Partida Rol por web

Saltando de tejado en tejado recortaba distancias con aquella torre, seguía teniendo esa sensación de conocer el camino a pesar de ser la primera vez que lo hacía, trataba de buscar respuestas en mi cabeza hasta que de la nada un muro que era incapaz de ver choco directo contra mi durante uno de los saltos. me había frenado en seco y ahora caía hacia el suelo, cual felino me retorcí en el aire para reducir el impacto, me prepare para el choque contra el suelo pero algo se interpuso, algo blando que amortiguo levemente el impacto. Al abrir los ojos lo primero que vi fue una cabellera azul tratar de escurrirse debajo mía, me levante un poco para que pudiera apartarse y lentamente me levante mientras la chica me mostraba el muro con el que me había chocado mas arriba. Debía rodear la torre.

- No quieren visitas... -pensé en voz alta mirando... a la nada en realidad o al edificio de mas adelante ya que intentar ver la barrera era imposible, di un golpe con el puño aplicando tan solo un poco de fuerza para comprobar como era inútil, es decir había resistido el impacto de una persona casi adulta corriendo si eso había sido irrelevante pocas cosas mas fuertes podría intentar- Tal vez haya respuestas en otros lugares... -cruzado de brazos volví a pensar en alto, entonces si que mire a la niña- Niña ¿tu también tienes recuerdos extraños? ¿Como si olvidaras una parte de tu vida y hubieras aparecido de repente aquí?

Asintió efusivamente. "¡Uh-Uhm! Recuerdo unas llave-cachiporras que usaba para golpear monstruos oscuros y con la que podía hacer magia, y recuerdo también unas sombras que eran mis amigas, y que mi ciudad natal no era esta, era una isla turística blanca y azul, hermosísima... ¡Ni siquiera recuerdo cómo llegé aquí!"

Golpeó la pared. "...¿Crees que esto es así como una verja? ¿Somos refugiados y nos han metido en un gueto o algo así?..." al menos no se había olvidado de lo más importante, de a quién ella estaba buscando. "¿Por casualidad has visto o recuerdas haber visto a un chico con una chaqueta como la mía? ¿Pero roja? Pelo negro corto... ojos tirando a castaño rojizo..."

¿Eh?

Miro sorprendida a la chica que se ha sentado al lado mio. Normalmente la gente no me habla de primeras, suelo ser yo quien empieza la conversación, pero ahí estaba la chica, intentando hablar conmigo... Y yo pensando que decir. Vamos habla. Dí lo que sea antes de que se marche. Vamos no puedes asustarla, es evidente que está confusa y perdida, tanto como tu.

Ehhh.....

Demasiadas preguntas en demasiado poco tiempo. Aquella chica era un bombardeo de preguntas, y a decir verdad yo no tenía ninguna respuesta.

Ehhh... Yo me llamo Rhomian... No bueno, perdón, quiero decir... Rhomian era mi amigo... Bueno... más bien mi compañero, bueno tampoco, era un brujo que...

Ohhhhh quiero morirme... 

Mejor empiezo de nuevo ¿Vale? Mi nombre es Asrai Toujou, y soy... Bueno, creo que soy de "Nunca jamás", aunque no lo sé seguro. Algo me dice que soy de allí pero... También de aquí.

Suspiro de manera fuerte y prolongada.

Lo siento, no tengo respuestas a tus preguntas porque yo tengo las mismas en la cabeza... 

Yo soy Aleksis Supercalifragilisticoexpialidoso. Digo sonriente mientras extiendo la mano hacia las dos chicas que se habían sentado a mi lado.

La chica se me quedó mirando un rato como si le hubiese preguntado por qué aquí todo el mundo tiene una sola cabeza. Y para cuando por fin acabó por contestar no tenía sentido lo que decía. Empecé a plantearme si había llegado a una tierra de locos.

—¿Nunca Jamás? ¿Y eso dónde está? Yo jamás he oído hablar de Nunca Jamás. Nunca, nunca, nunca. Jamás. —«Pero ¿qué estoy diciendo? Parece que la locura se me está contagiando»—. Si crees que a lo mejor eres de aquí, sabrás qué sitio es este, ¿no? ¿O no sabes dónde vives? —pregunto—. Yo soy del Reino del Bosque Ancestral. Al norte de los Valles Frondosos Siempreverdes, junto a las Montañas Radiantes —expliqué con orgullo—. Pero no tengo ni idea de cómo he llegado aquí.

De repente, un chico con sombrero raro que había al lado se nos presenta.

—¿Eh? ¿Supercaligrafi… qué? Bueno… mejor te llamo Alek a secas, ¿vale? —Nos extiende la mano. ¡Qué falta de delicadeza! Levanto mi mano esperando que me la bese suavemente.

Al ver la mano levantada sonrío, y se la estrecho con fuerza y rapidez.

Encantado de conocerte Unmoco, no conozco ese bosque ancestral, pero yo también vivo en un frondoso y mágico bosque, mi casa se encuentra debajo de la estatua de Alicia, cerca de "La madriguera de conejos estresados" y de "La babosa colocada". Me quedo un momento pensativo.

Suelto la mano de Naoko y la coloco cerca de Asrai. Hola, encantado spray, he oído hablar de Nunca jamás, aunque no se cuándo, cómo, ni por qué. Quizás sea sólo mi imaginación.

Raanmar tenía una extraña sensación, como de haber estado durmiendo, pero sin descansar como activo, se le venía un extraño calor al cuerpo que nada tenía que ver con algún tema hormonal, tenía la imagen de un río de lava en la cabeza y eso por alguna razón le angustiaba, casi que escucha como en un vacío de la atmósfera todo.

Estaba en mi cuarto durmiendo con la postura de gran héroe, (con medio cuerpo casi para afuera de la cama, durmiendo de pansa, mientras babeaba y tenía una mano arriba de mi cabeza), todo podía estar así, hasta que el Reloj de mi Abuelo inicio a sonar, eso significaba despertarse o el abuelo me iniciaría a dar de golpes para que me levantara...

Ooouaaaahhhh, yam yam yam. me levanto poco a poco, mientras me rasco las espaldas y el trasero. camino para la puerta y paso por la ventana, donde me quedo viendo por un breve momento, No recordaba que los edificios de la ciudad fueran tan pequeños, tal vez llegue a soñar que todos los edificios fueran tan grandes como el castillo 

A llegar a la cocina, noto que ya el desayuno ya está listo, creo que el abuelo ya se abra despertado... me siento a comer los huevos con tocino y el jugo de naranja

Me lavo las manos y me siento en la mesa, Mientras como, me da una sensación de estar comiendo y prender un botón (control remoto) lo único de avance significativo era el reloc cucu de mi Abuelo.

¡¡MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!! me rasco la barbilla, le seguro soñé que era un inventor y me cree varios aparatos de tecnología, que pudiera hacer la vida más interesante o mas monotona.... sí le seguro fue un sueño... ni yo me podía creer que fuera un gran inventor.

A cabo de un rato, me termino el desayuno aburrido, sin nada más que ver que el Reloj Cucu del abuelo, dejo los trastes e inicio a lavar los trastes sucios. le seguro el viejo ya fue abrir el Judo. cuando termino, escucho a una Mujer llamar a mi puerta para ir a la Plaza...

No tengo muchos planes, le seguro así que voy a la plaza, pero antes me cambio de ropa y voy por mi mascara por si algo interesante pasa.

Estoy seguro que mi mascara era de color Gris, con agujeros y creo que para deporte (Joki) 

Voy por mi palo, Mmmmmmmmm mi palo desde cuando es un... !PALO¡

Na, de todas formas le seguro quedarse dormido entrenando judo hasta no parar, puede provocar que piense en cosas diferentes.

Con todo listo, salgo de mi casa....

Ya a llegar cuando la chica inicio a hablar, por un momento al otro me quede dormido... no se que fue, pero estoy seguro que era algo de política. poco a poco me quedo dormido, recargado sobre mi palo.

...

Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz *roncar* Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz *roncar* 

...

Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz *roncar* Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz *roncar* 

...

Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz *roncar* Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz *roncar* 

...

De un momento para otro, doy un brinco.

Y en una pose épica, levanto mi palo, y lo apunto hacia adelante, como si estuviera apunto de iniciar una batalla ultra violenta, con una voz lleno de energía y con entusiasmo.

¡¡Burger-Boy Has reparaciones posibles a la NAVE!! ¡¡Patricia Mantén el curso adelante y Zaiki Dispara a esas cosas deformes!!, mientras yo me encargo de hacer contacto con los nativos. ¡POR EL EQUIPO DINAMO!

...

Espera

...

Despues de haber dicho eso, me doy cuenta que todo fue un sueño y que sigo en la plaza... *Bajo el palo* y con el en entusiasmo.

Ehhhhh....

¿Volví a la plaza? con una cara confundido,  Volteo de un lugar al otro, para buscar a Patricia, Zaiki y el bueno de Burger-Boy

¡Zaiki?... ¿Patricia?.... ¿chico Hamburguesa?

Acaso todo fue un sueño muy loco, en donde estaba con una Hamburguesa, Una chica muy guapa y mi nuevo mejor amigo Zaiki... 

Veo que algunos van detrás de la chica, pero yo me quedo en la plaza, despues de un rato de intentar buscar a mis compañeros, me voy y me siento en la fuente.. ¿Acaso todo fue un sueño?

veo a los demás que están hablando igual de sueños...

Me dirijo al grupo desde la fuente (a los que al saltado ni caso les hago, capaz que se caen del techo, y no podrán contestarme)

Oigan que parecer de otros mundos, ¿saben donde esta san fransokyo?

Una voz lo despertó y se levantó con un gruñido. -Ya voy, ya voy - Aseguró con voz de apagada. Algo en su cerebro le mencionó que su padre no tenía una voz tan femenina "El enano debe estar con ganas de molestar" Pensó mientras se vestía sin tan siquiera despegar los parpados.

Salió de su casa con los ojos entrecerrados como hacía cada día que tenía que levantarse a barrer la puerta del local pero sus pies lo llevaron hasta la plaza. Estaba demasiado cansado para hacer nada, se apoyó en el hombro de la persona más cercana que tenía y siguió roncando todo el discurso. Hasta que una pregunta más fuerte lo hizo abrir los ojos. Donde demonios estaba?

No recordaba nada de eso. No recordaba nada de nada más bien, pero entre toda esa gente reconoció dos caras. Aunque no sus nombre - Eh... tú! - Grito al chico de pelo blanco sin respuesta alguna obviamente. Maldijo para sí refunfuñando hasta que un nombre le vino a la mente - Nate!! - Pero para cuando preguntó el chico había salido corriendo, por que? No tenía idea. Pero era lo único que le sonaba de algo, así que salió tras él para ver a donde lo llevaba.

—¡Ahh! —exclamé cuando el tipo del sombrero tomó mi mano con brusquedad y la estrechó. ¡Qué bruto!

Una vez suelta mi mano, la masajeo un poco con la otra.

—¡Me has hecho daño! —me quejé—. Espera… ¿Cómo me has llamado? —pregunté, con una ceja levantada.

Me puse una mano en la barbilla pensando en lo que había dicho, tenía muchas cosas en común con mis recuerdos, las llaves, magia saliendo de ellas, seres oscuros como enemigos y... ¿un gnomo? Uno muy feo si ese era el caso. No la estaba mirando mientras pensaba por lo que cuando me pregunto por alguien puse los ojos sobre ella y negué con la cabeza, no me sonaba de nada alguien así de aquellos desconocidos que medio recordaba solo sabía que uno era un inútil y el otro un rubito.

- Ni idea de quien me hablas, pero me llama la atención que nuestro recuerdos se parezcan tanto... Deben de ser reales entonces y no solo un sueño muy realista -volví a "mirar" la barrera- Supuestamente nos están protegiendo pero ¿porque impedirnos llegar hasta ellos si tanto les preocupamos? ¿Y de que nos protegen? ¿De aquellos seres? Soy bastante capaz de cuidar de mi mismo, no necesito a nadie que velé por mi -no parecía molesto realmente aunque mis palabras pudieran dar esa impresión- Si tan solo... -moví un poco los brazos y al notar algo extraño en uno de mis bolsillos pare de hablar en el momento, palpé mi chaqueta en la zona cercana al corazón con clara angustia- No... -de golpe empecé a buscar por todas partes algo, en cada rincón del callejón- No, no, no, no, no... -detrás de la basura, en el resto de mi ropa, por el suelo, pero para mi desgracia no sería yo quien encontraría lo que buscaba

Asintió nuevamente. Llevaba toda la vida viviendo allí en White Island, pasando todo el día fuera. Se había recorrido esos tejados haciendo parkour día sí y día también. Definitivamente, aquella no era la ciudad en la que se había criado. Y por encima también de sus recuerdos raros con la cachiporra-llave, estaban los de su prometido. Caerulea había emprendido aquel viaje para encontrarlo... y desde luego que no iba a detenerse allí, en aquella especie de refugio-gueto. Necesitaba respuestas, ¡maldita barrera!

Luego el peliblanco empezó a buscar desesperadamente algo. Caerulea miró hacia aquí y allá con la cabeza, encontrando una foto que quizás fuera lo que él buscaba. "Ten, buscabas esto ¿no?" le ofreció la fotografía. "Parece alguien importante... Al menos tú tienes una fotografía para recordarla... yo de mi prometido sólo me queda el anillo..." dijo la chica, mientras cabizbaja se acariciaba el anillo de compromiso en el dedo anular izquierdo. "Mucha suerte buscándola..."

¿Y entonces vosotras tampoco sois de aquí? Era la pregunta que iba a hacer antes de que el rubiales apareciera gritando algo de un chico hamburguesa y nos preguntara dónde estaba un algo muy extraño, de nombre casi impronunciable.

¿Sanfrokyo? ¿Qué es eso? ¿Es tu perro? ¿De qué raza es?

Solté la mano de Unmoko y la miré. Oh lo siento, creo que... ¿Te hice daño? No era mi intención. 

Me pongo en pié y hago un giro con una ramita de abedúl que tengo en el bolsillo, apunto con ella hacia la chica y... ¡¡¡¡¡ Cura ++ !!!!!

Me quedo boquiabierta sin absolutamente nada que decir, ¿Aquel chico había usado una magia tan poderosa como un Cura++ para una magulladura sin importancia?

Bueno, ha sido un placer conoceros. Tengo que irme, iré a la torre del reloj, quizás todos los que han ido para allá tengan alguna razón para ir, quizás sepan algo y por eso han ido. 

Cuando estoy dando el sexto paso por la plaza en dirección a la torre, la culpabilidad me invade. No puedo dejarlos allí sin más, quizás estén tan perdidos como yo, ¿Niños perdidos? Esbozo una sonrisa. 

De repente la silueta de Peter aparece ante mi, aunque soy consciente de que está solamente en mi cabeza. 

¿Peter? 

Susurro más alto de que lo que quisiera. Y aunque sea una silueta puedo ver que está enfadado por aquella decisión, parece que intenta decirme algo.

Ya lo comprendo. Niños perdidos.

De acuerdo, de acuerdo, intentaré devolverlos a sus casas. Bosque ancestral, fransokyo y wonderland, no creo que sea tan difícil al fin y al cabo.

Naoko, Aleksis, chico rubio que no se ha presentado. ¿Por qué no vamos en grupo?

Hago una pequeña pausita antes de seguir hablando.

Al parecer todos estamos perdidos, ¿Por qué no buscar respuestas juntos?

Me quedé perpleja cuando vi que Alek sabía lanzar un Cura++, que es una magia avanzadísima. Y encima para algo tan trivial para calmarme el dolor de la mano.

—Gracias… —dije, y acto seguido caí en la cuenta de que no notaba ninguna diferencia. Me quedé mirándolo con los ojos entrecerrados.

En esto llegó un chico rubio que debía de estar tan perdido como todos.

—¿Qué quieres decir con otros mundos? —pregunté, confusa—. Y no, no sé dónde está San Fransokyo. Lo siento. —«¿Por qué todos mencionan lugares de los que yo no he oído hablar nunca?»

La chica de pelo blanco se levantó y empezó a andar hacia la torre del reloj. No la conocía de nada pero, verla marcharse me hizo sentirme sola. Al fin y al cabo, no había nadie allí que yo conociera, y ella parecía estar en la misma situación que yo.

—¡Eh! ¡Asrai! ¡Espera! Yo también voy —exclamé, levantándome de un saltito. Afortunadamente, propone que vayamos en grupo—. ¡Vale! A la torre del reloj que vamos —dije, sonriente.

Me acerque a Aleksis y el resto.

Os importa que vaya también, quiero saber que está pasado. 

Miro a Aleksis. De reojo hasta que me atrevo a preguntar.

Aleksis, ¿No nos hemos visto antes? ¿Y tú Ysuuki? 

Trato de sacar información, sobre si me he vuelto  loca o todo fue real.

​

Miro a la chica rubia como el sol más intenso en el más maravilloso de los amaneceres, mis ojos parpadean durante unos segundos ante tanta hermosura, sus pómulos marcados y rosáceos invitan a besarla, su naricilla y aquellos ojos azul intenso que penetran hasta el fondo de mi alma me resultan extrañamente familiares. Incluso aquella forma de moverse a cámara lenta era majestuosa, tenía el porte de la realeza pero sin la locura propia de la reina de corazones. Era sin ninguna duda la viva imagen de la estatua que llevaba viendo desde que era un niño. Era Alicia, no había duda de ello.

¿Alicia? ¿Alicia eres tu? Parezco maravillado y sin duda deslumbrado por la presencia de Rayla.

De pronto siento un enorme "deja vu", veo imágenes pasar a toda prisa delante de mi, como si fueran vidas pasadas, en ellas está Alicia, ¿Ella y yo nos conocemos? ¿Acaso ya la había encontrado? Pero ¿Cómo podría olvidarla? Eso no es posible.

Hago una reverencia exagerada, me pongo de rodillas y exclamo con la voz entrecortada.

Alicia, aunque pasen mil vidas... O incluso aunque estés a mil millones de universos de distancia... Yo siempre volveré a encontrarte.