Partida Rol por web

Un movimiento brusco se sucede en la persona de Bruce, que se revuelve en la oscuridad acusando un fuerte dolor en alguna parte de su cuerpo.

El caos se apodera de la situación... que tiene visos de ir in crescendo.

Rápidamente me alejo de la puerta y apuntando con la pistola en dirección a ella, intento vislumbrar qué es lo que ha pasado, qué le han lanzado a Bruce.

Al mismo tiempo, y como respuesta a una respuesta refleja, el potenciador Sandevistan se activa.. La realidad parece que se desarrolla, automáticamente, a cámara mucho más lenta.

activo mis implantes ciberopticos y al revolverme miro al suelo, esperando que no sea nada muy grave lo que me encuentre en el suelo.

Ante la duda saco mi Sternmeyer con silenciador, esperando mantener aún el sigilo. Atento a cualquier movimiento avanzo un paso para colocarme entre mis compañeros y la puerta.

Con una maldición en voz baja pienso en las gafas IR, por el momento inútiles en mi bolsillo, pero antes de pensar en sacarlas tengo que preparame para responder al ataque y defender a los otros. Afortunadamente cuento con que Kevin es mis ojos en la oscuridad.

Entre la confusión veo como Melkor, preparado, se interpone entre la puerta y el grupo. Mientras, Bruce mira alterado al suelo - Sea lo que sea, debe haberle atacado por el suelo pienso mientras echo una rápida ojeada al suelo en busca de la amenaza más incipiente.

Inmediatamente, vuelvo la mirada hacia la puerta, sin bajar el arma, para estar preparado y poder actuar ante cualquier "aparición", a la par de avisar a mi Amigo.

Samuel usa el comunicador mastoideo a sabiendas de que sus compañeros recibirán sus gesticulaciones como vibraciones en la base del cráneo. Es virtualmente imposible que le escuchen y algo difícil que las comunicaciones estén intervenidas.

Es algún tipo de camuflaje óptico, puede que inmune incluso al IR. Cuando se ha abierto la puerta ha entrado alguien, o algo. Un cyborg, diría yo. Y ha atacado a Bruce. Si todos os ponéis detrás de mi hago una rociada de perdigones en automático, si está ese lado le doy seguro. Luego sólo hay que matarlo, lo fácil, ya sabéis.

Miras al suelo y te sorprende lo que ves. Es una especie de reptil, de unos dos metros, que se mantiene pegado mordiendo ferozmente tu tobillo. Esos bichos son casi imposibles de ver hoy en día en las ciudades, están prohibidos... Así que la mejor posibilidad que se te ocurre es que sea cibernético; una serpiente cibernética!!!

En apenas unos segundos, y como un equipo bien engranado, el grupo busca cobertura mientras Bruce busca una explicación al ataque tipo presa que le está afectando una pierna...

Samuel esboza en décimas de segundo una idea, nada descabellada. Melkor hace de escudo humano. Todas las miradas buscan una explicación y el objeto del ataque.

El tiempo se escapa entre los dedos... Pero, sin vida no hay misión. La IEM debe explotar en apenas minuto y medio.

doy unos pasos hacia adelante e intento esquivar al bicho y luego comento en voz alta...esto parece un reptil cibernetico...continuemos no quiero liarme a tiros con este bicho tan cerca del objetivo, pero tened cuidaddo...

Miro hacia abajo a las palabras de Bruce, manteniendo aún mi posición, aunque es poco lo que veo intento evaluar el potencial de peligro que representa el "bicho" al que se refiere Bruce.
Lo mejor es seguir sin perder tiempo ni llamar la atención, ciertamente, pero no se si eso puede ser peligroso... Kevin sabrá.
Mi mirada una vez más se dirige a mi amigo.

- ¿Camuflaje óptico inmune incluso a los IR? Espero que no La idea que Samuel ha volcado sobre nuestros comunicadores es demasiado estresante. - Si existe algo así.. con apagar las luces estamos mal. Necesitamos luz o saber cómo detectarlos. ¿detectores de calor? absurdo, los cyborgs no se calientan. ¿de movimiento? podría probarse, pero seguramente demasiado imprecisos. Hemos de detonar el IEM, eso debería freir a los cyborgs

En la oscuridad intento responder a mis propias preguntas. Acuciado por la falta de tiempo y el peligro que entraña no saber cómo encontrar a quién está atacándote.

Samuel con la culata de la escopeta acoplada al hombro gira en redondo apuntando al suelo.

Joder, asi no hacemos nada, hay que pillarlo de alguna manera.

olvidemonos del engendro, sigamos solo nos faltan dos pisos...vamos y rapidamente me encamino hacia la puerta que nos lleva al siguiente nivel.

El nómada parece resistir el ataque del "engendro", como él mismo lo ha llamado. Intenta hacer lo más pragmático, seguir hacia el objetivo... Pero el "engendro", que una vez localizado es más o menos visible para todos, parece ser una serpienta. Es difícil en la oscuridad saber si es real o cibernética. El bicho, de más de un metro de longitud, se enrolla en la pierna de Bruce, que pierde el equilibrio tropezando pero sin llegar a caer. La cabeza parece clavada en un mordisco bestial en la zona baja de la pierna... Bruce aguanta el ataque sin emitir sonidos de dolor...

Ahora sólo falta que no haya veneno de por medio.

Mientras os revolveis en el rellano del sótano 4, luchando por controlar la situación en mitad de la oscuridad, y ofuscados por el ataque del engendro; no os dais cuenta de la nueva amenaza que se cierne sobre vosotros.

Sólo escuchais, sin tiempo a reaccionar, el sonido familiar de la muerte en forma de plomo.

BLAM
BLAM
BLAM

Una ráfaga de tres tiros, procedente de algún tipo de fusil o subfusil. Los destellos de las detonaciones vienen de más allá de la puerta semiabierta observada antes.

Melkor recibe en su totalidad el fuego enemigo. El mercenario, que se había situado a modo de escudo humano, actúa como tal.

En condiciones normales el mercenario aguantaría los balazos sin problemas. Pero su pierna izquierda flaquea y se dobla ensangrentada. Los esfuerzos para mantenerse en pie son ahora muy dolorosos. El mercenario aprieta los dientes, escozido, dolorido. Quema la herida, el plomo y el tejido muerto...

con el fusil bien preparado, hago un disparo.

Me doblo por la pérdida de fuerza en la pierna más que por el dolor, aunque en mi cara aparece una expresión que no se ve en mi muy a menudo. Ha dolido. Esta ha sido de las buenas, de las cicatrices que se lucen años despues con orgullo, o de las que señala un forense con un asentimiento sobre una mesa camilla.

Tiro la pistola con el silenciador al suelo, el sigilo ya no sirve de nada, han cambiado los planes. Con un movimiento rápido cojo el fusil de mi espalda, disponiéndome a descargarlo sobre el enemigo.

En la confusión del momento lo único por lo que me preocupo es por que si escapa habiendo visto a los otros, mi maniobra de distracción no servirá de nada, iran a por todos... y eso sólo tiene un resultado posible. No, no puede escapar.

El mercenario abre fuego a ciegas contra la puerta. El plomo, de gran diámetro, atraviesa la puerta hidráulica e impacta teóricamente. Establecer el daño en ese segundo es difícil. Si ha conseguido acertar al enemigo no lo puede saber. Lo único que escuchais es un leve sonido, como de alguien que se apoya contra algo...

El mercenario, en su fuero interno sabe que no ha fallado. Es imposible que sepais lo que hay detrás de esa puerta, pero quien quiera que os haya atacado no ha podido ir muy lejos. Melkor ha reaccionado como se esperaba, con efectividad y premura.

De alguna manera todos intuis que al otro lado hay alguien, y ese alguien, a la fuerza, tiene que ser vulnerable al plomo.