Partida Rol por web

Calurosa, humeda, peligrosa... son adjetivos que vienen a la mente cuando uno piensa en la selva, pero si ademas esta cercada con una valla electrificada, se te ocurren muchas cosas más que decirle a quien penso en este juego...

Un sonido chirriante, se oye, amplificado por varios altavoces a distintas distancias. Pese a la reverberación y el sonido disperso se entiende bastante bien:

Y el último equipo ya ha salido del agujero, por fin podremos empezar el juego de verdad:

Recordad participantes, las reglas cambian aquí arriba, es como abajo si, pero ademas de equipos rivales y trampas, para darle color al tema, hay cazadores que pueden ganar grandes premios. Vigilad vuestro culo no sea que os lo vuelen.

Y acto seguido se apaga el sonido con un crujido de estatica.

 Iara tragó saliva ¿Cazadores? Pensó. Eso no sonaba muy bien, pero al menos volvían a ver la luz.-Bueno, es hora de seguir.-dijo. Se levantó y miró hacia a delante.-¿Por dónde avanzamos?- Se dio vuelta y preguntó a sus compañeros, en busca de ayuda.

Examinando la exhuberante maleza que se extendía ante él, Luis no tarda mucho en responder a Iara. Definitivamente, lo mas seguro es avanzar cerca de la valla, así, por lo menos tendremos un flanco cubierto.- Tras hablar, Luis estruja el bate que sostiene mientras que los nudillos se le vuelven blancos.

Miro a todos lados asustado. Pensaba que estaría más tranquilo aquí arriba....qué ingenuo. Ahora había vallas electrificadas, equipos chungos, y cazadores...sí, cazadores. Se me hace un nudo en el estómago y comienza a notar de nuevo las perlitas de sudor. Me quito la chaqueta y la tiro a un lado, quedándome solo con la camisa blanca, con mis puños manchados de sudor. Escucho la aportación de Luis y asiento enérgicamente. Vale, vale...yo opino igual que Luis. Quiero decir, es lo más práctico ¿no? Pero...toso ligeramente debido al olor...deberíamos ponernos en marcha ya, sin dudarlo.

-Está bien.Sigamos brodeando la valla.No hay nada mejor que hace ahora- dice conforme con lo dicho por su compañero.Dicho esto, se encamina hacia la valla con cuidado de no tocarla.Lo último que le apetecía era recibir una buena descarga.

El sol empieza descender por el horizonte, y os dais cuenta que por fin sabeis que hora es, lo que resulta reconfortante aun sin saber donde os encontrais ni que día puede ser.

Y durante un rato, el zumbido de la valla y los sonidos de los animales selváticos os acompañan.

Ando lentamente, mirando todo a mi alrededor, mientras me levanto los puños de mi camisa anteriormente blanca, ahora perlada de sudor. Mamá siempre decía que sudaba mucho....pero vamos, yo quería ser jugador de baloncesto. Una estrella. Y si era posible, en los Jazz de Utah. Pero nada. Al final había acabado estudiando Ingeniería...al final, no. Ahora estaba en un sitio luchando por mi supervivencia. Siempre había odiado mi aburrida vida, pues no tenía sueños, no tenía nada. Ni amigos. Ni novia. Nada. Ahora al menos, compartía algo con los demás: un destino. El destino de vivir por encima de todo.

Pensando en ello, me adelanto hasta el grupo y lanzo una pregunta...

Hey...esto...¿sois todos americanos? ¿a qué os dedicáis? Solo habíamos hablado de sobrevivir. Quizá esto fuese una buena forma de empezar a tener algo más de relación entre todos.

 Optimismo, entretenimiento, pensar en positivo, las únicas maneras de mantener la cordura. "Cordura", como siempre: tan lejana, y tan difícil de alcanzar. En estos momentos, la razón no existe, es simplemente una herramienta inútil; aquí gobiernan el instinto y la velocidad...o podrían morir. Iara se volvió a Daniel mientras seguía caminando. Su pelo negro colgaba tapándole toda la cara, pero sus ojos refulgían sobre la palidez de su rostro.

-Yo soy de Boston. Estudio música y estoy en una banda.-dijo, con el tono más tranquilo y educado que encontró.

Tras un buen trecho entre la maleza, los ojos empiezan a arder, apenas pestañeaba mientras escudriña entre la maleza. Luis está agotado, no lo suficiente como para caer redondo al suelo, pero sí como para que su paso se vuelva más arrastrado y sus pensamientos ralenticen su marcha.

La pregunta de Daniel le sorprende. En una situación así... Pero entiende que lo mejor será distraerse brevemente, al fin y al cabo, nada se había movido entre la selva desde que habían llegado.

New York, nacido y crecido allí. Aunque ahora estudio en la Uni de Pasadena.-Dice en una voz relajada y casi susurrada, aunque perceptibe.

Lentamente cae la noche. Si bien el calor sigue intenso, una suave brisa os ayuda a refrescaros y llenar de aire los pulmones...

Iara cerró los ojos y sonrió. La brisa fresca la ayudaba a calmarse y a concentrarse. Se dejó llevar por sus pensamientos y se imaginó a ella junto a sus amigas en un escenario...que buena vida. Rápidamente volvió en si y observó la selva, haber si podía descubrir algo...

Con una sonrisa, me alegro de que los demás cuenten parte de sus vidas. El hecho de escucharles me hace sentir más unidos, y quizá nos proporcione acaso un sentimiento de solidaridad necesaria para esta maldita situación en la que estamos inmersos. Con un suspiro, miro hacia otro lado resguardándome de la suave brisa que acompaña la noche. ¿Dónde estaríamos? No conocía en la ciudad ningún lugar así, pero estábamos drogados. Quien sabe donde podíamos encontrarnos ahora.

El hecho de pensar eso me hace sentir un leve escalofrío, que reprimo como puedo.

Iara, (ya tengo en cuenta lo de la tirada), tu buena vista te permite ver a lo lejos, al otro lado de la selva que se extiende ante vosotros, mientras oscurece algo que identificas como contaminación lumínica, dirias que es luz indirecta de la iluminación de uno o varios edificios.

Daniel, tu buena vista te permite ver a lo lejos, al otro lado de la selva que se extiende ante vosotros, mientras oscurece algo que identificas como contaminación lumínica, dirias que es luz indirecta de la iluminación de uno o varios edificios.

 Iara se detuvo.-¡Alto!-gritó.-Que extraño...Me pareció que se oscurecía por allá, como si se hubiesen apagado muchas luces, creo que de...¿edificios?.-señaló hacia donde estaba aquel extraño reflejo.-Pero...si había luces (o un edificio)...debería haber algo, o alguien...-puso un rostro de confusión. Todo era muy extraño de por sí y un edificio en la selva complicaba las cosas.

Cuando se acerca el crepúsculo, Luis comienza a acostumbrarse al ambiente y respira un poco mejor.

Luis, la oscuridad selvática es muy oscura, nada que ver con la de la ciudad, y por poco no te das un buen cabezazo contra un arbol inclinado. De pronto eres consciente, de noche, no vais a ver absolutamente nada, ni arboles, ni trampas, ni otros equipos ni siquiera, a los cazadores.

Asiento al comentario de Iara, perplejo. Tienes razón, allá a lo lejos; yo también las he visto. No sabía muy bien que era lo correcto, de manera que tragué saliva y esperé la decisión de los demás. Desde luego, estábamos caminando cerca del límite, así que cabía la posibilidad de que fuese la única salida posible. Me paso la lengua por los labios nervioso, mientras oteo a ambos lados la selva y la verja, sin saber muy bien como actuar. El pulso comenzaba a crecer otra vez...

Camina con algo más de energías otorgadas por el frescor que le daba la brisa.No sabía cuanto habían avanzado ya, pero parecían haberse acercado a un conjunto de luces.Se fija más en su alrededor para percebir algo importante si lo hubiera.