Partida Rol por web

El viaje lo he hecho sumido en mis pensamientos mientras miro a los componentes del comando, en especial al teniente.

Observo el inicio de la guerra, y tengo un subidón de adrenalina por eso, y por lo que nos espera...

-Ni se os ocurra morir en esta misión, Teniente, acabemos cuanto antes con esto.- Comento ajustandome el equipo.

Hago todos preparativos del equipo de forma mecanica y en silencio. El trayecto es monotono e incomodo y lo completo meditabundo. Evito hablar con mis compañeros, mas alla de unos pocos monosilabos y gruñidos.

"Esta mision pinta todavia peor que la anterior... nuestra actitud es un poco derrotista, lo se, pero esa sensacion de fatalismo me persigue"

Escucho la arenga de Herr Kruger a nuestro oficial y frunzo el ceño... "¿Tiene el teniente motivos para morir?" Reviso el equipo y lo acomodo lo mejor que puedo... "La cuerda de escalada es un incordio y pesa mucho... el material para ayudarme a trepar se me clava en los riñones y tengo calor..."

Cargado y equipado, agarro el fusil entre los brazos y me preparo para marchar junto a mis compañeros.

Tras recoger el equipo, otro viaje en camión, por lo menos teníamos la suerte de trasladarnos así, las innumerables filas de infantes andando se mezclaban con los polacos huyendo. El desplazamiento transcurre anodino. El silencio apenas es roto por el cada vez mayor sonido de explosiones, el contínuo pasar de aviones hacia sus objetivos y los lamentos de los que huyen.

La noche en el vehículo resulta incómoda, pero en lugares peores nos hemos visto.

Ahora otra ocasión para probar nuestras capacidades, tenemos la ventaja de que sean artilleros, si fuesen soldados de infantería serían más peligrosos, aun así, nos superan ampliamente, habrá que ir con cuidado.

Martin, si puedes ayudarme a cargar con estas preciosidades... dice mientras le tiende una bolsa llena de explosivos.

Asi... si alguno caemos siempre podemos realizarlo los demas

Tomo la bolsa llena de explosivos. Por lo menos, llegado el momento la vaciaremos rápidamente.

Encantado de poder meterles alguna pildorita a estos polacos, pero mas vale que no faltes, porque si tengo que ponerlas yo, no estoy seguro de a quién me llevaría por delante. Sonrío mientras me imagino la fortaleza iluminada por un monton de explosiones.

Te los tendré bien guardados hasta que hagan falta.

Sonrio al escuchar las chanzas entre Martin y Karl... "Parece que Martin ha recuperado un poco la moral... hasta hace chistes". Camino con paso tranquilo hasta donde se encuentran el teniente Von Heiser y el oficial Kruger.

"Herr Oberleutnan. Los hombres ya están pertrechados y listos para la marcha"

Cuadrado frente a los oficiales, espero las ultimas instrucciones.

Con todo el equipo a cuestas, el grupo se aleja del camión que vuelve a marcharse a cumplir otros cometidos siguiendo al sargento de guardia. Este les lleva hasta el puesto de mando del capitán que está compuesto por una tienda de campaña bastante grande con dos guardias en la puerta. Después de pedir permiso, os indica que entréis. El capitán está sentado en una mesa plegable escribiendo unos informes. Saludáis marcialmente y el capitán os responde al saludo.

-Vaya, aquí tenemos a nuestro comando -dice.

-Bien, parece que el teniente se quedará en tierra esta vez. Saludos Capitán. Aqui estamos listos para iniciar la misión.- Comento al Capitán cuadrandome.

Karl se aproxima a Hans y le coloca su mano en el hombro. Le aproxima la caja de cigarrillos mientras expulsa el humo que guarda en su boca.

Nunca es tarde para empezar a fumar compañero... cuando diga acabaremos con esos perros atrincherados... aprenderan a bombazos que es el Blitzkrieg...

Dejo caer el equipo de forma un tanto precipitada frente a los oficiales y saludo. Espero en posicion de descanso, mientras se nos dan las ultimas instrucciones... "Tanta tensión me esta matando... terminemos de una vez y pongamonos en marcha... cuanto antes eliminemos a la oficialidad del castillo y volemos los antiaereos, antes podra la Luftwaffe arrasan con este maldito agujero..."

Cojo un cigarrillo y asiento con la cabeza. -Éstos hombres son unos profesionales, asi me lo estan demostrando. Será un placer dirijirlos en esta misión.- Pienso mientras me anima Karl.

-Bueno,  yo estoy preparado,  creo que todos nosotros estamos ansiosos por empezar a repartir palos a esos polacos.

-Y tan ansioso de acabar con más polacos. Pienso un poco en la misión anterior, espero que mantengamos la sorpresa durante más tiempo, de todas maneras dispongo de más granadas que antes, el que las inventó, hizo un gran aporte en el arte de la guerra.

En posición de descanso, fijo la vista en los demás, muy ansiosos. Mejor, la moral es muy importante. sólo me preocupa ese oficial al que debemos sacar, ¿porqué complicarán tanto las cosas?

El capitán se levanta del escritorio un tanto molesto.

-¡Soldados, cuádrense ante un superior! -dice acercándose a Karl y dándole un manotazo al cigarrillo que tiene en la boca-. ¡Son soldados del Reich y no unos perros asesinos salidos de un granja de cerdos! ¡Cuando yo diga que pueden fumar, lo harán y mientras tanto formarán alineados como profesionales que son!

Ante la furiosa reprimenda del capitan, me cuadro desde descanso con un sonoro taconazo. Tengo que tragar saliva al recordar la forma en que he dejado caer mi equipo... "La cosa es seria... los polacos deben de estar dandoles duro y nosotros hemos relajado la disciplina despues de tanto tiempo en retaguardia"

-Lo siento señor. Acaban de enterarse de que el teniente no vendrá y yo les mandaré, es normal que se hayan relajado un poco. No volverá a pasar.- Digo al Capitán asesinando con la mirada a los hombres....

El capitán mira a los insubordinados con fiereza durante unos segundos más antes de relajarse.

-He oído que piensan asaltar el castillo aprovechando la noche. Espero que tengan éxito en su misión ya que dentro de dos días será el asalto final sobre Varsovia y no quiero que esos malditos antiaéreos derriben a nuestros chicos. Les hemos preparado el bote neumático. Lo tendrán listo al caer la noche a la ribera del río. Ahora retírense.

-Si señor. Gracias señor.- Comento aún cuadrado, cuando nos indica que nos retiremos nos vamos de ahí.

-Al bar, vamos al bar.- Les digo a los chicos.

Saludo y sigo las indicaciones del oficial Kruger. Esa es una órden fácil de seguir.

-A sus órdenes. Saludo y trato de salir de la vista del capitán lo antes posible, no es bueno estar mucho tiempo delante de un oficial cabreado, y menos cuando estamos tan cerca del frente.

Los pilotos les importan más que la pobre infantería, aunque seguro que su preocupación es por los caros aparatos que vuelan.