Partida Rol por web

VILLA PATA

 La casa de Dorothy se sitúa en el distrito de Nigth City sur, a bastantes kilómetros del corazón de la ciudad, tras salir por chinatown y coger la interestatal 16 dirección al aeropuerto.

            Es una autopista de 4 carriles en cada sentido dividida por el tren magnético al aeropuerto. Tras cruzas multitud de enjambres, bloques dormitorio, empiezan las zonas residenciales que poco a poco van degenerando en calidad cuanto más se alejan del centro.

            En un punto intermedio entre el aeropuerto y Nigth City el tren magnético se oculta bajo tierra y no tiene más paradas, ese el punto de no retorno, ahí para las autoridades empieza la zona de combate. Aunque en realidad es casi dos kilómetros más adelante, después de coger el desvió nº43 a Funhills (Para los foráneos el cartel esta tachado y pone Zona de combate con spray rojo, aparte de la multitud de agujeros de bala que tiene).

            Durante esos breves dos kilómetros el desvió se trasforma en carretera a través de un barrio pobre, muy pobre pero que aun respeta las tiendas y diversos comercios que mal subsisten en sus calles… hasta que se llega a unas barricadas de hormigón situadas hace mucho tiempo por la policía, se pueden sortear con cualquier vehículo, pero impiden que un loco entre a 300km dentro de la zona. Y justo ahí está la casa, la única que conserva la farola de su entrada en toda la calle.

¡Diablos Maik (*), estas enchiladas de cui (*) son una mierda increíble!, dijo P90 mientras masticaba el generoso bocado que se acababa de llevar a la boca sin mucho decoro puesto que las tripas le crujían por el hambre y la boca se le había inundado de saliva por la emoción; Pero, el disfrute gustativo le duro más bien poco – pobre de el -, pues el hijo de puta de Mick no le había advertido de los peligros de su “salsa especial”.

Debería haberlo sospechado, pensaba P90 mientras se lanzaba con desesperación sobre la botella de cerveza traspirada por el frio que a sus ojos se había vuelto un objeto cuasi divino y ultra necesario ahora.

Mickey no se había ido a atender a los otros escasos clientes como era su costumbre y le miraba con sus ojos de porcino chispeando de emoción mientras intentaba ocultar el interés que tenía por la reacción de P90 tras tragarse la enchilada.

Como un sorbo de ambrosia liquida, el ambarino liquido se escurría por la ardiente garganta de P90 sin aliviar del todo el intenso calor y el dolor que sentía ahora. La frente perlada de sudor y los ojos cerrados con fuerzas eran un vivo anuncio de la revolución que se había desatado en su interior, ¡quiero arrancarme la piel a tiras! pensaba.

La sensación se asemejaba al tener una colonia de ratas en las tripas, ratas muy furiosas y provistas de navajas muy filosas que le iban subiendo desde los huevos hasta la campanilla trinchando, picando, mordiendo y rasgándole por dentro de cabo a rabo, y viceversa.

Esa e una salsa pa´machos (*), dijo divertido el orondo hombretón latino señalando con su grasiento y voluminoso índice a P90 (quien claramente no había aprobado el examen de hombría de Mick), antes de seguir con sus cosas y sin dejar de reír entre dientes.

El joven cajún (1) se encontraba sentado en el minúsculo negocio de comida al paso de Mickey’s “Delicias Mexicanas Gourmet”, un cuchitril mierdoso ubicado en una amplia plaza del barrio junto a la zona de combate, aquel lugar era un pasaje de transito obligado para muchas personas y uno de los sitios favoritos de P90 pues todo el área próxima al negocio de Mick carecía de la legión de roedores que eran una plaga en el resto de la zona de combate.

Con razón las enchiladas de cui son tan baratas, pensó P90 volviendo a beber hasta acabarse la cerveza, y esa puta salsa debe ser para matar el sabor verdadero, ¡puto Mick!.

¡No voy a pagar por este veneno de mierda!, le grito profundamente ofendido una vez que volvió a tener sensibilidad en los labios mientras se guardaba la máscara de realskin en el bolsillo y, sin embargo, recogió el plato plástico con la otra enchilada, ¡y ya mismo estoy llamando a migraciones puto sucada!, agregó para a continuación alejarse con rapidez del lugar sin dejar de mirar sobre el hombro.

¡Claro!, Mick le gritó varias cosas en su dialecto de país tercermundista bananero, pero P90 hizo oídos sordos a las quejas y amenazas. Siempre era así entre estos dos, un tira y afloje de amistad y odio entre supervivientes de la urbe.

Peor hubiera sido seguir con hambre, se dijo siempre optimista como era su costumbre mientras caminaba por las aceras como si toda la ciudad fuera de su propiedad saludando a conocidos del “rubro” y esquivando a los competidores más agresivos, hoy ha sido un buen día, agrego, y entonces, - cruel justicia divina -, su móvil le indico que tenia un mensaje de voz…

Norinco se encontraba en uno de los talleres de la triada revisando varias armas. En sus manos y bajo su atenta mirada, tenía un proyector de ondas electromagnéticas que iba de escándalo para dejar a mercenarios tirados por el suelo como si fueran tertraplégicos.

Sin embargo le llegó un mensaje a su E-Book y con una orden mental lo pasó a su mastoideo y monóculo Kiroshi.

¿Se habían cargado a Mama? - Norinco levantó la cabeza de la mesa de trabajo, llamando la atención de los demás asiaticos en el taller.  -No, se la iban a cargar que era distinto.-

-Tengo que irme, luego vuelvo.- Dijo mientras tomaba su chaqueta ribeteada a la que le faltaba una manga. Cargó sus cosas rápidamente en la parte trasera de su moto Bermuda y se sentó en al asiento mientras encendía el sistema eléctrico y dejaba que todos los sistemas se pusieran en marcha.

El motor cobró vida ruidosamente y una humareda de CHOOH² salió despedida. Apretó un par de interruptores en la pantalla para poner la moto en modo "sport" y dio gas para salir derrapando del taller y correr hacía la casa de Mama Pata.

De camino empezó a llamar a través de la unidad celular de su E-Book, preguntar quien de los "hijos" de Mama estaba disponible para ir a ayudarla y saber si era la única que había recibido el mensaje.

Estaba disfrutando mi tipico plato de Tsukemen Ramen en Kikanbo (una de las tiendas locales) cuando el mensaje llego al grupo familiar. Lo escucho con mis auriculares puestos y mi cara se ensombrece. Dejo de comer.

-Algo malo con el ramen? Pregunta el chef en japones

-No, no, temas familiares. Disculpa pero tengo que salir. Como siempre, el plato es riquisimo, asi que volvere otro dia para comerlo otra vez.- Respondo en perfecto japones dejando el plato en la mesa. En Kikanbo se acostumbra a pagar antes de servir el plato, tal cual como se hace en japon, asi que ya habia pagado el plato

Con el "Maido ari!" del chef de fondo, salgo del "restaurant" (Si es que se le puede llamar asi a una tienda chiquita de 10 asientos frente a la cocina/mostrador) y le mando un mensaje a Aishi. "Disculpa, hoy voy a llegar tarde. Temas familiares, despues te cuento". 

Paro el taxi mas cercano, le doy la direccion y mando a mi hermano y hermana (Ya que no podia saber si el telefono de Candence estaba comprometido) un simple "En camino", mientras apuro al taxista para que valla lo ams rapido que pueda y reviso mis armas preparandome para los problemas que esta noche traeria.

21:02:22

La noche era buena, corría una brisa desde la costa que hacia soportable el calor y el olor a basura y carne podrida que impregnaba la zona… no parecía que fuese a llover, pero en esta zona eso no quería decir nada, llovía, tronaba o salía el sol según los ánimos de algún grupo country celestial… y si la canción era muy triste hasta llovía acido…

La zona estaba más en calma de lo habitual, se veían pocos coches y menos personas, no se oía más que algún disparo esporádico y el sonido de música estridente de alguna banda celebrando alguna gilipollez de las suyas…

La luna lucia en lo alto en todo su esplendor dando una claridad tenebrosa a la zona de combate, si ya era un pozo de mierda, atiborrado de violencia y desechos humanos solo le faltaba parecer tenebrosa, pero eso siempre era mejor que una noche oscura…

           Miyuki, salió del restaurante "japonés", comprobó rápidamente que en el viejo utilitario que le esperaba estaba Dayaram al volante, su conductor de combatcab de todas las noches.

Mientras terminaba de mandar el mensaje y se subía al coche una moto… bueno algo parecido…  paso como una exhalación en su misma dirección… Miyuki la reconoció al instante era Norinco en dirección a su antigua casa.

Sabia donde se dirigía y sabia la urgencia, le increpo a Dayaram que lo siguiera… estaban muy cerca, si no fuera por la urgencia podría haber ido andando…

Miyuki se removió inquieto en el mugriento asiento del vehículo que Day había cubierto con una sábana raída y llena de manchas oscuras… un detalle que solo tenía para sus clientes Vips

...al dar el último giro y entrar en la calle busco la luz de la farola de la casa, pero la moto y su ocupante le tapa la vista…

      Norinco estaba absorta entre la consola y la carretera , pero le pareció ver a Miyuki al pasar por el restaurante pero no se podía parar, ya le había mandado un mensaje por la consola… ahora estaba marcando el cuarto número de la lista y parecía que esa noche nadie respondía… automáticamente empezó a sonar la llamada al siguiente numero cuando haciendo una tumbada perfecta gira y encara la calle de “casa”…

Lo primero que ve a lo lejos son dos sedan negros que arrancan desde al entrada de casa bien iluminados por la única farola y aceleran en dirección a la salida hacia la superautopista… apretando los dientes y acelerando a fondo intenta llegar para cortarles el paso y que no lleguen al cogerla pero no es suficiente rápida…  tumba la moto y derrapando para poder frenar, consigue frenar cuando una rueda trasera golpea suavemente en una de las barricada de hormigón , las marcas de las ruedas en el asfalto dan fe de la impresionante frenada.

… resopla y maldice… mira a un lado de la calle y ve como las luces de un coche se aproximan  hacia la casa, por donde acaba de venir otro coche parece que le esta siguiendo, los dos sedan están terminando de pasar la barricadas y en breves cogerán camino libre a la autopista y la luz de la entrada de casa parpadea invitándole a entrar… Norinco resopla… algo masculla entre los dientes…

… alo, alo… ¿Norinco eres tu? Soy Bella… ¿Qué quieres? Aquí son las 2 de la mañana… espero que sea algo importante para joderme el sueño…

En la consola aparece la foto del perfil y la hora

 BELLA 

21:05:17

Durante unos segundos, - preciosos y perdidos -, P90 se quedo de piedra, como una puta estatua entre la gente tras escuchar el mensaje de audio. Mamá corría peligro.

Mamá

Corría

Peligro.

¿Mamá?, ¡Mamaaaaaaaaaá!, gritó antes de comenzar a correr hacia su antiguo hogar ignorando las burlas de un grupo de pre-pubers-pseudopunkies-pro-onanistas con los colores de los pinchadiscos.

P90 corría entre el mar de gente intentando esquivar a cuantos podía o con un rápido “lo siento”, escupido entre lo dientes apretados cuando le fallaba la reacción. No iba a detenerse, por nada, por nadie, mamá estaba en peligro y por esa mujer P90 hacia lo que fuera.

¡LO-QUE-FUERA!

Su mente, por otro lado, corría a su propia velocidad y en este caso también viajaba en el tiempo pues pronto se encontró recordando su pasado, uno no tan lejano a decir verdad pues solo tenía veintipocos años.

Se había criado en este mismo barrio mierdoso, un sector suburbano muy próximo a la zona de combate. Sus padres le habían dado en adopción cuando no pudieron mantenerle por más tiempo y fue la suerte, el destino o una combinación de ambos lo que causo que terminase en casa de Mamá Pato junto al resto de desharrapados que la mujer ya había adoptado (y que seguiría cobijando bajos sus alas con el correr de los años). Recordar aquellos días de su infancia le llenaron de emoción, sus “hermanos”, las muchas risas entre las carencias, sus tempranos juegos en la cercana zona de combate junto a su “banda” donde imaginaba ser un señor del crimen en el gran basural y piezas de descarte de Butter Joe.

De pequeño ya había perfilado la personalidad que luego el tiempo terminó de pulir, P90 odiaba los abusos y las injusticias, siempre estaba del lado del oprimido, escapaba de los enfrentamientos físicos si podía hacerlo valiéndose de su hábil lengua y su encanto personal. Sin dudas, muchas veces esto no funcionaba y había que recurrir a los instintos que en la zona eran el pan de cada día, la violencia y entonces, a menudo estaba en el lado del perdedor.

Una vez, quizás a los diez u once años, Mamá Pato les había organizado una fiesta con holocintas incluidas, viejas películas que quizás en la niñez de la mujer ya eran antiguas y cuyo guion dejaba mucho que desear. Por alguna razón y mientras sus hermanos depositaban su atención en otras cosas mas interesantes, P90 había quedado enganchado con un personaje en particular.

Robin Hood.

“Si es ilegal que un hombre busque sobrevivir ¿cómo puede ser un hombre por derecho propio?”, decía Robin y a continuación, “así que no olvides llevar tu dinero, será un placer quitártelo”.

Aquella frase iniciaría todo, para el joven P90, Robin Hood y lo que este significaba, se volvería en algo similar a lo que para un Neo-Cristiano el Jisus2000.

Dicho de otro modo, un modelo a seguir.

A partir de ese momento P90 se volcaría a la tarea de perfeccionar sus habilidades de ladrón, juntándose con los mejores a su alcance, aprendiendo de ellos, copiando las fórmulas que ya funcionaban.

Pero, siempre teniendo presente otra de las frases icónicas (el credo) de su ídolo personal,

“El dinero que roba lo reparte entre los pobres, y claro está, lo adoran.”

Y eso se volvió su vida. P90 fue creciendo, aprendiendo nuevas técnicas de latrocinio, rodeándose de iguales, aprendiendo de ellos, trapicheando aquí y allá, intentando evitar la violencia, llenándose de frases demodé, con una sonrisa siempre iluminando su rostro, seduciendo (o mejor dicho intentando) a cuanta dama se ponía a tiro de sus ojos y, nunca alejándose mucho del sitio que llamaba hogar.

A donde ahora volvía.

El puesto de burritos de Mickey estaba cerca de la casa de mamá, solo unas cuadras, solo unas pocas cuadras más.

P90 “volaba”, y ni sus borceguíes de cuero negro, sus pantalones de jens gastados y rotos (aunque nuevos. Street style bitch!), la remera blanca con el logotipo en rojo que decía “fuck the pólice” y sobre ella la campera inflable en amarillo neón con cuello de sintepiel de zorro siberiano pasaron desapercibidos.

              Hacia días que P90 no corría como ahora, lo importante como decían en los holo videos de entrenamiento ...la respiración… pero eso no quitaba los pinchazos del puto burrito en el estómago…

              Ya estaba empezando la última manzana cuando al ir a cambiar de acera un coche casi se lo lleva por delante, obligandolo a lanzarse hacia atrás y aterrizar sobre toda la basura que habían acumulado contra la pared en forma de vertedero y quedándose con buena parte de recuerdo… lleno de mugre se levanta y sigue corriendo detrás del coche en dirección a “casa”.

              Lo sigue sin problemas no es que corra mucho y cuando ya han entrado en la calle, a través de las sirenas del capo ve como los sedan negros arrancan desde casa pata y como Norinco casi revienta la moto contra las barricadas intentando cortarles el paso…

    Sin pensárselo mucho, sigue corriendo y rebasa al coche policía que ha bajado la velocidad, aun se permite el lujo de mirar dentro del coche al pasar por su lado y ver a un tipo algo mayor fumando y hablando por el móvil mientras conduce… 

              ¿Qué cojones hará un coche de policía en la calle?

Es lo único que le da tiempo a pensar mientras termina de recorrer lo pocos metros que quedan hasta la casa…

En otro momento habría lanzado un insulto ingenioso y mordaz al hijo de puta que casi lo había atropellado, pero, ahora la urgencia le iba azuzando el alma por lo cual tras levantarse como pudo siguió corriendo con los restos de mugre y el puto burrito bailando la macarena picosa en su interior.

¡Te odio Mick!

Decisiones.

Putas, decisiones, de, mierda.

Los sedanes negros se alejaban y él no tenía como alcanzarlos.

Norico, allá adelante, estaba en moto.

La casa cerca.

Sin detenerse por un instante, ¿Qué putain hacia un coche de pitufos (policía) en la zona?, P90 sigue hacia el interior de la casa y tras revisar brevemente antes de ingresar (arma en mano ya), intenta comunicarse con Norico allá adelante.

Un audio, breve.

Suivez-les précieux, yo reviso en casa de mamá y te alcanzo.

Al ver a P90 acercarse corriendo a la casa Norinco le hizo un gesto con la mano para que se pudiera en la parte de atrás. La moto, una Delta Motors Bermuda había sido modificada para ampliar la zona de carga, fuera para llevar piezas de repuesto o una persona.

Que para los tiempos que corrían, no distaban muchas diferencias entre ambas.

-Rápido sube, creo Miyuki viene en un taxi ya lo investigará el.- Norinco empezó a revolucionar el motor para salir despedida detrás de los coches negros en cuanto el robinhood del barrio se subiera. 

Mientras aguardaba usó los teleopticos y la mejora de luz tenue de su ciberojo para leer y memorizar las matriculas de los coches.

Pago el combatcab y bajo. Puedo ver a Norinco en frente mio, asi que agarrando una de mis tonfas listo por si acaso me acerco a ella

-Sabes que paso? De que va el mensaje?

Pero al ver que estaba en una llamada me doy vuelta e inspecciono visualmente la casa, para ver la situacion.

P90 ni siquiera llego a ingresar a la casa de mamá Pata cuando Miyuki hizo acto de presencia. Quizás por la emoción que a todos nos tenía alterados, quizás porque estaba bajo las profundas sombras del descanso de ingreso, o tal vez por que la piel de P90 se había vuelto negra como el carbón (activada la quimipiel en modo furtivo), Miyuki pareció no notar a P90 (o tal vez le ignoro por completo).

Sin perder mucho tiempo, y tras lo que Norico le dijo, P90 corrió hacia la moto – saludo breve al pasar junto a Miyuki -, y abrazándose a la cintura de Norico como un puto koala con rastas le grito a ambos.

!Á pleine vitesse Norico, síguenos Miyuki!

A la que P90 subió a la moto, la asiática dio gas a fondo y abandonó la escena en una nube de neumático quemado dejando a Myuiki con las palabras en la boca. Tenía que intentar alcanzar a esos dos coches negros.

No tenía tiempo de charlas.

-Tsk, apurados como siempre. 

Les mando un mensaje. "Diganme que encuentran, yo veo que puedo encontrar en la casa"

Guardo el celular, preparo la tonfa, y me pongo a explorar la entrada

Con una mano aferrada a la cintura de Norico (¡grrr!, sabrosito), y la otra sobre su delicado hombro, P90 le hablo al oído elevando la voz para hacerse oír sobre el potente rugido del motor mientras el culo le iba rebotando sobre el asiento como si fuera un puto tambor.

Ch..chère, dijo aguantando la respiracion cuando la maniaca de su compañera le hizo un finito a un mini coche pijo de puta fina en cuyo interior iba un calvo con cara de mal follado, si nos acercas a uno de los coches quizás pueda hacer algo.

!Ponte el puto casco !, le dijo mas lógica su mente, si no quieres terminar con la tête cassée como un huevo sobre el asfalto.

     21:05:17

Norinco tal como nota la mano de P90 en la cintura, sale picando rueda y la moto deja atrás las barricadas sobre las dos ruedas traseras y sacando toda la potencia de su doble motor en v6. No han perdido tanto, a varias decenas de metros por delante se ven las luces de posición del sedán negro…

Que te den tío, sigo durmiendo, cuando quieras me llamas a horas normales y me cuentas tus penas…ya no estoy para seguir salvándote el culo.... (pero no cuelga)...

           Dayaram arranca el polvoriento coche y se despide dando dos sonoros bocinazos y agitando la mano en dirección a Miyuki deseándole una buena noche, para él es normal es la casa de toda su vida, más de una vez lo ha traído aquí.

Tras unos metros se para a la altura del coche policía, tiene una breve conversación y sigue su camino. En ese tiempo Miyuki revisa la entrada de la casa; el sótano y el piso superior están a oscuras, el sótano no es raro, es donde las operaciones y normalmente no trabajaban por la noche, pero el piso de arriba deberían estar los patitos (niños) de mama y no se veía movimiento…

            La puerta de la entrada está abierta de par en par y se veía el pasillo tenuemente iluminado y de fondo una música clásica del siglo XX, echando un vistazo el patio trasero por el lateral de la case se veía a oscuras. No se oian voces y gente en toda la zona...

            Justo cuando empezabas a empujar la verja de entrada para acceder al jardín delantero, el coche de policía para justo a su altura.

            Miyuki, reconoce el coche en un instante, solo hay dos así en Nigth City, se los regalaron a la policía después de que salvaran a varios ejecutivos de Biotech y demás personal insignificante durante la “guerras de las 20 bandas”. Sabia quien se bajaría de ese coche, no se conocían pero la fama le precedía y ser además uno de los pistoleros...ejem policia... mas conocidos de toda la ciudad también ayudaba.        

            El Ford Mustang interceptor para el motor y se abre la puerta del piloto dejando escapar parte de la nube de humo del interior…

            La verdad, ¿serian eran problemas o ayuda?…no lo sabes pero el coche es espectacular…

21:05:37