Partida Rol por web

Ni bien Methos envía su mensaje va a despertar a Alex y Angella que se lo hicieron de inmediato. -¿Qué pasa... eh? No, no tengo idea John, ¿qué es lo que pasa? eh, díme... -, preguntó la detective entre sueños. Estaba alterada, era lógico que no durmiera tranquila con toda la tensión que estaba sobre sus hombros.

La cuestión es que, cuando se terminó de despertar, puesto que la pregunta que había hecho era entre sueños, se encontró apuntando al híbrido. Su cuerpo había actuado por instinto.

-Perdona Methos-, dijo guardando el arma. -Es que estoy demasiado nerviosa.

Alex ya estaba despierto pero solamente los miraba, mientras seguía recostado, y con cara de dormido.

Gérard sabía la dirección a la que debía dirigirse. Salió del cuarto para ver qué pasaba afuera y Constantine, ni verlo, se le acercó.

-Gérard, ¿cómo te encuentras, tío? 

Le preguntó, tocando su hombro, mirando si sus ojos estaban cansados. Algo de lo que observó le quitó presión de encima pues pronto dijo.

-Nos diste un susto de muerte, estabas más pálido que el papel. Es bueno saber que esos surcos violetas bajo tus ojos han desaparecido.

Gérard notó que solo Haziel estaba en el pequeño comedor. -Henry está afuera vigilando. Oye chico, quizá sea mejor no tentar nuestra suerte, eso de engañar a Lilith... creo que es arriesgado. No queremos perder a otro miembro más.

Una sola mano se había interpuesto entre el arma y su persona – Tranquila ya tendrás la oportunidad de hacerlo algún día pero hoy no lo es – Dijo Methos – Debemos irnos… no hay tiempo que perder – Fueron sus palabras esperando que entendiera sin tener que dar muchas explicaciones – Iremos donde te dije es un lugar seguro – Comunico esperando la aceptación para partir.

-Bien, sí, estoy bien, algo atontado pero bien... creo que es la primera vez que consigo dormir sin pesadillas -comenté más para mí que para él-. Curioso que lo consiga ahora, cuando el mundo está al borde del abismo.

Respiré profundo, la verdad es que pese a todo me sentía bien, el cansancio había remitido y me sentía con renovadas fuerzas. Algo en mí había cambiado, eso era innegable.

-Kato vino a verme, a despedirse. No tengo claro todavía si me dio o no un último poder, pero sea lo que sea hizo me ha sentado bien... es como... como... no sé, como si ya no fuera el mismo, algo en mí cambió después de su visita.

Y era cierto, me sentía fortalecido tanto física como mentalmente. Las dudas, no, mejor dicho la negrura que había en mi interior había desaparecido. Mi confianza se había fortalecido, no sé bien el cómo pero lo había hecho. Quizás fueran sus palabras, la confianza, la fe que él y todos habían depositado en mí, no lo sé, pero así era. Seguía siendo yo, pero al mismo tiempo ya no era la misma persona.

Escuché a Constantine con atención y asentí a sus palabras.

-Yo tampoco lo creo y la verdad es que ahora me siento, sé que soy lo suficientemente fuerte para enfrentarme a ella. No me preguntes cómo, simplemente lo sé. La unión hace la fuerza y es unidos, ante todo, que debemos permanecer. Podremos con ella y con todos sus esbirros, te lo aseguro, así que nada de intentar engañarla y mucho menos enviar a Haziel a la boca del lobo. Le haremos frente juntos y juntos la venceremos.

Domingo 07 horas
Calle 22 y Oak

Gérard había llegado a la dirección que Methos le había dicho. Estaba conduciendo una vieja furgoneta que le cedió Constantine. John estaba en el asiento de atrás y Haziel se había quedado en la casa de campo. El tema es que el chico no había quedado bien con la muerte de Ingrid así que solo eran ellos: Angella, Methos, Gérard y Constantine. Ellos cuatro contra las fuerzas del mal.

Cuando John salió del vehículo la detective saltó a sus brazos y le dio un beso que solo uno cree ver en las películas. Pero era cierto: ambos estaban enamorados, más allá de los pleitos de cielo e infierno Cupido seguía teniendo sus voces sobre la Tierra.

-Vamos adentro.

Dijo John a todos.

-Methos, amigo. Tú nos dirás a dónde vamos en realidad.

Alex, que estaba sujetando la mano del híbrido sonrió y dijo:

-Eso del beso fue todo un ascoo... YUUcKK

-Un día no pensarás lo mismo- contestó Angella y le guiñó el ojo. -Vamos, solo queda un día más chicos, podemos hacerlo.

Solo veinticuatro horas que corrían segundo a segundo esperando un nuevo amanecer, Alex estaba sosteniendo su mano y tras la escena de aquel recibimiento y tras un carraspeo el Hibrido emitió palabra – Bien, es bueno volver a verte Jhon… también a ustedes- dijo refiriéndose a los otros dos integrantes del grupo – Quiero que sepan que esto no es más que un lugar provisorio mientras nos preparamos a partir nuevamente – comunico rascándose la barbilla con la mano libre – Los sabuesos de abajo comenzaron a cazarnos y hay que hacer algo con ello, tengo un lugar donde podemos refugiarnos, un santuario personal el cual queda un tanto lejos de aquí –

Respiro hondo y termino de hablar dando indicaciones – Nuestros amigos no murieron en vano como sabrán, aquellos que nos acompañaron y quedaron en el camino aun estarán con nosotros hasta el final – Hizo una pausa – Somos los únicos que quedamos y solo tenemos que aguantar veinticuatro horas más para que todo esto acabe, así que en quince minutos saldremos de aquí con dirección al noreste, son al menos sesenta kilómetros o un poco mas…. Iremos a una vieja cabaña en medio del campo, allí cree un santuario hace tiempo el cual está protegido por un viejo amigo que nos ayudara con todo esto –
Miro a todos los presentes – Están preparados? -

A eso de las ocho y media, nueve de la mañana del domingo llegaron a una cabaña alejada, en un terreno poblado por árboles y soledad. Methos estacionó el coche lejos de la entrada, ser prevenido era mejor, así que lo dejó en una zona arbolada, en donde los grandes troncos lo cubrirían de la vista de cualquiera que se acercase. Salió con Alex en brazos y Henry caminando detrás, callado.

Gérard fue el último en abandonar el auto. Miró al cielo azul y pensó que sería un bonito día, al menos en términos climáticos. No tenía idea de quién sería el amigo del híbrido que conocería sobre este lugar pero al menos estaba seguro que siendo un Santuario estaban de nuevo resguardados y era de esperar que los Sabuesos del Infierno hayan perdido el rastro a estas alturas.

Methos se acercó a la puerta de la cabaña pero antes de tocar un tipo abrió la puerta. Era flaco, alto y medio desgarbado, con ojos azules e inteligentes.

-Hola jefe, lo estaba esperando. ¿Ellos son seguros no?

Preguntó, mirando a Henry y Gérard.

Si algunos no le habían visto sonreír pero esta podía ser la primera vez que en la faz de Methos surgía una mueca escueta sobre su seriedad habitual, dejo a Alex en el piso y extendió la mano hacia Carl – Tiempo sin verte viejo amigo – Estrecho la mano – Creo que a ellos los conoces y a ellos – Señalando por ultimo a Henry y Gerard – Creo que no – Dijo en una poco formal presentación.
No era que fuera así pero el tiempo perdido en esta ocasión era más que valioso – Carl necesito saber si este lugar es seguro, porque no se si estas enterado como están las cosas en estos días y te aseguro no es nada bueno… - Miro en pleno día el lugar – Jhon aquí haremos  nuestra última movida, pase lo que pase no deben tomar a Alex – Dicho esto se agacho y miro al niño con aquellos ojos extraños – Recuerdas lo que te dije tiempo atrás Alex? Si ellos están cerca usa el super poder que te regale ok?... yo te encontrare – Palmeo la cabeza del pequeño revolviendo sus cabello rubios.

Entraron con el pequeño y Angella se dispuso a jugar un poco con él y mientras hacerle de desayunar. El interior del sitio era muy acogedor: una mesa rectangular de madera, seis sillas a su alrededor, una pequeña cocina comedor y la luz del sol que entraba a raudales le daban al ambiente un color cálido y amigable.

Carl sacó una botella de whisky pero viendo al niño, meneó su cabeza y dijo: -No corresponde. Mejor brindamos con café con leche. 

La detective no pudo evitar una sonrisa y preparó el desayuno para todos. Una vez que estuvieron sentados a la mesa, Carl parado porque era un tipo que no se quedaba muy quieto, les preguntó:

-Methos entonces el plan es aguantar aquí hasta mañana, ¿tienes un plan B? Porque el hechizo protege de criaturas maléficas y eso... pero Lilith es taimada, digo. No me extraña que la muy turra tenga un plan A, B, C y hastta Z

Methos sonrió de lado y solo asintió ante las palabras de Carl - Aquí evitaremos problemas innecesarios – Comunico mientras miraba a su amigo y luego al resto – Tenemos dos eslabones poderosos de nuestra parte así como también de algo mucho mas importante aun…. Tenemos la ventaja solo hay que tener los ojos bien abiertos – agrego.

Iré a caminar un rato, tengo que pensar en algunas cosas – Dijo el Hibrido – Aunque tengas algo que agregar jhon? -

Sí, tengo complejo de ermitaño, qué le vamos a hacer. Me limité a escuchar lo que el resto hablaba -nada tenía que aportar a esa conversación por lo demás- y acabé ocupando la primera silla que encontré libre.

Alex se veía bastante bien, no parecía asustado y por lo que pude apreciar había hecho buenas migas con Methos. Eso estaba bien. Cuando el chico se acercó a mi le guiñé un ojo. Fue gracioso verle intentando guiñar el suyo. Le rasqué la cabeza y chocamos puños a modo de saludo. Todavía me sentía bastante cansado, pero supongo que la culpa la tenía el, digamos, relajo de las últimas horas. Sabía que aquello no duraría mucho, pero mientras durase lo mejor era disfrutarlo.

Disfrutarlo. La palabra hizo eco en mi cabeza nada más ver la botella de whisky que el tal Carl dejara a un lado.

-Lo siento mucho, pero yo sí que necesito un trago -me dije y cogí la botella como si mía fuera para y me serví una copa. Un trago, era todo lo que necesitaba. Sentir el ardor del licor recorriendo mi garganta y calentando mi cuerpo.

A ese trago, le siguió un café al que no dudé añadir un poco de whisky. No daba para un café irlandés, pero tampoco estuvo mal.

John no agregó nada y Methos fue a dar un paseo mientras Gérard tomaba unos tragos seguidos por algo de café. El día transcurrió sin inconvenientes. 

Carl sacó un mazo de naipes y jugaron junto con Alex a algunos juegos sencillos. El chiquillo volvió a sentirse somñoliento y fue a dormir con tranquilidad. Methos volvió de su caminata con la mente despejada y vio como el sol se ponía desde la ventana.

El día dio paso a la noche, era la madrugada del lunes.

Lunes 01:00 hs------

-Solo hay que aguantar este día...

Dijo Ángella con una sonrisa en su rostro, -solo este día señores, si llegamos a las doce de hoy sin que los esbirros de Lilith se lleven a Alex... el juego habrá finalizado.

-Y habremos ganado- clamó Constantine.

-El mundo habrá ganado, John... las personas, es una gran apuesta.

Carl Cross se acercó a la cocina en donde se puso a hacer unos huevos fritos. Rompió el primero contra el borde del plato y la yema amarilla salió de manera apetecible. El segundo fue diferente: lo que salió fue rojo como la sangre. Methos se sintió perturbado.

Cross cayó al suelo y entre convulsiones exclamó.

-Vuestro Santuario no comtempla el truco más viejo del libro...

Y su forma de hombre se transmutó... hasta ser ella. 

Aunque la verdadera Ella estaba aún encerrada en las puertas infernales. Pero su poder era bastante fuerte en este mundo para ocupar una vasija temporal que tomara su forma, y esa era nada más ni nada menos que el señor Cross. 

Que ahora tenía su forma, la forma de Lilith.

-¿Creísteis que me iba a ir sin pelear? Dadme al niño o conoced mi furia...

Los ojos de Methos pronto fueron a dar contra la Mujer que se hacía presente…. Podía ser poderosa pero había cosas con la que esta mujer no contaba y ellos tenían, el Hibrido se coloco en el frente – Estas equivocada – Esas fueron las primeras palabras que salieron desde el hombre de los ojos diferentes – El Niño no irá contigo – Comunico mirando a Alex – El se quedara con nosotros aunque cada uno de hasta su ultimo respiro por el pequeño – aquellas palabras parecían más paternales que nada en el mundo.
-Si vamos hacerlo adelante, pero se que Carl aun sigue allí -

-Carl no está para atender su llamada... Bip- dice Lilith con una voz mecánica, sintiendose chistosa. Luego eleva su brazo derecho y, cuando lo hace, manda volando a Methos contra la pared sur.

-¿Creéis que soy taaan fácil de vencer? Incluso con solo la octava parte de mi poder aquí en la Tierra, me llevaré a Alex. Tú, estúpido Híbrido, no puedes hacer nada más que verlo.

La mujer sonríe y se acerca a Henry, a quien toma de la garganta.

-¿Alguna última voluntad? 

Miré a Lilith con desdén. No sentí miedo, pese a que sabía debía sentirlo, pero la verdad es que hacía mucho que estaba preparado para morir... cualquiera diría que una eternidad aunque lo cierto es que difícilmente superaba las veinticuatro horas.

Cogí una de las sillas y arremetí con ella contra Lilith. ¿La idea? Aturdirla, o mejor dicho aturdir a Carl. Ella estaba utilizando su cuerpo, pero si yo dejaba fuera de combate a su vasija le habría ganado, al menos por esta vez, la mano.

El sillazo de Gérard fue lo suficientemente fuerte para que Lilith abandonara el cuerpo del hombre. Carl abrió los ojos, desde el suelo, tocándose la frente en dónde tenía un moretón.

-¿Eh? ¿Cuánto bebí, mierda demasiado ah?

Dijo y miraba a Henry con cara extrañada, sobre todo porque el rubio tenía una mirada de pánico. Entonces algo le hizo click, quizás una memoria.

-¿Ella estuvo aquí? ¿Verdad?

Meneó su cabeza.

-Es solo aguantar hoy y sin embargo se nos va a hacer largo. Si me tomó antes puede volver a hacerlo... pensad algo rápido...

Las cosas no habían sido del todo gratas o como se esperaban, la fuerza de Lilith era poderosa y mientras el ritual deba completarse estarían en problemas, el palazo propinado a Carl fue suficiente para liberarlo de la posesión. Luego las palabras del mismo eran un tanto desalentadoras pero no había que parar en este momento.
-Gracias- Dijo mirando a Gerard mientras asentía con la cabeza y caminaba colocándose junto a Alex y acuclillándose para decirle algo al oído. Tras ello hablo – Quizas no salgamos con vida de aquí pero haremos nuestro último esfuerzo, nuestros compañeros que quedaron en el camino nos brindaron algo más que sus poderes, su compañía y aunque poco creamos ellos están aquí con nosotros…. – Dijo extendiendo los brazos y dando una vuelta.
-Es tiempo… John, creo que es tiempo – dijo el Hibrido para luego comenzar a decir unas palabras en un idioma extinto…

- Alex, cuando llegue el momento tendras que pensar en aquello que mas quieres... eso despertara el superpoder que te di... recuerda lo que dijeron que eres importante... quizas solo tus lagrimas sean lo que necesitamso para ganar este dia - Dicho esto Methos se levanto y prosiguio.