Partida Rol por web

Hannibal se dispone a aproximar la Garuda cuando sentis un frenazo. El impulsor empieza a toser y a temblar. El problema de siempre de la dichosa nave.

Por los malditos iconos..., masculla Fathma. Se da unas cuantas órdenes en el ordenador de ingeniería y al ver que no responde baja corriendo a la sala del reactor donde por suerte ya se encuentra su material. Agradece también llevar su vestido protector, ya que cuando los motores se ponen rebeldes puede pasar de todo.

Bueno, parece que por fin voy a poder demostrar mis habilidades...Sugiero que os abrocheis los cinturones

Hannibal agarra con fuerza los mandos, Fathma maldice e intenta inútilmente, como siempre, arreglar el problema de impulsión de la nave y el resto os agarráis a lo que podéis, mientras la Garuda se acerca dando botes a la estación espacial. Afortunadamente Hannibal es el mejor piloto que conocéis, y es capaz de controlar la caótica trayectoria de la Garuda, que entra en el hangar. Aunque, en el último momento, un inesperado tambaleo hace que un ala roce la entrada. Nada que un poco de chapa y pintura no pueda arreglar.

En la sala del reactor fathma mira con el ceño fruncido la pantalla de diagnóstico del impulsor de la Garuda. No se ve nada anómalo en las lecturas, pero es OBVIO que algo no va del todo bien. Las lecturas son normales pero se siente el fallo. Le frustra eso y patea el suelo con impaciencia. Este tipo de cosas acabarán por hacerle creer las Tornerías esas de que hay espíritus en el universo, piensa para sí. Se dirige a los controles del impulsor y hace los chequeos y respuestas radicales habituales, aver so Hannibal PUEDE recuperar el control. comprueba que está enchufado y luego reinicia el sistema (un síncope más bien) con un sonoro CLONK de lacllave allen de 72 que lleva agarrada en la.mano. con un satisfactorio crescendo parece que el flujo de gravitones mejora, aunque eso es imposible según sus estudios. Toma tecnología avanzada se dice a si misma

Bien hecho Hannibal, bienamado del Danzante. Cuenta con una copa de arrak de mi parte en la próxima cantina.

Bueno... descarguemos los contenedores. Veamos cuánta gente hay aquí porque los contenedores de Rania, en principio, tienen otro destinatario

Mejor comprobemos el comité de bienvenida antes, entonces, que entregar las cosas donde no toca no nos hará quedar bien

Capitán. Solicito permiso para desembarcar (digo por el intercomunicador tras comprobar que el acople a la estación es correcto y que no necesito exo para salir)

El portón del hangar se cierra a vuestra espalda, tras lo que se presuriza para que podáis respirar. Una puerta peatonal se abre, y entra un skavara, pensáis que hembra por los ropajes que lleva, que dejan ver más pelaje del que os gustaría. No es normal que estos bichos vistan de forma tan provocativa.

Fathma se prepara para bajar con el Negro. Lleva su mallot de blindaje corporal bajo las ropas más elegantes que usa como ropa de calle (caras, para el estandar habitual, lo que seria todo ropa de marca), pistola aceleradora al cinto y lo que ella llama "rifle antimotin de alta precisión, regalom de mi abuelo" y el negro "trabuco gordo" colgado detrás. Es gracioso ya que todos saben ya a estas alturas que lo de disparar no es que sea lo suyo. En cinto, varias m-dose y el comunicador. Claramente no parece muy tranquila sin conocer el entorno, aunque tampoco amenazante. 

La skaravara que ven en la pantalla de la cámara exterior de la puerta le hace fruncir brevemente el ceño, pero rápidamente recupera su mejor cara. Plácida y sonriente. Parece que un subhumano nos recibe. Ya se dice, que en el borde exterior las cosas no son tan civilizadas como en el núcleo comenta con el Negro. Me gustaria estudiar a estos seres en un entorno natural para ellos, ya que en el centro son difíciles de analizar y me resultan curiosos científicamente. A ver qué encontramos 

Sin esperar respuesta a la pregunta de Ghaamsa y mostrando una disciplina claramente menor, abre la escotilla y desciende de la nave hacia el hangar.

—Ho-la. Me lla-mo A-ri-el. So-y el ca-pi-tan— digo, al mismo tiempo que bajo de la Garuda, dirigiéndome hacia el skaven, con la mejor de mis sonrisas...

—En-ti-en-des bi-en mi i-dio-ma?

Levanto la mano izquierda en señal de saludo y avanzo.

Que los Iconos bendigan esta estación que nos acoge y a todos sus habitantes. Digo mientras voy en dirección a la criatura.

La skavara asiente en dirección a vosotros. Luego, coloca los brazos como si estuviera sujetando algo y señala a un punto del suelo del hangar. 

Ahora que estáis fuera de la nave os podéis fijar mejor en el hangar. Tiene sitio para al menos 5 naves como la vuestra pero es la única que lo ocupa. Manchas de óxido y desconchones cubren las paredes. La mitad de las luces por lo menos no funcionan y os sentís demasiado ligeros, como si la gravedad artificial no funcionara muy bien.

La puerta por donde entró la skavara vuelve a abrirse, y entra un viejo ataviado como un sultán. Sin embargo, además del lujo de la ropa os llama la atención el olor. La ropa podría quedarse sola de pie, y el viejo debe de hacer meses que no visita una ducha.

Buenas tardes, espero que perdonen la poca expresividad de Suha. Espero que hayan traído todo. Descarguenlo donde señala mi mascota.

Justo en ese momento, se escucha una llamada de auxilio en la radio. Una mujer muy nerviosa esta al habla. 

Estación Alfraim, ¿alguien me recibe? Aquí Orias Ahantem, a bordo de...joder esto no tiene nombre. Estoy teniendo problemas con mi nave. Por favor, necesito ayuda. ¿Me escucha ALGUIEN?