Partida Rol por web

El gobierno, nunca ha creido que juntar a un grupo de extrañas personas diera buen resultado, pero todos los cuerpos del servicio secreto español, están ocupados en una misión para controlar una posible invasión alemana en Mallorca. Mucho se temen que la invasión ha comenzado, aunque están comprobando la zona, utilizando la mimetización para infiltrarse, se han torrado al sol, teñido el pelo de rubio y hablan de garganta, mientras beben cerveza en bañador. Vamos, lo que es un trabajo de campo normal.

Por ello os encomiendan a vosotros. El denominado Comando de Emergencia de Reclutamiento para Defensa Oculta, más conocido como CERDO. Para una crisis diplomática.

35 rehenes españoles han sido secuestrados en Casablanca. La tensión con el reino Alagüi es muy alta y las conversaciones diplomáticas nulas. Sólo queda una salida.

Zapatero, casi en persona, el primo del marido de su secretaria, Paco, os pide este gran favor a la patria.

Blag sale de su choza de retiro, perdido en medio de lo que hace siglos fué la antigua Esparta, donde recibe la carta de Paco.

"Coño, Paco, cuanto tiempo", piensa mientras saca sus gafas de leer y con curiosidad y con cierto tembleque en la mano, rompe el precinto de la carta y comienza a leerla.

A mitad de la carta, comprende de que va. "Mucho talante, Paco...pero cada vez que me escribes es para pedirme algo. Bueno, todo sea por evitar la desintegración de España, que no se diga".

Así que blag coge su petate de la legión, sus viejas botas militares, su uniforme ajado y su último paquete de ducados y se dispone a acudir a la cita."Semper fidelis, ¿no te jode?", piensa mientras se dirige a coger el avión.

Hace mucho que Joe dejó esa vida. La última vez sostenía en sus brazos el cadáver de un niño que con alegría y una cara llena de pecas lo había seguido hasta las junglas de Euskal Erria para combatir mano a mano a unos curas satánicos.

Cuando escuchó el helicóptero sobrevolando su pequeña casa en medio de un desierto de Extremadura, sabía que el gobierno volvía a por él. Porque él era el mejor corriendo.
Salió de su casa corriendo y corrió y corrió durante kilómetros, pero finalmente el helicóptero lanzó su red para elefantes y lo atrapó.

"Una misión, unas vidas", le explicaron.

Con eso es suficiente.

Contestó.

Chirimo disfrutaba de su retiro en el monasterio. Ya no había más jefe que el Supremo Hacedor. Nunca más cumpliría la indigna tarea de ser mensajero de los ateos que ahora ocupaban la silla de gobierno. La Santa Sede le había dado un ultimatum concreto: o se dejaba de colaborar con esos descreídos o le retirarían la bula de inmunidad. Cuando uno de los monjes le trajo la carta con el sello gubernamental Chirimo supo que no era nada bueno.

Tras leerla varias veces se debatió entre lo correcto y lo justo. Señor, señor, ¿por qué me pones a prueba? Si dejaba el convento y acataba las órdenes de esos fariseos que gobernaban el mundo terrenal incumpliría su deber ante el Santo Padre. Pero si no hacía nada seguro que aquellos pobres rehenes sufrirían un castigo peor que la muerte.

No había tiempo que perder. Ya se inventaría algo para justificar sus acciones ante la Sede. Ahora el mundo volvía a necesitar de sus dotes de persuasión...

Demonios!!! Digo dichoso en un bar al Oeste de Medellin, Ciudad colombiana, la vida en España y su respectiva nacionalidad me habian dejado muy buenos recuerdos y un modesto negocio, era el encargado de llevar mujeres colombianas en trata de blancas a España y por mis contactos en ambos paises era un negocio seguro.

Mis ojos, como de sabueso miraron entre unas gafas oscuras, un hombre vestido de militar se aprosimaba enre lsa mesas, Vayanse muchachas, replique a dos de las mas recientes "adquicisiones", el hombre se paro en frente mio entregandome una carta.

Gracias, dije al hombre que parecia extasiado al observarme, al parecer mi fama no ha desaparecido del todo, me dije a mi mismo mientras me hacia el que leia la carta, levante la mirada y le dije en tono cortante, algo mas?

No señor, dijo el militar claramente avergonzado y se retiro con rapidez.

Cuando ya no estaba mire el establecimiento, todos bailaban y nadie estaba pendiente de algo que fuese mas alla de su cuerpo y el de la pareja, mire de nuevo el sobre y lo abri con un movimiento limpio, la extendi a una mano y la lei con detenimiento, una sonrisa afloro en mi rostro y me senti emocionado como hace mucho tiempo no me sentia, otra mision..., observe mi reflejo en un espejo que estaba en una de las peredes del bar y sopese mis posibilidades, no estoy tan mal, pense y con una sonrisa de suficiencia me diriji a mi casa a empacar mis maletas, volvia a la accion!!!

LA CARTA

Estimado ##########

Nos dirigimos a usted como última alternativa.

Le esperamos el próximo lunes a las 12:00 en el chiringuito de Eusebio, en Los Alcázares, Murcia.

No traígan equipo, nosotros se los proporcionaremos.

Muchas gracias. Su país algún día tratará de pagárselo.

El cartero no pudo encontrar a wally pero wally encontró su correo. Sorprendido al leer la misiva simplemente cogió un par de pantalones y un par de jerséis blancos a rayas rojas. No necesitaría más para esta misión... bueno, si, llenar la petaca de whisky y prepararse un par de canutillos para el camino. En murcia seguro que podría pillar buen costo que fumar

Debida a la imposibilidad, por causas ajenas a su voluntad, de Ferran Adrià para acudir a la cita este se ve forzado a enviar a su prototipo más avanzado, la Unidad Mess-IA. Así pues y sin más tardanza sus pinches ingenieros comienza a trazar la ruta hiperespacial desde el Laboratorio Secreto de Ferran Adrià para teletrasportar a su más novedosa y querida creación. En un instante y tras haber surcado los confines de la materia gastronomica el droide arriba a “el chiringuito de Eusebio” en los confines de Los Alcázares, Murcia. Este tipo de robot de cocina está programado para contrarrestar el hambre allá donde vaya con un estilo minimalista y revolucionario implementado por su chef omnipotente, ciertamente una gran elección para una misión de este calibre.

Eileen, estaba sentada repasando sus viejos libros de la Mateja Bela, la frustración llegaba a cotas inesperadas al darse cuenta de que no recordaba nada de eslovaco. ¿Cómo demonios había aprobado la carrera por correspondencia? Poco importaba, ahora lo que necesitaba era comprarse unos libros nuevos en español.

Se dirigió a la puerta, cogiendo su abrigo azul del perchero. Era su favorito, le había costado una barbaridad bordarle las pequeñas estrellitas de los puños y estaba encantada con él. Salió de casa, puso la alarma remota, colocó el sensor de peso bajo el felpudo, giro un poco la cámara de seguridad que tenía en la puerta para que enfocase bien y, finalmente, echó la llave de la puerta acorazada. Nunca se sabe cuando pueden tratar de robarte.

Tomó aire y comenzó a bajar cuidadosamente las escaleras. No parecía que hubiera nadie. De pronto, la puerta del portal se abrió y entró un tipo sospechoso. Vestía de azul y arrastraba un carrito amarillo. Observó el carrito, podría ser una bomba, pero el tipo se acercó y sacó un fajo de papeles de él. Bien no era una bomba, eran cartas... Aunque podrían tener antrax. Sacó su microcámara y fotografío al hombre mientras colocaba las cartas en los casilleros. Si pasaba algo sabría a por quien ir.

El tipo salió de nuevo arrastrando su carrito. Ella abandonó la escalera y se dirigió a su buzón, sacó del bolso un par de guantes de latex y una mascarilla. Se los uso y abrió el casillero. La carta de Paco la dejó helada pero explicaba la presencia del extraño hombre de amarillo, ¡era un agente secreto!

Los libros tendrían que esperar, era momento de entrar en acción.

Joe seguía repitiendo en su cabeza las palabras "Una misión, unas vidas" y su diminuto cabeza, con sus diminutos ojos fueron incapaces de ver cómo le metían una carta en el pantalón.
Abrió la carta de la única manera en que sabía, corriendo hasta que el mismo viento despegó el pegamento.
Extrajo el papel y con sus diminutos ojos leyó en voz alta tal y como le habían enseñado en el colegio antes de ganarse la vida de competiciones de arrastrar camiones.

Es timado Joe. ¿Me han timado? ¿Dónde? ¿Quién? ¿Por qué si no tengo dinero?
Nosdiri gi mosa u sted co moúlti maalter nativa. Sólo he entendido "nativa", estará cifrado.

Leespe ramos el próx imol unesa las 12 :0 0en elchirin guito deEus ebrio, enLosAlcá zares, Murcia.Algo sobre que los zares en Murcia están ebrios y que Espe-ranza Aguirre lleva ramos a Unesa. Esto, cada vez se vuelve más raro.

Notrai gan eq uipono sotros selos proporcion a remos.¿Gan eq uipono? ¿Que los remos están en proporción?

Muchas gracias. Supa ísalgún dí atrat ará depag ár sel o.Muchas gracias y otro mensaje cifrado, el atrat ará, debe de ser que hay ametralladoras y armas.

Así que Joe miró el remitente y fue a donde ponía el remite.

Barlow, estaba intentando pillar algo de bronceado, pero parecía que su genetica le impedía hacerlo. había ya probado todos los medios conocidos sin copnseguirlo, seguía tan blanco como cuando habia empezado. Barlow se coloco sus Raiman, las gafas ultimo modelo que había visto anunciadas en la tele cuando alguien le tapo el sol.
Es usted Barlow el extraterreste ?-Dijo un tipo de traje negro de Armani, que llevaba unas gafas de sol que le impedian verle los ojos.
Le han dico alguna vez que es usted muy observador para ser un humano ?
El CERDO le necesita- dio el tipo al tiempo que le daba una carta lacrada con el sello del CERDO en ella.
joder una carta ¿ es que no saben usar algo mas que esto lso españoles ? bueno tienen unas buenas playas y las chicas que hay por aqui en Marbella no estan nada mal, supongo que no lo pueden tener todo.
Barlow abrio la carta
Estimado Barlow Nos dirigimos a usted como última alternativa.

Le esperamos el próximo lunes a las 12:00 en el chiringuito de Eusebio, en Los Alcázares, Murcia.

No traígan equipo, nosotros se los proporcionaremos.

Muchas gracias. Su país algún día tratará de pagárselo.
después de leer la carta se dió cuenta de que no era el único que había recibido una.
a que clase de compañeros tendre que aguantar esta vez ?- se pregunto mientras cogía la bolsa de mano, se ponía las chanclas y se dirigía hacia una de las duchas `para sacarse la arena que se le habia pegado antes de partir para la cita

En el tejado de su dojo, Shinobi ensaya la postura de "El Tigre Que Agazapado Espera El Momento De Saltar Sobre Su Afligida Presa", mientras escucha una misteriosa música de relajación oriental:

Manteniéndose sobre un solo pie, sostiene ante sus ojos la carta recibida esta mañana, meditando profundamente sobre su contenido y volviéndola a leer bajo la luz de la luna llena. Una fugaz mirada hacia los Cielos le hace percatarse de que la luna no está llena sino más bien en cuarto menguante, lo cual justifica perfectamente sus dificultades para leerla.

- Ha llegado el momento que he estado esperando tanto tiempo.

Shinobi recuerda las palabras que le dirigió a modo de despedida el Sargento Sepúlveda cuando acabó la mili:

- Estudia mucho, entrénate a fondo y el día de mañana serás un hombre de provecho ¡Los jóvenes sois el futuro de España!

Este mensaje, pronunciado casualmente para evitar que fuese descubierto por el enemigo, fué perfectamente percibido por Shinobi como lo que realmente era, una orden directa para entrenarse y permanecer en la reserva hasta que una situación desesperada hiciese necesaria su experta intervención.

Un grito espeluznante rompe la noche interrumpiendo estas meditaciones:

- ¡Jaaaaaaaaacinto!
¡Bájate ya de la azotea, pischa, que se te van a enfriar las croquetas!
¡Y fíjate si está seca la ropa del tendal y si eso la bajas!

Shinobi responde lacónicamente pero sus pensamientos están muy lejos:

- Si madre.
- No te fallaré maestro, digooo no le fallaré mi sargento.

La brisa marina y el olor a lavanda acompañan a Shinobi en su descenso desde la azotea hasta las calles de Chiclana de la Frontera.

Al parecer no todos los destinatarios han recibido la carta. Sin embargo los que si la han recibido se encuentran el día señalado a la hora señalada. En esa playa tan soleada y desierta.

El tal Eusebio, un agente secrto en la reserva, les atiende en el chiringuito que regenta.

¡Buena!, ¿que vaa sé?

Puede que sea una contraseña.

Desde el techo del chiringuito se escucha un voz clara y serena que dice:

- A mi me pone un mosto, si me hace usted el favor.