Partida Rol por web

Después de tan largo recorrido, el grupo finalmente divisa Bolsón Cerrado entre las suaves colinas de La Comarca. El aire huele a hierba fresca y a descanso, pero Lobelia apenas puede disfrutarlo. Da unos pasos más y se deja caer en una piedra del camino, soltando un suspiro profundo.

—¡Por dios, mis pies! Exclama con visible cansancio, frotándose los tobillos. Luego, alzando una ceja, añade con un dejo de reproche. —Pues claro que estoy agotada ¡si me forzaron a llevar el mapa todo el camino!

Mira al resto con gesto entre divertido y ofendido, como si aún esperara una disculpa, o al menos que alguien le tienda una mano.

—Parece que a ti solo te rejuvenece la aventura, Lobelia —comentó Rory, lanzándole una mirada divertida a su compañera, que lucía visiblemente cansada— Cuando descendías de la habitación y te escabullías en el museo parecías una adolescente, y ahora... —hizo una pausa, con una sonrisa burlona— cargar con un mapa sin peso alguno te resulta agotador.

Se irguió con orgullo, acomodándose la capa mientras hablaba:

—Por mi parte, me siento espléndido. Nada como finalizar una travesía con éxito —dijo con tono satisfecho, y frotándose la barriga añadió—Y si encima nos espera un buen banquete... mejor que mejor.

Su risa retumbó suave en el aire nocturno.

Todos entráis en el smial y os acomodáis en unos cómodos sillones. Lobelia y Prímula caen pesadamente y se quedan inmovilizadas del cansancio. Sentirse tan cómodas hace que los cuerpos se relajen y empiecen los dolores articulares. Bilbo va de un lado para otro cogiendo cosas para poner la mesa: vajilla, vasos, cubiertos... Al oíros decir que tenéis el mapa, grita de alegría.

-"¡Lo habéis encontrado! Maravilloso, simplemente maravilloso." Dice, rebosante de alegría. "¡Vamos, tendremos que revisar rápidamente el mapa de mi abuelo esta noche si queremos preparar nuestra próxima aventura! Este notable hallazgo vuestro hace que me sienta bastante preparado para emprender otra."

Bilbo empieza a sacar una suculenta cena tardía con innumerables platos, tanto calientes como frío. También trae buenos vinos y cerveza. Os relajáis rápidamente y dais comienzo de la suntuosa comida. Mientras yantáis, Bilbo os pregunta por todo lo acontecido en vuestro viaje desde que salisteis de Bolsón Cerrado hace unos días. Después de escuchar la historia, no puede evitar reírse y añade que está dispuesto a unirse a ellos en su próxima aventura. La noche pasa rápida entre una compañía agradable y unos estómagos llenos. Para finalizar, unas buenas pipas de fumar junto al fuego y unos brandis para reconfortar el cuerpo. Mañana será otro día en La Comarca y puede ser el inicio de otra excitante aventura.

Al salir de Cavada Grande, notasteis que alguien os seguía de lejos. Se ocultaba muy bien y no se dejaba ver: una sombra entre los árboles, un reflejo del sol en algo metálico que duraba un segundo, alguna rama que se movía a lo lejos... Solo discernisteis que se trataba de una persona alta, quizás un humano. Al cabo de unas horas, desapareció y ya no notasteis su presencia.

—Bilbo querido, me encantaría sumarme a tu próxima aventura —comentó Rorimac, sobándose la panza con una sonrisa cansada                       

Soltó una pequeña risa y, tras mirar a sus compañeros uno por uno, añadió con tono burlón pero afectuoso:

—Queridos amigos, ha sido todo un placer. Incluso tu compañía, Lobelia.

Drogo cena feliz, y cena contento

"Prímula, querida... Ha sido gracias a tí. Tu has sido el cerebro y el corazón de esta aventura. Quiero que sepas que este viaje ha sido más invigorante que cualquiera de las correrías de juventud"
"Tenemos toda la vida por delante, y quiero pasarla contigo. Siempre contigo"

Y mientras comemos y hablamos, es entonces cuando veo uno de los tesoros, libros, pergaminos y demás maravillas que Bilbo atesora. Un libro me llama la atención. Me llama la atención sobre todo la firma.
"Frodorl Reuel. Poeta" reza en el lomo

"Frodo. Es un bonito nombre"

-Muchas gracias Bilbo, fue una aventura linda la que vivimos- comento Paladín con una sonrisa.

Luego de ayudar a Bilbo para poner la mesa y algo de comer -Yo también estaría feliz de participar en la siguiente aventura- comenta con una sonrisa.

Siendo ya tarde, pero felices y contentos por haber llenado el buche, os pusisteis a narrarle a Bilbo todo lo acontecido, con pelos y señales. El mapa se le entregó y vuestro anfitrión lo miró con ojos chisposos, rebosantes de energía. En su mente ya se estaba pergeñando la próxima aventura. Finalmente, cada uno se fue a descansar a una habitación, bien por parejas o en solitario. Al día siguiente hablarían de los próximos pasos de la compañía de los Conspiradores del Libro Rojo, como os haríais llamar a partir de ahora. Buenos sueños para tan magna compañía tuvieron, esperando que amaneciera rápido para volver a hincarle el diente a la despensa de Bilbo.