Partida Rol por web

Kembouri sigue rezando mientras el cuerpo dentro del sarcófago se consume

El talismán de Kembouri parece haber impedido que el djinn lo controle. Además, ha forzado al ser a volver a su verdadera forma. Para herirlo en este estado el fuego es una buena opción. Contáis con armas vulcan, que son explosivas y hacen algo de daño de fuego.

Europa comenta a sus compañeros:
Aunque esté en estado gasesoso, con las armas vulcan podemos seguir haciéndole algo de daño

Remora dispara con la Vieja Cascarrabias al remolino en el que se ha convertido Ayda, pero los perdigones lo atraviesan.

El remolino toma una forma humanoide, usando otra vez la imagen de la mujer del vestido rojo, traslúcida e incompleta. Se abalanza sobre el sarcófago de donde saca el cuerpo ardiendo de una mujer, como tratando de apagar el fuego. La mujer ardiendo y su doble traslúcido se alzan en mitad de la sala, fusionándose con una explosión de luz cegadora y un rugido atronador.

Pasados unos segundos recuperáis poco a poco la visión y el oído. El único rastro que queda del djinn y de la mujer es una lujosa chilaba de seda roja en llamas que cae lentamente sobre el suelo del Observatorio.

Una sensación amarga os invade. Habéis salvado la nave, como os pidieron, aunque el precio ha sido alto. Sólo ha sobrevivido el ingeniero jefe Ard , quien pasa el resto del viaje hasta Coriolis casi sin hablar, encerrado en sí mismo. La Orun II necesitará pasar por los astilleros para someterse a unas reparaciones en profundidad.

Remora recupera los paquetes que había venido a buscar. Con una actitud tremendamente profesional os desea suerte y asegura que no hay resentimientos. Sólo espera que la siguiente vez que os veáis estéis en el mismo bando.

Kembouri se muestra cansado tras el exorcismo, y durante el viaje de vuelta no parece tan risueño, ni se ofrece a cocinar. Comunica a Melem Gesurra el resultado de la misión, y enviarán un piloto para la Orun II cuando estéis cerca de Coriolis.

Dos días más tarde llegáis a la estación espacial. Vuestra misión está cumplida, los birr se cargarán en vuestros Tags y más aventuras os esperan en el corazón del Tercer Horizonte...

Adhal pasa su tiempo adaptando bien la nueva armadura a sus características fijas, reparando su equipo y haciendo algunas tallas tribales típicas del Cinturón en su nueva carabina vulcan. La Vieja Cascarrabias recibe tambien nuevas tallas de bajas provocadas, incluyendo una línea roja vertical para marcar la eliminación del djinn. 

Tambien le veis contando birr con una calculadora y un catálogo de una armeria y tienda de suministros.

Lo que no le veis hacer es mirar por la ventana hacia el vacio exterior y las estrellas con cara encantada y su actitud de rata acumuladora sonriente habitual. Está más serio aunque intenta disimular (no se le da bien). A ratos va a la capilla y enciende incienso delante de la señora de las lágrimas y los otros iconos que representan a la tripulación de una astronave. Usa plegarias cortas en un dialecto que no reconoceis, peor que os suena a antiguo. Si alguno se acerca a la capilla mientras adhal está en ella, veis que mientras reza tambien ha puesto algunas fotografias a los pies de los iconos, pero las retira y las guarda cuando os acercais. Claramente es un asunto privado. Luego os sonrie y sale a paso rápido de la capilla. 

Hannibal , una vez recuperado de sus heridas múltiples, intenta reactivar todos los sistemas de la Orun II y ponerla rumbo a casa, la cosa es compleja ya que no hay mecánico cualificado y parte de la nave esta expuesta al vacío, aparte no hay taller. Con un vendaje practicado en su ojo habla con la pequeña para tranquilizarla y decirle que no pasa nada. Al parecer estuvo todo el rato muy asustada y no se separó de él mientras le curaban las heridas.

En otro momento no hubiera podido evitar echar un trago de Kohol para pasar el dolor, pero con ella al lado se lo piensa más , ya que no quiere defraudarla.

Va también a la capilla a rezar y a dar gracias por seguir vivo, cuando se cruza con Ahdal y ve las fotos que pone no le dice nada. Todos tenemos a alguien a quien echamos de menos.

Durante los días que están de vuelta dan sepultura a los cuerpos de los guardianes y el resto de la tripulación, coge la espada mercúrium con la que le han sacado el ojo y se la queda como recuerdo. 

Se acerca también de vez en cuando a Kembouri y le pide si puede hacer algo de comer algún día, más que nada por animarlo, le dice que es por la niña; aunque en realidad es que le preocupa, como a todos el estado en que ha quedado todo el grupo. Lo mismo hace con el ingeniero jefe, único superviviente de todo lo que ha pasado.

Y así pasan los días recogiendo piezas e intentando reparar la nave, siempre con un ojo (el único) avizor por si la pesadilla reciente vuelve...

Europa pasa el viaje de vuelta tranquila, hablando poco y sumida en sus pensamientos. Hay días que no sale de su camarote. Han sido unos meses muy agitados. Nadie diaría que hace nada estaba con Ariel, con Fathma y con Ghaamsa tomando unas copas en Coriolis.

Ariel.... Ay, Ariel. ¿por qué me has dejado sola?¿Por qué te dejaste matar? son pensamientos que la inundan a menudo.

La tripulación ha cambiado. Sólo sigue Hannibal con ella de aquel primer equipo. Se han unido Adhal y Orias. Orias duda que continúe con ellos pero espera que Adhal sí lo haga. Es un buen muchacho. A veces, algo indisciplinado pero es de esperar de una persona de su clase.

Europa, desde su habitación, mira la inmensidad del espacio. Sabe que debe mejorar mucho como capitana pero tiene la decisión, el carácter y la fuerza para ello. Aún tienen muchas aventuras que vivir.