Partida Rol por web

EL combate comienza de manera violenta y brusca, luego de un silencio incomodo y lleno de tensión, el primer ataque no se hace esperar por parte de Baron, quien se lanza contra el ave mientras toma con fuerza la alabarda, dispuesto a hacer lo necesario para ahuyentar a su atacante y mantener así la integridad de la misión.

La punta de la alabarda se clava entre las plumas del ave, al mismo tiempo que esta extiende sus alas hacia delante, a modo de defensa. Pese al ataque de Baron, el cuervo siquiera se inmuta ante aquello, no por el momento, pueden ver como desde lo alto de su cabeza sus dos ojos negros se clavan en el botón dorado de la bolsa con el correo que lleva Dain a sus pies.

Robin hace un movimiento, acercándose a uno de los lados del cuervo, mientras lo distrae, cuando este aun permanece con las alas de manera que le cubren, cosa que logran con efectividad, puesto que ni el ataque del Dain, ni la flecha de Quentin pueden hacerle daño alguno, los golpes tan solo rebotan en su plumaje, haciendo enojar aun mas al animal, quien sin pensarlo dos veces asoma el pico por entre sus alas que le sirven como escudo y lo dirige hacia donde esta la bolsa con el correo, mientras Robin aun intenta entorpecerlo con su maniobra de distracción.

Mi abuela decía... mi abuela decía... ¿Qué coño decía? ¡Ah, si! Cría cuervos y te sacarán los ojos. Nunca he entendido muy bien que significaban esas palabras. Simplemente, supongo que si tienes cuervos al final te arrancarán los ojos a picotazos y... ¡DIOS! ¡Mis ojos no! ¡No dejaré que te lleves mis ojos maldito cuervo del demonio!

¡Mis ojos son míos y de nadie más! ¡Cuervo!

Baron levantó su alabarda y apuntando a uss ojos, lanzó un ataque como de lanza, a las pupilas negras del córvido.

Quentin lo sigue asaetando desde lejos.

- Proteged el correo!!!- Exclama el pequeño ratoncito al tiempo que se tira rodando bajo las alas del cuervo en una arriesgada finta y golpea velozmente hacia arriba con su lanza tratando de alcanzar el gaznate del cuervo .

Por unos momentos cierro los ojos para sentir el ambiente oscuro y frió dentro del árbol, sentía la tormenta afuera y pensaba en nuestra situación, respiro lentamente y en mi mente se devuelven las imágenes hasta el momento en que me percato del cuervo lo primero que hace es mirar al correo, abro los ojos antes de que me llegue un ataque y me apoyo en una muralla.

-Da igual lo que quiera, no puede obtenerlo, hay que evitarlo – Levanto mi espada y vuelvo al ataque intentando perforarle una pierna.

Baron y Robin vuelven a atacar, tratando de inmovilizar y hace rhuir a aquel cuervo. La alabarda de Baron se hunde entre las plumas del pecho del Cuervo, haciendo que este lance un graznido que retumba en todo aquel refugio al mismo tiempo que fuera se puede ver un relámpago que ilumina el exterior y muestra como una leve lluvia aun sigue cayendo.

Robin intenta una maniobra mas complicada con su lanza, tratando de hacer una finta, pero su lanza rebota contra las plumas de las alas del cuervo, quien se prepara ya para atacar y poder hacerse con la bolsa.

Precedido por otro graznido, el cuervo lanza su pico a los pies de Dain, en donde esta la bolsa, y da muy cerca.... no llega a tocar el paquete con el correo, tan solo levanta con el pico algo de tierra que hay a su lado, haciendo que la bolsa se mueva un poco, pero nada mas. De haber tenido mas punteria de seguor abrian fracasado con su misión, pero ahora los miembros de la guardia tienen la posibilidad de mantener el honor y hacer huir a ese animal.

Quentin lanza una flecha desde atrás, en la retaguardia del grupo, la cual vuela por sobre la cabeza de los demás miembros de la Guardia y va a parar al ala derecha de la bestia, la cual lanza otro graznido de lamento al mismo tiempo que Dain trata de atacar una de sus patas con su espada, pero falla en el intento.

La espada golpea la pata del cuervo, que resulta ser mas dura de lo que Dain esperaba, haciendo que por el impacto la espada se zafe de sus manos y caiga en el suelo, a buena distancia de la bolsa, dejando a Dain en el predicamento de decidir si recuperar su espada o proteger la bolsa del correo, bolsa sobre la cual el cuervo vuelve a lanzar su pico de forma furiosa, tratando de hacerse con ella y salir de ahí cuanto antes.

¡Vamos, expulsad al cuervo! Y Quentin sigue lanzando flechas por encima de las cabezas de sus compañeros.

Robin se aferró a la lanza con fuerza.

No es nuestra vida, sino el honor de la Guardia lo que está en juego. No lo permitiré, jamás permitiré que ensucien el buen nombre de la Guardia!!!

Clavó sus ojillos en el pecho de la bestia alada y con un grito furioso alzó la lanza con todas las fuerzas que le permitían sus pequeñas patitas. - FUERA!!!!

 -Así que falle… - Me veo sin arma ante el cuervo y el correo – Que así sea, lo mas importante es la misión.

 Salto  y me coloco frente a frente entre el cuervo y el correo intentando bloquear el correo con mi cuerpo.

 -Tendrás que pasar por sobre mi bestia si quieres el correo.

Baron coge su alabarda y la clava en el pie del cuervo con una sonrisa.

¡No pasarás! Gritó con un rugido al mismo tiempo que escupia de rabia cuando lo decía.

El cuervo lanza un graznido horrible ante el certero golpe que Baron le da en el pie con su alabarda. El graznido es tan desgarrador que retumba en sus orejas y hace que sus pelos se pongan de punta. Aquel golpe parece ser lo ultimo que necesitaba el cuervo para desistir de la idea de hacerse con las cartas.

Rápidamente, y antes de que cualquiera del resto de la Guardia pueda hacer algo, el cuervo comienza a aletear, levantando algo de polvo dentro del refugio, y para cuando se dan cuenta los cuatro ratones pueden verlo salir del lugar, huyendo rápidamente y de manera torpe, mientras intenta aletear bajo la suave llovizna que cae fuera, mientras una relámpago ilumina el exterior y deja ver al cuervo meterse entre unos arboles lejanos para desaparecer en la oscuridad de la noche.

Dentro todo queda en silencio. Tan solo se puede oír el ruido de la llovizna que llega fuera, pero nada mas, todo vuelve a quedar completamente tranquilo. Donde antes estaba el cuervo ahora yace la espada de Dain, ala cual había perdido en el combate, mientras la bolsa con la correspondencia sigue exactamente en el mismo lugar, sin prácticamente haber sufrido daños.

Baron recogió su alabarda y la colocó en su sitio, para después, girarse hacia los demás sacudiéndose las manos con gracia.

Misión cumplida amigos, la misión sigue su curso y nadie ha resultado herido. Eso es bueno. Dijo Baron mientras sonreía de oreja a oreja.

Y eso, para un ratón, si que era sonreír.

Tiro mi capa para atrás y suspiro aliviado. Camino hasta mi espada y la recupero, devolviéndola a la vaina.

 -Le hemos vencido amigos – Me giro para ver al resto del equipo – Muy buen trabajo, certeros tiros Quentin, Robin lo has hecho muy bien y que golpes con la alabarda Baron.

Me siento apoyándome contra un muro de aquel árbol a escuchar la lluvia caer.

Uf, ese cuervo casi puede con nosotros. Muy buen trabajo, chicos.

Robin suspiró aliviado ante la huida del cuervo y se sonrojó levemente al sentirse alagado por las palabras de Dain.

- Los ratones de la guardia nunca se rinden.- Dijo con una radiante sonrisa.

Bueno, creo que ahora lo mejor sería descansar, y recuperar fuerzas para mañana. Yo me quedaré de guardia, si lo necesito llamaré a alguien para que me releve.

La noche continua y pasa sin mayores complicaciones. Un tiempo después de aquel combate todos queda en alerta durante largo rato, decididos a esperar ahí hasta que la lluvia pase, en guardia por la posible presencia de cualquier enemigo, o por la vuelta del mismo cuervo. Sin embargo con el paso del tiempo el combate comienza a ser un recuerdo de la jornada y el lugar parece volverse nuevamente tranquilo y seguro.

Uno a uno los miembros de la Guardia comienza a sucumbir ante el sueño, mientras uno de ellos queda de vigía, cumpliendo el turno, y atento ante cualquier cosa que pudiera causar un nuevo sobresalto.

La noche continua con tranquilidad. Cada uno de los miembros entra y sale de su sueño para cumplir el relevo en el puesto de vigía. Así se sucede hasta que los primeros rayos del sol de aquella nueva jornada comienzan a asomar por entre las ramas de los arboles.

Es temprano y el cielo esta todavía aclarando. Aun se encuentra muy nublado, aunque de vez en cuando se ve un claro que permite ver un cielo azul, para ser cubierto nuevamente por las nubes gris. De todas formas ya no llueve, y eso es un alivio. Hace mas frío, mas de lo que se puede esperar en la primavera, pero mucho menos de lo que suele en hacer en invierno.

Una nueva jornada comienza luego de una ultima jornada bastante agitada. Llevan un día de atraso, pero no debe faltar mucho para llegar a Dorigift y finalmente a Gilpedg... al final de aquella compañía, en donde esperan conseguir un merecido y cómodo descanso.

¡Buenos días a todos! Despertó a los demás Baron mientras sonreía de oreja a oreja como siempre. Hoy parece ser que será un muy buen día para pasear, mirar el cielo azul y por supuesto, entregar el correo que es para lo que nos han enviado hasta aquí. Hemos vencido a un cuervo, hemos logrado que no se lleve el correo... ¿qué más podemos pedir? ¡Ah sí! ¡Que la nieve ya no esté y tengamos el camino despejado! ¡Vamos amigos, la aventura nos espera!

Veloz como el solo, se colocó sus cosas al hombro, su alabarda en la mano y se incorporó para mirar por la entrada del refugio, mirando que no haya ningún peligro en las inmediaciones.

Algo adormilado Robin alzó la cabeza, miró hacia Baron, miró al resto de sus compañeros, lanzó un profundo suspiro y volvió a apoyar la cabeza acurrucandose bajo las hojas resecas de pasto con las que se había cubierto para protegerse del frío.

- Mmmm solo un poquito mas- Murmuró dandose la vuelta.

-Déjenme dormir un rato mas – Digo aun algo adormecido, pero me levanto de igual manera y tras un suspiro miro a mis compañeros – Creo que solo falta un poco mas para llegar a nuestro destino – Eso espero, después de esto espero un merecido descanso para poder visitar a mis padres… no los pudimos ver cuando pasamos por allí.

Camino hasta al lado de Baron y me quedo mirando el entorno nublado.