Partida Rol por web

Puntos en el mapa:

1- Atalaya Occidental, cuartel de la milicia local

2- El Refugio del Montañero, posada de Ulrik Barbasucia

3- Ayuntamiento

4- Casa del Alcalde

5- Casa del Mercader

6- Ermita de Helm, sede de los monjes de clausura

Otros

-El granero abandonado (al otro lado del río)

-El molino de agua (arriba del Ayuntamiento)

SITUACIÓN HISTÓRICA Y GEOGRÁFICA

1378 DR. (Cuatro años después de la caída del Rey Sombra a manos del Kalach Cha) El siempre tormentoso Norte vive uno de sus periodos de paz más fructíferos dado que, nueve años antes, las belicosas ciudades al Sur de las Montañas Heladas se unieron para formar la confederación de Luruar (también conocida como las Marcas Argénteas). Junto con las ciudadelas enanas, firmaron el Tratado del Desfiladero de Garumn, acabando con décadas de hostilidades con los orcos.

Laderafría forma parte de la confederación pero ya hace varios años que ningún recaudador de impuestos ni oficial del ejército se acercan para cobrar impuestos o reclutar a los jóvenes. A lomos de las Montañas Heladas, (que forman parte del Espinazo del Mundo), frontera entre el continente de Faerun y Frozenfar, Laderafría no es un lugar atractivo para vivir. Los inviernos son muy duros y la tierra, aunque no yerma, no es la mejor para cultivar.

La mayoría de los laderfrianos son humanos aunque también hay varias familias medianas, enanas, elfas y semi-orcas (un vestigio de los cruces entre bárbaros y orcos del bosque). Sus menos de 40 habitantes subsisten de la pequeña agricultura, la caza y la pesca, el pastoreo o de la tala de árboles (del cercano Bosque Frío). Cada año los jóvenes del pueblo ansían el fin del invierno para abandonar Laderafría y dirigirse al Sur, donde la Confederación les ofrece un amplísimo abanico de posibilidades, tanto laborales como de ocio. 

La alcaldía es un mandato es vitalicio y solo pueden optar a ella los más ancianos del lugar. Cuando un alcalde muere o no puede ejercer sus funciones, las tres personas de más edad pasan a ser elegibles y todos los habitantes de la aldea constituyen una asamblea para poder votar a su favorito. Una vez escogido, el alcalde se encarga de formar a la milicia, resolver los problemas de sus vecinos y recibir las visitas de mercaderes y forasteros que llegan desde el Sur y el Este.

Este cargo es muy respetado y nunca ha habido ningún caso de abuso de poder por parte de quién ha ejercido el mando. Actualmente el alcalde es Jhou "Fumador" Berwick, el patriarca de los halflings del pueblo.

En el pueblo hay una pequeña taberna (El Refugio del Montañero) regentada por Ulrik Barbasucia, un enano de las montañas viejo y lenguaraz. Es de las pocas personas del pueblo que siente enemistad con el alcalde Berwick, dado que le derrotó en las últimas elecciones y siempre ha considerado que hubo algún tipo de amaño. También está la Ermita, donde unos monjes de clausura se instalaron años atrás para huir del bullicio de Luruar.

La nieve comenzará a fundirse en los próximos días y el Sol saldrá más fuerte y resplandeciente que nunca. Los jóvenes del pueblo aprovechan sus últimos días juntos bebiendo y bailando en el Refugio del Montañero, esperando a que los caminos queden despejados para poder emprender la marcha hacia las ciudades más grandes de la Confederación...

El día había pasado rápido entretenido en los quehaceres que sus padres le habían asignado en el hogar. Limpieza, ayudar a su madre a hacer la comida y demás labores hogareñas. El sol, que apenas asomaba entre las nubes de nieve, estaba empezando a caer y aquél era el momento favorito del día de Hardem. 

Marchó corriendo al cuarto a recoger a Cecil y algo de comida para alimentarla, se ajustó la ropa de abrigo que su madre le había confeccionado y aprovechó para meter en uno de los bolsillos la bolsita de conjuros que el aventurero le había regalado. Quizá no la necesitara pero si la situación lo requería quizá pudiera gastar una broma al cascarrabias de Ulrick, desde que había perdido el concurso por la alcaldía. Seguro que le escarmentaba pero las risas que se generarían en el lugar no se olvidarían en un solo día. Había estado practicando un conjuro que durante unos instantes podía emitir una voz fantasmal con la que podría provocar pequeñas peleas, sonrojar a las mujeres o dar un buen susto a un parroquiano. Sólo de pensarlo se le escapaba una sonrisa.

Con Cecil, su comadreja, ya colocada dentro de su manga para protegerse del frío, se despidió de su madre tras coger el viejo bastón de pino realizado a mano por su padre e ir en dirección de El Refugio Montañero. El camino era corto y saludó a todo aquel que se cruzó en su paso. Notaba el frío intenso en su cara y de como Cecil le subía hasta el hombro buscando un lugar más arropado. - No te preocupes pequeña, llegaremos en breve. Si bien antes del descubrimiento de sus poderes mágicos vivía una vida agradable. Ahora tras comprobar sus poderes árcanos vibraba de felicidad que irradiaba en su mirada hacia todos los biandantes a los que seguía saludando.

Ante sí tenía ya las puertas de la posada, hoy era un día prometedor, sus amigos y él comenzarían a hacer planes de los caminos a realizar para llegar a un lugar donde se pudieran realizar cada uno allí en el aspecto que destacara. Sin duda sería una tarde genial. Abrió las puertas de la posada con entusiamo y buscó con la mirada la mesa en la que sus amigos estuvieran aposentados.

El día de trabajo estaba casi acabado. Había sido duro. Se nos habían perdido 2 becerros y estuvimos buscando por más de 5 horas a esos cretinos. Estábamos agotados. Y ya cuando estaba oscureciendo y no quedaban más ganas de seguir buscando. John  el encargado, nos habló a los semiorcos y a mí que  mantuviéramos el estravío de los becerros en secreto.

Dijo no digan nada, mañana a primera hora los quiero a los tres aquí, y los encontraremos si o si.

Pero yo había hecho un trato con el jefe de la milicia, no podía hacer como si nada. Y si alguien descubría el hecho? . Ese pensamiento me torturaba más que el frio que empezaba a  atravesarme las ropas.

Mis compañeros iban a obedecer la orden pero yo no podía, asi que cuando ellos se disponían para ir hacia la taberna, les dije , muchachos yo los veré allí más tarde, tengo un asunto pendiente que resolver rápido y enseguida iré.

Volví a buscar los becerros, avanzaba cada vez más lento , el frio helaba demasiado.  En un momento mi vista empezaba a nublarse, mi respiración se hacia cada vez mas superficial y mi latido estaba bajando. Tenía que regresar.

En ese momento escucho un sonido, miro a mi derecha y veo a los dos becerros, uno estaba en el suelo tendido, se estaba empezando a congelar, el otro también pero se mantenía parado a su lado. Era como si quisiera cuidarlo.

Logro acercarme y veo que el que estaba en el suelo tenia  una de sus patas atrapadas  bajo una gran roca, lo toco, estaba comenzando a congelarse, no tenia mucho tiempo . Intente quitarla, pero no pude, era muy pesada y el frio lo dificultaba todo, mis manos estaban congeladas, me dolían y no podía tirar con fuerza.

Vuelvo a mirarlo, ya sus ojos estaban sin vida. No había nada más que hacer.

Me regreso con el otro de tiro y lo junto con el resto del ganado .Me dirijo a donde Jack. Toco la puerta de su casa. Y el abre.

-Hola Jack, disculpé, pero ha sucedido una cosa hoy , y tengo que ser honesto con usted.

Jack: -Hola Boff,pasa vas a congelarte ahí.

Jack: - Que ha sucedido?

Se nos habían perdido dos becerros , pero uno quedo atrapado bajo una roca  y ha muerto. Intenté todo lo posible pero el frio , mis manos… empece a tartamudear …

El otro está a salvo. Pero me sentía responsable por eso don Jack. Le digo.

Jack tocó mi hombro y me dijo- Boff, agradezco tu gesto, es realmente admirable, pero no era necesario que arriesgaras tu vida por esos animales. Tengo demasiados, ni siquiera podría castigarlos a ustedes por habérseles perdido porque no pasa nada.

-Ve hombre, descansa y nos vemos mañana.

Salí agradecido y me diriji a la taberna ya que aún era temprano.

El tiempo empeora por momentos. Las rachas de viento silban al pasar por la calle principal de Laderafría. 

Con la flecha preparada y el arco apuntando arriba, sigues a la sombra, la cuál atraviesa el puente, pasa al lado de la atalaya, la cuál sorprendentemente (o debería ser misteriosamente) no tiene ni un solo guardia vigilando y aterriza cerca de la posada conocida como el Refugio del Montañero. Aterriza y te espera. Cuando la alcanzas te paras para mirarla mejor. Es oscura como la noche y totalmente inexpresiva. Pese a ello, parece saber muchas cosas. Además ese pequeño agujero con los bordes púrpura te intrigan. De repente oyes voces procedentes del interior. ¡Por fin, alguien vivo en el pueblo!

La sombra parece esperar a que entres.

Epílogo

Habían pasado dos días de la batalla. Tume y Boff estaban severamente heridos pero se recuperarían. El alcalde Berwick había muerto y la ermita de Helm y El Refugio del Montañero también. Los habitantes del pueblo se despertaron como si no hubiese pasado nada y tanto Ulrik como vosotros os trabajasteis una elaborada excusa sobre lo que había pasado: mientras todos dormían, una hueste de bárbaros Uthgardt había atacado. Pese a los intentos de defender el pueblo, no pusisteis evitar la muerte del alcalde, presa de la magia, ni de los ermitaños, los cuáles murieron presa del fuego.

Aquella excusa traería consecuencias ya que rápidamente el pueblo pidió al Consejo de Ancianos que llamara a las armas a todo Luruar para vengarse. También el Consejo de Ancianos designó a Ulrik Barbasucia como nuevo alcalde y su primera medida fue convertir parte de la mansión de su nueva mansión en taberna.

Los orcos y los elfos del bosque os prometieron visitar de tanto en tanto, fomentando el comercio entre los tres pueblos.

Por su parte, Therk entrego a Boff el testamento del alcalde Berwick, donde salía él como único beneficiario de su fortuna y su empresa: la plantación de tabaco de Vastallanura, en la región de Kamlann, y una participación en la compañía tabacalera de Berwick & Berwick. Boff, al que todos tomaban por huérfano, resultó ser el hijo secreto del alcalde Jhou Berwick. Se lo trajo a Laderafría para protegerlo de ambiciones familiares y para no despertar sospechas le dejó a cargo de los pastores del pueblo. Ahora, con la muerte de su padre, había llegado la hora de reclamar lo que era suyo.

El único que faltaba era Hardem. Desaparecido. Cecil estaba triste y no abandonaba el campo de calabazas por nada en el mundo. Sus padres lloraron al enterarse que "le habían secuestrado" los Uthgardt. Su padre, incluso, se estaba preparando para adentrarse en el Bosque Frío a buscarle.

Descanse todo el día siguiente en la taberna de Ulrik Barbasucia donde pude recuperarme casi totalmente de mis heridas y asistí a la lectura de testamento de Boff. Durante mi descanso pensé en todo lo que había pasado y recordé con pena la desaparición de Hardem. No merecía un final así, ninguno de nosotros. La aventura se había tornado muy peligrosa y casi perdemos la vida todos los de la ermita... Suficiente aventura por una temporada.

Al segundo día me despedí de mis compañeros y partí rumbo a mi tierra, no volvía con grandes tesoros o fortuna, pero lo haría con la cabeza bien alta tras haber ayudado a parar aquella pesadilla. Intente consolar a Cecil y quizás tomarlo bajo mi cuidado, pero el animal no permitió que lo alejara de donde perdió a su querido amigo, me despedí de él también y comencé a caminar sin mirar atrás. Hasta la próxima amigos. Pensé mientras me alejaba con una sonrisa.

Cuando el mundo dejó de dar vueltas apareció en el mismo lugar que había desaparecido. Pudo observar la calabaza totalmente destrozada. Lo habían conseguido, habían salvado Laderafría y los alrededores de las garras del pastor. Aunque él no llegara a ser capaz de derrotar al pastor y la vida de la driade se hubiera perdido. Aquello le daba una enorme pena en su corazón al recordarlo. No estaba preparado para aquel combate pero sabía que volverían a enfrentarse al pastor tarde o temprano y esta vez si que estaría preparado.

Derepentente sintió un golpe que lo llevó al suelo, la gran herida a pesar de haber sido curada magicamente le dolió e imaginó que apunto había estado de volver a abrirse. Sorprendido buscó que nuevo enemigo se cernía sobre él para darse cuenta de que era Cecil quien se había tirado sobre él.

Una gran alegría recorrió su cuerpo compartida con la del animal, lo abrazó y acarició cuanto pudo. Pensó que jamas volvería a verla cuando le llevaron al plano de las sombras. Pasó unos minutos acariciando al animal y volvió a posar la mirada sobre Laderafría. Antes de que le llevaran a otro plano recordaba luchar junto a los orcos para echar abajo aquella calabaza y que había habido una gran explosión. Necesitaba saber que es lo que había pasado.

Volvió corriendo a su casa y cuando sus padres le vieron rompieron a llorar y le contaron la versión que habían escuchado de los hechos. Hardem no les contrarió y simplemente dijo que cuando se vio desbordado comenzó a huir. Por el momento no les contó que debería volver a partir. Lo mantuvo hasta que llegara el momento. Quería saber que había pasado en verdad y por ello junto a Cecil partió en busca de Ulrik para que congregara a sus compañeros y le contaran todo lo que había ocurrido para pronto despedirse de ellos ya que un juramento le ligaba por un año y estaría lejos de allí.

Después de salir de casa del alcalde fuimos en busca de nuestros compañeros... los encontramos con graves heridas, pero vivos, salvo la Driade que había perecido y Hardem que había desaparecido. La gran calabaza había sido destruida, por lo que al fin habíamos conseguido, con algo de ayudas, salvar a Laderafría y sus habitantes.

Una vez sanados, le entrego la herencia a Boff, y se fueron a celebrar que aún seguían vivos y por Hardem donde quiera que esté, unas cervezas y una larga charla contando lo sucedido desde que se separaron...

Tras unos días decidiendo que hacer, el semiorco al fin le propuso a Boff acompañarlo a ver su plantación, al fin y al cabo un ahlspiess siempre es buena compañía...

Al final habían logrado su objetivo. Habían rescatado Laderafría, Bosquefrío y la región de un enemigo extremadamente poderoso. Pero esto no fue posible sin sufrir perdidas en la batalla. La driade, un espíritu benigno del bosque y quizás el último entre los suyos, y varios guerreros orcos habían dado su vida por todos ellos y Hardem, su buen amigo, había desaparecido sin dejar huella.

Para Tume su sueño de seguir entrenándose en las artes de la picaresca y convertirse en alguien de renombre se vino abajo. Los efectos tanto físicos como psicológicos de la terrible herida que había sufrido eran aún muy profundos y el elfo evitó a partir de ahí lo que pudo el contacto con los demás. Fue a despedirse de Durden, cuando este creyó llegado el momento de continuar viaje, dándole un abrazo y recordándole donde tenia un hogar para descansar si el camino volvía a traerle por esos parajes. Se alegró sinceramente y festejó con Boff su sorprendente herencia, y continuó visitando de vez en cuando a Ulrik para tomar con él y con Therk unas cervezas y hablar del pasado y del futuro, pero procurando evitar recordar, por respeto y también por dolor, por lo que habían pasado aquel invierno.

Habían querido convertirse en aventureros, personajes de leyenda conocidos y jaleados por todos, y habían obtenido su aventura. Salvo que nadie les recordaría más allá de los límites de su aldea, nadie cantaría sus verdaderas hazañas pues habían preferido ocultarlas a los demás. Del mismo modo, Tume decidió también ocultarse, alejarse poco a poco del trato con el resto de lugareños y limitar su contacto a los que conocían la verdad sobre lo sucedido. Verdad a la que una ligera cojera, una postura inclinada y poco marcial, y una fea cicatriz que le recorría la espalda desde el hombro izquierdo hasta la cadera derecha, no dudarían en recordarle cada día de su larga vida.

Todo volvió a la normalidad. Durden se marchó del pueblo en busca de nuevas aventuras, cartografiando el Norte. Durante los siguientes meses, se dejó caer un par de veces.

Tume se quedó con Ulrik y obtuvo un puesto de camarero en la nueva taberna situada en una ala de la mansión del alcalde. Su fea herida le quitaban las ganas de vivir otra aventura pero quién sabe lo que le depararía. Aún era muy joven y le quedaban incógnitas por resolver: ¿de qué huyó su família? ¿Quién era de verdad Alhanas, el mejor amigo de su padre? 

Inovaz regresó a Cormyr a informar y obtuvo permiso para reconstruir la ermita de Helm y convertirse en su suma sacerdotisa (sin abandonar su entrenamiento diario para seguir siendo una poderosa paladina). Mantuvo la tradición de su nuevo grupo de amigos de ir a la taberna de Ulrik y Tume al anochecer para hablar de cómo había ido el día. Además, Boff le cedió la motosierra de vapor creada por los gnomos que era propiedad de su padre e Inovaz aprendió a luchar con tan exótica arma.

Therk y su ahlspiess convencieron al jefe de la milicia para darle un puesto y poco a poco su habilidad con esa exótica arma fue convirtiéndose en la comidilla del Norte de Luruar. A los pocos meses, Therk había ascendido a subcomandante de la milicia y enseñaba a los reclutas el arte del ahlspiess.

Hardem, después de despedirse, volvió al Plano de las Sombras junto con Cecil, y junto a Amazo Tryggale comenzó a servir de escolta de caravanas interplanares. Sería un año duro, y muy peligroso, pero obtendría muchos conocimientos y nuevos hechizos.

Y Boff Berwick, el nuevo rico del pueblo, se compró una pequeña casa cerca a la mansión del alcalde. Sabía que para convertirse en el heredero legal de la Compañía de Tabacos Berwick, Berwick & Co, debería visitar la plantación de Vastallanura en el lejano Tethyr y, sobre todo, negociar con su ambicioso tío, el regente de la plantación. Aquello requeriría de un largo viaje lleno de peligros y por eso Boff se tomó su tiempo. Se dedicó a viajar, conocer mundo, gastarse parte de la fortuna y entrevistar posibles acompañantes para la empresa. De hecho, estaba decidido a esperar a Hardem, pero eso ya es otra historia.

FIN