Partida Rol por web

Galatea se acerca a la pared aún confundida ante el estridente ruido de la alarma. Parece balbucear y gruñir como un animal herido, y sus oídos comienzan a sangrar ligeramente. Sus manos toquetean todo con presteza. Reconoce varios interruptores en la pared, cables y una puerta de metal al fondo. Está cerrada.

Sergei aparta cajas empujándolas contra la puerta. Varias están vacías, aunque otras tantas están llenas de utensilios de la propia tienda. Parece que entre todas las cosas también hay un armario de metal pequeño, una taquilla. Todo va siendo colocado frente a la puerta que sigue recibiendo golpes cada vez más fuertes.

Se escuchan las voces al otro lado, seguramente maldiciendo y dando órdenes. De pronto se escuchan unos disparos contra la puerta y piedra de la pared. Todo lo colocado detrás va cediendo.

Mientras se lleva la mano a los oidos llama a Sergei.

- Sergei! Aqui! Rápido!- le insta mientras se agacha del dolor, está a punto de ponerse a llorar.

Sergei deja lo que está haciendo y se dirige hacia Galatea. Al parecer ha encontrado algún sitio por el que escapar.

Los disparos se siguen sucediendo contra la puerta. Las cosas colocadas contra ella se van cayendo y trozos de madera y piedra saltan por los aires. De pronto los disparos se detienen y comienzan a empujar. La puerta se mueve, ya no está cerrada.

Vuestra puerta de metal permanece cerrada pese a los empujones de Galatea.

El sonido de la alarma es incesante y agudo, es horrible.

Ambos apoyáis vuestros cuerpos y empujáis con rabia. La puerta cede ligeramente, aunque aún permanece atrancada. Las luces acopladas a las armas comienzan a iluminar el almacén intentando localizaros.

- Inmovilizadlos. Queremos al menos a uno, queremos a uno. Rojo, localiza nuestra señal.

-¡Vamos, vamos! ¡No voy a dejar que me atrapen como a un perro!

Coge carrerilla y se vuelve a lanzar contra la puerta.

- Vamos, vamos. ¡Objetivos localizados! -dice una voz desde el otro lado del almacén.

Las luces pasan por vuestros cuerpos iluminándolos ligeramente cuando Sergei vuelve a golpear la puerta de manera bastante torpe. Escucháis cómo quitan los seguros de las armas mientras se colocan apartados de vosotros pero cubriendo un arco mayor.

Galatea, aterrada y dolorida saca fuerzas de flaqueza y da otro empujón

La puerta se mueve bastante de su propio marco. Parece que la cerradura está a punto de reventar a base de golpes. Pero antes de que esto ocurra los disparos se suceden contra vosotros.

- ¡Concentra el fuego! ¡Concentra el fuego!

El almacén está muy oscuro, tan solo iluminado por las dos luces acopladas a las armas de vuestros perseguidores. Avanzan a través de la puerta mientras golpeáis la puerta una y otra vez. Parecen encontraros por las órdenes que se dan el uno al otro. El que parece de mayor tamaño se parapeta con una estantería derribando lo que hay en ella para así despejar la línea de tiro. El de menor tamaño se mueve hacia el otro lado del lugar para tener cubierta vuestra posible retirada. Otro empujón más hace temblar la puerta que aún se resiste en su marco. Sin embargo las bisagras parecen mucho más débiles ahora.

De pronto el que se encuentra en la estantería abre fuego contra vosotros cuando su pequeño láser rojo os señala claramente. Por fortuna Sergei esquiva los balazos con un nuevo movimiento contra la puerta que aún se sostiene aunque por poco tiempo.

Sergei golpea la puerta mientras Galatea se aparta para dejarle sitio. Con ese movimiento una de sus piernas golpea una caja cercana y tropieza quedando completamente expuesta. El láser del "soldado" más pequeño se fija en ella y abre fuego. Las balas rasgan las ropas y se incrustan en su piel. Son ráfagas cortas, pero son bastantes.

El otro hombre avanza un poco más y parece coger algo de su chaleco... Algo redondo y pequeño. Una granada.

- Dorado, humo al objetivo. ¡Cubre! ¡Cubre!

Sergei se abalanza contra la puerta una vez más, mientras el soldado lanza la granada hacia ellos.

-¡Vamos, vamos, esto se va a llenar de humo y no veremos nada!