Partida Rol por web

Dain no tiene que buscar demasiado, tan solo tiene que alzar la cabeza y mirar hacia arriba, recorriendo con la mirada los troncos de los arboles que rodean el claro, para ver lo que parece ser un agujero en uno de los arboles. Parece abandonado, y el lugar se ve muy accesible, ademas de que aparenta proporcionar la cobertura necesaria para soportar una lluvia. Aunque el lugar no inspire mucha confianza, y aunque meterse en un agujero en un camino desconocido no sea del todo prudente, cualquier opción es mejor si quieren evitar la tormenta. Después de todo, construir un refugio llevaría un tiempo absurdo, cosa en la que algunos de sus compañeros no parecen tomar en cuenta.

-Compañeros, eh divisado un agujero sobre aquel árbol – Apunto hacia el lugar – Creo camaradas, que esa seria una buena opción, pero como ya saben la decisión es de todos.

Miro al grupo esperando su respuesta.

-Se ve desabitado, y se que es peligroso meterse en un agujero en un camino desconocido, pero vamos, cualquier cosa es mejor que quedarse en pie esperando a que caiga sobre nosotros la tormenta y quedemos peor de lo que estamos – Miro con tranquilidad a cada uno y realizo un gesto de invitación con la mano – Si no quieren los comprendo por el hecho de que me equivoque de camino, pero preguntar no esta nada mal – Si lo prefieren voy primero y compruebo.

- ¿Ese árbol? Si ya lo veo!!!- Robin se acercó a Baron y le dio unos golpecitos en la cabeza. - Baron puedes dejar el trabajo, Dain ha encontrado un refugio!!! Mira allí!!!- Entusiasmado se acercó a Dain y puso una mirada fiera mientras agarraba la lanza con fuerza. - Estoy listo para la exploración!!!-  Luego se puso a dar vueltas en torno al árbol buscando huellas de algún depredador que pudiera haber hecho del agujero su guarída. - Cualquier precaución es poca a la hora de adentrarse a ciegas en lo desconocido.

Nos metemos en el hueco del árbol que ha encontrado "Dain".

Por fin. Creo que ya he terminado. Dice Baron mientras muestra una pequeña pipa de madera. Creo que con eso podremos pasar mejor la noche, ¿no os parece? ¡Ah! ¡Bien bien bien! Exclamó acto seguido al ver el refugio. ¡Eso es tener mucha suerte! O ser el miembro más veterano de la patrulla... la edad te da sabiduría, ¿no es cierto compañero?

Baron sonrió ante el hallazgo de su compañero ratón y mas a gusto que un arbusto, se metió en el tronco feliz y contento con su nueva pipa.

-Realmente, no es que sea viejo – Me rió vivamente – Las acciones dan la experiencia, vale mas estar diez minutos haciendo algo que una vida entera sentado sin hacer nada – Miro como se meten a la guarida en el árbol – Prosigan con cuidado que no la eh inspeccionado.

Miro a mi alrededor e ingreso al lugar que encontre.

Baron, Dain, Robin y Quentin trepan por aquel árbol, en búsqueda del refugio que había divisado Dain, y que luego todos pudieron ver gracias a las indicaciones de este. El camino es sencillo, a nadie le cuesta trepar, lo hacen con total naturalidad, agradeciendo que las lluvias no hayan sido fuertes en aquel lugar permitiendo que la corteza del albor aun se mantenga seca como para que sea fácil treparla.

Un trueno resuena en el cielo gris, exactamente en el mismo momento en el que todos, finalmente, llegan a aquel refugio.

Se encuentra bastante elevado respecto al suelo, aunque todavía a una buena distancia de las primeras ramas de la copa. El interior esta seco, aunque con un ligero olor a humedad, y si bien no es muy grande, hay espacio de sobra para los cuatro. Hay hojas de pasto, secas, en aquel sitio, desparramadas por todos lados, indicando que aquello se trata de un nido... aunque, por lo que pueden ver, parece abandonado desde hace tiempo.

Otro trueno vuelve a retumbar en el exterior, al mismo tiempo que oyen como unas gotas chocan contra el suelo. Aquel sonido crece rápidamente, haciéndose cada vez mas y mas frecuentes, hasta que se transforma en el sonido de la lluvia, la cual no solo oyen, si no que rápidamente comienzan a ver, cayendo sobre ese claro por entre las ramas, golpeando el suelo, haciendo que agradezcan la suerte de haber encontrado aquel refugio en aquel lugar y en un momento tan oportuno...

Mira... lluvia... menos más que hemos podido guarecernos tranquilamente aquí antes de que llueva y nos mojemos los pelajes y las capas y además... Dijo Baron mirando el refugio. Oye... esto parece un nido abandonado... ¿estará realmente abandonado? No nos olvidemos que si llueve, probablemente haya más cosas que busquen refugio.

Cosas más grandes que nosotros y esas cosas peligrosas que salen con la lluvia.

Por lo menos la lluvia borrará nuestros rastros y nuestro olor.

-Esto parece el nido de un ave… - Algunas aves pueden volar bajo la lluvia sin problemas creo – Compañeros no bajemos la guardia, si bien aparenta estar abandonado no sabemos si solo es una apariencia, o si es que hay algo mas aquí, propongo que investiguemos bien por si hay algo que no vemos  y que otros vigilen la entrada para que no entre nada.

Me tomo una pausa y miro a mis compañeros para ver que piensan.

Sí, deberiamos dormir mientras llueve, y que alguien se quede de guardia. No sea que este nido tenga dueño y se enfade con nosotros.

Quentin explora el agujero para ver si hay algún tipo de pasillo que suba.

- Parece que el nido lleva mucho tiempo abandonado. - Pensó Robin mientras revolvía en la hojarasca con una de sus patas. Luego se giró hacia su mentor y prestó gran atención a todos sus movimientos y palabras tratando de memorizarlos. - Si quiero ser un buen guardia debo ser como él.

- Quentin.- Dijo timidamente preocupado por interrumpirlo en mitad de su inspección del agujero. - Yo puedo encargarme de la primera guardia mientras vosotros descansais.- Agarró la lanza, se la puso sobre el hombro con aire decidido y se colocó a un lado del agujero.

Quentin no ve nada fuera de lo normal... al menos fuera de lo normal en aquel lugar. El sitio parece una cueva tallada en madera, no hay pasadizos y nada por el estilo, tan solo esta lo que tiene a la vista. Un poco de hierba seca y poco mas. No es un lugar muy limpio, lo cual es en parte alentador, puesto que confirma que se encuentra algo abandonado.

Quentin vuelve la cabeza momentaneamente dentro del tunel.

Está bien Robin, haz la primera guardia. Luego me llamas y te relevo. Parece todo despejado. Se sacude las patas delanteras de trozos de hojarasca y vuelve con sus compañeros.

Robin decide hacer la primera guardia, a lo que el resto acepta. Fuera sigue cayendo la lluvia con fuerza. Pueden oír como las gotas golpean contra las ramas de los arboles y caen al suelo del claro. Pueden ver caer las gotas por la abertura de aquel refugio en el árbol, mientras el cielo comienza a oscurecerse, dejando ver como la noche comienza a caer lentamente.

Robin se encuentra en la entrada del refugio, mirando hacia fuera y observando al exterior, cada vez mas oscuro, mientras el resto se acomoda para descansar. Es temprano aun, pero es mejor comenzar la jornada siguiente lo mas temprano posible. Todavía falta un buen tramo de viaje y ya van con retraso.

Lentamente la noche comienza a caer. Los miembros de la Guardia que tienen el privilegio de descansar primeros sienten como sus parpados comienzan a pesarles mientras se acomodan en su lugar. Robin puede sentir lo mismo, aunque opone resistencia, ya que el es el encargado de la primera ronda de vigilancia.

El lugar se vuelve silencioso. Tan solo la lluvia se puede oír alrededor, cuando algo hace sobresaltar a todos los miembros de la Guardia, incluso a aquellos que ya estaban casi derrotados por el sueño.

Robin cae de espaldas, golpeado por algo que le sorprende, saliendo de las penumbras de la noche que cae lentamente en aquel bosque oscuro. Al levantar la mirada puede observar, junto con el resto de la compañía, a un inesperado invitado que hace gala de su presencia en aquel refugio.

Se trata de un cuervo. Es raro verlos por aquella zona, pero hay historias que cuentan hacer de ellos, y de como aparecen en los días de invierno... y el invierno parece haber vuelto, resignado a quedarse, en aquel día de la jornada. El refugio no parece pertenecer a él, pero es sabido, para cualquier criatura, que cualquier techo es bueno en medio de una tormenta.

El cuervo se para en la salida del refugio, observando con sus ojos negros a los cuatro miembros de la guardia, sin hacer nada ni emitir ningún sonido. Pueden notar como algo le llama la atención en particular, como mira con cierto deseo la bolsa que tiene Dain a sus pies, la bolsa con el correo. Es sabido que sabido que aquellos animales se ven atraídos por las cosas llamativas, y el botón de metal reluciente de la bolsa del correo parece llamar toda su atención.

Un relámpago ilumina el cielo fuera. Pueden ver la luz iluminando aquella oscuridad casi completa, recortando la silueta de aquel atacante silencioso que espera una oportunidad.

Baron observó como de repente un ave negra se posó en el nido. También vio como observaba la bolsa del correo... nuestra bolsa de correo... nuestra misión...

No, maese Cuervo, no permitiré que cojáis esa bolsa y mucho menos que le hagáis daño a mis compañeros. Ellos son mi responsabilidad. Dijo mientras levantaba su Alabarda y apuntaba al cuello del pájaro desde abajo. Robin, quédate detrás de mí y no intentes nada raro si no estás seguro, ¿está claro? Le dijo al pequeño Robin mientras miraba de reojo los movimientos de la criatura.

No iba a permitir que algún ratón salga herido. Tampoco se iban a llevar esa bolsa.

Sus patas se apoyaron con fuerza en el suelo y con ayuda de su cola, saltó hacia delante intentando cortar a la criatura, para que se vaya de allí sin molestar.

-Una bestia ha entrado en nuestra guarida - Me levanto de un salto al ver al cuervo - se ve que tiene interés en nuestro correo, pero no podemos dejar que lo obtenga.

Doy unos pasos y me pongo al lado de Baron desenfundando mi espada, miro a Robin.

-Solo actúa cuando estés realmente seguro de lo que haces, esto no es una practica chico y las acciones son de vida o muerte - Tras decir esto miro al cuervo - ¡FUERA DE AQUI BESTIA ALADA!

Doy un salto e intento perforarle un ala con mi espada.

- Ay!!! ¿Pero qué? - Un cuervo!!!

Se puso en pie de un salto con un gruñido feroz. Cuando Baron saltó hacia el cuervo, Robin se lanzó corriendo a un lateral buscando el flanco del ave. Trataría de encontrar un punto débil mientras la bestia se concentraba en evitar el ataque de su amigo.

¿Qué me quede atras? No olvido el juramento de la guardia...Nunca dejando a un ratón solo por sobre las necesidades de todos, o el
deseo propio por sobre el resto.

- No os dejaré solos aunque me vaya la vida en ello!!! Ese correo llegará a su destino!!!-

Mientras sus compañeros combaten al pájaro, Quentin le lanza saetas con su arco.