Partida Rol por web

- General Khan, gracias por recibirnos -

- Nos alegramos de que haya organizado la seguridad en las calles (aquello que siempre había querido) que ahora parecen más turbulentas que antes.

Solo aquella frase fue suficiente para que Khan arrugase el ceño en lo que parecía un rictus de dolor.

— No se hace a la idea de lo complicada que se ha vuelto esa tarea. La gente se ha vuelto loca. Al principio solo eran un puñado de personas que se saltaban incomprensiblemente el toque de queda, pero obedecían regresando a sus casas como somnolientos. Sin embargo, en cuestión de horas los viandantes se contaban por cientos, y cada vez se resisten más a obedecer. Hace solo unos minutos que me han llegado noticias de que algunos han llegado a comportarse de forma violenta. —

Khan escuchó atentamente las noticias sobre Skarmen y la torre de Haarlock. La noticia de que Skarmen era el responsable de los asesinatos, incluso sin informarle de su asociación con los poderes demoníacos, había alterado visiblemente al general, sin embargo se mostró muy dispuesto a ayudar.

— No podré poner a su servicio a todos mis hombres, tal y como está ahora mismo la ciudad necesitamos protección en el distrito I, pero serán más que suficientes para amedrentas a ese loco de Skarmen. Yo mismo dirigiré el asalto, si lo desean. —

Nero miró torvamente al General Khan cuando escuchó sobre el comportamiento de la gente. - Lo imaginaba. - dijo, mirando de reojo a sus compañeros y a las nuevas incorporaciones. Era cierto que había tenido una intuición sobre el tema, pero lo que sucedía era totalmente desconocido para él.  - Intuyo que cuando acabemos con Skarmen y lo que está haciendo, lo que le sucede a la gente se acabará. Debemos darnos prisa. - 

- Usted conocer mejor que nadie a sus hombres. Si considera que es necesario que dirija el ataque, hágalo. Si considera que puede delegar en uno de los suyos, hágalo. Nosotros haremos el resto. - afirmó contundentemente. 

Ya habían tomado una decisión, no tenía sentido demorar más el asunto, y en su opinión, cuanto más tardaran, peor. 

El evento del demonio, la pantalla y el disparo lo había dejado fuera de sí. Camino de cuartel general de Khan trató de hacer un ajuste del servocraneo de Claudius, pero el temblor de manos y su estado de nerviosismo general se lo impidieron. No abrió la boca en presencia del general, luchando por no mostrar debilidad excepto para preguntar si las dos fechas futuras que acababan de hallar significaban algo para el. Como una fiesta o una efeméride tal vez.

- Perfecto, general. Aceptamos agradecidos su ofrecimiento - respondió Claudius con una sonrisa.

- Aceptaremos todo lo que esté dispuesto a ofrecer, como dije, su objetivo será (si todo sale bien) amedrentarlos, exigir su rendición (salvar a cuantos sea posible) y (en el peor de los casos tan sólo) distraerlos. En el caso de que sea necesario realizar realmente el ataque, creo que será posible un ataque desde lejos, con artillería, cohetes y otras armas pesadas (los arbites de este planeta no disponen de nada así), capaces de suprimirlos, generar caos y precisar que movilicen efectivos hacia la puerta principial. No creo que necesite nada de eso para mantener la paz entre los civiles.

- Agradecermos su presencia en el ataque si tal cosa es posible - así tendrían contacto directo con él y además su objetivo coincidiría con el ego de aquel hombre, que llevaba años deseando hacer precisamente eso, rendir la torre. Nada como emplear los deseos de alguien. Todos ganaban con ello.

- Respecto a la protección del distrito I, asegúrese de ellos, sin embargo, sería recomendable extender la vigilancia a los distritos colindantes (III, IV, VI, VII), para evitar que se produzcan concentraciones o riadas humanas más tarde incontrolables. Seguramente sus hombres agradezcan (y hagan de buen grado) la vigilancia del sector XII (donde moran sus familias)

- Incluso podría contactar con los líderes del submundo y encargarles el control de los sectores V, XI y XIII (que a fin de cuentas ya son suyos y no dejan de ser un nido de excrementos) no tanto del orden y la ley (eso sería estúpido) si no para evitar la barbarie más absoluta. Expliqueles que un motin generalizado amenaza sus puestos y su seguridad tanto como la (nuestra) del resto de la colmena.

-Estamos hablando de bombardear la torre con nosotros dentro? -terció Arcturus con voz neutra, como la quien pregunta por algún hecho que no le incumbiera. Como si no pudieran reducirlos a pulpa allí dentro.

Por desgracia necesitaremos que esté allí presente para que el asalto directo sea creíble -expuso Isolda- pero no se ponga en primera línea. El líder de los arbitradores es un hereje, el segundo al mando fue asesinado por leal, no podemos perder a quien puede poner un poco de orden cuando todo esto termine.

El caos en las calles era como el que había pasado en otros lugares, parecía que siempre que había algo de los Haarlock en un planeta, la gente acababa volviéndose loca. ¿Qué clase de pactos y hechos había provocado esa familia?¿Había sido para llegar al poder, para mantenerlo o todo una consecuencia de sus actos?. Esa maldita familia.

-No se bombardeará la torre con nosotros dentro, al menos con nosotros vivos. Mantendremos un canal de comunicación con el exterior, directamente con el señor Khan -inspiró profundamente antes de continuar- ¿toda la población se comporta de esa manera o hay algunos que parecen mantener su voluntad?

Khan se ofreció a dirigir el ataque a la torre lo que sin duda nos ayudaba, ya que aumentaba la sensación de veracidad. Ojalá Skarmen se tragara el anzuelo y nuestro camino estuviera más libre.

Como casi siempre, el plan de Vipus cubría todos los detalles, aún así tuve que advertir al general.- Entendemos que proteger a la población sea su prioridad general. No obstante, si nuestra misión fracasa deberá centrar todos sus esfuerzos en Skarmen y la torre de los arbitradores, absolutamente todos. Porque si el hereje logra culminar sus planes no quedará sobre el planeta nadie a quien proteger.

Isolda: - ¿toda la población se comporta de esa manera o hay algunos que parecen mantener su voluntad?

— Resulta difícil de decir. Solo hemos visto civiles en ese estado, pero cada vez aparecen más de ellos. Como dicen, mejor actuar pronto. —

- Incluso podría contactar con los líderes del submundo y encargarles el control de los sectores V, XI y XIII -

Khan había aceptado muy solícito todos los consejos, órdenes y explicaciones que le habían dado hasta ese momento, pero la mención a los distritos de las cloacas y tratar en aquellos términos con los líderes de Resaca le hicieron protestar.

— ¿¡Entregarles el control!? ¿Han perdido el buen juicio? Sería como declarar que aceptamos su gobierno de esas zonas. ¿De verdad creen que merece la pena preocuparse por ese nido de ratas rebeldes y apestosas?^ —

AL menos la conversación tuvo un efecto positivo, Khan estaba más dispuesto a repartir hombres por el resto de distritos que rodeaban la cúspide principal. 

Los preparativos no tardaron mucho. Los agentes de la ley de Khan y los mandato ya estaban preparados a causa de las últimas alertas. El llamamiento a las armas de su general dejó los barracones vacíos y el despliegue de tropas y vehículos parecía suficiente para iniciar una batalla campal, aunque varios de ellos se dispersaron por los distritos, las fuerzas de Khan seguían siendo muy considerables.

Siguiendo el plan de infiltrarse, el grupo de acólitos se dirigió a una de las bocas de las cloacas en el distrito V, lo más cercano posible a la torre de Haarlock. Ahora habría que hacer el viaje de vuelta a pie, y encontrar el camino por el laberinto de túneles hediondos.

Y por fin se pusieron en marcha, el General Khan distribuyó sus hombres conforme se le había solicitado, y Nero empezó a pensar que a lo mejor no sería mala idea proponer a aquel hombre para que pasara una revisión y si era considerado apto, mantener el mando de una fuerza de Arbitres allí. - ¿Qué mayor victoria que conseguir que tu mayor rival sea tu mejor aliado? - pensó, sopesando la idea. También estaba de acuerdo con la animadversión de aquel hombre frente a la escoria criminal del planeta, así que a sus ojos aquel hombre había ganado enteros.

Pero ya habría tiempo para eso más adelante, ahora tocaba centrarse en el ataque a la torre Harlock. 

Cogiendo el armamento nuevo y el resto de enseres que habían encontrado, se dirigieron hacia lo que habían decidido sería la mejor forma de entrar. Bajaron hasta una hedionda red de túneles, unas cloacas que seguramente llevarían a alguna entrada terciaria medio-olvidada de la torre. Eran más de los que había esperado ser Nero, aquello no era bueno, ni malo, simplemente era. 

Sin detenerse a pensar en las posibilidades terribles de perderse allí abajo, Nero comenzó a caminar, buscando algún rastro o indicación que le indicara la dirección y pasillos correctos. Era imperativo entrar y acabar con lo que fuera que aquel maldito hereje de Skarmen estuviera haciendo allí dentro. - Vamos, no tenemos tiempo que perder. - 

Arcturus aprovechó los minutos en el despacho de Khan para inyectarse un mejunje del medikit que decía ser servorreparador analgésico. Y lo era. Se sintió mejor. Pero para la llegada a las cloacas volvía a sentirse aturdido por el dolor lacerante en la cabeza, y enseguida renunció a orientarse. Preparó a conciencia el rifle, y también rebuscó hasta encontrar con la pistola bolter con la que se había hecho antes de empezar la misión. Se la mostró a Isolda con cierta timidez, preguntando a la hermana sonrojantes dudas de principiante y pidiéndole consejo para usarla adecuadamente.

Equipada y con un plan de acción trazado, Gianna se metió en los túneles junto con sus compañeros, la otra célula inquisidora y unos pocos hombres de las FDP más.

Al principio intentó orientarse en los angostos túneles, pero pronto le quedó claro a la soldado que no debía perder a sus compañeros, pues sí de ella dependía podían aparecer en cualquier lugar de la ciudad menos en la torre de los arbitradores.

- General, efectivamente no hace falta que contacte con los criminales (ya se darán cuenta ellos solos de que sus distritos no están siendo patrullados). Probablemente lucharán entre sí o contra los ciudanos que han sido hechizado/hipnotizados/abducidos (no supo encontrar el término correcto). Ya recogeremos de entre las cenizas a aquellos que queden, para juzgarlos (Claudius aún les guardaba profundo rencor por el desprecio hacia su noble persona).

Recogió sus enseres, empuñó su rifle de caza y se dejó conducir por los demás de vuelta a la torre, agradeciendo a cada paso los filtros nasales y las lentillas fotosensibles.

Cuando se les unieron los soldados de las extintas FDP les echó un buen ojo, evaluándolos ¿eran voluntarios? ¿estaban convencidos de lo vital de su causa? ¿o sucumbirían como tantos otros? ¿estaban bien preparados y equipados (por norma general las PDF no tenían buena fama entre la gente de la Armada, pero cada planeta era radicalmente diferente)?

Isolda no quiso presionar más a Khan, sobretodo tras ver como se ponía al comentarle la posibilidad de que dejara unos distritos en manos de los señores del submundo. Claro que no era lo que a nadie le gustaba, pero eso era mejor que el que cayeran en manos de herejes o se descontrolaran por la presencia de ese maldito demonio.

Al llegar a las cloacas no pudo evitar fruncir la nariz por el olor de un lugar en el que siempre llovía y por la frustración de que todos los caminos le parecían iguales. Optó por no ir en cabeza en esta ocasión, dejando el liderazgo a Nero que parecía orientarse mejor que ella, por lo que se movió en segunda posición, con la pistola bolter en una mano y el revolver hijo del trueno en la otra.

El laberinto de túneles era confuso y en ocasiones volvía sobre sí mismo durante ciertos tramos o mostraba varias intersecciones que dividían el camino para más tarde volver a entrecruzarse. Tal vez fuera por su familiaridad con el planeta, pero Nero no parecía muy preocupado por los desvíos y le bastaba un vistazo rápido para elegir un camino sin dudar lo más mínimo de que avanzaban en la dirección correcta.

Aunque aquellos túneles garantizaban llegar sin ser detectados el trayecto a pie se hacía insufriblemente largo teniendo en cuenta que contaban con un tiempo limitado para frustrar los planes de Skarmen. En cierto punto, los túneles se ensancharon en lo que parecía una cámara más extensa y profunda, una suerte de pozo negro tan hediondo que ni los filtros nasales lograban ocultar el hedor por completo. Allí ocurrió un incidente cuando se escuchó un ruido y un soldado de las FDP abrió fuego en una dirección seguido por otro disparo de Arkadia. Al iluminar el lugar todos contuvieron la respiración cuando vieron uno de aquellos cadáveres suturados apoyado con la espalda contra la pared, pero pasaron algunos segundos y no se movía...

El ruido lo había provocado un ratón o alguna otra alimaña similar que escapó de allí emitiendo un par de agudos chillidos. Por suerte, aquél cadáver parecía incapaz de moverse, de hecho al observarlo mejor la mayor parte de su carne había desaparecido y se podía ver el hueso interior. Un examen de la sala reveló que en el interior del pozo negro tenía decenas de cuerpos, la mayoría incompletos o extremidades sueltas, la mayoría muy descompuestos o casi totalmente ausentes de carne. Debían de ser muy antiguos, tal vez los primeros experimentos o intentos de revivir cadáveres, o sus pedazos sobrantes, deshechados lejos de miradas indiscretas.

Después de varios minutos más de caminata, finalmente el grupo se encontró frente a una antigua puerta metálica, con apenas un hueco inferior para permitir pasar los desperdicios de las cloacas. Según los cálculos de Nero no debían de estar muy lejos.

A pesar de los giros y revueltas, Nero avanzaba con seguridad, localizando los lugares donde los herejes no había tenido cuidado y habían dejado pistas para seguirles. - Por aquí. - decía escuetamente, girando por una esquina con el rifle apuntando al frente y semi-agachado. - Limpio. - 

Siguió adelante, siempre avanzando, imprimiendo poderosas zancadas para intentar contrarrestar la gran distancia que estaban cubriendo, pero aquellos túneles no parecían acabar nunca. - Maldita sea...puñetero...laberinto... ratonil. - masculló entre dientes, mientras seguía avanzando. Al poco frenó sus pasos casi de golpe, cuando una vaharada de un olor nauseabundo sobrepasó los filtros nasales y le hizo casi llorar por la intensidad. - ¡Jo - der! - alcanzó a decir antes de que el sonido de unos disparos rebotara por las paredes. Se giró y apuntó de inmediato hacia el cadáver, y durante unos segundos su dedo estuvo tenso en el gatillo, apuntando a la cabeza del ser, esperando el más mínimo movimiento para abrir fuego, pero al poco pudieron observar el resto de la sala y comprobaron que era una especie de basurero donde los herejes, con casi toda seguridad, tiraban los cadáveres sobrantes de sus experimentos - o un almacén. - pensó el arbitrador. 

Fuera lo que fuera, de momento no había peligro, así que tocaba seguir avanzando. Llegaron a una compuerta de acero que dejaba pasar por sus apenas cinco centímetros de apertura vertical un pequeño río de detritos. Aquello debía ser la salida principal de las cloacas de la torre. - Ya casi estamos, detrás de esa puerta debe estar el acceso. Que alguien compruebe antes de pasar si hay defensas o trampas explosivas, alarmas, toda esa mierda.* - 

Tras la respuesta del resto, examinó superficialmente la puerta y la zona de alrededor. Parecía mecánica, y no eléctrica, por lo que la manivela para levantarla debía de estar al otro lado, así que no quedaba más cojones que hacerlo a las bravas. Se colgó el rifle del hombro y posicionando bien las piernas dobladas, y la espalda recta, agarró la parte de abajo de la puerta y se dispuso a tirar. - ¿Os váis a quedar mirando o qué, hostias? - preguntó en un tono desabrido y hostil viendo que nadie se animaba a ayudarle. - Panda de vagos, la puta de oros. - 

***

Se giró y vio los rostros de los soldados. Había miedo en sus ojos, recelos, y vio que aquellos hombres no necesitarían mucha presión para salir huyendo. - Cómo no...la lealtad y el sentido del deber están carcomidos en este lugar. - pensó. Pero también era cierto que si lo que estaban a punto de hacer, era más importante que todos ellos, más importante que la opinión de Nero sobre lo que había que hacer en aquel planeta. Tras un largo momento de indecisión donde buscó mentalmente palabras y un planteamiento a los que no estaba acostumrbado, se dirigió a los tres hombres que les habían seguido. - Venga chicos, juro que no hay nada de lo que no podamos ocuparnos al otro lado. - les dijo a los soldados de la FDP, tratando de quitar hierro al asunto, el problema es que no estaba muy convencido de lo que decía, o más bien que pensaba que morirían casi todos para poder tener éxito, y más tras la visión del demonio a través de la pantalla de aquel cogitador, por lo que se le notó la incertidumbre en el tono general de sus palabras.

No se le daba bien ser cordial o incluso dirigir a otros. Él era un lobo solitario, más bien mordaz y cínico, predispuesto siempre a esperar lo peor de los demás, y nunca, nunca había necesitado que nadie le dijera lo que hacer o cuál era su deber, por lo que le resultaba extraño tener que decíselo a los demás. Viendo las miradas que le dirigieron, permaneció en silencio sin decir nada más. - Para qué me meto. Lo único que tienen que hacer es obedecer órdenes, y morir si es necesario en nombre del Emperador y del Imperio, bajo las órdenes de unos enviados de la Sagrada Inquisición. - pensó. 

Eso es...la próxima vez no sería tan amistoso. Les pegaría cuatro gritos y los pondría en su sitio, y si era menester, daría ejemplo con el más desobediente. 

El tecnosacerdote seguía mansamente la hilera de hombres que avanzaban a trompicones por las cloacas. No era el hedor o el miedo a lo desconocido lo que lo atormentaba, sino la sensación de desorientación constante. Ni siquiera los disparos inopinados del FDP y Arkadia lo sacaron de su estado. 

Solo cuando Nero pidió que alguien examinarse lo que podría haber al otro lado de aquella puerta pareció salir de su estupor. Progresó con dificultad, extrayendo y aprestando el auspex.

-Voy, voy. Necesitaré un momento...

Claudius iba en una cómoda posición en el centro de la formación, había entablado conversación con los jóvenes (realtivamente) de las FDP, pero aquellos parecían tan habladores como los miembros de la inquisición del grupo de Arkadia. Sin duda estaba rodeado de profesionales, sin embargo aquello resultaba tan sólo marginalmente tranquilizador rodeado de asquerosidades y cadáveres putrefactos como si estuvieran visitando la sala de practicas de un loco ladrón de tumbas (literalmente así era) con aspiraciones. Si hubieran tenido menos prisa (menos miedo y menos asco) se hubiera detenido a estudiar el proceso  de Skarmen, pero tan sólo se limitó a comprobar que aquellos cadáveres estaban literalmente sin capacidad para levantarse y cortarles la salida. Una patada aqui y allá apartando cráneos de sus cuerpos o tibias de sus caderas, que toda prudencia era poca.

Por delante de él, el servocráneo, con su megaoculus luminosos escaneando el terreno con órdenes de avisar (esta vez con tiempo) de cualquier peligro humano, demoniaco, psíquico o químico...

Se mantuvo en guardia mientras los soldados (así les indicó Claudius) ayudaban a Nero con la puerta), él vigilaría (que ya no tenía la espalda o las rodillas para aquellos abusos).

Gianna permaneció en la formación ocupada en no perderse, su armadura reciclaba el aire disponible liberándola de lo peor del hedor del trayecto, no obstante, ni tan siquiera el reciclador pudo liberarla de lo peor del pozo donde Skarmen había lanzado los restos sobrantes de sus experimentos.

La soldado cambió la carga de su lanzallamas por la que estaba a medio usar y cubrió de promethio la sala donde se almacenaban los cuerpos descompuestos pues quería evitar posibles sorpresas. Luego, continuó caminando en formación  mientras volvía a colocar una carga completa al cien por cien.

Al llegar a la puerta avanzó, lanzallamas en mano, hasta colocarse en los primeros puestos de la formación. Si había algo al otro lado lo cubriría de fuego purificador antes de que pudiera moverse.

Los soldados de las PDF no parecían demasiado seguros de las palabras forzadas de Nero, pero al ver que parecía cierto que no había peligro se mantuvieron en su puesto.

La revisión de los auspex por parte de Arcturus, y de Claudius por seguridad, no reveló nada extraño, y al abrir la puerta pudieron comprobar que los sensores no se equivocaban, aunque aquella "seguridad" empezaba a sentirse amarga en sus bocas. Estaba claro que Skarmen conocía aquellos túneles, los restos de cadáveres lo dejaban patente ¿De verdad los habría dejado sin protección? ¿El cebo de Khan había tenido éxito y las defensas de la torre en aquellos caminos se habían reducido? Era imposible saberlo por el momento.

Tras algunos minutos más de caminata, Arkadia comenzó a reconocer algunos de los túneles y afirmó que ya estaban dentro del área de la torre. Tras algunas vueltas, ascendieron por uno de los recodos y terminaron frente a una habitación vacía y en grave estado de abandono que tal vez se había tapiado hacía décadas. El pasillo, por suerte conectaba directamente con los sótanos de la morgue a través de una puerta que había quedado convenientemente semioculta tras una capa de pintura y yeso, pero que se vendría abajo simplemente con un buen empujón. A partir de aquí era cuando tendrían que tener más cuidado. El éxito de su plan dependía de ser silenciosos y que Skarmen no les viera venir...

Tras atravesar la puerta metálica y andar unos minutos más, por fin llegaron a la base propiamente dicha de la torre, el primer paso lo habían dado con éxito, pero a pesar de prestar toda su atención y de poner una mano en la pared por si podía sentir las explosiones del supuesto ataque de Khan, no logró discernir nada. Estaban ya en zona de peligro, por lo que a partir de aquí había que ser lo más sigilosos posible. 

Activó el enmudecedor, haciendo una señal a todos para que lo activaran y puso un cronómetro en marcha en su reloj de pulsera, disponían de una hora para usar aquellos cacharros que encubrirían parcialmente sus movimientos. 

- Arcturus, Auspex antes de pasar la puerta, necesitamos saber si hay algo vivo detrás...o no vivo pero que se esté moviendo. - le susurró al adepus mechanicus. - Necesitamos subir sin que nos vean venir, y lo más rápido posible. ¿Alguna idea de dónde pueden estar las llaves que activan los ascensores? En la recepción de la planta baja está la que sube al primer piso, al de los barracones.* - preguntó al resto. - Y que alguien contacte con el General...necesitamos saber si han empezado el ataque y les están respondiendo, así sabremos dónde estarán la mayoría de hombres de Skarmen. -