Aquel portal generado por Ava y que tanto Caerulea como aquel pequeño Chirithy que tenía encima. Pero las desgracia no parecían venir solas, puesto que algo más corrió al interior del portal, algo demasiado rápido como para que ni el Chirithy ni Caerulea pudieran verlo bien, mucho menos detenerlo. Sea lo que fuera que se les había colado, ahora parecía ser un "problema" de otros, quizás una parte importante de una historia posterior o simplemente un pequeño "Cliffhanger".

Al otro lado de aquel portal, la luz -real- cegó momentaneamente a la muchacha, la cual se había acostumbrado demasiado a aquella luz diluida por la refracción del océano. El paisaje que tenía delante, una vez aclimatada a la luz, fue uno que no le entusiasmó, puesto que no era nada loco, ni siquiera nuevo. Era su hogar... aquellas casas blanquecinas, aquel mar en calma, aquellos acantilados... había vuelto...

Ya estaban finalmente a salvo, Luxu había sido derrotado finalmente y no los perseguía, Ava había visto la fuerza de Caerulea y sus compañeros y había prometido dejarlos en paz, confiando la seguridad del Chirithy a la muchacha. Y los traidores que pudiera haber en su grupo, decidieron ayudarla en el final.

-¡Lo has logrado Cae! -Exclamó el pequeñín- ¡Ahora podré cumplir mi parte del trato!. ¡Traeré de vuelta a Erythrum! - Aquel pequeño gato entrecerró los ojos, dio la mano a Caerulea e hizo un "Ummmm...". - Oh...

Aquel pequeño Chirithy parecía estar ligeramente consternado por algo, agitaba su cabeza hacia un lado a otro mientras la sujetaba con ambas patitas. Tras unos cuantos segundos de consecutivos:

"No, No, No, No..."

Y demás lamentos, el Chirithy decidió sincerarse con Caerulea acerca de lo que le estaba pasando, qué problemas tenía.

¡No encuentro a Erythrum!

Abriendo los ojos, Kisan Alehi sintió la presión en su cuerpo, así como el ardor en sus pulmones; este había aparecido en mitad del océano y lo que era peor, bajo este. Apretando sus ojos, el muchacho pudo ver cierta claridad lo que parecía ser una ciudad coronada por una enorme torre del reloj.

Trozos de la ciudad caían hacia el cielo... o... espera... hacia lo profundo de la oscuridad. Preguntarse qué era lo que estaba pasando parecía ser un lujo para estos momentos, pues exactamente eso era lo que Kisan Alehi tenía, escasos momentos para buscar una salida, sus pulmones comenzaron a arder y un impulso de respirar el agua salada le inundó la mente, y si hiciera caso a dicho impulso, sus pulmones serían los siguientes.

Tratando de recomponerse con un par de brazadas, finalmente pudo distinguir que arriba era abajo, o abajo siempre fue arriba en aquella ciudad; sea como fuere, encontró la forma de salir a la superficie y hacia allá se apresuró, dando brazadas desesperadas con tal de respirar aire fresco y limpio.

Entrometiendose en lo que podría ser una reacción de Caerulea ante las palabras de aquel Chirithy, pues había incumplido lo único que había prometido, lo único que este había dicho que sí podía hacer, lo único que fue lo que primeramente juró al conocerse en la casa de esta...

...un muchacho de cabellos rubios y enmascarado apareció saliendo del mar, tirándose encima del borde del puerto mientras vomitaba agua salada de forma desesperada por un lado, pero aliviada por haber logrado salir de allá abajo. Quién era ese muchacho, seguia siendo un misterio, pero realmente venía de allá abajo.

Sus pulmones ya no podían aguantar más, le ardían, el impulso por tratar de respirar era mayor que su cabeza diciéndole que no, que aún faltaba unos pocos metros, que aguantase. Respirando aquel agua, lo que podría ser un alivio al ardor que sentía en sus pulmones rapidamente se tornó en una comezón aún más insoportable.

Por fortuna para el joven ya estaba casi en la superficie por lo que con sus últimas fuerzas, logró subir hasta arriba y tirarse a vomitar el agua salada que había ingerido en su ascenso, y entre tos y vómito, pudo ver que no estaba solo en aquella ciudad blanquecina, casi perlada.

Allí se encontraba una muchacha de cabellos azulados y lo que parecía ser un gato sobre dos patas...

Tras llegar a la torre del reloj, me topo con la chica muy familiar, creo que debe haber sido de un sueño largo o tal vez le había protegido, de todas formas me acerque a la chica a verla tal sola en una ciudad tan grande... 

En un tono amable

Oye chica, que haces tu aquí sola, ¿Dónde están tus compañeros? 

¿No ves que a estas horas salen tipos malos? Por s̸u̴e̶r̷t̴e̴ ̴m̶e̸ ̶t̸i̴e̴n̴e̵s̷ ̷a̴ ̸m̶i̴.̶.̸.̵ ̶.. 

E̸͛͜l̴͖͗ ̴͠ͅv̵̹̎î̶͇g̵͍͋i̸̡͌l̷̮̕a̶͙͊n̵̛̦t̷͍͘ë̷͙́ ̸̫̈

¡¡̴̧̛̰̞̥̲͈̬̲̙͑̋͋͑̎̈́̀̌̔͆͘͠C̷̛̳̈́́R̶̨̙̯͕͉͍͇̯̫̜͙͇̃̓ͅĘ̷̖̭̰̻̺̳̥̩̮̆O̸͎͒͌̄̾͂̇̿̊̇ ̷͎̑͋̅͊̆̋̽͋̐̽̔̅̚͝Q̵͉̻̤͓͍̪͓̹̝͎̼̖̯̦̭̿͑̑͐̊͛̈͌̋̿̉̕U̷̼̠͎̙̎̀̂̇̌̍̇͊͝E̸͓̖̬͈͕̪̖͔̩͇̬̋͂̍̓̈́͂͒̍̈́͘ ̸̡̨̧̪̗̪̜̳̩̱̠̪̙̺͕̍̓͊̀͋̑̈́̂̎̍À̵̢̢̧̨̘͇͍̟̟̬̲̃͗̓̿̓̏́͐̀͑̔͠͝L̴͇̻̤̥̪̜͎̦̟̙̬̥͗̿̈̔̈̑̊̽̂̚̕͠͝G̵͚̑́́̈́͋Ụ̴̡̡̥̼̦̝͔͉̝͓͖̉I̷̗͙̫̦͇̠̭̔̀̌̌͌̓̔͑̐̓̕͠E̴̢̡̛͓̹̣̯͖͎̼͍̮͇̯͎͊̊̈́̃̂̊́̈̾͛͊̅͛̚͜Ń̸̢̳̗͈̪͓̥̪̮̲̿̓͋̂͆̒̈̐́̓̔̓͂̿ͅ ̴̘̹̤͛̈́͒D̵̛͉̙̳̒̈́͘͘̚͠Ë̴͉͚̠͙̫̝̗̜̠͖̻͖B̶̟̦͈̙̟̹̣͉͍̺͕͕͐̃̑̈́̌͗̐̐̚͘͘̕Ę̷̙̰̳̗̥̣̖̙̩̮̦̦̑̑̍̑̀ ̵̡̨̯̗̳̲̮̝̘̥͋̒͌̋̉͑̍̋̑̓̋̕E̵̛̛̙̼̙̍͂͗̈́̂̑́̓̊͘͝N̸̢̘͚̯͚̹̝͈͎̯̟͆̾͂́̀̓͒̍́̀̓̚̚͠Ś̴͉̮̦̾̊̈́͗̍͛̅̒̑̚͘Ę̵̡̨̢̲̹̩̜̫͇̭̣̩͔̘̌͊͊Ñ̷̺͎̣̘̎̆̌̐̋Ā̴̢̺̜͍͓̫̮̯̯̻̻͎̣̜̘͋́͊̅̉̄͐̍̽͘̕͘͝R̵̨̳̜͙̲̯̪͖͓̫͉̆̄̒͜͜ͅͅT̶̡̨̧̞̱̞̳̟͍̲̑̉͐Ę̵̧̞̥̙̬̪̹͐̈̈́͛̐̈͘͘͝͝!̶̬̯̞͕̤͈̣̞͚̝̼̱̪̂̊!̴̢̼̞̯̣̻̳̜̝̯̠͈̮̞͌̀̅́̅́̏̾͘̚͜

¡Bobadas! ¿Cómo no iba a entusiasmarme volver a ver mi hogar, sano y salvo? ¡White Island seguía en pie! El último recuerdo que tenía de ella era cuando mis amigas las sombras me dijeron que había una forma de viajar entre mundos, y entonces aparecieron todas esas otras sombras, sumiéndolo todo todito en oscuridad... ¡Y entonces apareció aquella porra-espada-llave rara, que era un mando a distancia para la nave espacial! Desde entonces tuvimos muchas aventuras que ya ni recuerdo... primero con el pobre viejo sensei... luego con el Señor Vorton... y acabamos en aquella especie de prisión extraña de Ava, sin recuerdos apenas de nada...

¡Había perdido a muchos amigos y luchado una batalla contra Luxu que dio mucho miedo! ¡Pero entonces pude sentir el apoyo de todos mis compañeros y amigos! Me prestaron su poder, a través de sus llaves espadas, y juntos conseguimos derrotar a Luxu, impidiéndole que invocara al tal Maestro de Maestros, que decía Rayla que era una persona muy mala y peligrosa...

Ava nos dejó al pequeño Chirity y a mi marchar... ¡y aquí fue donde aparecimos! ¡En casita! ¡Y estaba todo como siempre! Y ahora el pequeñín por fin traería a mi prometido Erythrum de vuelta, el motivo por el que había emprendido el viaje a través de los mundos siquiera, ¡para encontrarlo!

No cabía en mi gozo y felicidad. ¡Estaba tan contenta que me puse a cantar! Agarré al Chirithy... ¡y empecé a bailar!

"Erythrum va a volver..." empecé a cantar, mientras él empezaba a concentrarse en traerlo de vuelta. "¡Erythrum va a volver!" repetí recogiendo y lanzando al pequeñín un poquito al aire. "Cuando le traigas... ¡él verá! ¡Tó' lo que he cambiao' y madurado ya!" el empezó a agitar la cabeza de un lado a otro murmurando algo que no escuché tan concentrada yo en bailar dando saltitos. "Le hablaré de Owen, Rayla y los demás... ¡que ten-go amigos por fin!" le dejé en el suelo y alcé ambos brazos súpercontenta: "¡Sí, ten-go amigos por fin!"

"Ellos serán tal vez, mucho más listos que yo..." no es que yo hubiera tomado tal vez las mejores decisiones... ¡y a puntito además estuve de entregarle Chiritín al malo maloso! "Más fuertes y grandes también..." y tampoco es que fuera yo la mejor guerrera... aún reccordaba aquella batalla en la que caí inconsciente por un laaaaaaargo tiempo... "...¡Pero!"

"Ninguno de ellos le querrá... ¡como yo a él!" me puse ambas manos sobre el pecho a la altura del corazón y cerré los ojos recordando su voz, su sonrisa, su abrazo... "Mi amado Erythrum..."

"¡Lo resucitarás!" volvé a levantar al Chiritín, que parecía nervioso. ¿Quizá era la primera vez que bailaba? ¿Le daba vergüenza? "¡Erythrum no morirá!" exclamé aún cantando, recordándole la gran hazaña que iba a hacer el pequeñín, ¡que gracias a él todo se iba a solucionar! "¡Y a mis amigos vamos a salvar! ¡Porque Erythrum va a volver!" lancé otra vez al aire un poquito al Chirithy y lo recogí. "¡Erythrum va a volver!" exclamé sonriente. "¡Erythrum vaaaa a volver!" volví a repetir, dejándole por fin en el suelo y agachándome en cuclillas frente a él, expectante de que hiciera su magia.

"No, No, No, No..."

"¡No encuentro a Erythrum!"

"¡¿CÓMOOO?!"

Pero el pequeño no tuvo tiempo de responderme, porque una voz detrás de nosotros nos sorprendió con un buen sustazo. Un tipo pálido, blanco, que se parecía muchísimo a Élan Saki... pero hablaba de una forma mucho más siniestra, me miró con aquellos ojos que se pusieron completamente negros y empezó a llorar... ¿sangre? "¿¡Luxu!? ¿¡Cómo es posible!? ¡Te derroté!" ¿Cómo había podido seguirme tan rápido? En aquel instante recordé aquella... ráfaga de viento... que se coló por el portal a la vez que yo... ¡¿Había sido él?! "¡Cuidado! ¡Agárrate bien!" puse al Chirithy a salvo de vuelta en mi mochila, y eché a correr... ¡pero estaba en el distrito del puerto! Los edificios por los que yo siempre hacía parkour estaban lejos, ¡muy lejos!

Veo que Caerulea intenta aplicar la táctica secreta de la familia Joestar pero me adelanto y me lanzo sobre ella para darle con todas mis fuerzas. 

Esta llamo... la 

q̷͚̯̖̭̯̹͇̪̹̱͎̫̲̥̈́̎̎͆̅̑̍̉́́́͘̕͝u̷̳͌̄̂̅̕ḙ̶̰̰̮̰̱̻̻̊̊̋͂͊̄̌̑͘͜b̶̡̡͓̦͍̰̺̤͍͔̩̜̫̪͈́͑̉̅͑͊̌̽̌͂̓̆͘r̵̬̣͋̿̊̓̇́̑̈́̌̾̌̚a̵̞̘̩̰̯̳̙͛̔͐̔͋̎̅̇̕͠d̸̜̭̿̒̈́͝o̶̧̩̹̰̤̘̖͛̀͐̋͐̈́͗̈̌ŗ̷̨̨̤̞̖̫̳̮̞̮͑̿̍̓͑̓̃̂̽͆̂ǎ̶̧̡̨̠̭̣̗̬̭͉̖͇͔̥͕͒̐͒̓̓̓̓̓͌͐̕

Usando la llave espada, ataco con toda la fuerza con intención de matar  a Caerulea. 

El enmascarado misterioso que no se había presentado aún decidió atacar a Caerulea aprovechando que esta se disponía a cometer una apropiación cultural a la Familia Joestar.

... pero falló su ataque.

Por suerte -más por Iniciativa que otra cosa- tenía otro ataque.

...pero volvió a fallar.

"¡Whoa! ¡Uaah!" tuve que echarme hacia atrás con todo el cuerpo para esquivar una de sus estocadas, y luego dar una voltereta hacia atrás para esquivar otro de sus sablazos. "¡Élan!" así se llamaba ¿no? "¡Tienes que reaccionar! Luxu te está poseyen... ¡uaaaah!" me tuve que tirar al suelo otra vez y, volví a echar a correr. ¡Él era rápido! ¡Muy rápido! "¡Nononono!" La última vez, en la batalla final contra Luxu, si gané fue porque las armas de todos los compañeros y amigos aparecieron, sus corazones queriendo ayudarme. ¡Un milagro mágico! ¡Y no tenía ni idea de cómo había pasado! 

Sólo me quedaba una opción... él era rápido, tal vez podría seguirme corriendo, pero... ¿¡y nadando!? "¡Agárrate bien, Chiritín, nos vamos a dar un chapuzón!" Salté a la barandilla y de la barandilla me tiré al agua. ¡Y eché a nadar como una descosida!