Partida Rol por web

...En algún lugar muy al este 12 años atrás...

Caminas bajo el sol del desierto, pero tu piel no parece padecer ninguna de las inclemencias. Las altas temperaturas hacen que la vida en ese lugar sea practicamente imposible. Arena por todas partes y nada más que tu sombra te acompaña en el viaje hacia el este...

La Organización te ha convocado porfín para unirte a sus filas. El deseo de cumplir tu destino es lo más fuerte que hay en tu interior. Desde que tienes consciencia tu vida solo a girado entorno a la aniquilación de los yoma. Desde siempre te han inculado eso, te han inducido a tomar carne y sangre de yoma desde muy pequeña, esperando que cuanto más joven fueses mejor. Pero nada más lejos de la realidad. Los falsos ideales que sigues solo pertenecen a una orden practicamente extinta que te dio la espalda y luego en adopción a la Organización. Tu mente todavía es muy débil y cualquiera puede manipularte a su antojo, y tu razón para vivir es solamente complacer a los deseos de gente que jamás te aprecio...   

Tras muchos días de caminata encuentras una pueblo en medio del desierto. Te acercas para intentar comer y beber algo. Aunque tu cuerpo puede resistir durante días sin los alimentos basicos el desierto hace que te desgastes algo más deprisa de lo normal... A lo lejos, detrás del asentamiento una tormenta de arena se avecina. Será mejor que llegues cuanto antes para refugiarte de ella...

Mejor que encuentre refugio pronto, con un poco de suerte en alguna de esas casas puedo

encontrar algo de comer y beber, pero es extraño, no veo un alma.

Joanne entra a una de las casas de la Izquierda, para resguardarse de la tormenta de arena y encontrar algo que comer.

Joanne al entrar en la extraña casa, hace un chequeo visual de esta, para ver si hay alguien o indicios de que haya alguien.

¿Hay alguien aqui?,¿algún lugar donde pueda comer, beber algo?

Una vez dentro te das cuenta que más que una casa es una pequeña posada. Todos los pueblos las suelen tener en la entrada para que los viajeros puedan reconocerlas facilmente. En este caso no hay mucho que llevarse a lo boca a primera vista. Un mostrador de madera bastante ajado y unas repisas con escudos y espadas de decoración.

Tras el mostrador un anciano bastante demacrado te mira sin moverse de la silla. Levanta la ceja en señal de sorpresa. Parece que hace mucho tiempo que no ve extranjeros por aquí, y tampoco parece que le alegre tu visita.

Segundos después se incorpora como puede y te grita...

Anda entra ya niñita, y cierra esa puerta que se avecina una tormenta de arena... Echame una mano para cerrar todas las ventanas anda, sino quieres que esto se llene hasta arriba y te lo haga barrer después.

El anciano se levanta y con una mano en los riñones se acerca a ti mirandote de arriba a abajo...

¡Vamos, a que esperas!

La verdad que el anciano tenia razon, asi que le ayudo a cerrar bien puertas y ventanas para la tormenta de Arena inminente.

Anciano, poca gente veo por esta zona..¿a qué es debido? -decia Joanne terminando de cerrar las ventanas que faltaban -

Ahora Joanne miraba de arriba para abajo al anciano.

¿cómo se llama? -decia Joanne en un tono de extrañeza -

Es extraño este hombre, tiene muchas arrugas en la piel, el pelo blanco, yo nunca quiero ser mayor.

El anciano se las apaña como puede para cerrar todas las aberturas posibles para que la arena del desierto no entre en la pequeña posada. Las ventanas hechas con tablones de madera cuadrados no dejaban entrar mucha luz en la estancia. El tenue resplandor que se filtraba por las grietas de la madera poco a poco se apagaba. La tormenta estaba llegando...

El hombre sin demasiadas prisas se acerca de nuevo al mostrador para sacar una lampara de aceite de debajo. La enciende con cuidado. Sus temblorosas manos bailan al igual que la luz que despide la lampara. Su rostro parece todavia más arrugado todavía por las sombras que forman los plieges y grietas.

Me llamo Banshir, pero aqui todos me llaman "viejo". se acerca a ti con la lampara para verte bien de cerca...

Vaya, mis ojos son muy viejos pero todavía guardan el recuerdo de haber visto unos como los tuyos... Mitad demonio, mitad niña, ¿Verdad?

Con un semblante de resignación se da la vuelta y de dirige a las escaleras.

No te preocupes, no voy a echarte de mi posada ahora. Cuando amaine la tormenta tendras que marcharte, eso si. No quiero que nadie me vea en tu compañia, suficientemente mal me tratan ya. 

Comienza a subir al segundo piso muy lentamente...

¿Y por qué te tratan mal Banshir?

¿Cómo sabes que soy lo que dices?

De acuerdo, en cuando pase la tormenta me ire de la posada, no tengo mucho dinero, asi que intentare limpiar abajo y demás,para asi ganarme ese privilegio de dormir y comer algo...si no le importa,señor.

La pequeña niña, aun el la oscuridad de abajo, encontro una escoba y empezó a barrer y limpiar la parte de abajo.

Es indignante esto de barrer siendo lo que soy,perteneciendo a la Orden de Caballeria, pero si no hago esto, no mereceré el buen trato del anciano, he de resignarme y hacer las tareas de una doncella.

Demasiadas preguntas pequeña... demasiadas preguntas... ves como el viejo acaba subiendo las escaleras.

Te quedas sola barriendo en el piso inferior de la posada. Esta lleno de polvo por lo que te cuesta poco hacer un par de montones. Parece que el Viejo ha ido a hacer algo en el piso superior y desde hace un rato que no baja... Te extraña y te preguntas si se habrá quedado dormido en alguna de las habitaciones de las que disponga.

La tormenta sigue golpeando fuertemente ventanas y puerta. Parece que aún no vas a poder salir de ahí. Puede que alguien que se hospede en la posada sepa algo acerca del paradero de la Organización. O puede que el mismo Banshir pueda informarte...

Tienes hambre todavía, aunque podrías saciarla con un par de bocados. Aparentemente no hay comida a la vista.

Joanne sacia su hambre comiendo lo que puede.

Extrañada va a ver que le ocurre o hace Banshir, el anciano de momento parece afable.

De paso investigara si hay mas gente en la posada a parte de ella misma..

Disculpa Bashir, con su permiso he comido algo, le he hecho limpieza del piso de abajo, y ahora continuare por aqui arriba..¿está bien?

Un hombre sale de una de las habitaciones tropezandose contigo. Se te queda mirando algo extrañado... antes de que te des cuenta te coge del brazo y te mete en su habitación. Estas algo asustada por lo que el hombre te tapa la boca para que no grites. Entre tus intentos de pronunciar palabras con una mano tapando tu boca oyes unos susurros de la suya...

Se quien eres, pero no que haces aquí... Más vale que vuelvas a la organización antes de que se den cuenta de que te has escapado, niñita. ¿Te soltaré si te vas a comportar, vale?

Espera a que afirmes con la cabeza para soltarte. Una vez lo hagas, responderá a tus preguntas...

Joanne afirma con la cabeza.

Os buscaba, me dijeron que yendo en esta dirección os encontraría, pero no esperaba que fuera aqui mismo, tal vez los designios de la Orden, hicieron que fuera a esta posada a refugiarme.

Iba a ver que tal estaba el anciano.

Quiero unirme a la Organización, ser una gran Claymore, se lo debo a mi orden, quiero que resucite.

Decia en voz baja, extrañada y con cierta sorpresa de niña.

Ves como su expresión demuestra la poca información que realmente tiene de ti...

¿Quieres decir que vienes para alistarte? hace una pausa mientras piensa... No lo entiendo, no se porque estás aquí... es extraño que te enviaran a esta ciudad. 

El hombre se sienta en la cama y se queda pensativo...

La habitación no es muy grande. No entra demasiada luz a causa de la tormenta de arena que azota la ciudad. El hombre viste con ropas negras y no se le pueden ver las facciones de su rostro con claridad. El silencio invade la sala...

Me dijeron que tenia que seguir por esta dirección, me refugie en esta posada por culpa de la tormenta de arena, si no fuera por la tormenta, me habría abastecido de algo de comida y agua, siguiendo asi mi camino para encontraros mas al Este.

Mi Orden, sus designios han hecho que me encontrara con usted, quiero ser una gran Claymore, juro que matare a cuanto yoma se me cruce por el camino, los odio a muerte, son la razón de porque mi orden esta extinta, quiero que paguen.

Seguro que seré una gran Claymore, soy muy rápida y agil, de seguro que entrenando con ustedes, puedo llegar  a ser una gran guerrera.

Decia Joanne entre una mezcla de seriedad y alegría.

¿cómo se llama usted?

¿No lo entiendes verdad? No sabes donde estas...

Te señala a la ventana, refiriendose al exterior de la posada.

Hemos recibido un encargo para acabar con los yomas que están atacando a este pueblo. Aprovechan las tormentas de arena para colarse en las casas y matar. Esta no es una zona segura para ti novata. Lo mejor es que entres en la habitación que hay frente a esta. Ahí están las chicas, ellas podrán cuidar de ti mejor que yo.

Lentamente coge la daga que guarda en el cinto y la pone sobre la cama. Como si se sintiera seguro delante de ti.

Ahora largo, no pienso hacerme responsable de ti si mueres...
 

Joanne se le queda mirando extrañada...

De ser asi que esos monstruos estan aqui, cogeré esa daga, tal vez la tenga que usar si las chicas no pueden ayudarme,

ya que esten entretenidas matando Yomas, por lo menos me podré defender como pueda.

Joanne se encara a la cama para coger la daga, sin quitar la vida del extraño hombre.

Te acercas a la cama y con un ojo puesto en el extraño hombre, te haces con su daga. Ves como no parece inmutarse al ver que te llevas su arma. Seguramente no tenga problemas en conseguir otra...

Al alejarte te da un consejo...

No creo que hagas mucho con esa daga. Almenos no a un demonio...

En ese momento miras el arma. Parece bien hecha y perfectamente afilada. No entiendes las palabras del hombre en ese momento. Una como esta podría matar facilmente de un solo ataque bien dirigido. Aunque por otra parte no tienes el entrenamiento necesario para esgrimirla de manera decente. Guardas el arma, atravesada en tu pequeño cinto...

En ese momento la ventana se abre con un fuerte golpe de aire. La arena que arrastra inunda el espacio de la habitación por momentos. Finalmente el hombre la cierra con bastante esfuerzo por su parte. La habitación ha quedado con un par de centimetros de arena sobre todas las superficies. El hombre apremia para cerrar la ventana de forma más segura.

Ahora que lo pienso... las chicas te estaran esperando. 

Algo te extraña en esa frase... nadie sabía que estabas ahí... ¿Como podían estar esperandote entonces?...

¿Cómo que se supone que me esperías?, antes dijistes lo contrario.Dijistes que te extrañaba que me hubieran mandado aqui.

No entiendo nada, y un extraño presentimiento me embarga, no lo entiendo.

De momento me quedaré aqui, siempre podré correr hacia la habitación de enfrente..¿no crees?

No te esperabamos, eso es cierto. Pero ellas ya saben que estas aquí. Ya lo entenderás...

Ves como bajo la mascara se esboza una expresión de sonrisa por la forma de sos ojos.

No creo que les haga ninguna gracia de que no te presentes ante ellas. Sería una falta de respeto muy grande, ...no crees?

El hombre saca otra daga y ves como empieza a afilarla. Ahora entiendes porque no precisaba especialmente de la que llevabas encima. La habitación seguía llena de arena, y el misterioso hombre no parecía dispuesto a limpiar todo aquello...

Por otro lado la tormenta empezaba a hacerse más fuerte. Paracía como si llegará a su punto máximo. Ahora sería el peor momento para salir al exterior. Nada te impulsaba a salir de ahí, por ahora.

Prefiero quedarme aqui, algo me dice que no seria una buena idea.

Si tienes mas dagas, no me importaría que me dieras esa tambien, como dijistes con una daga no haria mucho, pero tal vez con dos si hiciera algo..¿no cree?, además que soy un poco avariciosa.

Siempre puedo usar esas dos dagas para sacar los ojos a quien se me ponga a tiro, algo de lucha se, la orden me entrenaron para poder defenderme, se combatir, este hombre parece no recordar que he sido entrenada por mi orden.No soy tan diestra en la lucha, pero algo se hacer.

¿Qué me dice?, por cierto, ¿un Yoma como se introduce en el cuerpo de un humano?