Partida Rol por web

Al parecer habían llegado a una especie de acuerdo con los peculiares comerciantes. Leokas asintió mostrando su conformidad con el trato a la vez con una sonrisa expresaba su entusiasmo. Ya comenzaban a organizarse para pasar la noche cuando Prang se levantó con la intención de curiosear entre las ruinas para ver si tenían algo interesante. -Deja que vaya contigo. Todavía me quedan energías para explorar.- Le dijo al paladín a la vez que se levantaba. Buscó en sus bolsa unas lentes que habían encontrado en el falso templo para ver si sus cualidades le permitían ver algo que aquel montón de piedras que de otro modo le pasarían desapercibido.

Tanto el humano como el gnomo no conocen nada de aquel lugar -a decir verdad, tampoco conocen nada de la tumba que tienen de almacén-. Leokas y Prang buscan por la zona, pero no encuentran nada de interés. El lugar se conoce como Desconocido por algo. 

Os repartís las guardias, pero la noche es tranquila por lo que no hay problema alguno. A los primeros rayos del sol os levantáis dispuestos a prepararos para vuestra pequeña excursión a la tumba. 

Tu pequeña excursión no revela en la zona alguna nada extraño, ni tan siquiera tu hechizo activo averigua nada que deba indicar preocupaciones. Al menos en ese lugar y sus alrededores, no hay nada de interes. 

Lentamente el sol del amanecer comenzó a despertar uno a uno a los integrantes del campamento, con los cuerpos y mentes aun abotargados por el sueño comenzaban a recoger sus enseres y preparar un desayuno mientras otros se vestían sus armaduras. De repente un gutural rugido rompió la calma del lento despertar, resonando en las adormiladas cabezas de todo el campamento, uno a uno los compañeros se fueron buscando con la mirada sobresaltados preguntando que podría ser aquello, una silenciosa alarma estallo simultáneamente en la mente de todos, el druida no estaba. En ese mismo momento el torso del druida apareció zarandeándose detrás de una de aquellas grandes rocas sacudido por una gran mancha oscura, mientras os preparabais para reaccionar comenzasteis a oír la fuerte y sonora carcajada del druida que en esos momentos se encaramaba sobre la espalda de aquella mancha negra que ahora sin tanto movimiento comenzabais a distinguir como un gran oso negro.

Peludo cuanto tiempo, como me alegro de verte chillaba el druida con la voz más alegre y jovial que le habíais oído en las últimas semanas. Reyener os miraba sonriendo mientras os observabais los unos a los otros con miradas perplejas.
Os presento a peludo, mi amigo nos acompañara durante un tiempo anuncio mientras abrazaba el cuello de aquel oso y sus brazos se perdían en el largo y sedoso pelo negro del animal.

Por los dioses...! Al lagarto le ha salido pelo! Jajaja! grita Rakka riendo a carcajadas, al ver al nuevo compañero del druida. De todas maneras, bromas aparte, no se acerca mucho a él. Tendrá que acostumbrarse al nuevo animal.

La noche ha transcurrido sin incidentes, pese a que el cruzado ha intentado -sin éxito- mantener un ojo abierto al no fiarse del todo de la peculiar pareja. Quizá las apariencias engañan, y sean trigo limpio. El templo de Whelun es un buen ejemplo de que no es oro todo lo que reluce.

Bien, listos? Pregunta Rakka estirando los músculos tras el desayuno. Prang, amigo, pongámonos las armaduras. Estoy deseando encontrar unos pocos ladrones a los que hacer entrar en razón a hachazos. Por si acaso, aviso a navegantes.

Tanto el humano como el gnomo se levantan con vosotros y comienzan a prepararse.

Nosotros también vamos- os dicen- al fin y al cabo es nuestra mercancía. 

A medida que alcanzáis la cima de una loma, podéis ver una colina larga y baja a mas o menos media milla de distancia. La colina está cubierta de hierba verde salpicada con manchas de cardos y brezo, que también crecen en los alrededores. Una arcada abierta bosteza bajo un pesado dintel de piedra en la base de la colina. El dintel parece tener una palabra profundamente grabada, pero o podéis leerla desde esa distancia. Debe ser algún antiguo montículo funerario.  

Cogiendo lo esencial para una misión de exploración, Rakka se despide de su caballo con un palmeo suave en el lomo. El grupo no anda mucho antes de encontrar la entrada a su destino: la boca de una excavación al pie de una colina.

Bien, allá vamos. El cruzado apoya su hacha en un hombro, y aprovecha para evaluar con ojo crítico a los dos desconocidos que se han unido al grupo. Qué armas llevan? Cómo parece que puedan afrontar dificultades como una trampa o un conjuro?

Acerquémonos para ver ese símbolo. Indica señalando con la mano que no sostiene el mango del hacha. Quizá nos pueda dar alguna pista de lo que nos espera.

Prang se levantó y lo primero que hizo fue rezar a su Dios*. Tras cumplir con su deber, desayunó frugalmente y se puso ceremoniosamente la armadura, tras lo cual, se mostró sorprendido por la llegada de un nuevo animal al grupo.

"Un oso...ahora un oso. Vamos a parecer un circo ambulante..." gruñó el enano, con una sonrisa que desmentía el tono de su voz.

Cabalgaron hasta una loma, donde se abría una entrada. Aquello debía ser el "almacén" de nuestros "comerciantes" sin mercancía. Prang no se fiaba al 100% de aquellos dos, pero de momento, no les quedaba más remedio que seguir adelante. Se posicionó primero, por delante de Rakka, escudo y arma en mano. "Vamos a vigilar los alrededores, hay bandidos, por lo tanto, asumamos que estamos entrando en una trampa....aunque a mí, lo que más me gusta de las trampas, es hacerlas saltar....jejeje..."

Una vez en primera posición y sin moverse demasiado, pero vigilando el entorno, le dijo a Leokas..."Deberías ir a mi lado y mirar si hay trampas o fosos esperándonos...no quiero caer en uno y dejaros toda la diversión a vosotros. Me niego...y Reyner...si puedes vigilar la retaguardia.." y aquí, al girarse hacia Reyner, dirigió una disimulada mirada hacia los dos que venían con ellos...."...mejor."

"¿Por cierto...vosotros dos, qué sabéis hacer? ¿Arco, espada, magia, trampas? Estaría bien saber en qué sois útiles, para re-organizarnos. Si vamos a meternos en problemas, quiero saber cómo podéis ayudar." preguntó Prang, sin disimular mucho su curiosidad. Él solía ser sincero, así que la pregunta y la propuesta le salió con naturalidad.

Le guiñó un ojo al abrazaárboles y comenzó a avanzar con Leokas a su lado y Rakka a un par de pasos detrás, Con Blaze detrás del clérigo y Reyner cubriendo la retaguardia y vigilando a los dos "facinerosos" que venían con nosotros.**

Pensó que si se iba a jugar el cuello por sus compañeros, iba a ir el primero e iba a entrar sin miedo en un lugar desconocido...lo mínimo que debía pedirles era organización. Los enanos trabajaban así. Los elfos eran más "dispersos"....

Reyner se giro hacia aquellas dos criaturas visiblemente enfadado, mientras el oso emita un profundo gruñido y se le erizaban el largo pelaje de su espalda. Alli guardabais vuestra mercancía, en un túmulo funerario, no teneis escrupulos suelta en un duro exabrupto, sin esperar reacción alguna se gira hacia al oso y le acaricia para relajar su tensión Tranquilo amigo, los humanos están locos le comenta palmeando su gran torso

Con un grácil gesto desenfunda su afilada cimitarra curva y se coloco varios metros por detrás de aquel enano mientras asiente con la cabeza afirmativamente a Prang. Hasta el momento parece ser el que mejor sabe lo que estamos haciendo

Sus ojos comenzaron a viajar por las piedras y cardos del lugar buscando algo fuera de lo común, buscando algún peligro que les acechase.

Rakka se relaja al ver a Prang en acción, siempre pendiente de todo. No es que se relaje como para ir a tomarse una cerveza, si no que sabe que solamente tiene que esperar a que el enano se meta en un berenjenal para balancear el hacha por encima de su cabeza, la altura perfecta para cercenar cuerpos.

Al escuchar la pregunta a los desconocidos, ladea la cabeza, pendiente de su respuesta. Es algo que también venía pensando. Aún así, intenta tener un ojo alrededor, ya que acercarse a un túmulo no debe ser tomado a la ligera.

El gnomo sonríe: yo soy bueno con la magia, así que puedo daros apoyo con ello.

El humano saca una espada corta: en mi caso, digamos que doy golpes rápidos y certeros cuando el enemigo no lo espera. 

Comenzáis vuestro avance hacia el templo... vais preparados para el posible combate pero por el momento no veis la presencia de ningún enemigo por lo que vuestro avance es tranquilo. Seguís avanzando cuando una flecha sale de la entrada de la tumba e impacta en la armadura del enano -sin hacerle daño-. Parecía que el enemigo se había dado cuenta de vuestra presencia. 

El Enano se detuvo apenas un momento para levantar el escudo un poco y desviar la flecha con el mismo. "Leokas...atento a las trampas. Yo te cubro".

Con ésto dicho, siguió avanzando hacia el templo..."¡Eh, yo si fuera vosotros rendiría las armas ahora mismo!¡Como paladín de Gorm Gultyn os aseguro que se os perdonará la vida y se os proporcionará un juicio justo si os rendís!¡Seguid con ésta actitud y no tendremos más remedio que meteros la idea dentro de esa cabezota a golpes!"

Avanzó y gritó con toda la fuerza de voluntad que pudo imprimir a sus palabras..."¡Salid con las manos en alto y tirad las armas al suelo!"
 

El grupo avanzó -mas bien el enano avanzó y el resto le siguió en tromba. Entráis por la puerta: las paredes, el suelo y techo de esta habitación están hecho de grandes losas de piedra, entre la cuales podéis ver la tierra de la colina que rodea el túmulo. Ante vosotros se abre un ancho pozo, cruzado por un puente de cuerda con tablones de madera. En el extremo opuesto hay una pared con un gran rostro ceñudo con cuernos grabados toscamente en su superficie. El grabado parece burdo y de estilo primitivo. Su boca es una profunda grieta negra. Dos arcadas se abren a izquierda y derecha del rostro tallado.

Reyner acaricio la piedra áspera y húmeda de las paredes mientras miraba en busca de aquellos que habrían podido disparar aquella flecha. Sin dejar de interponer su escudo de oscura madera entra aquella boca y su persona susurro hacia sus compañeros Siempre podemos cortar ese puente tapar la entrada con rocas y que estos ladrones tengan su propia sepultura acabo con un risita.

En el camino hasta la tumba, Rakka se concentra y toca a Leokas, otorgándole protección. Por lo que pueda pasar, compañero. Una vez en el interior, el cruzado enarca las cejas. No se esperaba tanta parafernalia, como el rostro tallado en la pared del fondo. Y tampoco se esperaba encontrar el lugar vacío... así que echa miradas a todos los rincones en busca de movimientos o elementos sospechosos.