Partida Rol por web

es posible que el general Khan y sus hombres nos puedan servir de apoyo, son numerosos, están bien equipados

— Sin duda son la mejor opción. También son quienes más rápido podrían organizar sus números para prestarnos apoyo. —

Respecto al arbites... quizás tengan una oportunidad de redención (o de ayudarnos), podríamos contactar con ellos.

— Ni hablar. Si Lo-Tan está en lo cierto apenas tenemos tiempo de hacer preparativos, y tendremos una mejor oportunidad si golpeamos por sorpresa. Cualquier tipo de contacto o advertencia eliminaría la más mínima ventaja que logremos obtener contra ellos y nos costaría un valioso tiempo. Quienes se rindan podrán ser capturados, pero no estamos en disposición de fracasar por mostrar clemencia. —

Isolda: -¿Es un demonio o es un Demonio con mayúsculas? -

Gianna: Tal vez sea ese demonio de quien hablaba Skarmen cuando se descubrió su traición, ese al que había que darle lo que quería. ¿Qué más a descubierto de él?

— ¿Habría alguna diferencia? — respondió Lo Tan con cierto sarcasmo ahora que se había recuperado un poco de la impresión — Pero lo cierto es que parecía debilitado, casi como encadenado. ¿Con qué fin? Nunca escuché que se pudiera capturar un demonio durante mucho tiempo sin encerrarlo en un huésped. — Lo Tan continuó murmurando algunas palabras para sí mismo, como "repositorio", "secretos" o "sin precedentes" pero finalmente volvió a centrarse en el presente y pudo continuar la conversación.

Si el propósito de Skarmen es liberar a su benefactor de la disformidad todo tendría sentido, y nosotros estaríamos en graves problemas. Todos los ritos para contener a un demonio tienen una debilidad en común, y es que, si se le da la oportunidad el demonio puede romperlos a la fuera. Imagino que sin los fragmentos que le restan, Skarmen provocará una gran grieta en el tejido que nos separa de la urdimbre en sus esfuerzos por acumular suficiente poder con el que romper los barrotes de la prisión de su amo. —

quizás Skarmen ni siquiera se encuentre allí ¿tenemos certeza de tal cosa? ¿podemos tenerla?

— Sin duda estará allí. — respondió Lo-Tan con seguridad — la peste de la urdimbre se concentra en ese lugar. Tal vez la propia torre cumpla un papel importante, o ya haya realizado los preparativos en su interior, pero no hay posibilidades de que pueda huir sin renunciar a sus propósitos. —

- Respecto a lo de destruir la torre... quizás sea posible, pero no creo que sea fácil, se trata de una construcción centenaria, de demostrada resistencia (pese a su estado) contra las inclemencias de este turbulento planeta

— Esto es una gran verdad. No podremos bombardear la torre inmediatamente, está lo suficientemente bien defendida, y no sabemos cuanto costaría realmente derribarla. ¿Y si Skarmen sale ileso? ¿y si tiene tiempo suficiente para liberar al demonio o escapa sin que nos percatemos? No, la única forma de estar seguros es detenerle antes de que logre su objetivo y darle muerte nosotros mismos cara a cara, o podríamos fracasar sin ser conscientes de ello. —

— Podríamos concentrar nuestros esfuerzos en derribar las defensas de las puertas principales y tomar la torre al asalto. Simple pero eficaz, siendo más numerosos; o podríamos infiltrarnos en su interior sin que nos detecten, pero esto requeriría un enfoque más sutil, y no podríamos llevar con nosotros a un gran contingente para ayudarnos. —

Seguramente serán las dos cosas.- Intervino la soldado.- La torre, como todas las posesiones de los Haarlock, es importante y seguro que Skarmen lo elegiría como lugar donde hacer los preparativos.

Tras las palabras de Helios le quedó claro.- Pues entonces no tenemos más remedio que volver a entrar en la retorcida torre. ¿Sabemos de algún método para entrar? Algo tan oculto como los túneles que utilizamos para escapar. - Le pregunto a Arkadia.- Tal vez el general Khan podría lanzar un ataque de distracción mientras nosotros nos infiltramos.

- Mi compañera tiene razón, una combinación de ambos frentes de ataque sería la mejor opción. Mientras se acomete un ataque frontal de la mayor envergadura que podamos reunir, unos pocos se deberían de infiltrar por otro lugar aprovechando la "distracción", y tratar de llegar por otro lado. El doble de posibilidades de tener éxito, y además, así todos los ojos estarán puestos en la puerta principal, dándole mayores probabilidades al equipo infiltrado. - dijo, apoyando la propuesta de Gianna. 

No le gustaba sacrificar a agentes del Arbitres, pero aquellos habían permitido que un gusano infecto, un traidor, les carcomiera desde dentro, y como bien decía Helios, si se rendían, se les perdonaría la vida, ya se les sometería a los interrogatorios y pruebas pertinentes por los estamentos que el Ordo decidiera, pero no podían detenerse, había demasiado en juego. - Khan estará más que encantado de asaltar la torre de los arbitres, y más si le vendemos que tendrá nuestro favor. Me gustaría contar con las FDP también, así que lo suyo sería ir primero a avisar a Khan y a las autoridades que podamos, y desde ahí ir a buscar a los militares, y de ahí, todos a la torre. - 

No había dicho nada, pero estaba claro que Nero era también de la opinión de Helios, tenían que acabar con Skarmen cara a cara. 

¿Sabemos de algún método para entrar? Algo tan oculto como los túneles que utilizamos para escapar. - Le pregunto a Arkadia.- Tal vez el general Khan podría lanzar un ataque de distracción mientras nosotros nos infiltramos.

- Mi compañera tiene razón, una combinación de ambos frentes de ataque sería la mejor opción.

Arkadia explicó que nadie les había visto escapar por los túneles (salvo los cadáveres, que habían sido destruidos), de modo que si usaban otra entrada, tal vez seguirían siendo útiles.

— En ese caso, parece que está decidido. Solo queda acudir a Khan para que organice el ataque exterior y nuestra entrada pase desapercibida. —

Sin embargo, el cuartel de las FDP estaba más cerca, y Arcturus aún debía intentar identificar el significado del mensaje cifrado de Quaddis, de modo que planificaron hacer una parada allí para armarse. Aparte del vehículo que pilotaba Arkadia, los otros tres acólitos montaban repartidos en 2 motocicletas plateadas.

El trayecto hacia el cuartel fue tranquilo, pero las calles habían comenzado a dejar de estar vacías. Los habitantes de la ciudad habían salido al exterior pese a la lluvia; algunos permanecían frente a sus puertas mientras que otros vagaban por las calles sin un rumbo claro. Salvo en las zonas más empobrecidas, era la primera vez que los acólitos veían a tanta gente al aire libre.

Finalmente llegaron al edificio y el acólito presentado como Jonas utilizó una llave de acceso que permitió entrar a todos sin complicaciones. El edificio parecía vacío, y Jonas dirigió a todo el mundo a un pequeño arsenal apartado, cerca de un puesto de operaciones donde Arcturus podría dar uso de sus cogitadores.

— Intentaré contactar con el personal de reserva de las FDP. Al menos debería haber un puñado de ellos despiertos y listos para ponerse en acción. — declaró Jonas, mientras los acólitos se preparaban.

Al escuchar la respuesta de Helios, todo quedó zanjado y no tardaron en ponerse en marcha. Salir de nuevo al exterior y recibir la lluvia - dichosa lluvia - no era de su agrado, pese a ser oriundo del planeta. Nunca le había gustado la lluvia, sólo esa fina y que casi no se ve, y que el planeta hubiera modificado su tiempo atmosférico provocando, por culpa de los movimientos tectónicos y volcánicos, más lluvia, era como si se hubiera propuesto joderle más, algo totalmente absurdo, porque, un planeta no estaba vivo y no tenía pensamientos propios, ¿verdad? 

Montando en el vehículo con la ahora, compañera en menesteres inquisitoriales, se dirigieron hacia el cuartel o instalación de las FDP más cercano, donde al llegar pudieron encontrar un cogitador que pareció del agrado de Arcturus, dada la premura con la que se acercó a él, y algo mucho más interesante desde el punto de vista de Nero, un montón de armas. 

- Ya era hora encontrar material decente, ¿no es sorprendente? - dijo sin poder dejar de imprimir un fuerte tono sarcástico totalmente inconfundible en el que se apreciaba el dolor y frustración que este agente del arbitres tenía para con el que era su mundo natal. - Estoy cansado de tanta tontería, de tanta corrupción, de tanta maldad, de tanta desobediencia. Éste sistema que tenemos montado aquí se cae a pedazos, está muriendo por dentro, cada vez hay menos gente leal al Emperador, el mismo planeta parece decidido a inmolarse a sí mismo al notar la mácula de corrupción que campea a sus anchas por aquí...Sólo hay una manera de arreglar toda esta mierda. Empezar de cero y hacerlo bien esta vez. Por el Emperador. - dijo, más para sí mismo que para otros mientras paseaba delante de las armas seleccionando unas y otras, y apartándolas del resto para que Gianna les diera un vistazo, dada su experiencia militar, y así poder escoger entre las mejores de aquel montón, aunque en ningún momento evitó que quien estuviera cerca de él, le escuchara. 

Pensó en la gente que habían visto a través de las ventanillas al ir hacia aquí, y cómo le había llamado la atención el hecho de verlas, cuando de normal se mantenían en sus domicilios. Quizá estaban sintiendo algo de toda esa actividad paranormal que estaba pasando allí, algo relacionado con el espejo y la torre - Esa maldita torre que tendría que haber sido derruída años ha. -  

Asintió a lo que decían Lo-Tan y Gianna. La torre Haarlock jugaba un papel importante en todo aquello. Pero no sabría decir si el de una antena amplificadora o un emisor de algún tipo... La incertidumbre, y la pavorosa perspectiva de tener que afrontar a un demonio verdadero, no ayudaban a pensar con facilidad. Se encontró a sí mismo retorciéndose las manos bajo la túnica. Respiró hondo varias veces tratando de calmarse. No lo consiguió del todo hasta que estuvo sentado frente al cogitdor de las FDP. Las plegarias de rigor que hizo mientras el espíritu máquina despertaba y le permitía invocarlo fueron reconfortantes. Musió una oración suplementaria mientras introducía la placa. Un suave ronroneo siguió a continuación, y la mecadendrita de Artcurus se balanceaba al ritmo.

-Consíganme unos lanzallamas mientras termino con esto, ¿quieren? -pidió a sus compañeros. -Y granadas de esas que... bueno, un surtido. Ustedes saben más de eso que yo.

Dejó el reclutamiento por completo en manos del tal Jonas y se concentró en extraer todo el jugo a la placa, con el cogitador a pleno rendimiento, depurando las informaciones, tratando de buscar patrones y correspondencias en las bases de datos locales, rastreando cualquier secuencia que pudiera ser reveladora del factor Haarlock que parecía dar sentido a todas las piezas de aquel enorme rompecabezas sideral.

Tenían un plan de acción, no parecía mucho, pero era bastante más de lo que tenían cuando estaban a punto de caer bajo el ataque de los monstruos de Skarmen.

- ¿Por qué hay tanta gente en las calles? ¿Saben si hay algún acontecimiento que pueda haberles sacado de casa? - Les preguntó a los miembros de la otra célula. Llevaban más tiempo en el planeta y tal vez tuvieran alguna explicación para ese comportamiento.

En la armería echo un vistazo a las armas que apartó Nero dándole su opinión sobre ellas mientras buscaba un lanzallamas para Arcturus y algunas granadas incendiarias para el grupo.

Claudius había estado meditando las palabras del tal Helios, nominalmente (o de facto) líder de la otra facción de la Inquisición.

- Mire, ya sé que no desea perder el factor sorpresa y que está dispuesto a sacrificar a los arbites en pro de conservarlo (la teoría del bien mayor y su excusa para toda clase de horrores) pero, si tiene en cuenta lo que ha dicho, que derribar la torre es muy improbable, que ésta se encuentra bien defendida para un ataque frontal y que Khan es nuestra mejor baza... quizás haya una opción aún.

- Cuando llegamos a la torre, Khan apareció en la puerta, amenazó con destruir la torre y eso fue suficiente para: amedrenar a toda la torre (que genuinamente temía por su vida y por la integridad del edificio) y para atraer a la casi totalidad del personal hacia la puerta principal.

- Si le parece podemos repetir la escena, Khan amenazará con destruir la torre si los arbites, a los que se explicará que Skarmen es responsable de la muerte de Constantine y del gobernador planetario (entre otros) y un hereje, no lo entregan. Eso conseguirá dicho objetivo de distraer. Evitando muertes entre las fuerzas de la torre y de Khan.

- Si no lo entregan (algo muy posible pero que al menos habrá sembrado la duda razonable entre los defensores y convenciendo al menos a algunos), quienes si no, si son directamente avasallados, se verán como víctimas y presentarán un frente unido indisoluble), o si la distracción fuera insuficiente, el ataque podría igualmente llevado a cabo, con armas de largo alcance incluso (misiles, artillería) en lugar de una carga suicida (opción ésta disponibles si acabamos estando muy apurados)

- Mientras tanto nosotros podremos infiltrarnos por los conductos por los que nos sacó Arkadia o similares (imagino que conocerá más de uno).

Cuando llegaron a las dependencias de las PDF, Claudius, cual arqueólogo (así se consideraba), se dirigió a la parte más importante, el sanctasantorum del acuartelamiento, las zonas de los oficiales. Allí no sólo sería más fácil encontrar material más exclusivo, si no también de más calidad. Sólo después de repasar esa zona pasaría por la zona de cantina.

Tras indicarle los parámetros de lo que quería encontrar, indicó al servocráneo realizar un barrido paralelo al suyo (¿tirada?)

- ¿Por qué hay tanta gente en las calles? ¿Saben si hay algún acontecimiento que pueda haberles sacado de casa? -

El líder de la otra célula miró en dirección a las calles, sin parecer muy convencido. — Ni idea. Parece que en este planeta la gente no se expone al exterior a menudo, y con los mecanismos de vigilancia de los agentes de la ley en activo deberían estar advertidos de mantenerse en el interior. No se me ocurre porqué querrían salir ahora a la calle. —

- Si le parece podemos repetir la escena, Khan amenazará con destruir la torre si los arbites, a los que se explicará que Skarmen es responsable de la muerte de Constantine y del gobernador planetario (entre otros) y un hereje, no lo entregan. Eso conseguirá dicho objetivo de distraer. Evitando muertes entre las fuerzas de la torre y de Khan.

Helios chasqueó la lengua mientras echaba un vistazo a Claudius. Tal vez lo tomaba por un iluso, o un idealista, pero no parecía convencido de que aquello fuera a funcionar. — Nos enfrentamos a un adorador demoníaco y su maestro impío, junto a una hueste de hombres menores que ha engañado para servirle. Simplemente prefiero no correr riesgos. Pero mientras la operación nos ofrezca una distracción para entrar, planifíquelo como más cómodo se sienta. 

Solo le advierto que no le tiemble el pulso si tiene que disparar a un arbitrador, una vez allí dentro no podemos hacer de niñeras. —

El edificio demostró estar más vacío de lo que aparentaba a simple vista. Gran parte había sido vaciado e incluso la armería no estaba a rebosar como debería para aprovisionar a la legión de soldados de las PDF que deberían haberse alojado allí; no obstante, quedaba suficiente equipo disponible para que aquél pequeño grupo que se encontraban allí.

El que se hacía llamar Jonas volvió tras un rato, confirmando que había logrado contactar con algunos agentes que se les unirían en unos minutos. Mientras tanto Arcturus se había volcado en la tarea de descifrar los contenidos que hacía tanto tiempo había logrado extraer del mundo de Quaddis.

Como había deducido en su momento, allí estaban las fechas del reloj de acero y la gran conjunción de Quaddis, pero había algo más, estaban acompañadas por coordenadas estelares, y otras coordenadas en un sistema de medición que Arcturus no conocía. Las fechas se remontaban hasta un punto hace aproximadamente 400 años y sus últimos registros terminaban abruptamtente en las fechas presentes (apenas hay un par de registros de fechas futuras que aún no han pasado)

Pero las fechas eran solo la punta del iceberg. Entremezcladas con las coordenadas había figuras geométricas, algo que parecía una carta de navegación mediante rutas disformes incompleta, y formulas matemáticas escritas con en aquél sistema de medición desconocido formando un galimatías que incluso la mente mejorada de Arcturus no comprendía. Todo lo que podía entender era que aquellas fórmulas estaban de alguna manera relacionadas con las fechas y coordenadas, aunque no supiera cómo.

Lo último que Arcurus llegó a recuperar fue lo que creía una grabación de audio, aunque cuando lo activó sonó con una horrible voz grave y distorsionada, antinatural, que casi sonaba como un rezo o una oración:

"A TRAVÉS DE LOS EOS, CRUZANDO EL COSMOS, RECORRERÁ EL TRAYECTO MARCADO. EL QUE DESCIFRÓ CONOCIMIENTOS ROBADOS EN FORTALEZAS DE HIELO Y SE ADENTRÓ SIN MIEDO EN EL INTERIOR DE LOS ABISMOS DE LA EXISTENCIA HA ABIERTO LOS CAMINOS PROHIBIDOS QUE TRAZAN LA RUTA IMPOSIBLE DEL MAR PRIMORDIAL DE LA REALIDAD. IMBUIDO DE LOS PODERES QUE LOS DIOSES NO OSAN TOCAR Y SOSTENIENDO EN SUS MANOS SU PROPIO CORAZÓN, EL VIAJERO QUE FUERA UNO REGRESARÁ DOS VECES. ASÍ LE FUE REVELADO Y ASÍ HA DISPUESTO QUE SEA SU REGRESO."

La voz repitió el mensaje una vez más, mientras los acólitos aún procesaban lo que acababan de escuchar, pero antes de terminarlo, la voz se entrecortó y las palabras cambiaron. — ESTO NO ES PARA VUESTROS OÍDOS. ENTROMETIDOS ¡ENTREGADME LAS LLAVES DE MI PRISIÓN QUE HABÉIS APARTADO DE Mí O MORIRÉIS! — A medida que la voz se hacía más fuerte, el reflejo de las pantallas del cogitador comenzaron a reflejar unos ojos dementes y un cuerpo retorcido sobre sí mismo que pugnaba por atravesar los límites de la pantalla y llegar al otro lado.

No estaba muy convencido con la explicación del otro agente de la gran I, pero tampoco tenían más cosas que sospechas entre sus manos. - ¿Quizá estén influenciados por lo que sea que esté haciendo Skarmen? - elucubró en voz alta. Se encogió de hombros respondiéndose a sí mismo. - Sea lo que sea, ya nos enteraremos. - sus manos, mientras tanto, acariciaban la empuñadura de un hermoso cuchillo, que cambió por el suyo, y dudó entre una espada de buena y sólida manufactura y la espada sierra, de aspecto básico y funcional, pero temible, como todo ese tipo de armas. - ¿Alguno de vosotros sabe manejar esta hermosura? - preguntó a sus compañeros. 

Deshechó el lanzagranadas acoplado, ya poseía uno en su rifle, otro podría darle buen uso y serían más efectivos si las granadas caían de dos en dos, pero sí que cogió 2 de las granadas térmicas para su lanzagranadas acoplado - Bien, estas bellezas harán muy bien su trabajo...y su prima, una granada de mano térmica. - siguió repasando las armas, escuchando lo que decía Helios mientras asentía levemente. Estaba totalmente de acuerdo con lo que aquel hombre estaba dejando caer. - Que unos arbitradores no se cuestionen que los que hasta ése momento eran enviados inquisitoriales sean unos traidores, dice muy poco de ellos. El cuerpo de los arbitradores tiene brutos y matones, especializados en pegar y obedecer órdenes, porque son necesarios también, pero hay muchos hombres que saben usar la cabeza y a los que les debería de chirriar un cambio tan precipitado en una cosa tan radical y cuestionarían la orden, intentarían averiguar qué está pasando. Pero en la retahíla de reclutas novatos que tenían en la torre, no creo que hubiera ninguno aparte del finado Constantine. Mi pulso no temblará.  - sus manos recorrieron las cajas con la munición, cogiendo algunas balas. Terminó de equiparse cogiendo unos filtros nasales, un enmudecedor y un estimulante. 

Arcturus les avisó de que había encontrado algo, y pronto todos se reunieron alrededor de él, mirando los resultados de la pantalla, elucubrando qué podían ser todos esos galimatías, cuando el sacerdote marciano puso una grabación de vox. Nero se quedó quieto, escuchando con atención aquella voz que le resultaba repugnante. - No vamos a entregarte nada, basura. - respondió al final de la locución, retrocediendo dos pasos mientras apuntaba hacia la pantalla con su pistola. 

-Es una posibilidad, pero si es así no es nada alagüeño -contestó a Nero, pues si esa gente salía de sus casas atraídas por "algo", podrían alimentar ese "algo" y ser algo muy malo para todo el planeta.

Cuando llegaron a ese arsenal, la sororita solo paseó la mirada distraída, con la mente intentando unir cabos que se escapaban cada segundo y que no la dejaban ver el tapiz de todo lo que llevaba ocurriendo todo este tiempo. Cuando Nero encontró el "botín", Isolda se acercó y simplemente miró por encima hasta que vio esa munición que podría poner su revolver casi a la altura de su pistola bolter.

-Todos moriremos antes o después -sentenció imitando el gesto del arbitre, desenfundando su revolver y apuntando a uno de los monitores con la imagen, pero sin dudarlo un segundo, disparó.

Coordenadas estelares. Fechas, dos por llegar.* Arcturus anotaba la información en alguna otra parte de su mente que no estaba ocupada con el cogitador. Escuchaba a los demás revolver en el equipo.

-Hay medikits? Señor Vipus, le agradecería mucho que me echara un vistazo, aún me duele tremendamente la cabeza. Y creo que a la soldado Anzerani también le vendría bien.

Mientras, en la pantalla del cogitador se presentaba, línea por línea, un extraño mapa u hoja de ruta, quién podía saberlo... Acercó la cara y el índice, al tiempo que hacía un vago gesto hacia atrás.

-Señor Helios, acérquense por favor. Les dice algo todo esto?

En ese momento comenzó a oírse la voz. Terrible y odiosa se arrastraba, retumbaba. Cuándo cambió de registro amenazadoramente, el tecnosacerdote se echó hacia atrás, tirando la silla y trastabillando, pero sin poder apartar la mirada del rostro que había aparecido, como fascinado por la maldad que emanaba.

-Coño! El disparo de Isolda lo sobrecogió. Se volvió con mirada desquiciada, con tintes agresivos. Desconectó su mecadendrita bruscamente. -Eso duele!

Giana esperó a que sus compañeros eligieran primero que coger de la armería antes de decidirse por el lanzagranadas.

El demonio hablo a través de las pantallas proyectoras y la sangre de la soldado imperial se congeló en sus venas. Isolda actuó como un resorte reventando de un disparo la pantalla, pero aquello no mitigó la desazón que se había incrustado en su corazón.

Claudius había estado rebuscando en la que suponía era la zona de oficiales. Encontró un abrigo blindado con un estilo algo antiguado pero en buen estado y se quitó la mochila y los correajes para probárselo. En ese momento Nero "encontró" la caja de tesoros que había rescatado y empuñó la espada sierra con gesto admirativo.

Temiéndo que fuera a adelantársele, con suavidad la cogió de sus manos, la empuñó con firmeza y apuntó con ella al cielo con gesto (supuso) heroico.

- ¡Ay señor Karajcik, si me hubiera visto en mis tiempos jóvenes! Dirigiendo la vanguardia de los regimientos de Nova Castilla! - apretó el gatillo de la espada haciéndola rugir - fui comandante de la armada ¿no lo sabía? De hecho tenía una espada semejante a ésta, la verdad (de una calidad superior, claro, los factorum armamentarium de Nova Castilla son de lo mejor del sector) - supongo que no le importará que la conserve (que yo la encontré antes).

Por un momento dudó sobre la munición "Revientacuerpos" (balas sobrecargadas de propelente y con cabeza prefragmentada que convertían cualquier arma mediocre en capaz de carnicerías propias de un bólter, pero sabía lo que tales proyectiles acababan haciendo con el cerrojo y percutor de cualquier arma y sentía bastante aprecio por su (exquisito, exclusivo y carísimo) Carnodón.

Dejando la decisión para más tarde, echó en su bolsa de medicamentos todas las drogas que encontró y atendió la petición de Arcturus de primeros auxilios y después hizo lo mismo con Gianna.

La pantalla del proyector voló por los aires al recibir varios disparos. Las balas de Helios y el psíquico Lo-Tan se habían sumado a las de Gianna e Isolda, el psíquico tenía una mirada de especial preocupación, la aparición tan directa del demonio sin duda lo había perturbado.

un extraño mapa u hoja de ruta, quién podía saberlo... Acercó la cara y el índice, al tiempo que hacía un vago gesto hacia atrás.

-Señor Helios, acérquense por favor. Les dice algo todo esto?

El líder de la célula intentó examinar lo que le señalaba Arcturus, y aunque parecía muy interesado, frunció el ceño con frustración. — Reconozco algunos nombres cerca del borde exterior del sector junto al Halo de Estrellas, pero sin un mapa estelar completo para comparar... quien sabe. Guarde esa información, será útil cuando tengamos el tiempo y los materiales para estudiarlo en detalle. —

Al poco tiempo volvió Jonás, solo había logrado contactar con tres soldados de las FDP capaces de unirse a tiempo, pero llegarían sin falta y propuso que participasen en el grupo que se infiltraría en la torre. Ya solo quedaba convencer a Khan...

Reunirse con él fue incluso más sencillo de lo esperado. Pese a todo, parecía que los agentes de la ley estaban aún más ocupados que antes, y el cuartel era un hervidero de actividad. Cuando les recibió en su despacho Khan estaba sudoroso y profundamente agobiado, pero incluso así pareció alegrarse cuando vio entrar por la puerta a los acólitos.

Nero asintió a Vipus y cedió sin problemas la espada sierra al noble, no tenía el cuerpo para discutir ahora mismo, o sí, pero no con él, no de la manera que le pedía ahora mismo la sangre. - Consérvela, no seré yo quien le impida dirigir de nuevo la vanguardia, Claudius. -

Los tiros de sus compañeros a la pantalla aún resonaban en sus oídos, y ciertamente, se maldijo por no haber tenido los arrestos necesarios para disparar. Con una de esas cosas, por lo que había oído en cientos de historias de bar, habladurías de comerciantes o simplemente, cuentos...con uno de esos demonios no se podía jugar, no se podía dudar. - La próxima vez, no lo haré. - se dijo a si mismo. 

Aquel hombre, Helios, había nombrado el Halo de Estrellas, pero hasta que tuvieran acceso a una carta estelar, no podrían avanzar más en la investigación. - ¿Es posible que esto lleve tanto tiempo, tan lejos, y tantos lugares como parece? - preguntó el arbitrador, anonadado por las fechas, lugares tan distantes y la información a la que poco a poco iba teniendo acceso. 

Rumiando sobre eso estaba cuando llegaron en presencia de Khan y sus hombres. El ajetreo enseguida llamó su atención, y no pudo evitar ver reflejado el alivio en la cara de Khan al verlos. - Sí que cambian las tornas...no hace mucho parecía deseoso de hacernos desaparecer, ahora parece ansioso por complacernos. ¿Será la I?  -  se dijo con sorna. - Khan, ¿qué sucede? - preguntó sin más preámbulos. 

La soldado se levantó las ropas para que Claudius pudiera coserle la herida del abdomen. Aquello dolía, pero se lo habían hecho tantas veces que consiguió que su cara no transmitiera ni un solo gesto de malestar. Una vez remendada, volvió a colocar la camisa en su sitio y colocarse la armadura.

Durante el trayecto Nero preguntó por el mapa.- Este no es el primer planeta en el que estamos y a vista de ese mapa estelar mucho me temo que no será el último.- Los problemas parecían extenderse por todos los planetas en los que los Haarlock habían estado en un plan trazado muchos años antes.

Al llegar Khan parecía a punto de ser sobrepasado por la situación, cosa que evidentemente no era nada bueno. El arbitrador le preguntó por la situación, así que Gianna decidió no añadir nada hasta que el general hiciera una descripción de cómo estaban las cosas.

- Bueno, quizás no fuera exactamente la vanguardia, al menos no siempre, señor Karajcik - respondió Claudius en voz queda en un arrebato de sinceridad al aceptar la cesión de Nero (habría cedido a la primera si éste la hubiera reclamado como suya, aquel hombre imponía y quizás no estuviera del todo en sus cabales (recordó la escena de la tortura y la alegría que el antiguo arbitrador desprendía entonces). En realidad el paso de Claudius por la armada había sido menos del estilo dirigir la vanguardia y más del estilo: breve instrucción, ascenso directo, cómodo despacho intercalado con ejercicio de la medicina ocasional y tiempo libre de sobra para estudiar, investigar y cazar en planetas de lo más exótico. Pero eso no tenía por qué saberlo Nero ¿no?

Terminó de recoger sus cosas, finalmente aceptó una docena de balas destrozadoras para la pistola Carnodón. Quizás tendría que tener cuidado con su preciada e insustituible arma, pero la última vez la munición normal no fue suficiente contra los mutantes a pesar de impactarles en la cabeza.

Trató las heridas de Arcturus, Gianna y finalmente de Nero, quién sin decir nada se levantó la ropa y se puso "a la cola" y apenas se estremeció bajo el antiséptico y las metalosuturas.

Pensándolo bien, dejó el servocráneo bajo los cuidados de Arcturus, quizás aquel pudiera optimizarlo o al menos asegurarse de su buen funcionamiento.

- General Khan, gracias por recibirnos - saludó Claudius siempre correcto (los demás seguramente habrían dicho que era su obligación o lo hubieran amenazado de muerte pensó).

- Nos alegramos de que haya organizado la seguridad en las calles (aquello que siempre había querido) que ahora parecen más turbulentas que antes. Le presento al resto de nuestro equipo - señaló a Helios, Lo-Tan y Arkadia, sin dar sus nombres, ni explicar que pertenecían a una facción diferente

El mariscal secundus Constantine ha muerto, resultó ser un fiel servidor del Emperador. El mariscal Skarmen, su asesino, sin embargo ha sido desenmascarado. Él es el responsable de los asesinatos, de los magnicidios (lord Sur'Seculo y el gobernador planetario) y es quien está detrás de los cadáveres andantes (más adelante le indicarían a él y a sus hombres la relativa vulnerabilidad de éstos al fuego y a la destrucción craneal).

- Se ha atrincherado en la torre Haarlock y creemos que ha convencido (subvertido) a todos o a gran parte de los arbitradores de que es el único servidor fiel al Emperador (de hecho nos acusa de la muerte de Constantine) y disponía (quizás aún tenga más) de cadáveres animados (mutados) que maneja como un titiritero.

- Verá, su colaboración será necesaria. Un grupo se infiltrará en la torre y decapitará a la serpiente (el simil seguramente sería del agrado del general), pero alguien debe atraer la atención de los atrincherados.

- Su misión será esa, amenazar la integridad de la torre y de sus ocupantes. Acusarles de traición al Trono y exigir su rendición. Un despliegue adecuado de personal y medios será suficiente. Estará en contacto con nosotros y debe estar listo para atacar la torre si fuera necesario (sólo si fuera necesario), quizás incluso desde lejos (¿artillería? ¿cohetes?) sin arriesgar a sus hombres si la situación no lo exige.

- Intentaremos salvar la vida de aquellos arbitradores que permanezcan leales al trono así como las de (tantos como sea posible de) sus hombres.

Isolda se abstuvo de parricipar en la investigación del mapa porque todo eso era muy superior a ella, no entendia de mapas o cartas estelares. Sin embargo si que se preparó para ir hacia los cuarteles de los agentes de la ley a hablar con Khan.

-Si pudiera no matar a los arbitres sería perfecto, pero entiendo la dificultad de luchar con una mano atada a la espalda por lo que ninguno de los presentes le echará en cara que no dude en matarlos -Isolda miró a Vipus y se mantuvo firme, pero no amenazante- Si pudiera contactar con algun otro tipo de apoyo, tal vez por parte de nobles o aliados... Toda la ayuda seria bien recibida.