Partida Rol por web

Serxe volvió a mirar hacia donde ahora decía Wyric. ¡Mierda! no van a hacer un agujero para pasar por debajo de él. ¡Están zapando la muralla norte!¡En pocas horas la muralla va a caer desplomada! Miró a Conrado quien ya montaba su caballo. Mierda Conrado! tenías razón... golpeó el hombro de Wyric Si, chico, deberíamos hacer algo se dirigió a paso rápido hacia su montura.

Serxe... Que haremos? Alertar a la gente de la ciudad? Acaso... me trago el resto de mis palabras y trato de imitar a mis compañeros, todos hombres curtidos...Sólo la presencia de Wyric me permite sentirme como uno con aquellos hombres de dios...Tan altos a mis ojos.

cabalgaremos hacia la muralla sur, y alertaremos si es que hay ahí algún guardia.

No, no, cabalgaremos hasta la torre sur, y les lanzaremos un mensaje con una flecha, esas murallas son altas, antes logrará entrar el ejército del Rey a que oírnos los guardias.

Tras observar el terreno mientras sus hermanos hablan del plan, descubre un segmento de la muralla que colinda con la colina en la que están. Seguidme, es más fácil, allí abajo la altura es menor. Ataremos las cuerdas nos colaremos... Gailes, Wyric y yo. Vosotros os quedaréis con los caballos.

-Si Conrado ... dije asintiendo con la cabeza al oír su plan ... -Debemos ayudarles ... sino estarán perdidos ...

Un estremecimiento recorrió mi cuerpo al imaginarme lo que sucedería si llegara a entrar el ejercito ... niños muertos ... mujeres muertas y forzadas ... saqueos ... robos ...

No tiene que llegar a suceder ... no ...

Me quedé esperando a que Conrado se pusiera en movimiento para poderle seguir ...

Conrado comienza a cabalgar y el grupo le sigue. Se dirigen por la montaña cuesta abajo. No cabalgan muy rápido, tratando de que la montura pise siempre sobre seguro, no pueden permitirse perder un caballo. La muralla parece cercana aún estando lejos por sus bastas proporciones. La luna guía sus pasos en la oscuridad. Llegados al plano, los seis jinetes dan brío a sus caballos espoleando con el talón de sus botas. Nadie habla, sólo se oye el trote de los animales dirigiéndose hacia aquella gran cerco de piedra. Si no conseguían saltarlo, no lograrían salvar las vidas de aquellos desafortunados.

Tras un buen rato cabalgando llegaron al destino. Wyric, torpe por su inexperiencia para atención mientras los otros cinco, sacan sus cuerdas y hacen nudos entre cabo y cabo. Una vez bien atadas y asegurados los nudos con fuerza, Luq ata un gancho sacado también del equipo cargado a su caballo, a uno de los extremos. Tras ver que no hay guardias a la vista, lanza la cuerda y a la primera ésta parece engancharse, Luq comprueba que aguanta los tirones.

tira con fuerza esto está asegurado Conrado dice en voz baja, casi susurrando.

Conrado da la mano a sus compañeros que se quedan ahí. Luego se gira hacia Gailes y Wyric. Wyric, tu irás el primero, eres quien menos pesa. Una vez llegado arriba, coge el gancho y asegúralo para que podamos empezar a trepar nosotros, asómate para darnos la señal, vigila que no te vea nadie y que no te oigan. Vosotros tres, en cuanto hayamos llegado arriba marchad hacia donde estábamos, nos reuniremos allí. Si no volvemos como mucho en un par de días, no nos esperéis, nos reuniremos en los barcos, en tierra santa o en el cielo. las órdenes de Conrado son rotundas, sus son de la mayor sinceridad y se nota su nerviosismo, aunque parezca que tiene todo bajo control.

Las órdenes eran claras y no había tiempo para andarnos con rodeos de si era difícil o no ... de si tenía miedo ... de si dudaba si saldría bien ... de si seguiríamos vivos ...

Debía aparcar todas las preocupaciones ya que la vida de Conrado y sus hombres y la de todo el poblado dependían de mi ... el primero en subir ...

Apenas tardé unos segundos en afirmar con la cabeza ante el asombro de los hombres extrañados por haber asumido tan rápido el papel que me tocaba jugar. Me acerqué al muro y cogí la cuerda con fuerza ... con las dos manos ...

Vamos Wyric ... ¡Ánimo! pensaba mientras inicié el ascenso a través de la muralla ...

Por unos instantes la adrenalina me iba a mil ... y una sensación que no había conocido nunca invadía mi cuerpo al ver como quedaba escasos metros para llegar arriba ...

Finalmente conseguí llegar a la parte mas alta del muro ... asomé la cabeza y al ver que nadie me podía ver pasé al otro lado, cogí el gancho y lo aseguré lo mejor que supe ... dí un par de tirones fuertes y el gancho se quedó bloqueado ...

¡Perfecto!

Me asomé al otro lado y levantando el pulgar hacía arriba les indiqué que podían iniciar el ascenso mientras cogía la cuerda por si se escapaba el gancho ...

Vamos subid ... pensé mirando de un lado para otro asegurándome que nadie venía ni me veía ...

Conrado fue el siguiente tras ver asomarse al chaval muy bien hijo dio un pequeño salto y se enganchó a la cuerda para empezar a caminar verticalmente ayudándose de la cuerda. Poco después saltaba al otro lado de la muralla y se asomó para que Gailes empezara su ascensión. Desde ahí arriba las cosas se veían diferentes, una ciudad a oscuras, desierta.

Bien hecho Wyric, aquí empieza tu nuevo camino le sonrió.

Sin duda alguna todos estabamos seguros de la grevedad de la situación, puès nadie perdió un instante en cuestiones efimeras... Me detuve un instante, mientras Conrado ascendía tras que el muchacho lograra un inmejorable asidero... Y si soy yo quien falla? je je... Vaya sucesor de mi hermano... Como si esas ideas hubieran zocabado en mi alma o le llegaran al Señor en las alturas, el ascenso me resultó una minucia... A mitad de camino, y sin detenerme, observo a los compañeros que quizá no volviera a ver...
Ya arriba inclino la cabeza.
Ya...

Los tres hombres que se habían quedado bajo las murallas, cogieron todos los caballos y andando empezaron de nuevo a subir por la colina. En un momento desaparecieron de la vista del resto.

Conrado, Gailes y Wyric ya estaban arriba. El segmento de muralla vacío. La zona era segura. Andaron con sigilo siguiendo a Conrado hacia el portón que daba paso al interior de una de las torres y bajaron con el único inconveniente de la oscuridad. Llegados a abajo, se adentraron en las callejuelas.

Conrado dio el alto, se giró hacia ellos. Realmente no se dónde estamos yendo, ni a quien tenemos que alertar. Pero a falta de saber, a quien seguro le interesará es al capitán de la guardia. Necesitamos encontrar a un soldado que nos lleve a esta persona y espero que nuestras ropas harán el resto tras contarles a lo que se enfrentan.

Mi primera misión ... ¿lo estás viendo Ernestus? dije mirando al cielo oscuro que se cernía sobre nosotros ...

Mis pasos siguieron sigilosos a los de Conrado ... debíamos buscar algún soldado ... antes de que fuera demasiado tarde ... pero había algo que me escamaba ...

-Conrado ... pero aunque podamos avisarles ... no podrán hacer nada para que no se caiga el muro ... no tendrán tiempo suficiente para reforzarlo ... ¿no? le dije saliendo de dudas e intentando desvelar si mis temores eran ciertos ...

Estás en lo cierto, Wyric, no hay ya nada que se pueda hacer para evitar que ese muro caiga. Pero si logramos avisar con tiempo, podemos conseguir que un muro de hombres imposibiliten el paso de los atacantes. Una vez eso esté conseguido, podrán situar a sus arqueros en las alturas de la muralla que no haya caído. Cuando los arqueros inicien el ataque, el ejército del rey se replegará y cesará en el ataque. sonríe al joven mientras sigue hacia delante guiando a sus dos compañeros.

Pienso en lo que Conrado dice, en lo que se puede o no hacer... ¿Sería raro que tengan preparadas rocas y material incendiario para repeler a los atacantes? Quizá tengan brea por aquí... alguno de los muchachos, hombres de mundo...Serxse, Luq, Jhon o el mismo Conrado habían mencionado en su oportunidad a bastiones preparados para repeler asedios de mil formas... Esta ciudad no parecía ser el caso pero nada perdía preguntándolo...

-Espero que estés en lo cierto Conrado ... dije mientras le seguía ...

Debía confiar en las palabras de Conrado ... y rezar para lo que el había previsto fuera al fin verdad ... pero a pesar de ello no podía evitar sentirme apesadumbrado ... la situación era complicada ... quedaba poco tiempo antes de que la batalla empezara ...

¿Aún no hemos encontrado a nadie? Deberíamos dividirnos y tratar de alertar cuanto antes o tendremos que escondernos y seguramente luchar por nuestras vidas. Conrado parece inquieto.