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Ghela de Scofferi + Letta de Vail

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27/12/2008, 04:17
Director

Las trompetas suenan anunciando la llegada de alguien importante. A través de la ventana se puede ver a un grupo de quizá una docena jinetes atravesando el umbral de la puerta que da al patio del castillo.

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27/12/2008, 13:20
Ghela de Scofferi

Buenos días, maestro… saludó animadamente, aunque no le dio tiempo a comprobar quién se hallaba en la estancia exactamente, ya que justamente cuando acababa de aparecer por la sala donde era instruida por Dewekinus, las trompetas resonaron en sus oídos, clamando a los cuatros vientos que alguien importante estaba atravesando el umbral del castillo e invitando a sus ojos a clavarse en el hueco de la ventana en vez de echar un vistazo a su entorno, ¿quién diantres estará llegando con tanto boato?...

¿Sería el amigo de Dewekius? Ciertamente que no se imaginaba a ningún amigo de su maestro llegando con tanta pompa, lo dudaba. ¿Se habría adelantado Lord Cedric? A pesar de que, según su doncella, se le esperaba para dentro de unos días, resultaba bastante complicado predecir exactamente cuándo llegaba alguien al feudo, ya que los caminos y las situaciones que le salían a uno al paso solían influir favorable o adversamente al respecto.

Simultáneamente comenzó a desear algo interiormente, que al menos no se tratara de ningún purgador, inquisidor o similar enviado por la Iglesia, la llegada de tales figuras solía ensombrecer el espíritu de las gentes. De pronto un nudo se le hizo en la boca del estómago y empezó a temer por los libros de la Biblioteca, había escuchado rumores terribles al respecto, procedentes de otros territorios. Su rostro se ensombreció durante unos instantes para enseguida animarse de golpe: ¿Y si se trataba de Yda que regresaba de su viaje? Le parecía excesivamente pronto para algo semejante, pero no pudo evitar que esta última posibilidad la hiciese sonreír y la llevase alegremente hacia la ventana, permitiendo que la curiosidad guiara sus pasos hasta el alfeizar. Una vez allí observó con detenimiento la comitiva entrante.

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27/12/2008, 17:04
Director

De entre toda la comitiva, resaltaba una por encima del resto la figura de un joven muchacho a quien parecía que le seguíaa el resto. No tardó en ver la figura de Marius aparecer ante él y con una solemne reverencia le dio la bienvenida, antes de proceder a estrechar sus manos.

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27/12/2008, 17:07
Dewekinus

Dewekinus no se acercó a la ventana e hizo caso omiso de las salvas. Empezó a preparar los utensilios que necesitaría, y a garabatear algo en el rollo que había desplegado y sostenido sobre la pared. Mientras escribía susurraba para él mismo, seguramente aquella larga fórmula que sería el epicentro del estudio de aquel día y posiblemente, el de algunos siguientes. Normalmente, cuando Dewekinus tenía que hacer uso de algo más que no fueran sus claras y explicativas palabras, sólo podía tratarse de algo complejo y extenso.

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27/12/2008, 17:15
Letta De Vail

A letta le brillaban los ojos. Observaba en silencio asomada a aquella ventana. Giró su rostro para mirar el de Ghela. ¿quien es? ¡es muy apuesto! ¿verdad? sonrió bobalicona.

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27/12/2008, 17:35
Dewekinus

Dewekinus de espaldas a ellas y en respuesta a las palabras de Letta. No lo será más que la compleja aritmética que os voy a enseñar hoy, y es porqué os voy a enseñar la aritmética de la vida... ¡atended! la aritmética se puede encontrar en todas las cosas y todas las cosas pueden ser descritas a través de ella... como por ejemplo ese joven, podría ser descrito por valores numéricos como por ejemplo su peso, altura.... La lección fue larga y se alargó más de lo normal. Dewekinus no permitió un leve descuido a partir de que empezó a oír pasos por el castillo, estaba claro que se lo estarían mostrando lo que significaba no poder dar su lección con tranquilidad.

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27/12/2008, 21:21
Ghela de Scofferi

De pronto dio un respingo, no le habían sorprendido las pesquisas de Letta en sí mismas, sino su presencia junto a ella, y no por lo insólito, sino porque estaba tan absorta observando la escena que se estaba desarrollando en el patio, que no se había percatado de su cercanía. En un primer momento se había sentido decepcionada al ver que no se trataba de Yda, aunque era algo que ya presuponía, y posteriormente con tanta reverencia y tanto alarde en el recibimiento de aquella comitiva por parte de Marius, empezó a temerse que fuera en verdad un inquisidor, con lo cual un escalofrío la estremeció inmediatamente, poniéndole los pelos como escarpias. No, no podía ser, aquel individuo era demasiado joven para eso, entonces se centró en los estandartes, aunque para su desgracia desde allí no se percibían bien. ¿Se trataría de Lord Cedric? De hecho, en lo que menos le dio tiempo a fijarse fue en el muchacho en sí mismo, hasta tal punto además, que lo único que fue capaz de responder en un tono lleno de desconcierto a su joven amiga fue algo semejante a: pues no lo sé exactamente, Letta, se refería a la identidad concreta del recien llegado, y respecto a lo de si es apuesto... hizo una pausa breve, tan sólo interrumpida al cabo por su risa, creo que esperaré a oírle hablar y verle obrar antes de opinar a ese respecto… ¡Anda que no llevaba razón!

Acto seguido, se aproximó a su maestro, iba a preguntarle sobre Meeus, pero lo vio a su vez tan absorto que decidió esperar al final de la lección de aquel día, que por lo visto iba a versar sobre aritmética, para realizar sus pesquisas. No era que fuese uno de los temas preferidos de Ghela, pero ella no se quejaba nunca en lo que respecta a conocimientos y más aún cuando se hablaba de números y algoritmos, los cuales apasionaban a Dewekinus. Siempre andaba a vueltas con la oposición entre la aritmética inspirada en Platón y el racionalismo aristotélico, sin olvidarse nunca de remarcar la influencia del mundo árabe. La realidad era que el conocimiento de la aritmética, del manejo de los números, implicaba una forma de poder que la cortesana anhelaba, ya que en cierta medida en la mayor parte de las cuestiones importantes se dependía de quienes supieran contar, o por decirlo de otra forma, de aquellos que supieran realizar operaciones, y no eran tantísimos los que poseían esta habilidad.

Eso sí, algo por lo que estuvo francamente tentada en más de una ocasión fue por irrumpir en el pasillo y llamar a todo el mundo al orden, ya que de repente no había más que desasosiego, trasiego y ruido en todo el edificio, lo cual dificultaba grandemente la concentración y hacía que sus pensamientos divagaran una y otra vez sin remisión posible hacia la razón por la cual se estaba montando semejante revuelo, que no era otra que el recién llegado y su comitiva. Si al final decidió no salir a traer a todos a mandamiento, fue porque sabía que Dewekinus la hubiera reprendido largamente por su falta de paciencia, aunque él se estuviera tragando igualmente las ganas de hacer lo mismo.

Cuando le pareció que la lección había llegado a su fin y antes de que arribaran noticias acerca de los recién aparecidos, se acercó a su maestro y procuró indagar sutilmente en torno a otras cuestiones que le eran sumamente importantes, he enviado a Meeus con el alfarero, Obe Olbtrait, con idea de que aprenda el oficio, Dewekinus ya sabía que su pupila le estaba buscando un “beneficio” al muchacho, al cual no he podido decirle la edad de Meeus y curiosamente él tampoco, ¿cuántos años calculáis que pueda tener? La respuesta a esta pregunta era clave para la cortesana y de momento no deseaba indiscreciones al respecto. No era que no se fiara de su maestro, sino que el asunto le resultaba excesivamente escabroso en sí mismo, como para exponerlo sin más y dejar abierto un resquicio a preguntas posteriores.

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28/12/2008, 11:57
Dewekinus

Dewekinus miró a Ghela Deberá tener unos catorce, quizá quince años. luego, con el mayor respeto continuó pero decidme, ¿a qué viene tanto interés por Meeus? Desde verano que indagáis sobre él, o tratáis de mantenerlo collado... no es que desconfíe de él o sus capacidades, pero Meeus es un perro callejero, lo cual sólo me hace pensar que no tardaremos en volverle a ver tumbado cerca del río o del lago tumbado panza arriba y disfrutando como animal salvaje de su soledad. En las palabras de Dewekinus no había rabia, ni molestia alguna o resentimiento, simplemente, conocía a Meeus como si fuera su propio hijo.[/B]

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28/12/2008, 12:03
Denid

Unos gritos se oyeron fuera en la plaza del mercado ¡Señor Dewekinus! era claramente Denid. ¡Señor Dewekinus tiene que ayudarme! la voz proseguía. AGHHHHHHHHH donde está mi saco de piedras, me han robado mi saco de la protección, ya no puedo más andar fuera del castillo! aquellos gritos se conviertieron en sollozos.

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28/12/2008, 12:06
Dewekinus

su gracia me disculpará, pero creo que otro de mis supuestos hijos me necesita. dijo Dewekinus a Ghela pronto retomaremos la conversación sobre Meeus. sonrió.

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28/12/2008, 16:51
Ghela de Scofferi

Hará unos doce... o quizá más... pero si son más no muchos más, pero doce años seguro... las palabras de Gertrudis se entremezclaban con las de Dewekinus en su cabeza, deberá tener unos catorce, quizá quince años… encajando como piezas dentro de un puzle y llevándola inexorablemente al siguiente paso en sus pesquisas, hacia Oelric, para pedirle que le dejara echar un vistazo a la lista de supervivientes tras la catástrofe. Él era el recaudador de impuestos, si él no había guardado constancia de los vivos y los muertos, no lo había hecho nadie y más aún cuando ahora su cargo había aumentado y tenía bajo su tutela el nuevo asentamiento, creado precisamente para y por los propios supervivientes.

Una cosa que la alegró sobremanera fue la aparición del otro “hijo” de Dewekinus, no le hacía ni pizca de gracia que se alargara la conversación lo suficiente como para ponerse a sí misma en un brete y menos aún tener que llegar a mentir a su maestro, cosa que hasta la fecha no se había visto en la necesidad de hacer explícitamente, había dado rodeos y escogido las palabras con esmero, pero no había faltado a la verdad. Se planteó que quizás para no levantar sospechas debiera preocuparse también por Denid, por aquel otro desventurado a su cargo, claro que… ¡vaya usted a saber qué diantres le pasaba a aquel desdichado por la cabeza, que simplemente era feliz con un saco de piedras sobre las espaldas! Durante unos instantes y después de aquel último pensamiento, Ghela le envidió, mientras su memoria le daba un tirón de orejas y le recordaba una frase de Cicerón: “es la fortuna, no la sabiduría, la que gobierna la vida del hombre”. Hizo un repaso mental de todos aquellos “afortunados” dentro de su entorno, que lo único que deseaban era poseer más, más y más… y dedujo que en realidad Denid dentro de su sencillez era nada más y nada menos que feliz con un mero saco de piedras al hombro, luego en consecuencia era mucho más afortunado, y entonces, ¿quiénes eran los verdaderamente infortunados?

Respiró hondo y respondió a Dewekinus, id en paz, le sonrió mientras pensaba en lo bien que le había venido no continuar con aquella conversación por el momento. Hasta mañana entonces, maestro… acto seguido, se giró hacia Letta y añadió, creo que daré un paseo, deseaba conversar con al menos dos personas más, Oelric y el padre Wybert, pero dedujo que ante los últimos acontecimientos quizás ambos estuvieran ahora mismo perdiendo el culo literalmente por acercarse hasta allí y, aunque no fuera el momento más apropiado para hablar con ellos, quizás pudiera aprovechar para quedar para más tarde o algo más adelante. ¿Qué os parece si damos una vuelta por el patio? Sonrió a la más joven de las cortesanas y una vez dicho esto, se dispuso a abandonar la estancia tras los pasos de Dewekinus, adentrándose en los pasillos del castillo, aunque, por si acaso la búsqueda resultaba infructuosa, tomó un libro y una de sus capas cortas, en otoño nunca se sabía cuándo empezaba a refrescar.

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28/12/2008, 18:30
Director

Las dos chicas salieron de sus estancias un poco más tapadas para no coger frío. Y se dispusieron a dar un paseo por el patio. Saliendo por la puerta de su torre, pudieron ver como aquellos que fueran por seguro, la escolta de Lord Cedric esperaban sentados en el patio cuchicheando entre ellos y refrescándose con cerveza que desde la cocina, una criada les traía. Los hombres no tardaron en darse cuenta de aquella muchacha que salía de la torre, y pronto se quedaron prendados de su hermosura envidiando a quien pudiera poseerla, no dijeron una palabra, eran conscientes de lo que eso podria significar.

Marius apareció por la puerta de la sala principal.

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28/12/2008, 18:34
Marius

se acercó a las muchachas y dirigiéndose a Ghela mi señora, su padre me ha indicado que les haga saber, que hoy todos comerán en el comedor de fiestas, para honrar la visita de Lord Cedric de Lionheart sonrió, finalmente La comida se servirá un poco más tarde, su llegada ha sido algo precipitada.

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29/12/2008, 00:11
Ghela de Scofferi

Cuando les salió al paso Marius, Ghela no pudo evitar un escalofrío, alguna razón tenía su padre para mantenerlo en su puesto y por eso la muchacha lo respetaba, pero no era de su agrado y más aún después de haberle demostrado lo que él pensaba sobre las mujeres y la erudición, aún así recibió su recado con cortesía y se despidió de él hasta algo más tarde, hasta esa comida tardía en la que se comenzaría a agasajar al Lord en cuestión para que le hablase maravillas del feudo a su señor tío, o mejor dicho a su majestad. El feudo estaba estupendo, Robert de Scofferi lo regía magistralmente y todo iba de perlas, esa era la función que era de esperar para ese día y los que pernoctara por allí. De pronto algo le vino a la memoria, le echó un vistazo de soslayo a sus uñas y tuvo que ahogar literalmente una carcajada.

Una vez que estuvieron a solas, se giró hacia Letta y la conminó, regresemos pues con el resto de cortesanas, sonrió, hemos de apresurarnos a ayudar a Terrezia o tardará un mes en decidir qué vestido le resultará más conviene para tamaña ocasión… su risa esta vez sí que resonó con suavidad en el patio, aunque en el fondo había otra cuestión que la movía a acercarse con presteza a los aposentos de sus amigas, una aparte de aquella tan halagüeña; la última vez que se había celebrado una reunión de parecidas características, en la que se les hubiera conminado a todos a asistir, había sido tras la llegada de los Kiegghard, entonces Frigilda y Jutta aún estaban vivas, recordaba lo bien que lo había pasado ésta última y lo hermosa que lucía en aquella ocasión, de manera que lo más apropiado era que en ésta todas se acompañaran las unas a las otras.

Siempre había tenido una impresión agradable y francamente grata del instante en que el grupo de cortesanas aparecía en el salón del castillo en tales acontecimientos, como si fueran flores u hojas otoñales, sometidas a una fuerte ráfaga de viento, dispersándose entre los asistentes a través de la puerta, de manera que cuando fue el momento preciso, se encaminó junto a ellas hacia allí.

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13/01/2009, 19:18
Director

Todas entraron a la vez, si bien dejando un par de pasos de distancia de Ghela y Letta, que iba siempre pegada a su lado. Letta se había hecho ya una posición y se la consideraba después de Ghela, la muchacha más inteligente, lo cual causaba admiración.

Delante de ellas, los hombres de armas de su padre, hablan en un corrillo con un grupo de lo que parecen soldados bien equipados. Al fondo su padre sentado frente a Cedric discurren sobre el porvenir de Scofferishire como Ghela había sospechado desde un principio.

Marius se acercó a Ghela.

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13/01/2009, 19:22
Marius

Mi señora, vuestro padre quiere presentarle a Cedric de Lionheart. señalando al resto de cortesanas y cogiendo a Letta de la mano dice Vosotras acompañadme os introduciré al resto.

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13/01/2009, 19:24
Director

Cedric, parece un chico de corta edad, quizá la misma edad que podría tener Meeus, pero su porte es totalmente el opuesto. Se sienta herguido y parece seguro en cada gesto que hace durante la convesración que se sigue desarrollando mientras ella avanza hacia allí.

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15/01/2009, 15:39
Ghela de Scofferi

Marius la desplumó nada más realizar el saludo de entrada, despojándola de sus compañeras, que en realidad para él no eran más que aderezos sin importancia, al igual que ella misma, la única diferencia entre todas para aquella testa disciplinada y correcta se centraba en que Ghela era la hija de Sir Robert, un aderezo que se podía gestionar en el futuro en beneficio del feudo. Asintió con un gesto a las palabras del consejero de su padre, como era de esperar, y en silencio se aproximó al lugar indicado.

Siguiendo el formulismo oficial, se inclinó levemente ante el recién llegado y su padre, sonriendo a este último y besándole posteriormente en la mejilla, si este acto era cortés o no, nadie se lo había discutido hasta entonces, llevaba haciéndolo desde que tenía uso de razón y sabía que a su padre le placía. Padre… le saludó, se giró levemente y, contemplando a aquel muchacho, esperó a que se realizaran las consabidas presentaciones.

Lord Cedirc era muy joven, pero había llegado hasta allí cargado con una responsabilidad enorme, la de sopesar el futuro de un feudo, y ella se quería enterar de cabo a rabo de los términos de esas conversaciones. Se había prometido a sí misma morderse la lengua y aguzar los sentidos, esperando que todo lo que aquella visita comportase repercutiera en favor de las tierras que la habían visto crecer.

Notas de juego

De nuevo a la carga. ;)

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15/01/2009, 18:45
Cedric de Lionheart

Cedric no esperó a que Sir Robert les presentara, para levantarse y arrodillarse delante de aquella mujer. mi señora, es todo un honor conocerla, y me alegra descubrir que las historias que corren por la Britania sobre su belleza no le hacen justicia, sois mucho más bella. sonríe agradablemente.

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15/01/2009, 18:48
Robert de Scofferi

Robert sonrió ante las palabras dle muchacho.