cuenta. —

— Buscamos información sobre la Estrella Tirana, también conocida como Komus, o "Sol Negro". ¿Qué relación tiene la familia Haarlock con esa estrella? ¿Porqué sus avistamientos parecen ser más comunes cerca de los asentamientos históricos de esa familia de comerciantes independientes? ¿Y qué saben de la destrucción de Quaddis y del Propheticum Heréticus Tenebrae? —

— Esas son nuestras condiciones. —

Nero gruñó ante aquel hombre, observando con detenimiento sus ropajes, sus símbolos, y sus maneras. Al exponerse todos los miembros de aquel grupo quedó claro que eran una célula de otro Inquisidor, por lo que se permitió relajarse sólo ligeramente. 

- Sí, fue el Mariscal Skarmenn, y con los muertos reanimados está claro que está usando "magia" hereje. Sospechamos que ha recibido ayuda de un templo al que planeábamos visitar antes de.... desenmascararlo. - aportó el arbitrador.

Con las siguientes preguntas, dejó que fuera otro quien revelara la información, pues él había llegado más tarde al grupo que los acontecimientos por los que estaban preguntando. 

Isolda se mantuvo impertérrita ante las palabras del "líder" de la otra célula, ese que todavía no había dicho su nombre. No pudo evitar mirar con el ceño fruncido al tal "Lo-Tan, el psíquico autorizado que había detectado Claudius y se maldijo a sí misma por no haber pensado en la posibilidad de otra célula. Se había centrado tanto en traidores y herejes en altos niveles de los gobiernos que no vio lo más sencillo de todo.

-Quaddis fue engullida por una especie de alineación disforme, no soy navegante ni psíquico, por lo que no entiendo de esas cosas; pero sí puedo asegurar que intentaron despertar cosas poderosas y peligrosas, así como tuvimos grandes pérdidas, tanto de compañeros como de otras cosas.

Volvió a apretar los puños recordando que había perdido su bolter en ese planeta, su preciada arma sagrada y el último regalo de sus hermanas de orden.

-Detectamos una especie de señal que señalaba este planeta, tal vez fuera ese "Sol Negro" o el lugar donde se desarrollaría otro evento vinculado a esta familia, como dice. Llevamos un tiempo viéndonos metidos en las redes de sucesos relacionados con los Haarlock.

Isolda se cruzó de brazos durante un momento, pensando qué hacer a continuación y lo que decidió fue un pequeño salto de fe. Con un gesto tranquilo sacó la cajita en la que estaba el cristal que habían sacado de la estancia de aquella noble, de esa especie de erudito y demás.

-Lo poco que se de esto es que la caja evita que el poder de lo que contiene se expanda. Es una caja de aislamiento o algo así -la extendió para acercársela al psíquico y puso una mano en la parte superior, para abrirla- yo lo empuño, yo lo abro y yo decido cuando cerrarlo. Si veo algo que no me gusta o me escama, lo cierro. Si no me gusta lo que puede suceder, lo cierro. En ningún momento vas a tocar el cristal -no apartaba la vista de los ojos del psíquico- ¿aceptas las condiciones?. Si es así, júralo por el Trono y por el Dios-Emperador.

Isolda respondió a las preguntas de la otra célula inquisitorial mejor de lo que podía haberlo hecho la propia Gianna. Quaddis había desparecido tragada por la disformidad y ellos habían llegado a este planeta siguiendo una pista que habían encontrado en Quaddis.

Esos cristales vuelven locos a sus dueños.- Se permitió advertir al psíquico antes de dirigir su atención al resto de la célula. Skarmen intentará hacerse con el control del planeta. Debemos ponernos en movimiento lo más rápidamente posible y advertir a quienes aún pueden hacerle frente.- Mientras hablaba, la soldado, cayó en algo en lo que aún no se había percatado y siguió hablando para sí.- O tal vez no lo haga. Tal vez ya no tenga la necesidad de hacerlo porque ya ha puesto en marcha la última parte de su plan y lo verdaderamente urgente sea asaltar la torre.

Cuando Claudius observó a aquel grupo, no pudo más que sentir admiración, aquellos si que parecían profesionales (después de compartir frío, miedo y miserias con Arcturus, Gianna, Nero e Isolda siempre al borde de la catástrofe se sentía de todo menos seguro). Aquellos si que parecían bien preparados y bien equipados, con capacidades psíquicas, motos y armas (visto por otro lado, él había contemplado a Isolda luchar contra un ser disforme y derrotarlo y había visto a Hieronymus realizar el sacrifio último por los demás, estando justo a su lado (eso también era heroico, quizás más que la pose o los trucos psíquicos).

Salió de su diálogo interior y se unió a la conversación de los demás.

- Sin duda los cristales son peligrosos (y no sólo porque un maniaco titiritero persiga a todo aquel que tiene alguno), es fácil perderse en ellos. Recomendaría prudencia extrema. De hecho, si fuera posible lo mejor sería dejarlos donde están (todo el mundo con algo de luces sabe que los psíquicos son los más susceptibles a la disformidad y que un mal paso los puede convertir en una puerta para demonios y bestias). Les garantizo que son los correctos. Y ya sabe, siendo usted... uno de los dotados (eligió el término con la mayor delicadeza posible), quizás no sea lo más prudente (puestos a teorizar podría ser que aún en ausencia de cataclismo demoníaco, Skarmen descubriera dónde estaban o quienes y cuantos eran* por el hecho de tocarlos (si es que los trozos de cristal estaban en efecto conectados).

La firmeza de Isolda, como siempre incorruptible, le tranquilizaba un poco. Aún así parecía poco para el temeroso (y conocedor de la historia de los cultos) Claudius.

- ¿Por qué no buscamos la raiz del foco disforme y detenemos a Skarmen antes de que sea tarde? Les prometo ilustrarles sobre Quaddis de camino, amplia y verazmente.

- Veo que también se han infiltrado en las FDP ¿no creen que podrían sernos útiles?

-Tal vez nos dé tiempo antes a sacar algo en claro de esto -añadió Arcturus, blandiendo la placa de datos. Puestos a colaborar, no valía la pena ocultarla al otro equipo de acólitos. -Podría ayudarnos a fijar la fecha de ese cataclismo climático. Necesitaríamos un cogitador con un espíritu-máquina medianamente poderoso. No sabrán dónde acceder a uno de manera segura, rápida y discreta?

Ya que aquellos tipos parecían tan bien equipados...

- Teníamos pensado solicitar la colaboración de las FDP, ahora veo urgente advertir, como alguno de mis compañeros ha comentado ya, a las otras autoridades, antes de tener a todo el mundo en contra, si es posible. Bastante complicado está el asunto ya. - comentó Nero. 

A medida que Isolda explicaba a grandes rasgos lo ocurrido en Quaddis, el líder de la otra célula la escuchaba con atención. Cuando terminó, dirigió una mirada al resto de miembros de su equipo, que asintieron en gesto unánime. — Eso bastará, por ahora. Pero querremos escuchar esa historia con todos sus detalles. —

— Bien, colaboraremos como prometimos. El asunto parece grave y no podemos quedarnos al margen y limitarnos a nuestra misión. Pueden llamarnos por nuestros nombres en clave. Yo soy Helios, ya conocen a Lo-Tan y Arkadia (en un primer momento la llamó Alpha para ocultar su nombre en clave) y el último miembro es Jonas. —

Isolda (sobre el cristal): yo lo empuño, yo lo abro y yo decido cuando cerrarlo. Si veo algo que no me gusta o me escama, lo cierro. Si no me gusta lo que puede suceder, lo cierro. En ningún momento vas a tocar el cristal.

— Juro por el Emperador y por el trono. — repitió Lo-Tan tras Isolda con aire impaciente. El comentario preocupado de Claudius los interrumpió, pero el psíquico lo desestimó con un gesto del brazo — Para esto nos entrenan. Si no fuera así ¿Quién más en nombre del trono sería capaz de realizar esta labor? Ahora cállese, necesito tiempo, silencio y concentración. —

Con la venia de Isolda, la sororitas dejó a la vista el fragmento desde el interior del pequeño cofre para que Lo-Tan lo examinase. El psíquico cumplió su promesa, no se acercó ni un milímetro, ni tan siquiera hizo ademán de extender el brazo, tan solo se llevó los dedos a los labios y se recorrió los tatuajes con el índice mientras susurraba extrañas plegarias en voz baja y miraba hacia el fragmento, como perdido en sus pensamientos.

Arcturus: - Necesitaríamos un cogitador con un espíritu-máquina medianamente poderoso. No sabrán dónde acceder a uno de manera segura, rápida y discreta?

Helios miró a sus dos agentes desocupados. Arkadia negó con la cabeza, pero el tal Jonas pareció pensar en algo. — El cuartel de las FDP está bien equipado y casi desocupado. Con mi identificación podríamos entrar sin dar explicaciones. —

Claudius: - Veo que también se han infiltrado en las FDP ¿no creen que podrían sernos útiles?

El comentario de Claudius parecía esperanzado, pero la repuesta que recibió fue casi sarcástica — ¿Aún no se ha enterado? Todo en este planeta está en ruinas. Los edificios, las instituciones, incluso la gente. "Fuerzas de Defensa Planetaria", apenas si se pueden llamar "Fuerzas de Defensa" a secas. Están casi desmantelados, la organización existe solo de nombre, no quedan ni dos docenas de agentes en activo. Con suerte, sacaremos una escuadra decentemente armada de entre sus restos, pero tal vez aún conserven algo útil en su arsenal que podamos usar. —

— Especialmente, si se trata de sacar a Skarmen de su torre lo tendremos difícil. Necesitaremos suficiente personal para un pequeño asedio. Tal vez los arbitradores no sean muy numerosos, pero la torre está en una localización ideal para defenderse de un ataque desde el exterior. —

Nero: veo urgente advertir, como alguno de mis compañeros ha comentado ya, a las otras autoridades, antes de tener a todo el mundo en contra, si es posible.

— Ese será nuestro próximo paso. Dudo que Skarmen sea capaz de mantener sus mentiras mucho más tiempo, pero necesitaremos todo el apoyo posible. En mi opinión... —

— ¡¡CIÉRRALO!! —

El repentino grito de Lo-Tan había estado a punto de provocar más de un infarto. Todo el mundo estaba en un silencio sepulcral, Isolda había cerrado la caja y Lo-Tan se había pegado a la pared, sosteniendo el puñal de muerte piadosa muy cerca de su propio cuello, resoplando como si acabase de correr una maratón. Tras unos segundos su respiración se fue calmando poco a poco y finalmente bajó el brazo con el puñal. — Estoy bien. Los condicionamientos de contención han aguantado... ... ...hay un demonio ahí dentro. —

Claudius dirigió una severa mirada al psíquico Lo-Tan, que posteriormente se convirtió en una sonrisa satisfecha, que claramente quería decir - ¿lo ves? Te lo djie (y tú me mandaste callar).

Por otro lado, el comentario del líder (supongo) sobre las fuerzas de defensa le hizo recordar (lo puntilloso que era ese hombre sobre los términos) que las PDF habían sido sustituidas por la seguridad al mando del general Khan (a quien Claudius en realidad se estaba refiriendo respecto a lo de conseguir ayuda (¿quién demonios se infiltararía en una organización con menos de 30 miembros en activo? ¿qué utilidad le iba a sacar? ¿cómo iba a pasar desapercibido entre tan pocos? (poderes psíquicos aparte)).

- Bien, lo de equiparnos parece buena idea, como la agente Arkadia les habrá contado, los no muertos son especialmente vulnerables a las llamas, de otra forma sólo el daño masivo o la destrucción de la cabeza (algo difícil de realizar pues aguantan hasta tres tiros en la cabeza antes de caer) acaban con ellos.

- Por otro lado es posible que el general Khan y sus hombres nos puedan servir de apoyo, son numerosos, están bien equipados (y creo que podemos contar con su apoyo después de habernos cedido ).

- Respecto al arbites... es posible que sean los peores entre los suyos (aunque los estrictos estándares de la schola y el arbites los hacen aún asi superiores a muchos) pero no dejan de ser servidores del Imperio (y no creo que hayan hecho un mal trabajo en este planeta de mierda con todo en contra) y quizás tengan una oportunidad de redención (o de ayudarnos), podríamos contactar con ellos. Convencerles de la traición de Skarmen, que a fin de cuentas sólo ha sido su superior nominalmente, con Constantine al cargo de todo el día a día de la torre.

- En conciencia deberíamos intentarlo - añadió piadoso. No era que tuviera gran aprecio por aquellos hombres y mujeres (de hecho le costaba que alguien llegara a importarle) pero había pasado mucho tiempo allí, hablado con varios de ellos y no parecía aquel lugar un nido de corruptos traidores (no como los reyes de los ladrones, que habría que abrasar por su desprecio).

Cuando Nero escuchó que iban a "colaborar", se le puso una sensación rara en el estómago. - Vaya, ahora resulta que están preocupados por nosotros...seguro. - pensó con el sarcasmo que le caracterizaba, y aunque no era dado a callarse las cosas, en esta ocasión se limitó a negar ligeramente con la cabeza, sin decir nada más. 

Aprendió los nombres de ellos, y se presentó oficialmente a su vez - Nero, Gianna, Claudius, Hermana Isolda y Arcturus. - resumió, señalando a cada uno con la mano derecha y un dedo extendido. Ya lo sabrían, pero al menos ahora era oficial entre ellos, era lo correcto. 

Que el psíquico se pusiera a investigar aquella joya le agradaba exactamente la cantidad de cero. Mantuvo su mano en la empuñadura de su pistola mientras le mantenía vigilado. - Una escuadra deberá bastar, si es con lo único que contamos. Si conseguimos que al menos vayan bien armados... - contestó, para inmediatamente, sacar la pistola y apuntar al psíquico con ella. El punto rojo del láser estaba justo en su frente, mientras tenía los dos ojos muy abiertos por la declaración que acababa de hacer.

- Un...¿demonio? Sagrado Emperador.... - susurró. 

Isolda iba a hacer un comentario sobre como poder asaltar la torre de los arbitres cuando el psíquico gritó y ella cerró la caja más por instinto que porque hubiera escuchado lo que decía. Una de sus manos fue hacia la pistola bolter, pero al ver al propio psíquico dispuesto a acabar con su vida se calmó un poco, aunque no se fiaría de el al cien por cien, de ningún psíquico lo haría.

-¿Es un demonio o es un Demonio con mayúsculas? -no sabía mucho de esos seres, pero sí sabía que había criaturas tremendamente poderosas.

Inspiró para calmarse por completo y guardó la caja mientras que Nero hablaba y presentaba al grupo 

-Podríamos preguntar a Khan si de verdad es capaz de demoler esa torre, como nos amenazó -una parte de ella se arrepentía de que no lo hubiera hecho pues todo habría acabado antes- incluso podríamos intentar azuzar a la gente de las bandas, aquellos con los que hablamos.

-Unir a los Resaca y a Skarmen suena utópico por ahora, hermana -replicó Arcturus. -Pero apoyo su idea. Contactemos con ambos grupos e intentemos ganar fuerzas. Y háblenos de ese plan de asalto.

La escena del psíquico había terminado de poner enfermo al tecnosacerdote. Se le revolvían las tripas, estaba pálido. Sin embargo, el tono metálico de su voz seguía siendo el de siempre.

-Se encargarán ustedes? preguntó a sus compañeros. Yo he de ir al cuartel de las FDP a leer esta placa. Si puede acompañarme, Jonas, se lo agradecería.

Miraba ahora uno por uno a los miembros del otro grupo. Menos al psíquico. -Sobre ese libro, Hereticum... Creo no saber nada. Y tampoco sabemos todavía... Cuál es su misión?

Al oír el grito del psíquico Gianna llevó instintivamente su mano derecha a la empuñadura de su pistola láser. Por suerte la situación no fue más allá y el hombre pudo controlarse.

Tal vez sea ese demonio de quien hablaba Skarmen cuando se descubrió su traición, ese al que había que darle lo que quería. ¿Qué más a descubierto de él?

Según pensaba la soldado, el tiempo parecía estar acabandose, el hereje se había puesto en movimiento y dudaba que fuese a parar. Le hablo entonces a Helios, a quién el asunto de los cristales le había interrumpido. -Si ya nos hemos presentado creo que es el momento de comenzar a dar ese siguiente paso del que hablaba.

- ¿Demonio? ¿demonio? - se preguntó

- Desconozco cual es la escala del mal con el que nos enfrentamos, pero siento realistas, no creo que sea el mal a pequeña escala, si Skarmen ha sido capaz de levantar cadáveres, mutarlos y subertir toda una facción de (teoricamente leales) servidores del Administratum, por no hablar de cometer magnicidio y reunir artefactos heréticos sin indudable poder (una vez más miró al psíquico - te lo dije).

- Un demonio es un demonio - Claudius había visto uno en persona (aquel que había destruido Isolda) y eso le restaba valor a todo lo que había leído (mucho) sobre ellos en sus tratados: inmunidad al dolor y a las armas normales, corrupción con el contacto e incluso con su mera visión, poderes psíquicos inimaginables...

- Supongo que tendremos que acabar con él (lo que correrá de tu cuenta Isolda) o tratar de impedir su manifestación en el plano real (creo que lo he dicho bien) si eso es posible, lo que pasará, imagino por destruir a Skarmen, idealmente más pronto que tarde.

- Respecto a lo de destruir la torre... quizás sea posible, pero no creo que sea fácil, se trata de una construcción centenaria, de demostrada resistencia (pese a su estado) contra las inclemencias de este turbulento planeta y quizás Skarmen ni siquiera se encuentre allí ¿tenemos certeza de tal cosa? ¿podemos tenerla (algo como la detección psíquica o el pirateo de los sistemas de imagen de la torre)?

- Respecto a la escoria de los Resaca, dudo mucho que estén dispuestos a ofrecernos ninguna ayuda, mucho menos cargar contra la resistencia del arbites en la torre si estos llegan a atrincherarse (insisto, lo mejor es negociar con ellos, convencerlos de que Skarmen es el mal) y si lo hacen, no sería más que un mal precedente.