Partida Rol por web

- Debo decir que eres extraordinariamente fuerte. Ese poderoso rayo hubiera matado a cualquier mortal comun y corriente, incluyendome. ¿Que hacemos? No se que hacer. Si fallo morire... -

Cierro los ojos y avanzo hacia una muerte segura.

Aquella "prueba" era completamente aleatoria, por lo que no fue extraño que la suerte abandonara en esa ocasión a Capitanaza. Inmediatamente después de tocar el botón "equivocado", de acuerdo con la máquina que dirigía aquel incomprensible complejo, un rayo de energía se enfoco en la mujer, impactándola con tal fuerza que pese a interponer el escudo para tratar de aminorar el ataque, este termino por arrojarla al suelo, destruyendo de paso tanto su escudo como la armadura que había encontrado en el camino.

- De no haber sido por esa protección, seguramente ya estaría muerta - pensó Capitanaza al incorporarse aún adolorida. Pero antes de que pudiera decirle a su compañero que estaba dispuesta a intentarlo de nuevo, ya que el no parecía tener ninguna defensa consigo, Chat pulso otro de los botones.

- ¡Espera! -grito la mujer soldado, pero al ver que ya era tarde, corrió para activar otro de los botones, de modo que si alguno fallaba, el chico tuviera alguna oportunidad, pues imaginaba que la descarga no podría enfocarse en ambos a la vez.  

Tras saltar el joven héroe el haz de luz rojo vuelve a intensificar su luz para luego volverse verde y no hacer nada absolutamente. 

Perdón...¿Os he asustado?.- Vuelve a hablar la voz, esta vez en un tono algo jocoso.- No era mi intención.

Bueno, veo que al menos uno de mis pequeños sabe ver, era muy sencillo, solo os teníais que fijar que botón era el que sobresalía sobre el resto.- Los héroes se fijaron entonces y vieron claramente que una de las plataformas en el suelo estaba milímetros más levantada que el resto.- No era tan complicado ¿Verdad?.

Tras soltar una pequeña risilla se escucha un crujir de goznes.- Hacia tiempo que nadie llegaba tan lejos, mejor dicho, hacía tiempo que nadie pasaba por aquí.- Tras ese crujir de goznes se empieza a abrir una puerta circular delante de los héroes, una nueva prueba les esperaba.

Bueno, esta sala que viene a continuación me encanta la verdad.

La siguiente sala está llena de agua por todos lados, salientes y pequeños islotes que son como bolas de metal gigante.

Esta sala tenía una de mis mayores creaciones, pero está oxidada y no funciona... Una pena.-

En mitad de la sala hay destruido un robot gigante.

Precioso ¿verdad?.

A lo lejos se ve a un humano con un báculo.- A cambio lo he sustituido por...esto, ¡Ánimo!.- 

Cuando se acercan, es un humano, sí, pero sin carne. Un muerto viviente con poderes mágicos.

"Bien. Recuerde: sus hijos son bienvenidos y se les tratará con todo el respeto que merece un sujeto de pruebas."

Tras el Liche la cabeza robótica ya conocida por los héroes aparece nuevamente.- En cuanto quieras abandonar solo has de decírmelo y te sacaré de aquí pequeño.- Dice dirigiéndose hacia Chat Noir

Definitivamente aquella máquina odiosa estaba provocando que Capitanaza deseara que se pusiera a su alcance, para poder ajustarle sus tuercas y tornillos flojos a base de golpes con la maza. Esperar que encontraran cual botón podía ser, con tan solo una diferencia de milímetros entre uno y otro. Lo absurdo de la idea hizo que la soldado sacudiera la cabeza y se forzara a calmarse y a respirar hondo, para seguir adelante.

La siguiente sala era mucho más impresionante que las otras, sobre todo por el enorme robot que yacía en el suelo. Aun completamente armada, Capitanaza dudaba que hubiera tenido posibilidades de vencer contra esa cosa, pero por suerte, ese no era su enemigo. En lugar del monstruo de metal, había uno de carne y hueso. Más hueso en realidad que otra cosa. Un muerto reanimado por alguna clase de magia o ciencia.

Magia, según aquellas gafas. La supersoldado se volvió hacia Chat y le dijo rápidamente:

- Esa cosa es muy resistente a la magia. Si estas cosas sirven bien, los ataques mágicos solo le hacen la mitad del daño. Si no tienes armas, mejor dejame probar suerte a mí - insistió, dandole los lentes a Chat y aferrando su maza con ambas manos, para enseguida salir corriendo hacia el enemigo.         

Chat saco el unico arma que le quedaba para ayudar a su compañera. El tomo de viento.

- Gracias por arriesgarte antes. Vi tu riesgo por si yo fallaba. Te lo agradezco. Lo valoro. -

Dijo a Capitanaza. Y se dirijo al liche.

- Desaparece de nuestra vista! ¡Yadulnat Azahair Itmausius Nox! - Termino su frase con un dialecto incomprensible correspondiente al lenguaje de los conjuradores.

Y un poderoso rayo se dirigio hacia el.

La primera en cargar fue la heroína llamada Capitanaza, cargó bravamente contra el liche.

Le golpeó con su maza en el cráneo con fuerza pero cuando se quiso dar cuenta la heroína, la maza no había ni golpeado el hueso, se había parado a penas a unos centímetros, un campo de fuerza bloqueó el golpe. Tras eso el liche arremetió contra ésta lanzándole un haz de luz rojizo, consiguió esquivarlo justo en el instante correcto para luego recibir por la espalda otro rayo igual, cayendo al suelo con otro golpe más, esta vez en pleno pecho, le costaba respirar. Pero eso no iba a acabar con ella, era una heroína de leyenda y podía aguantar más que eso.

Tras ver a su compañera caer el pequeño héroe sacó de su saca un libro e invocó la magia de sus páginas lanzándole una rayo que a ojos de cualquiera podría parecer destructor, impactó de lleno sobre el Liche y una nube de humo se formó. 

Los héroes vieron un rayo de esperanza en esa nube de humo, pero una risa malévola surgió de ella y la figura no-muerta parecía que ni siquiera se había inmutado por el impacto del rayo. - Creéis que la magia puede conmigo, pero que ilusos sois.- Les dijo la calavera con un gesto inmutable.

Tras eso, unas manos huesudas se alzaron cerca del joven héroe para golpearlo sin piedad, haciéndole bastante daño, llenándolo de magulladuras y cortes.

La voz les volvió a hablar.- ¿Porque no habéis usado las gafas...? De verdad, esperaba más de vosotros. 

Cambia a un tono de voz más condescendiente.- Si queréis abandonar solo tenéis que avisarme, y yo os sacaré de aquí.

- Vaya hueso más duro de roer - exclamó Capitanaza, levantándose del suelo con trabajo después de recibir el ataque de esa criatura inhumana.

- Chat, no creó poder vencerlo, pero al menos te daré algo de tiempo para escapar o para que puedas seguir adelante. Lo mantendré ocupado un poco más - se despidió la soldado, empuñando de nuevo su maza con fuerza y escupiendo algo de sangre, alzando su arma y señalando con ella a la irritante máquina, diciendo: - Eso va para ti. No tienes idea de cuanto te detesto.

Sin decir más, la heroína se arrojó nuevamente en un ataque frontal contra aquella especie de esqueleto mago, saltando hacia el  y descargando su golpe con toda la fuerza que pudo imprimirle, aunque por desgracia, nuevamente fue bloqueado por su barrera mágica.

- Maldición. He fallado. No pude cumplir con mi deber - fueron los últimos pensamientos de la guerrera.